Perdóname Tadano-kun
Era un día de fines de marzo, los cerezos seguían en flor y una señorita de pelo castaño oscuro cenizo iba paseando por un área residencial. Todo el mundo a su alrededor se detenía en cada paso que daba. Generalmente iba acompañada de un chico azabache para ir a la escuela, pero esta vez él se había ausentado.
Sus ojos color negros con relieve en morado se mantenían viendo hacia el suelo. Ella se daba cuenta que los demás estudiantes, entre ellos varios de sus compañeros de salón, la seguían con la mirada. Durante sus tres años de preparatoria ella se debatía si realmente la admiraban... o si la acosaban.
Su desorden de comunicación fue empeorando con el paso del tiempo, a pesar de tener avances con sus amistades verdaderas, especialmente con un chico llamado Hitohito Tadano. Ella se animaba a hablar un poco más con él, pero con el resto era radicalmente opuesto.
Al llegar a la preparatoria Itan, ella hizo su rutina de siempre: llegar casi en una alfombra roja que sus compañeros le preparaban, ser escoltada hasta su casillero para cambiarse los zapatos y llegar al salón de clases. Cuando el resto de sus compañeros ya estaban en sus respectivos grupos, la señorita Shouko Komi estaba pensando con muchos nervios.
— Ya no aguanto esto, ya no. Tadano-kun, sumimasen, sumimasen, sumimasen...
Ella se repetía esta frase una y otra vez, sus ojos comenzaban a ponerse rojos y ella los apretaba para evitar que las lágrimas comenzaran a salir. La profesora estaba pasando lista y cuando llegó el nombre de Komi, ella seguía perdida en su mundo.
— Komi-san, Komi-san, Komi-san, daiyobou?... -Nene Onemine se acercó a ella, agitaba suavemente su hombro para llamar su atención-.
Shouko volteó a ver a Onemine, quien estaba preocupada. Komi se encontraba con un sonrojo bastante considerable, sus ojos amenazaban con derramar lágrimas. Nene posó su mano en la frente de su compañera, notó que estaba ardiendo en fiebre.
— Sensei, Komi-san está muy enferma.
— Llévala a la enfermería y de paso lleva las cosas de Komi-san por si necesita regresar a casa. -la profesora dio visto bueno para que salieran ambas-.
Onemine ayudaba a Shouko a caminar, avanzaban a paso lento mientras el resto de su compañeros (y la profesora) veían con lástima a Komi-san, que se notaba decaída, tal vez triste incluso.
— Komi-san, daiyobou? -Onemine preguntaba luego de haber salido del salón-.
Ella no respondía, estaba con lágrimas en los ojos y también temblaba de los brazos. Esto preocupaba a Nene, quien no encontraba cómo reaccionar, lo primero que se le ocurrió fue buscar algo de agua en las cosas de Komi, pero al abrir el bolso de ella, Onemine se asustó muchísimo.
Lo que encontró entre sus pertenencias era una Luger. Cuando quiso voltear a ver a Shouko, ella puso su cuaderno frente a Nene con la siguiente frase que le dieron ganas de romper a llorar, no sabía que hacer.
— ここから出て逃げる。(Sal de aquí y huye). -era lo que decía el cuaderno-.
Komi-san estaba con los ojos llorosos, con la mirada le suplicaba que se fuera. Shouko no quería hacerle nada a Onemine, por eso le avisó con anticipación. Nene agachó la cabeza, la mirada estaba nublada y llena de lágrimas. Entonces Komi tomó su bolso y comenzó a caminar de regreso al salón.
Nene estaba levantando la mirada lentamente hacia ella, que caminaba lentamente, alejándose hacia el salón de clases.
—¿Entonces fue por eso que Tadano-kun no vino? -Onemine se limpió las lágrimas y caminar hacia la salida del edificio-.
Mientras que Komi se acercó a su aula, tocó la puerta y no pasó ni medio segundo para ser recibida por todos. Yamai fue la primera en abrazarla, se le pegó como koala, pero entonces fue cuando algo se rompió.
Un disparo hizo eco en todo el pasillo, un líquido carmesí caía en abundancia sobre el suelo y esto quedó marcado en el uniforme de Komi.
— K-komi-s-an... -preguntó Najimi quien estaba muriéndose del terror-.
(Cr: @ altoraiser en Twitter)
El rostro de Shouko estaba sin expresiones, pero una lágrima caía en cada ojo. Empuñó su Lugen hacia la profesora, quien fue la segunda en caer. Un disparo al pecho izquierdo, justo en el corazón, fue suficiente para terminar con su vida.
Ya eran dos víctimas, primero la yandere Yamai con un disparo a la cabeza y luego la maestra. Sin titubear, siguió disparando. Primero a Shisuto, luego a Shinobino, después a Taisei, continuó con Chiarai. Así fue con cada hombre y luego siguió con cada fémina.
Siguió con Amami, Sasaki, después con Inaka que pedía piedad pero su súplica sería ignorada. Luego fue con Nakanaka y luego Agari. Pasaron alrededor de 10 minutos, en cada minuto y cada bala, Komi-san estaba llorando.
— ¿Por qué? ¿Por qué no pude nunca tener una vida normal? Siempre me veían, me consentían, no me dejaban hacer nada, no podía comer con nadie ni pude tener amigos reales. Tadano-kun, espero puedas perdonarme...
En todo ese rato, Onemine escuchó cada detonación y le era inevitable forzarse a creer que lo que pasaba no era real, que no estaba pasando absolutamente nada. Nene caminaba, pero los sonidos le hacían acelerar paulatinamente el paso, corrió hasta abandonar la escuela.
— Tadano-kun, perdóname por lo que voy a hacer. -Onemine al salir de la preparatoria, comenzó a correr hacia un destino en específico mientras marcaba tres números-.
Mientras tanto, el chico se encontraba en su cuarto leyendo, cuestionándose porqué Komi le dijo que no fuera a la escuela. Confiaba en ella, pero le era extraño que le planteara esa petición. Le preguntaría a ella más tarde, por el momento estaba disfrutando su día libre.
Al estar solo en la casa, podía relajarse más aún. Pero ese tiempo de relajación se interrumpió por un ruido en la puerta principal. Al levantarse y recibir a la visita, no pudo evitar asustarse. Onemine había llegado, totalmente aterrorizada, y lo primero que ella hizo por inercia fue abrazar a Tadano.
Él correspondió y se asustó al ver que ella lloraba de manera incontrolable. La invitó a pasar, le hizo sentarse en la sala de estar, que se tranquilizara. Le sirvió un té verde para tomar y cuando ella parecía estar más relajada, Tadano procedió a preguntar.
— Onemine-san, ¿qué fue lo que pasó?
Ella posó su vista a la taza de té sobre la mesa, sus manos apretaban su falda y cerraba los ojos con mucha fuerza. Sus brazos temblaban y no se animaba a hablar, pero al levantar los ojos vio el rostro preocupado de Hitohito. Tuvo que forzarse a respirar para recuperar la compostura, hasta que lo logró.
— Komi-san...
— ¿Qué pasa con Komi-san? -preguntó Tadano-.
— Ella... ella... -Nene no podía seguir porque volvía a llorar de solo recordar lo que vio y escuchó-.
— ¿Ella está bien? Contéstame por favor... -preguntaba preocupado Tadano para ponerse al lado de ella-.
— Komi-san... ella tenía un arma en su bolso... -las lágrimas caían más y más- Cuando lo noté me dijo... me dijo que huyera... Y cuando comencé a alejarme... se oían disparos...
Tadano no podía creer lo que estaba escuchando, que la chica más linda y que era su primera amiga de la preparatoria fuera una asesina era imposible. Él sabía que le era muy difícil ser expresiva con todos, tenía la idea que se sentía incómoda con tanta atención que recibía pero ¿llegar a esos extremos?
Se negaba a creerlo y necesitaba demostrar que lo que estaba escuchando era mentira. Lo que él no sabía es que estaba a punto de averiguarlo. Un golpe a la puerta sonó, Onemine levantó la vista y por un momento sintió el verdadero terror.
El chico se acercó a la puerta, Onemine le puso la mano en el brazo, le decía con la cabeza que no lo hiciera. Ella temía lo peor. Pero Tadano abrió la puerta, lo que veía le hizo palidecer.
Era Komi-san con el uniforme manchado de sangre en la falda, sus ojos estaban rojos por las lágrimas y en la mano sostenía la Lugen.
— Komi-san, ¿por qué? -Tadano se cuestionaba lo que estaba viendo-.
Onemine veía con miedo el encuentro entre ambos, no sabía qué hacer ni qué pensar, solo estaba viendo lo que pasaba.
— もう我慢できない。普通になりたい。すみません, 只野くん (Ya no aguanto más. Quiero ser normal. Perdóname, Tadano-kun). -Komi le mostró su cuaderno-.
— Pero no tenía que pasar esto. Komi-san, irás a la prisión por esto. Perdóname pero lo que hiciste es demasiado grave. -Tadano tomó su teléfono y con tres números, Komi entendió lo que iba a pasar-.
Shouko estaba con los ojos ocultos en su cabello, sus lágrimas volvían a caer y levantó la mano derecha con la pistola apuntando hacia la cabeza de Tadano.
— Komi-san...
— G-gom-men, da-daisu-uki, Ta-tadano-kun...
Fueron las últimas palabras que ella pronunció, su mano temblaba y el dedo índice estaba listo para apretar el gatillo. Ella decía que no con la cabeza, pero lo siguiente le hizo decidir.
— ¿Policía...? -cuando terminó la palabra, Komi disparó-.
Onemine estaba horrorizada, Shouko estaba llorando mientras veía caer el cuerpo inerte de Tadano en el suelo. Ella sentía que sería la siguiente, pero...
— ALTO, QUIETA EN DONDE ESTÁS. SUELTA EL ARMA. -una voz masculina muy autoritaria con un fusil apuntando a la cabeza-.
Shouko abrió los ojos y levantó las manos. Soltó la pistola y sin tiempo para reaccionar, sintió que sus manos eran tomadas. Ambas estaban en la espalda, bien afianzadas y luego sonaron algunos "clicks". Ya estaba en custodia de las autoridades.
Uno de los policías que llegó se acercó a Nene, quien estaba aturdida por lo que acababa de pasar. Las lágrimas caían, sus ojos estaban fijos en Tadano sangrando y sin moverse.
Le ayudaron a ella a levantarse, el policía que le auxiliaba le tapaba la vista y que no viera más el cadáver de su amigo. Cuando salió Onemine, se encontró a Najimi que estaba en una patrulla con una franela encima. El amigo de la infancia de todos, al notar que Nene salió, se acercó para abrazar a la chica.
— Najimi-san, ¿pero cómo...? -Nene preguntó mientras seguía llorando-.
— Komi-san no notó que seguía con vida y ella dejó una pista que iría con Tadano-kun. En la pizarra escribió "Perdóname Tadano-kun" y cuando todo se calmó, llamé a la policía hacia la casa de él. ¿Y él está...? -Najimi dejó de hablar cuando Nene la abrazó más fuerte-.
La castaña estaba demasiado perturbada, Najimi comprendió lo que había pasado y no pudo esconder las lágrimas. Komi-san salió esposada de la casa de Tadano para el debido proceso.
Las pérdidas fueron grandes, Komi-san estaba presa y sin que ella pudiera sentir el paso del tiempo, ya estaba en un juicio donde se determinaría el castigo que recibiría.
— Shouko Komi, por el delito de asesinato en masa. Tras las pruebas, testimonios y evidencia documental, se le dicta la pena capital.
El juicio fue corto, pero al ser un caso sin precedentes en el siglo XXI en Japón, sonaría en todo el continente asiático. Komi no tuvo una defensa que amparara su caso, que era literalmente indefendible. Sus padres se negaron a ayudarla pero estuvieron en el juicio.
Nadie reclamaba, nadie decía nada. Komi estaba llorando mientras era escoltada por dos policías. Ella estaba en uniforme naranja, esposada y lista para su ejecución. Pero cuando más miedo tenía, su respiración se agitó más y más.
(Cr: @ khyleri en Twitter)
Ella veía a todos lados, estaba oscuro y su cabeza volteaba a todos lados. Notó que sus manos estaban intactas, ella estaba limpia y en su cama. Tenía su dakimakura al lado, buscó su celular y lo primero que hizo fue enviar un mensaje de texto.
Komi lloraba a mares, se sentía desesperada. Se movió a su sala de estar para esperar, el tiempo era eterno para ella, sus ojos seguían derramando lágrimas hasta que escuchó unos pasos. Ni lenta ni perezosa, se acercó a abrir la puerta y lo encontró, lo abrazó con todas sus fuerzas y no quería soltarlo nunca.
— Ko-komi-san. Daiyobou? -preguntó un chico con pelo negro, bufanda y con pijama-.
Ella no decía nada, como siempre, y levantó su libreta temblorosamente.
— 私はとても怖かったです, 只野くん (Tenía mucho miedo, Tadano-kun).
— Hai, hai, pero ya estoy aquí contigo. ¿Tuviste una pesadilla? -preguntó el chico mientras la abrazaba y acariciaba su cabeza-.
(Cr: @ louise_artist en Twitter)
Shouko solo asintió con la cabeza mientras veía el rostro de Tadano. Él notó que ella tenía las lágrimas cayendo, y con su dedo limpió sus mejillas. Ella se sonrojaba mucho, pero porque era él quien la consolaba.
— ¿Quieres hablarme de lo que soñaste? -Tadano se sentó en la sala con ella-.
— すみません, 只野くん (Perdóname, Tadano-kun). -era lo que decía su libreta-.
Y fue así como ella decidió contarle, como pudo, el detalle de esa pesadilla que tuvo. Era de esperarse que esto sorprendería y asustaría a Hitohito, pero en ningún momento la juzgó ni se molestó con ella. Al poder leer el ambiente, sabía que un abrazo sería más expresivo que muchas palabras.
— Fue solo un mal sueño, Komi-san. Eres alguien especial y sé que podrás hacer todo lo que quieras, porque yo te apoyaré. Gambere, Komi-san.
El joven estuvo sentado en el suelo con ella, tenía el sofá como respaldo, ambos estaban juntos sentados al lado. Shouko estaba acostada sobre el pecho de Tadano y él acariciaba su cabeza. Se notaba que ella estaba cansada.
— 大好き。(Te quiero). -decía la libreta de Komi-san para luego quedarse dormida en los brazos de Tadano-.
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Bueno, ahí humildemente escribí esto. Posiblemente no quedó muy bien, primera vez que escribo un one-shot, las críticas son bienvenidas, solo no sean tan crueles. Y gracias por llegar hasta acá, lo aprecio mucho. Nos vemos en la otra historia el siguiente viernes, los quiero mucho uwu.
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