Capítulo 11: Tierra seca
Escena 1:
¡A volver a Casa! Matsui y Monogatari no podrían estar mas felices, una por volver a ver a su mamá, y la otra por al fin conocerla. El viaje en auto era largo, pues la casita en el campo quedaba bastante lejos. La hadita en varias ocasiones miraba a su tío Kenji, quien sólo veía al frente mientras conducía. La brujita dejó de poner atención al mundo dentro del automóvil, sólo observaba el paisaje camino a su casa. Recordó aquel desagradable viaje con la jefa de su madre, cuando lo único que podía calmar sus nervios al borde, era ese bello mundo a través de la ventana del coche.
El movimiento del vehículo se detuvo, significaba el final del viaje, estaban en su hogar. Matsui fue la primera en bajarse, percibía ese nostálgico aroma a naturaleza, escuchaba el sonido de los animales y los árboles moviéndose por la brisa que acariciaba sus mejillas, sentía la suavidad del pasto bajo sus zapatos y las hojas acompañadas de pétalos de flores en su cabello. El ambiente era tal y como lo había visto al marcharse, y estaba muy feliz de verlo otra vez. Kenji fue el segundo que bajó del automóvil, miró a su alrededor con cierta nostalgia, había pasado mucho tiempo desde que visitó esta casa de campo... Aunque, Monogatari dudaba bastante en salir, los nervios y la inquietud se detuvieron junto con el coche, dejando su cuerpo paralizado. Su hermana mayor fue hasta ella, la tomó de la mano y la ayudó a darse el valor para salir a ver su nuevo hogar.
- Kenji...- Se escuchó la dulce voz de Alice. La mujer, al ver a su hija de cabellos morados, estaba por ir corriendo a abrazarla, mas la imagen de la niña con alas la detuvo bruscamente. - Mo...-
- Monogatari, mamá.- Terminó Matsui al notar el impacto de su madre.
La mencionada no pudo evitar que sus ojos se humedecieran al ver a quien por tanto tiempo había estado esperando. Toda la escena terminó en un largo y grupal abrazo.
...
Escena 2:
Despierta...
- ¿Uh...? ¿Quién...?- Dijo la niña ángel, sin poder ver nada más que pura oscuridad.
Se terminaron los delirios. Despierta ahora.
- ¿De que hablas?-
Es hora de aceptar la realidad, no era tu felicidad. Despierta ahora.
- Pe... Pero...-
¡BÁJATE DE ESA NUBE, ERROR!
Fue la culmine para despertar de su sueño, recostada en la cama de su madre y sudando por la extraña voz que acababa de hablarle. Ya calmada, se levantó de la cama y fue a buscar a su madre a la cocina, mas no la encontró ahí. Escuchó el ruido de gente afuera y fue a ver... Presenciando la escena del abrazo grupal entre su madre y... ¿Otras niñas?
Matsui descubrió a la niña que se encontraba en la entrada. Su primera impresión fue: "¡Rayos, que bonita! Ah, espera, ¿quién es ella?".
- Kea...- Dijo Alice soltando a sus hijas y dirigiéndose a la mayor. Volvió a mirar a las otras dos niñas.- Matsui, Monogatari, ella es Kea... vuestra hermana mayor.-
- Ah... Ah... ¿EH?- Exclamaron a dúo Matsui y Monogatari. Kea, muda.
...
Escena 3:
Para la niña ángel, la conversación entre su madre y sus "hermanas" no podía expresarse en buenas palabras cómo se sintió. Las tres hermanas estaban sentadas alrededor de la pequeña mesa de la cocina, Kenji se apoyaba en la pared de brazos crudazos para mostrar su seriedad sobre el asunto, mientras que Alice yacía de pie frente a las niñas, nerviosa y preocupada por las reacciones, pero sonriendo con su aparente "tranquilidad". Se tomó su tiempo para explicar el lazo biológico entre Kea y Matsui, más la adopción de Monogatari, omitiendo el detalle del padre de la hermana mayor. También tuvo que explicar lo que pudo sobre el regreso de esta última, esto con bastante más dificultad puesto que una persona por lo general no debería revivir, y esto era algo más que un milagro.
Al final, las tres niñas estaban calladas y mirando la mesa. Alice temió que se sintieran conmocionadas. Mas en un momento, su hija brujita se levantó de su silla y se dirigió hacia la ángel, sonriendo ampliamente y ofreciéndole la mano.
- Es una verdadera dicha poder conocerte, hermana mayor.- Dijo la pelimorada.
Kea miraba la mano de la bruja, pero no osó moverse. Matsui al notar el silencioso desdén en su hermana, bajó su mano y simplemente sonrió para ocultar su incomodidad.
- Esto... ¿Será una buena idea?- Pensó Kenji, dirigiendo su mirada a Monogatari, quien veía de manera muy apática a sus dos hermanas.
...
Escena 4:
- ¿Planeas ir de todos modos?- Dijo una sombra de ojos rojos en la oscuridad.- Será posible que seas tan obstinado...-
- No necesito otra voz regañándome. Espérame aquí hasta que vuelva, ¿sí?- Dijo el chico de cabello rosa pálido a su lado, antes de desaparecer.
- ... Siquiera agradéceme que la localicé...-
...
Escena 5:
"Salgan y vayan a jugar mientras tío Kenji y yo hablamos" fueron las palabras de Alice, y sus tres niñas fueron a pasear por el campo. El ambiente no era agradable como solía ser, era más bien tenso y silencioso. Matsui realmente quería romper el hielo entre ella y su recién conocida hermana mayor, Monogatari estaba muda e incómoda, y Kea iba al frente sin siquiera mirar a las otras dos.
- Hey, Kea...- Dijo al fin Matsui. Su hermana sólo volteó la mirada.- Tú y mamá parecen muy unidas, debió ser divertido haber pasado con ella.-
La niña ángel sólo asintió brevemente al comentario de su hermana.
- ¿Qué cosas hicieron?- Matsui seguía esforzándose.
Esperaba una respuesta por más indiferente que fuera, pero su hermana sólo la ignoró y siguió caminando. Para seguir intentando volvió a hablarle, pero volvió a ser ignorada. La brujita empezaba a deprimirse, eso ocasionó molestia en la menor.
- Es más sencillo decir que simplemente no querías conocernos, hermana.- Esas palabras detuvieron el paso de la mayor, pero Monogatari ya no se sentía con ánimos de callarse.- Tu actitud es demasiado obvia, no te agradamos. No sé qué te hicimos, pero será mejor que te acostumbres a nosotras porque viviremos juntas.-
Kea volteó y se paró frente a frente con Monogatari. Matsui se sintió nerviosa viéndolas a las dos, por lo que trató de calmar el aire con un comentario, sin embargo, no se le ocurrió ninguno para que la escucharan.
- No es que no me agraden, sólo no estaba preparada para conocerlas.- Dijo Kea con un tono un poco menos frío.
- Nosotras tampoco esperábamos que estuvieras. Pero hey, estamos felices por ello.- Respondió Monogatari.
- A penas nos han presentado.-
- Bien, entonces hagámoslo de nuevo.- Dicho esto, le tendió la mano como Matsui antes lo hizo.- Soy Monogatari, tu nueva hermana. Si se te complica el nombre, dime Ai.-
En lugar de estrechar su mano, se quedó viéndola como antes. La hada pensó: "¿Y con eso dices que no te desagradamos?".
- V... Vamos, chicas, ¿no se supone que vinimos a jugar? ¡Juguemos un juego!- Dijo la de en medio tratando de parecer animada.
Kea aclaró que no sabía ningún juego, y Monogatari admitió que nunca había jugado en un ambiente de campo. Matsui sonrió y ofreció enseñarle a Kea a jugar a las escondidas. Iniciaron con un piedra-papel-tijera entre las hermanas menores para decidir quién contaría, la mayor perdió, las menores le explicaron qué debía hacer y fueron a esconderse mientras la otra contaba.
Matsui se había ido a esconder lejos para que tardara el ser encontrada, mientras que Monogatari se escondió sobre un árbol cercano. Asegurándose de permanecer oculta, la hada apartó un poco las hojas para ver a su hermana buscarlas. En cuanto Kea terminó de contar, abrió los ojos y miró a su alrededor. Sin embargo, antes de siquiera pensar en buscar a las otras dos, dio media vuelta y se fue caminando. Monogatari vio en las acciones de Kea lo que ocurría, eso la molestó. Bajó del árbol y vio cómo la niña ángel se alejaba, quiso decirle algo pero prefirió dejarla que se fuera y fue ella misma a buscar a Matsui, murmurando un "Nos odia" muy bajo.
...
Escena 6:
Era hora de que Alice y Kenji hablaran sobre el tema en privado, lo cual desde el punto de vista de Alice era... Más difícil que haberlo hablado con sus hijas.
- ¿Estás... Segura de todo esto, Alice?- Kenji trataba de mostrarse en calma.
- ¿Sobre qué..., Kenji?-
Él dudó un poco. No sabía cómo preguntar sin que sonara mal, así que lo intentó del mejor modo que pudo.
- ¿Estás segura de que es... Kea? ¿Estás segura de que es... El bebé que...?-
Ella se dio cuenta del rumbo de la conversación, sintiendo el peso de la duda de otra persona. No era que su amigo no quisiera creerle, creer en todo lo que ella había contado, pero era normal dudar de una verdad como esa. Él mismo fue el doctor que la atendió en el parto, vio con sus propios ojos el final de la bebé, él mismo ayudó a sepultarla, y dio sus condolencias. Por mucho que él estuviese involucrado en los temas paranormales y mágicos a los que ella estaba acostumbrada, seguían siendo un doctor ordinario y una bruja. Dando un profundo suspiro, pensó un momento en cómo probar su verdad.
...
Escena 7:
Caminando sin rumbo por el sendero de tierra, pensaba en lo ocurrido recientemente. ¿Por qué no sentía afecto por sus hermanas? No es que no quisiera quererlas, es que no sentía que pudiera. Pasó 10 años de su vida en una estancia oscura y sombría, sólo con un charco para ver a su madre día a día... Pero nunca la veía sola, siempre estaba ella, siempre estaba Matsui, siempre estaba su hermana... Y sin embargo, pasaba de ella como con cualquier mosca. Si su mente le hubiera permitido ver a la niña con la que compartiría a su madre, estaría preparada al verlas a las dos. Aunque, ella nunca imaginó que volvería a la vida, con su familia y teniendo una nueva infancia. Tampoco imaginó que conviviría con otra hermana en su vida, alguien que no había ignorado, simplemente no la había conocido. Ya no podía hacer nada, casi deseaba que esas dos niñas no volvieran a casa, que no hubiesen aparecido, que no hubiese nadie a parte de ella y su mamá...
Al darse cuenta de sus pensamientos, sacudió la cabeza con negación. No estaba dispuesta a pensar de esa manera tan egoísta, ella no quería ser egoísta. Además, ya no podría hacer nada, debía resignarse a estar con sus dos hermanas menores, debía aprender a apreciarlas, aunque fuera un poco. Entonces se dio cuenta de otra cosa, no tenía la menor idea de dónde había ido a parar. Parecía un prado amplio y agradable para correr, con arbustos y uno que otro árbol, pero ya no había sendero. Asumiendo que estaba perdida, se disponía a tratar de volver por donde vino.
- Me tenías cansado de tanto buscarte y esperar...-
Esa conocida voz le dio escalofríos, y la hizo voltear, para volver a ver a ese chico. Ese demonio la miraba detenidamente, casi contaminando su visión con su mirada fría y amargada. Ella ya de por sí le temía, pero no iba a poder huir dos veces. Azura no estaba para protegerla. Sólo volteó completamente para verlo de frente he hizo aparecer su estoque.
- ¿Qué es lo que quieres, Taro?- Cuestionó Kea enojada.
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