Capítulo 3: Florecer en tierra seca

Escena 1:

- ¡Yes! a hacerme la mujer maravilla por un rato.- dijo Matsui, sin importarle que los tipos la hayan escuchado.

Los tres tipos se voltearon al oír a Matsui, mas esta no cambió su expresión tranquila ni por un segundo. Los maleantes tomaron esa actitud como un acto de arrogancia y uno de ellos avanzó hacia la brujita.

- Y bien, ¿quieres unirte a la fiesta?- preguntó con mofa el tipo.

- ¿Fiesta? no se ve divertida. Será mejor que dejen en paz a la niña.- dijo Matsui con determinación.

Los tres tipos se rieron de Matsui. ¿Cómo podía una mocosa tener tanto coraje? ninguno de ellos se hacía la mínima idea de la verdadera identidad de la niña que tenían ante ellos.

Matsui sonrió arrogante y levantó su mano sujetando su varita. Estaba a punto de realizar un hechizo que se deshiciera de esos idiotas, cuando de repente sintió una mano haciendo presión en su muñeca. Aquello le borró por completo la sonrisa y la hizo voltear, dándose cuenta, para su horror, que había un cuarto tipo detrás de ella y la tenía agarrada.

- Bueno, bueno, ¿y esta niñata? es bonita, junto con esa otra pasaremos un buen rato.- escuchó decir al que tenía detrás. Matsui hizo una mueca de desagrado ante tal pedófila oración.

La situación pintaba demasiado mal. Si no lograba soltarse, si no se le ocurría algo pronto, todo habrá terminado. No podía terminar ahora, aun no completaba su misión, aun debía volver con su madre. ¿Qué pasaría con su madre si todo terminaba ahora? seguramente no lo soportaría, incluso una niña como Matsui podía entenderlo.

Fue entonces que un fuerte e impactante sonido, como el de la caída de una motocicleta o un televisor, causó que los tipos voltearan la mirada de vuelta a la otra niña que antes arrinconaron. Todo el mundo se quedó estupefacto al presenciar que lo que había frente a ellos era la misma niña, pero con una estatura y tamaño más crecidos, la niña estaba del tamaño de un poste de luz. Esta agarró un bote de basura que tenía al lado y con el comenzó a golpear a los maleantes.

Los tipos, aterrorizados por la nueva forma de la niña, soltaron a Matsui y salieron corriendo. la brujita seguía observando anonadada a la que supuestamente iba a rescatar pero terminó siendo su rescatadora. la niña al verse descubierta volvió a su tamaño original, un centímetro más baja que Matsui.

- Ahhh... Hola.- dijo la niña para intentar romper el hielo.

- Eso... Fue... ¡¡SUPER ASOMBROSO!!- gritó impresionada Matsui.

...

Escena 2:

Ambas niñas estaban sentadas en la misma banca que estaba Matsui antes de su supuesto "rescate". La brujita veía con detenimiento a su nueva amiga. Cabello anaranjado algo ondulado, ojos castaños, tez blanca, y lo que más le llamaba la atención, unas alas bellísimas de color blanco transparente que sobresalían de su espalda. Luego se fijó en la caja que llevaba consigo. Del tamaño de una caja de zapatos pero cuadrada completamente, color rosa, adornada con un listón rojo, se preguntaba que habría dentro.

La niña notó las miradas curiosas de Matsui y soltó una carcajada.

- ¡Con esa cara luces más aterradora que los tipos de hace rato!- expresó entre risas.

La niña bruja se rió junto con ella. Como siempre dicen: La primera impresión no se olvida, y esta era una excelente primera impresión. Fue entonces que cesaron las risas.

- ¿Es acaso un regalo de cumpleaños?- preguntó Matsui señalando la caja con curiosidad.

- ¡Nope! es... algo que compré para alguien especial.-

- ¿Especial?- repitió la pelimorada con picardía.

- ja ja! no es eso. Verás, hoy iba a ver a alguien y como se trata de alguien muy importante, mi familia de hecho, quise ir a buscarle este pastel.- explicó la niña, revelando lo guardado en su caja.

- ¿Tu... Familia?- preguntó curiosa Matsui.

- Sip! bueno, no toda... Solo mi hermana, mi tío me dijo que vendría a verme.-

El silencio inundó a ambas por unos segundos. Los ojos de Matsui se llenaron de felicidad, y sin pensárselo dos veces se tiró sobre la niña para abrazarla.

- ¡Eres tú! ¡Eres tú! ¡Te encontré! ¡Soy Matsui, tu hermana! ¡Vine a por ti!- expresó emocionada.

- En... ¿Serio? ...... ¡YAY!- gritó la niña correspondiendo el abrazo.- ¡Soy Monogatari!-

...

Escena 3:

El pastel de chocolate con fresas y chocolate raspado nunca había estado más delicioso, eso pensaba Matsui comiendo el regalo de su hermana junto a ella.

Monogatari pedía detalles sobre su madre y Matsui le contaba lo dulce y materna que era ella. Hablaban de sus vidas, sus hobbies, sus similitudes... la brujita tocó el tema de la "habilidad" que su hermana mostró contra los maleantes de hace rato.

- Es mi... talento.- dijo Monogatari riéndose nerviosamente, provocando que su hermana soltará un confundido "¿ah?".- verás, soy una hada. Nací con este poder y lo he tenido toda mi vida.-

Matsui había olvidado por completo la identidad de su hermana. Fue un momento chistoso para ambas, y Monogatari se alegró al notar que su nueva hermana no mostró extrañez al saber de su raza. Matsui aprovechó la "sinceridad" para explicarle a su hermanita que ella y su madre eran brujas y que tenían una hermana mayor que las cuidaba desde el cielo.

...

Escena 4:

Hace unos minutos que Kenji no liberaba a Monogatari del abrazo. Había recorrido todos los rincones que conocía de la ciudad sin encontrarla y estaba sumamente preocupado, al llegar a su casa para llamar a la policía se encontró con la niña y no hizo más que abrazarla.

- ¡¿A dónde fuiste?! ¡Estaba preocupado! ¡¿Qué hubiera hecho yo si te pasara algo?!- dijo Kenji con suma preocupación y un poco de resentimiento.

Matsui tuvo que explicar a su tío que Monogatari había ido a comprarle un regalo por conocerse y que la había encontrado en la tienda. No quiso explicar la verdad de que habían sido atacadas por unos tipos, una verdad omitida para mejor.

...

Escena 5:

Ahora tocaba lo más difícil de todo... respuestas. En la sala sobre uno de los sillones estaban sentados Kenji con Monogatari a su lado, mirando a Matsui que se encontraba en el sillón de adelante. la atmosfera era fría, nerviosa, y un poco incomoda, pero era la hora de responder todas las dudas.

- Tu... Madre- comenzó el médico- es una mujer invaluable y sé que lo sabes. Pero ha pasado por muchas cosas dolorosas, entre ellas... El padre de tu hermana. Pero tú fuiste una alegría para ella, un motivo de vivir. Mas cuando encontró a Monogatari, perdida e indefensa entre aquellos girasoles, ganó otro aliento para la vida. Ella en serio deseaba cuidar de ambas y que crecieran juntas... Pero no era posible.-

Hubo un momento de pausa, pero el hombre volvió a hablar.

- Monogatari en ese momento tenía el tamaño de un ratón, y para más colmo estaba muy herida, desnutrida, pálida. Su madre intentó sanarla y darle de comer pero no lograba que comiera o mejorara, así que me llamó. Yo nunca antes en mi vida había tratado a una sílfide, pero Monogatari tenía un cuerpo lo suficientemente "humano" para saber qué hacer. La llevé a mi consulta y le dije a vuestra madre que la llamaría cuando mejorara. Pasaron las semanas y Monogatari ya estaba bien, pero su salud seguía siendo delicada. Se lo dije a vuestra madre, y... Resultó que ella estaba en una situación terriblemente crítica y apenas podía darle de comer a Matsui. Si hubiera decidido cuidar de dos hijas, probablemente Monogatari hubiera crecido enferma y vuestra madre hubiera dejado de comer por alimentarlas. Así que yo... Ofrecí hacerme cargo.-

Otra pausa y un silencio devastador. La cara de la niña hada mostraba su consternación y su tristeza. Toda su vida supo que de pequeña era delicada de salud, pero no se imaginó nunca que aquel defecto en su persona hubiera causado tantos problemas.

- En parte... Siento que quise hacerme cargo de Monogatari para calmar el dolor de haber perdido a mi sobrina, Yudian. Pero siempre quise a Monogatari, durante estos 9 años la he querido, la he amado, como a mi propia hija. y a ti, Matsui, ni se diga. Vuestra madre y yo les hemos ocultado muchos secretos, pero por favor entiendan que fue porqué las amamos y deseábamos esperar al momento justo.-

- Tío...- interrumpió Matsui- no estoy molesta con mamá ni contigo, al contrario, estoy inmensamente feliz por todo esto. Me pone un poco triste pero está bien. Quiero mucho a Monogatari y quiero que seamos hermanas, que crezcamos juntas y nos apoyemos la una a la otra... Y a mamá y a ti.-

Monogatari no dijo nada, pero tras ese abrazo dulce que le dio a Kenji y luego a su hermana se vio reflejado un "¡Yo también!".

- ¡Vamos con mamá y vivamos felices en el campo!- dijo la brujita abrazando a su hermana.

- Emmm... Sobre eso...- intervino el médico- no podrán irse aún. Su madre me llamó, y me dijo que cuando llegaras, te hospedarías aquí un tiempo.-

- ¿Un tiempo? ¿Cuánto?-

- Unos meses... Cuatro, mínimo...-

La niña bruja quedó de piedra con aquello. ¿Cuatro meses? ¿Por qué? desde que llegó a la ciudad solo tuvo en su mente una idea: encontrar a su hermana, conocerla, e irse con ella a su hogar. ¿Qué le estará pasando a su amada madre para tomar esa decisión?

- ¿Cuatro meses? No, ¡no puedo! ¿Qué pasó? ¡¿Por qué quiere alejarme?!-

- ¡Quiero conocer a mamá!-

- ¡Niñas!- expresó Kenji, y al instante volvió al tono de voz calmado- no está alejando a nadie, solo está teniendo un problema económico difícil y necesita que estén bien. Además, Matsui, quiere que convivas un poco en la ciudad con un modo de vida más... Cómodo, aunque sea temporal.-

En realidad, la palabra en lugar de "cómodo" sería "estable", pero el hombre nunca ha menospreciado el esfuerzo admirable de su amiga y nunca lo haría. Los ojos de Matsui se cristalizaron, evitando sus lágrimas, salió de la casa y se sentó en el jardín a llorar. Era entendible, no sabía si su madre estaba en problemas y no podía más que soportar la distancia.

De repente sintió una mano en su hombro, y luego unos brazos rodeándole. No volteó a ver quién era, pero aquellos cabellos anaranjados le dieron toda la explicación. Aún con sus mejillas humedecidas por las lágrimas, se volteó y abrazó a su hermana, quien a pesar de no demostrarlo, compartía su dolor.

- ¡Vamos a hacer muchos recuerdos juntas y se los contaremos a mamá!- animó Monogatari, provocando la sonrisa de su hermana.

- Te voy a cuidar...- dijo Matsui cariñosamente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top