(16)
Kolb encontró el cubil donde dormía el dragón, de cuyo hocico emanaban volutas de humo. El aire irritó los ojos de Kolb, que casi se resbaló con los huesos de otros hombres que el dragón había devorado. La bestia yacía sobre un costado, con la garganta y la panza expuestos, a la espera.
Atacar al cuello (6).
Atacar a la panza (11).
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