Capítulo 4

ADVERTENCIA

El siguiente contenido no es apto para todo el público, por favor, si eres una persona sensible te sugiero encarecidamente qué no leas el siguiente texto literario.

***Proceda con precaución***


***

Capítulo 4: La satisfacción de la diosa.

Una mañana, días después de lo ocurrido, todo había transcurrido normal.

Pero había algo que sucedía y, que en lo personal no me molestaba, era que Chomosuke se me había pegado más que antes, estaba más cariñosa. Esto ocurrió luego de esa noche en la que gata y hombre nos dejamos llevar. Una locura total, pero lo fue más los siguientes días.

Era cierto qué, en secreto, a veces pasaba tiempo con esa pequeña gata, también porque me sentía culpable por haber hecho eso con ella, pero a veces...

Chomosuke: Nya~

La segunda vez que lo hicimos fue una semana y media después de lo ocurrido. Haberlo hecho con ella había cambiado mi vida por completo, nunca pensé que mi primera vez iba a ser con una gata con alas de murciélago y qué escupe fuego por la boca.

Las cosas iban normales con mi grupo, no había nada de raro con ellas; seguían igual de locas y no dejaban de provocarme problemas. Nadie sospechaba nada.

Kazuma: ¿Humm? Ah, eres tú... Chomosuke.

Había sentido de repente que algo se frotaba contra mis pies luego de haber entrado al salón a descansar y tomar una siesta en el sofá; todo lo que esperaba era que Aqua no estuviera ahí ya. Miré abajo y vi a Chomosuke, ella estaba pidiendo mi atención, al cruzar miradas maullo otra vez y trató se subirse por mi pantalón.

Kazuma: ¡Oi!, oi, espera, me vas a razgar la tela.

Rápidamente la agarre y sostuve entre mis brazos, acariziandola. Al ver el salón note que Aqua no estaba, ni tampoco nadie más.

"Perfecto, todo para mi", pensé en victoria.

No había nada que hacer, era algo tarde y justo ayer habíamos realizado una mision de exterminio en dónde, a pesar de salir victoriozos, no salió como yo esperaba.

Hoy lo que más quería era que no me molestacen, y creo que Darkness y Megumin salieron, y Aqua, probablemente también. No las había visto desde el medio día. La verdad no me importaba siempre y cuando no causarán problemas.

Chomosuke: Nyaa~ Nyaa~

Fuí a acostarme en el sofá, y rápidamente Chomosuke empezó a molestarme con su pata, pidiendome algo, se froto otra vez contra mi y comenzó a ronronear.

Kazuma: ¿Huh? ¿Será acaso qué...?

Mire nervioso a Chomosuke, ella estaba más cariñosa que los otros días anteriores, solo esperaba que nadie se diera cuenta; hasta el momento Megumin ni siquiera había sospechado.

Comencé a acariciar a Chomosuke y ella me acepto rápidamente aun queriedo más. Tenía mis sospechas hasta que ella se dio la vuelta y me mostro su trasero.

Kazuma: ¡Oye-oye! ¡Espera! Esto no-

Trague fuerte ante eso, al tiempo que me levante del sofá y miré a mis alrededores: No había nadie.

Cuando volví a mirar a la cosa peluda, ella me recibió con un suave maullido.

Chomosuke: ¿Nya?

Kazuma: Oh, santa Eris...

En un segundo volvieron los recuerdo borrosos de esa noche, haciendome sentir terrible, pero al mismo tiempo, un pequeño bulto comenzó a hincharse entre mis pantalones.

Chomosuke: Nyaaa~

Ella al ver eso maulló ansiosamente y rápidamente se acercó a mi parte inferior. Frotando su cabeza suavemente contra mi bulto.

"Esto está mal, esto esta muy mal...", pensé, pero ya no podia detenerme.

Mire una vez más alrededor del salón verificando que no había nadie más que nosotros dos. Estaba a punto de volver a suceder aquello de la otra vez, solo que ahora no me encontraba borracho.

Mientras pensaba, Chomosuke seguía frontandose contra mi entrepierna, ansiada. Al final no pude resistir más; me había vuelto loco.

Lentamente me baje el pantalón hasta que por fin se descubrió mi miembro. Ella lo miró ampliamente, con la boca abierta, y juró por la santa de Eris que hasta estaba sonrojada.

Al instante Chomosuke empezó maullar y supe que es lo que quería. Me arrodillé frente al sofá para que mi miembro estuviera a la altura.

Mi respiración era agitada, mi corazón latía fuertemente y mi mente ya se encontraba nublada una vez más. No podía detenerme y tampoco era como si ella quisiera.

Ambos estábamos atrapados en el momento una vez más.

Chomosuke empezó a lamer mi miembro, qué cada vez se ponía más y más duro. Podía sentirlo, su pequeña lengua, sorprendentemente sin púas ásperas qué normalmente tienen lo gatos, hacían qué se sintiera bien, aunque el tamaño de su lengua fuera pequeño.

Chomosuke: ¿Nyaa~?

Aprete lo dientes con nerviosismo. Esto era algo que realmente no debíamos estar haciendo. Pero, de un momento a otro, ella paró de hacerlo.

Miré confundido y vi como Chomosuke volvía a darse la vuelta sobre sí para mostrarme (ofrecerme) su trasero. Y ahí la vi, esa pequeña raya, debajo de su ano, que anteriormente había sido brutalmente abierto por mí. Yo nunca pensaba que volvería a hacer esto, me dije incluso a mi mismo que nunca lo haría de nuevo, pero...

"Nunca digas nunca", era un refrán muy conocido en mi mundo y yo ya había puesto la bandera...

Contraje mi lengua preparándome para lo que estaba a punto de hacer. Me arrodillé frente al sofá y puse mis manos sobre la cosa peluda, acercando mi lengua comencé a lamer poco a poco el lugar privado de Chomosuke.

Podía saborear el sabor; su sabor. Esta era la primera vez que lo hacía, ya que la anterior vez fui directo a ella y le hice daño, pero está vez me aseguraba de hacerlo correctamente. Los jugos de Chomosuke salían cada vez más, y ella maullaba como si gimiera. Mi mente volvía a estar nublada.

Entonces, una vez lubricado el lugar, volví a arrodillarme y ajusté mi Escalibur sobre su entrada. Tomé aire y lo introduje lentamente.

Chomosuke: ¡N-nyaaa~!

Kazuma: Eris me perdoné... -gemí ante el placer de lo estrechó que estaba.

Me tomo unos momentos recuperarme, y note que Chomosuke también respiraba pesadamente. Pero yo ya estaba excitado, y no era momento de descansar.

Unos segundos después comencé a moverme, se sentía genial. Mi Escalibur había penetrado totalmente a Chomosuke una vez más. La sensación era placentera, mejor y más real que los sueños de las succubos.

Al principio me movía lentamente, pero eventualmente comencé a aumentar de velocidad. Era increíble la sensación. Y parece que Chomosuke también lo sentía por la cara que ponía.

No podía parar, y tampoco parecía que ella quisiera que pare, ambos lo estábamos sintiendo; ambos estábamos atrapados en el momento una vez más. Lo jugos de Chomosuke empezaron a caer hacia el piso, mesclados con los míos, y el sudor empezaba a caer también.

Kazuma: ¡Oh, Chomosuke! ¡Chomosuke!

Grite su nombre, realmente esta sensación era diferente a la mano con la que a veces lo hacía cuando no contrataba los servicios de la tienda de succubos. Estaba subiendo más la velocidad.

Chomosuke: ¡Nyaaa!

La gata, a la que ahora había agarrado entre mis manos y apoyado contra el sofá, maullaba de placer, su rostro gatuno ahora era uno lascivo, si es que lo gatos pueden hacer eso. Mi pequeño Kazuma entraba y salía de ella con rapidez, ansioso de sentirse bien.

Eventualmente, no tardé en sentir que ya estaba a punto de acabar. Y parece que Chomosuke también lo sabía por los sonidos que hacía y parecía que quería que lo haga.

Kazuma: ¡N-no puedo más! ¡Urght!

Aprete los dientes con fuerza y empuje sobre Chomosuke con todas mis fuerzas, viniéndome dentro de ella. Ella maulló fuertemente ante eso.

Mi respiración era inestable, sentía mi cabeza arder y miraba la obra que había hecho. Chomosuke estaba ahí, sobre el sofá respirando fuertemente.

Kazuma: Oh-h diablos, ¿qué acabo de hacer?

El calor parecía pasar; y mi consciencia volver. Saque mi pene de ella provocando que ella hiciera un sonido parecido a un gemido. Y caí finalmente sobre mí, sentándome en la alfombra recuperando el aliento.

Mi vista paro en la vagina de la gata, el liquido blanco saliendo y jugos esparcidos a los alrededores. Ella también respiraba con fuerza, cansada.

Sabía que debía de limpiar todo este desastre, y de paso darme un baño junto con ella. Caso contrario mis compañeras se darían cuenta, en especial Aqua, que era especialmente perceptiva en momentos así, donde menos lo requería.

Miré hacía arriba queriendo llorar, me volvía a sentir enfermo y tenía un mal sabor de boca.

Kazuma: Perdóname, Eris... pero se sintió bien...

Y finalmente volví a pensar racionalmente, con muchas dudas en mi cabeza.



***

Dios sea mi salvador.

Está vez, como la anterior vez, es producto de un reto. Maldigan con el alma a Ticci_Toby_90, quien me reto bien jodido a escribir esto.

Por mi parte, no fue nada agradable escribir esto. 

Nos vemos en el siguiente capítulo...










Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top