Capítulo 4: Frillitaria entre hermanas

Escena 1:

Ha pasado medio mes desde la llegada de Matsui a la ciudad. Monogatari y Kenji hacían lo posible para que la niña se sintiera cómoda, aunque la primera era la que menos esfuerzo tenía que hacer. Las dos hermanas se habían hecho muy cercanas en poco tiempo, la niña hada sacaba a su hermana a tiendas, parques, locales, y todo rincón divertido de la ciudad. Iban al cine, a comer en restaurantes, o simplemente a divertirse en los lugares más ordinarios de la gran ciudad.

Matsui ya estaba al tanto de muchos detalles sobre su compañera: Monogatari no solo poseía la extraordinaria habilidad de cambiar su tamaño a su antojo. También contaba con el don de vuelo que tenían sus alas de hada, el cual usaba de vez en cuando para sacar a volar a Matsui. Y su habilidad cliché de hada para comunicarse con los animales y plantas. Aparte, el tío Kenji mencionó que Monogatari practicaba con el arco y era muy ingeniosa improvisando.

A pesar de extrañar a mares a su querida madre, la brujita no podía quejarse de lo bien que la pasaba con su hermana. Ambas eran divertidas, atrevidas, y jugaban con la vida haciéndola divertida cada día más.

...

Escena 2:

Un día llegó a la consulta del doctor Kenji, una muchacha joven de unos 13 años, cabello castaño corto con dos mechones atados a los lados y decorado con un cintillo negro con dos perlas rosadas, ojos azules marinos, piel blanca decorada con el rosa de sus mejillas. Vestía una gabardina, una camisa blanca de mangas largas, una falda roja a cuadros, y una bufanda roja y no muy larga.

Matsui veía ensimismada a la niña que hablaba con el médico, mas Monogatari reaccionó de otro modo. Miraba a todos lados a su alrededor buscando a alguien a quien no encontraba.

- ¿Que buscas?- Preguntó Matsui con curiosidad.

- A un chico.- Dijo Monogatari.- ella es una paciente de mi pa... Que diga, de mi tío. Y un chico muy lindo siempre viene con ella. A veces, para no aburrirse esperándola, él juega conmigo... Pero parece que no está aquí.-

La brujita dio una mirada curiosa a su hermana, quien estaba un poco cabizbaja y con un aire desanimado.

- Él me gustaba mucho.- Dijo Monogatari.

- ¿él te QUE? ¡Aún tienes nueve años!- Expresó Matsui sorprendida.

- Si~ pero él era ilegalmente guapo y me gustaba.- Volvió a decir Monogatari con el ánimo subido.- Pero ni modo, esa chica de ahí es su novia así que renuncié.-

Ambas se miraron a los ojos por un momento. Todo terminó en un "Como digas".

...

Escena 3:

- Monogatari, ¿estás segura?- Dijo con inseguridad la niña bruja.

- ¡Tanto como que Megaman no lanza limones!- Expresó la hadita tendiéndole la mano a su hermana.

Cualquier persona hubiera dicho "NO" al instante con una locura como esta, pero Matsui no era "cualquier persona" exactamente. Si su hermana que era un hada le pedía que saltara de la ventana del segundo piso para atraparla y que volaran juntas, lo haría aunque al principio dudara. Y exactamente ESO estaban haciendo.

La ventana daba a la calle, y había un basurero justo abajo lleno de vidrios rotos por cosas que se rompieron en la tienda de enfrente. Si Monogatari daba un paso en falso y Matsui caía, sería una fea despedida. Por lo cual, la niña hada estaba perfectamente decidida a no fallar.

Ya habiendo disipado toda su duda, Matsui se paró en el marco de la ventana y dio un salto hacia los brazos de su hermana. Fue una suerte que Monogatari pudiera atraparla, pero muy a penas, pues por un momento sintió perder fuerza y casi deja caer a la brujita, por suerte esta se aferró a los hombros de la otra y arreglaron instantáneamente el agarre. Matsui no se podía creer que estuviera flotando en el aire con un hada que encima de todo era su hermana, adoptada y todo, pero era SU hermana.

Monogatari se sintió muy fuerte. Podía cargar a su hermana en sus brazos y darle un precioso viaje por el cielo sobre la ciudad. la mejor parte fue, para ellas, cuando en medio de su vuelo fueron vistas por un globero que pasaba por el parque, este al impactarse con su visión soltó todos los globos, lo cuales al ir hacia arriba chocaron cada uno suavemente contra las dos niñas que no paraban de reírse, volando en el aire libremente. Matsui logró atrapar un globo, y ese sería su recuerdo.

...

Escena 4:

Así como el pastel de chocolate con crema blanca y fresas, el helado de piña y mora era más exquisito que otras veces. Aunque eso solo para Monogatari, pues Matsui solo había podido comer helado una o dos veces en su vida debido a la escases de dinero en su hogar.

- El tío Kenji nos matará por haber salido sin permiso, pero este día ha sido muy divertido.- Comentó la peli morada.

- Él es más gentil de lo que imaginas. Se preocupa mucho, es cierto... Pero es que siempre me ha tratado como a su propia hija.- Dijo Monogatari.

- Él comentó que antes hubo otra niña en su casa... ¿Tenía una hija?-

- No... Era su sobrina, Yudian. Era bonita, blanca, rubia, y tierna.- Explicó la niña hada con un dejo de tristeza.- Pero ella falleció, me contó que cuando iba al colegio, uno de los maestros llegó con un arma y le disparó antes de que fuera atrapado por un policía.-

- Debió ser muy triste.- Dijo Matsui, contando con la sinceridad de su hermana.

...

Escena 5:

Al volver a casa, para evitarse los problemas con su tío, las niñas volvieron a entrar por la ventana por la que salieron. Como era muy tarde, inmediatamente se pusieron sus pijamas, se cepillaron los dientes, y se acostaron juntas en la cama que compartían. Kenji regresó unos minutos después y, a pesar de saber la verdad de su escape, soltó una silenciosa risa y las dejó dormir tranquilas.

Eran las 00:19am y una de las niñas no estaba dormida, la hermana mayor. Habían pasado muchas noches en las que no dormía como solía hacerlo en el campo, solo por el simple hecho de quedarse hasta la madrugada presenciando el dulce rostro de su hermanita al dormir. No sabía si así suele sentirse una madre al ver a su criatura, simplemente la veía como un ser al cual proteger por encima de su vida. Se lo había prometido desde el primer momento en que la conoció, y cumpliría por mil años o más si llegaba a vivir tanto.

Fue en sí, un día cotidiano, pero muy divertido. Y si así iban a ser los 4 meses lejos de su madre, Matsui los podría soportar con una sonrisa.

...

Escena 6:

El incesante sonido junto a su oreja ya había dejado de mortificarlo, ahora era como un arrullo tentador para hacerlo cerrar los ojos. No podía, no iba a darle ese gusto a su atacante. Sus dos amigos estaban esparcidos por el suelo, inertes y carentes de vida. Frente a él está el culpable de su reciente experiencia: Ver como un ser sombrío, deforme, y espeluznante atravesaba, con lo que podían ser unas manos, los cuerpos de sus amigos y torturándolos hasta dejarlos en el sueño eterno. A él no le había hecho mucho, atravesarle el costado de su abdomen y arrancarle una pierna ya no parecía tanto en comparación con lo que vivieron sus colegas.

No debió empezar ese interés en lo sobrenatural, no debió hacer caso a los rumores, no debió ir a aquella mansión, no debió abrir ese maldito libro.

El malvado monstruo ahora juega con los cuerpos sin vida de sus víctimas, el sonido de la sangre goteando y huesos haciendo "Crack" ya dejó de abatir al chico que yace tendido en el suelo completamente impotente. El abominable ser mira, con lo que podrían ser ojos, al joven.

- ¿No quieres rendirte ya? Pareces muy decidido.- Dijo el atacante.

- No... Quiero... Y-Y ya...- Dijo con dificultad el chico de 14 años de edad.

- Un infame humano no puede con el poder de un demonio, aún si este viene acompañado de otros ordinarios mortales.- Dijo tranquilamente el que se hizo llamar a sí mismo "demonio".

- Cierto... S-Ser humano es pa... P-Pa...-

- ¿Patético?- Terminó el demonio al ver como al chico le costaba hablar. En cuanto este asintió, el atacante continuó.- Y, ¿deseas ya no vivir con esa patética existencia?-

Nuevamente el chico asintió y esbozó una sonrisa triste.

- Y supongo... Que tampoco quieres morir, ¿cierto, niño?-

- N-No me im... Importa... Solo quiero... N-No ser... Esto.- Dijo con cada vez más dificultad el joven. Pronto no le quedarían energías ni para respirar, aunque se preguntaba cómo es que aún podía.

El demonio sonrió sádicamente al oír como un joven humano despreciaba su propia existencia ordinaria. Eso significaba algo que hace mucho tiempo quería lograr, pero no había conocido a ningún mortal que le llamara tanto la atención para hacerlo, hasta ahora.

- Bien, entonces... ¿Te apetecería un trato para cumplir tu deseo?-

El casi difunto muchacho solo miró al demonio con cierto interés. Esa era la respuesta necesaria.

- ¿Te gustaría... Ser un demonio? Solo te pido algo a cambio.- Dijo muy seguro de la afirmación del mortal.

Aún si fuera algo malo, ya no importaba, ya nada le importaba. Incluso con el temor corriendo por su espalda, el chico extendió su mano. Era demasiado tarde para arrepentirse por algo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top