XXXV

¿Cómo sé que amo a una persona?

Probablemente estaba siendo demasiado dura conmigo misma al someterme a la tortura de pensar más de lo que debería, además de estar prácticamente teniendo una bonita cena con mis secuestradores, mis hermanos y quien sabe que tanta mierda más, claro, sin contar el hecho de las increíbles e innumerables ganas de estrangularlos repetidas veces hasta cansarme. Pero no es como si tuviese la oportunidad, es más, no tengo ninguna oportunidad de escapar o moverme sin que le hagan algo a la gente que quiero o a mí, aunque bueno, no es que herirme sirviera de mucho.

El platillo principal consistió en mis ganas de vivir servidas con un pedazo de jitomate, salsa verde y un grano de sal. Varvara y Fyodor lo devoraron con todo el gusto del mundo, sabrá dios que es esa cosa que están comiendo, pero definitivamente no me arriesgare a tocarlo, primero me corto la lengua y me coso la boca. Puede estar envenenado, o alguna locura digna de estos dos.

Mientras los dos engullen la comida —delicadamente, es que no sé, parecen muñecos— yo examinó el restaurante. Es tremendamente alto, ya que estamos en el cuarto piso y le faltan más, parece edificio corporativo. Hay algunas cosas que son de mi agrado, otras que podría rediseñar y aun así... parece como si yo hubiera escogido la estructura del restaurante, todo, la manera en que los tapetes están distribuidos incluso da miedo. Preferiría cerrar mis ojos toda mi estadía aquí, es horrible la idea que metieron en mi cabeza, yo no hice este plan, jamás. No tiene motivos (creo). Sacudo la cabeza con un movimiento apenas perceptible para que no se atrevan a mirarme, examinó otra vez la estructura, ya no con la perspectiva de un arquitecto, sino con la de un criminal. Buscando puntos frágiles, puntos ciegos, lugares a donde correr, etc.

Hay cámaras por todos lados, las ventanas son de un grueso enorme, sería imposible romperlas, hay un mundo de guardias por todo el piso y no sé si es por la gente rica que está aquí o por nosotros.

Y antes de poder seguir con lo mío, mi futuro escape o muerte, lo que caiga primero, la electricidad se va. Así, de la nada. La gente emite exclamaciones, murmullos. No lo pienso dos malditas veces, con el ruido lanzo mi silla y empiezo a moverme a tientas por la oscuridad. Apenas pude memorizar algo del piso así que no me resulta muy raro tropezarme con una mesa, al menos, son solo dos personas las que me están buscando y no todo el restaurante. Me levantó pegándome a la primera pared que veo, pues lo que menos quiero es que me apuñalen por la espalda. Buscó con la mirada Fyodor y Varvara y allí están, pero no como me gustaría.

Varvara esta peleando con una sombra rápida y feroz y Fyodor está mirando algo, no logro ver que es. El punto es: están ocupados ¿Y yo? A correr. Apenas desvió la mirada me doy cuenta de que ya nadie está en sus mesas, ni los meseros en las barras, tampoco los guardias en sus posiciones, tengo un segundo para procesar el motivo por el que Fyodor y Varvara están tan tranquilos.

Ellos no me van a capturar. Lo hará la gente de este lugar.

Creó una coraza de picos y un posible tornado que se disparara en el momento que alguien se me acerque. Intentó moverme, poco a poco, hay mucha gente. Mucha. Mucha-

Oigo el seguro de un arma retirarse y el disparo a quema ropa, luego el grito. Mi cabeza enloquece. Es la voz de Dazai. Las estelas se disparan a las personas, el tornado va y toma el piso como su nuevo lugar. Las cosas vuelan, la gente grita, hay sangre, polvo, mil cosas más en el aire y para mí es difícil moverme entre la bruma pero si Dazai esta aquí tengo que encontrarlo. No quiero gritar, y conforme la desesperación me llena.

Lo hago.

—¡Dazai!

Algo se tira encima mío con una fuerza impresionante, huelo el cabello de Varvara, gruño, intentando quitármela de encima, la sombra que peleaba con ella ahora está rompiéndole la cara a todas las personas que intentan acercársele. Muerdo el brazo de Varvara y tiro de su cabello hasta que le arranco un pedazo, creo que voy a ganar hasta que ella hace un movimiento inesperado.

Me encaja un cuchillo en la yugular.

El caos se dispara entre los hermanos.

Oigo a Fyodor gritar.

Caigo al suelo en el momento en que todos se detienen y observan en nuestra dirección, apenas puedo ver las botas de Fyodor y su capa ondear hasta mí, y cuando siento sus manos querer levantarme, yo ya perdí la conciencia.

No hay nada ni nadie a mí alrededor, es como, perderte en un color hasta que olvidas donde estas y que estas haciendo allí. Camino tentando el lugar por si me golpeo con algo, aunque solo oigo voces, bueno, una voz.

—Aleksa, Aleksa.

Cuando no hay nadie, luego hay algo, y luego, estoy abriendo los ojos.

Medicina. A eso huele, y el techo es conocido. Intentó mover la cabeza solo para descubrir que estoy con vendas y un collarín. Yo no entendió que pasa hasta que recuerdo poco a poco lo de hace poco. Tengo miedo de lo que me voy a encontrar cuando me levante. Pero, en su lugar, por el rabillo del ojo, veo aquel color algodón de Gereth. Muevo la mano para que se de cuenta de que sigo con vida, él gira abruptamente la cabeza y se acerca corriendo.

—¡________! —Me grita, cogiéndome de las manos y dándome un beso en los nudillos—. Me alegro de que estés bien, las explicaciones luego, ahora, escúchame.

Y lo intente, hasta que dos figuras más entraron a la habitación. Me quede de piedra y las lagrimas me saltaron inevitablemente, es la primera vez que lloro sin pensarlo. Chuuya y Dazai, así, sin más. Los dos, completos, vivos. Miró a los tres y suelto un sollozo.

Estoy viva y lejos de ellos, estoy aquí.

—¿Estoy... a salvo?

—Estas en la enfermería de la Mafia. Es imposible que alguien entre o salga, mis subordinados están cuidando todo y el jefe ya esta al tanto de la situación.

Quiero abrazarlo, quiero sentir el calor corporal de él, quiero revivir esa llama que crecía dentro de mí cuando estaba cerca mío, lo quiero a él. Y, sin embargo, solo me limito a pedirles explicaciones.

En resumidas cuentas, ellos localizaron el restaurante. Dazai dedujo el piso donde estábamos, Gereth se metió a las instalaciones eléctricas y desactivo toda la electricidad, Chuuya era quien peleaba con Varvara porque ahora me vengo enterando que ella tiene la habilidad de a quien toque o la toque, explotara de inmediato y bueno, no fue una novedad en absoluto que me dijera las increíbles habilidades de reflejo y velocidad que tenía, por otro lado, Dazai estaba casi matando a Fyodor cuando este le disparo mientras que Gereth estaba intentando controlar la electricidad y a la vez peleándose con el puño de guardias que lo descubrieron.

Lo que paso después de que Varvara me encajara el cuchillo, fue que Fyodor me levantó y me quiso sacar de allí, Dazai desactivó su habilidad y de esa manera Chuuya lo pudo noquear. Varvara se había escapado con Fyodor inconsciente y allí terminaba la pelea. Lo otro, fue la discusión con la Agencia Armada, la Agencia de Gereth y la Mafia, casi matándose por toda la confusión que se supone yo cree.

Ellos esperaron a que hablara, yo solo atine a decir:

—Lo siento. No debieron arriesgarse así por mí. Les prometo que resolveré esto.

Me dijeron todo lo que sabían, me centre en detener la catástrofe del catorce, para que falta un mes. Un maldito mes. No sé cuanto estuve en coma. Pero para eso, necesito encontrar el libro y para el libro, mis recuerdos y para mis recuerdos, el sello.

—¿Solo tengo que admitir que estoy enamorada de alguien? Bueno, pero no estoy enamorada de nadie.

En ese momento los tres parecían querer estrangularme, claramente, no entendí por qué. No amo a nadie, no románticamente.

—¡Si lo estas! —Un Dazai muy exasperado se llevó las manos a la cabeza, desordenando su cabello—. ¡Hasta el enano lo supo antes que tú!

—Cierra la puta boca o te la cierro yo a patadas.

Levante una ceja, analizando la violenta pelea de Dazai y Chuuya, Gereth se sentó a mi lado y observó todo como un cómico show. Le lance una mirada al pelirrosa.

—Estas tan convencida de que no puedes amar porque no tienes hilo que no te has dado cuenta de que estás enamorada de uno de nosotros.

Lo pensé.

—¿Y como se siente eso? Lo veo en películas y en gente y me lo dicen. Quieres ver a esa persona feliz antes que tú, darías todo por ella, te comprometes y respetas su espacio, se dan apoyo mutuo, sientes una tristeza inexplicable cuando se enojan o no está. Pero ¿Cómo?

Gereth me miró como si no tuviera remedio.

—¿De quien de nosotros piensas de esa manera?

Yo señale a Chuuya, que seguía peleando con el más alto, prácticamente moliéndolo a golpes mientras Dazai se reía del dolor. Viéndolo así, son muy raros.

—¿Ves?

—Entonces... estoy enamorada de Chuuya.

Las cosas se cegaron a mi alrededor. Como si mi vida se hubiera cerrado con un candado.

Allí estaba, los recuerdos que anhelaba y temía al mismo tiempo. 




es un capitulo algo corto pq se vienen cosas chidas y turbias jeje

this Is aleksa





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