Capítulo 7

"¿Quién es Harry?"

James no se gira, sigue removiendo lo que sea que esté en el horno. Mi mente se queda sin jerga geopolítica, pasando por frases y términos que usar en un ensayo particularmente tedioso. Estoy cómoda en el sopor estudiantil en el que me he sumergido, con mis pies apoyados en la silla opuesta y el portátil calentando gentilmente mis piernas . Me llaman dos veces antes de que quite la mirada de las páginas subrayadas.

"¿Eh?"

Mi portátil pita por tercera vez, suplicando cargarse. Es cuando busco el cable que James habla otra vez.

"Harry. Tienes un mensaje de él."

No hay nada de grácil en la manera en la que salgo del ensayo presionando la ventana atascada. Los reflejos me fallan cuando los libros se caen y se abren en el suelo. Torpemente, paso a través de los muebles entre yo y el teléfono. James añade más ingredientes a la cena mientras abro el mensaje. Es sutil en su intriga, pero su fascinación no pasa desapercibida.

De Harry:

Tengo otra pelea el sábado. ¿Vas a estar ahí?

Mis pulgares escriben una rápida respuesta, asegurando mi asistencia. Paso un montón de tiempo determinando si es apropiado acabar el mensaje con 'x'. A la mierda. Espero a que la barra de envío se complete antes de meter el teléfono en mi bolsillo.

"¿Todo bien?" Pregunta James.

Hay una mirada de preocupación en sus ojos, junto a la firme presión de sus labios.

"Si, está bien."

"No contestas mis mensajes tan rápido." Bromea sin su normal risa alegre.

Mi estómago se hunde.

No le estoy engañando.

***

Entro en el club, sin respiración y exhausta. Hubo un accidente en mi camino hacia aquí; una moto, rayada y tumbada. Con la policía permitiendo conducir por solo un carril tras la colisión, me llevó más tiempo del que me hubiera gustado llegar hasta ahí. Hay una cola que obvio, para las quejas de los que esperan fuera, antes de caminar hasta el portero adentrándome en el calor.

Mack está esperándome con una ansiosa arruga en su ceño mientras juega con sus uñas. Su cabeza se mueve cuando agarro su brazo, los nervios enrollándose como un muelle.

"Llego tarde. Lo sien-"

"Ya está dentro." Me interrumpe.

"¿Cómo lo está haciendo?" Casi grito mientras él me ayuda a quitarme el abrigo.

"Está contra las cuerdas. Deberías ir ahí, Bo."

Mack coge mis cosas para guardarlas en su oficina. El aire está lleno de alcohol en las lenguas y la respiración de la gente que me hacen empujar. Mi camisa está mojada con exceso de las copas y cuando llego a la parte delantera de la pelea, me entristezco por lo que veo.

Está en mal momento, a penas agachándose para evitar lo que podía haber sido un golpe letal en su cara. Me echo hacia delante, abriéndome paso con los codos hasta justo delante lo suficientemente cerca como para estar pegada al borde del ring. Harry está tirado contra las cuerdas, un corte en el puente de su nariz y uno encima de su ceja me da la desgarradora imagen de él llorando lágrimas carmesí.

"Levántate." Suplico.

Parece increíblemente exhausto, su pecho pesa con el esfuerzo de su espectáculo físico. Las imágenes de tinta y las inscripciones de su piel parecen más oscuras por la transpiración. Su presumido contrincante camina por la plataforma, demasiado ocupado dando un asqueroso show para que la audiencia note nuestra interacción.

"Harry."

Parpadea como si me estuviera viendo bien por primera vez. Poso mi mano en su derecha que está apretada alrededor de la cuerda.

"Por favor, levántate."

El árbitro no va a interferir. Si no se mueve, el competidor va a continuar hasta que esté inconsciente. Una pelea sucia sin moral ni decencia humana.

"Estás aquí." Resuella.

Harry está a punto de sonreír.

"Si y tu tienes que levantarte por mí."

Antes de que Harry pueda esperar a quejarse, se arrastrado lejos y acaba en el medio del ring. La energía que una vez parecía haber perdido, ahora palpita en él, elevando su motivación y regalándole el poder de pelear. Sigue cansado, pero consigue girarse antes de que le tiren al suelo con un puñetazo. Me encojo cuando toma valientemente una patada en su lado derecho para luchar con sus rodillas y dejar un sólido golpe en el estómago de su oponente.

El chico parece más que un boxeador, pareciendo extraño y desequilibrado mientras intenta un golpe con la rodilla o el pie en su rutina de ataques. Es más pesado que Harry, que está cómodo usando todo su cuerpo para conseguir una mezcla dinámica de ataques. Es también alarmantemente claro que los golpes que Harry recibió en su cara antes han afectado a su ya, perjudicada visión. El tiempo que le lleva limpiarse la sangre de sus ojos le hacen vulnerable que los mortíferos ganchos derechos. No va a durar mucho más.

No veo a Mack y la decadencia del árbitro hace más difícil la práctica que la teoría. No está buscando chicas dispuestas a los lados; está más preocupado en esquivar la pelea que tiene lugar en el ring. Agitar mis brazos no sirve para nada. Meto mis dedos en la boca para producir el silbido más alto que puedo. Atrae la atención que quiero tan desesperadamente. El árbitro se gira, agachándose para oírme.

"¡Dale un tiempo muerto!" Le pido sobre el ruido.

"No funciona así."

Agarro las cuerdas, apoyándose en ellas.

"No puede ver bien de un ojo, con toda la sangre es prácticamente ciego. Déjame arreglarlo y puedes tenerlo de nuevo en el ring." Grito.

Suspira pesadamente, moviendo la cabeza antes de que me de una respuesta cortante.

"Vale, tienes dos minutos."

Hay quedas hostiles cuando la pelea se para. El árbitro guía a un Harry mareado a la esquina donde le estoy esperando, de pie en el borde del ring al otro lado de las cuerdas. Le aguanto mientras se tambalea.

"¿Qué pasó?"

"No puedo ver," dice, frotando sus ojos con su mano. "Estás aquí. Pensé que no vendrías."

"Bueno, no vine para que te pateen el culo."

Mack vacía una botella de agua en la cabeza de Harry, lo que pone fin a nuestra conversación con farfullos. Cojo una vieja camiseta para limpiar la cara de Harry, concentrándome en los cortes y aplicando presión antes de que Mack le ponga tiritas adhesivas con rapidez.

"No le dejes pegarte en la cara otra vez, Harry."

Busco la goma de mi muñeca, Harry mueve su cabeza hacia mi mientras agarro su pelo y lo ato lejos de su cara. Es un moño desarreglado, pero lo dejo así porque nos quedamos sin tiempo.

"No te rindas. ¡Ve y patea su puto culo!"

Mack me ayuda a bajar a la audiencia un segundo antes de que Harry entre. Tiene convicción en los puñetazos que lanza pero me preocupa que no sea suficiente. Observo sin esperanza como es pegado una y otra vez. Los impactos que ha recibido antes lo han debilitado, incapaz de recobrarse y siendo más susceptible a los violentos asaltos que siguen.

"Vamos cariño." Me digo a mi misma.

Está usando todo lo que tiene, golpeando con los puños y rodillas para bloquear el ataque del contrincante. Y a la muchedumbre le encanta, encantada de tener una competición que merezca la pena otra vez ante lo que estaba empezando a ser una pelea de una parte.

Me golpean el hombro, una mano agarrando mi brazo y una boca en mi oído.

"No creo que tu chico las tenga todas consigo esta vez."

Su respiración es rancia de alcohol y muevo mi cuerpo lejos de él. La fría sonrisa de lado que enseña me hiela la sangre.

"Oh, que te den." Escupo.

Pero es como si sus palabras hubieran accionado un botón porque cuando me giro al 'entretenimiento', Harry está boca arriba con una rodilla en su pecho. No hay nada que pueda hacer salvo ver como horror como intenta bloquear cualquier puño en su cara. El otro competidor es más grande en estatura y presencia, una dura línea en su mandíbula y una mirada salvaje en sus ojos mientras dobla el brazo derecho de Harry en el suelo.

"¡Vamos Harry! ¡Levántate!"

Hay otro bramido junto a mi tono de apoyo, la gente apoyando al más débil. Mack está conmigo, llamando al árbitro para que haga su trabajo adecuadamente, a pesar de la política de 'no hay reglas'. Luego, repentinamente, Harry es libre: el hombre que se erguía sobre él está caminando tranquilamente, presionando contra las cuerdas delante de mi. Mira con desprecio hacia mi dirección antes de subir sus manos con celebración y empaparse de aplausos. Hay un bajo nivel de abucheos hacia su dirección pero parece que no le importa.

No es hasta que miro de reojo el perímetro del ring que veo a Harry tirarse hacia un lado. Está dolido, bastante, desafiando la suerte y levantándose. Hay moratones formándose en su cuerpo, cortes que sanarán y cicatrizarán. El animal sigue mofándose con la muchedumbre, ajeno a lo que está pasando tras él.

Harry me mira y le doy un simple asentimiento.

Casi podías oír el crujido cuando el puño de Harry chocó contra un lado del hombre, fracturando sus costillas y rompiéndolas. Dejó escapar un grito que sobrepasó el ruido bullicioso del club. Doblándose para escudar sus huesos rotos, se tumbó indefenso. Harry no tuvo piedad cuando le cogió por los hombros y lo tiró al suelo. Es mientras se retuerce con agonía cuando Harry toma la oportunidad de subirse encima de él, luchando por sujetar sus brazos antes de colocar sus muslos alrededor del cuello del hombre. No hay mucho más que pueda hacer con el discreto agarre que escurrirse. Harry mantiene los muslos tensos incluso cuando se movieron hacia un lado.

Es como si la cara del contrincante hubiera cambiado de color rojo a azul cuando Harry, sin ceremonias, se deshizo de él antes de que se desmayara. La muchedumbre le gritaba a Harry para que acabara, pero la pelea ya estaba ganada. Cualquier acción más de Harry le condenaría con una violencia injusta. Están esperando un knockout. Saben que no se acaba hasta que alguien esté ensangrentado y a punto de morir.

Él me mira y mi corazón late, listo para salirse de mi pecho. No dudo en subirme al ring con Mack ayudándome. Mi lucha por subir no es bien recibida y yo no quiero reprimirme de llegar hasta Harry cuando se acerca amenazadoramente al hombre vencido.

"Señorita," el árbitro dice con la mano levantada. "Por favor, salga del ring."

"No."

"Déjala."

Somos silenciados por el tono amenazador de Harry. La gente está decayendo mientras observan manteniendo la respiración.

"He acabado." Anuncia.

Cuando tomo su mano, sus ojos observan el contacto. Mis dedos se curvan alrededor de él y tengo cuidado en no asustarle.

"Vamos." Murmuro suavemente.

***

Es la primera vez que le he visto sonreír totalmente mientras me observa silenciosamente limpiar la sangre seca de su cara. Le dejo ponerse una camiseta antes de girarme para inspeccionar los moratones que tiene. Estoy llena de sorpresa cuando soy levantada del suelo con un abrazo. Su piel está mojada con sudor y brilla por su victoria. Me empapo de él, intentando recordar la nueva persona en la que se ha convertido. Sus hombros están más tensos, sus brazos más tensos, manos más dudosas. Sus tatuajes son recordatorios, pequeñas chispas para avivar el comienzo. Son intercambios de lo que nos queda todavía.

"Estoy muy contento de que estés aquí." Suspira Harry silenciosamente.

Sus manos se extienden a través de mi espalda mientras hunde su cara en mi cuello. Estamos tan cerca que parece que nuestros cuerpos están sincronizados, nuestras mentes van a la misma velocidad, los corazones laten consecutivamente. Y de alguna manera, todo esto se desmorona abruptamente cuando sus labios rozan la esquina de mi boca y yo me tenso. No puedo controlar mis dedos cuando agarran su nuca y su pelo se enreda en mi agarre.

De repente, mi pensamiento se acelera y la única velocidad cómoda en mi pulso es saltar de alegría a cada segundo que me agarra.

Harry me desliza de sus brazos hasta que estoy de pie delante de él. Hay un feo moratón formándose en su pómulo; su cuerpo está hecho harapos pero todo lo que le preocupa soy yo.

"¿He hecho algo mal?"

Me giro, limpiando los suministros médicos con las manos temblorosas.

"No."

Parece que estoy desordenando más que recogiendo así que dejo el kit abierto en un lado. Harry está exactamente como le dejé, con la excepción de que ahora se está mirando los pies.

"¿Quieres algo para beber? No tiene por qué ser aquí, podemos ir a otro sitio."

Mis piernas parecen de gelatina cuando me apoyo en la encimera. Harry se mueve instantáneamente hacia delante y la mano en mi cintura quema a través de mi ropa.

"¿Bo?"

"Lo siento. Estoy realmente cansada." Digo. "Todo esto contigo y James y el trabajo de la Universidad, me tiene derrotada."

Conozco mi error tan pronto como mis palabras salen de mi boca. Harry se retira al banco donde su ropa está esparcida.

"James," repite; jugando distraídamente con la cremallera de su bolsa. Se que lo hace para no mirarme; y me alegro. "¿Quién es?"

Me siento culpable, por el hecho de que todavía no se lo he contado y que le he dejado besarme.

"Alguien que estoy viendo ahora."

"Como saliendo. ¿Tu novio?"

Parece hecho polvo. La decepción muerde su labio y frunce sus cejas mientras interioriza las noticias un momento antes de que sus rasgos se endurezcan. La fuerte figura de su mandíbula se tensa junto con todo su cuerpo.

"No lo hemos hablado todavía."

"¿Pero él te gusta?" Pregunta firmemente.

"Si, es agradable."

"Agradable." Harry casi bufa. "Hubiera pensado que lucharías por algo más que agradable. Suena aburrido."

"Bueno si, es lo que quiero ahora; saber donde está y no preocuparme por él todo el tiempo. Algo aburrido y poco complicado." Contesto fríamente.

Se está creando tensión entre nosotros y no estoy segura sobre la emoción específica que le da vida. La manera en la que me mira me sugiere algo más que frustración. Se contagia cuando Harry da un paso adelante.

"¿Comparado a qué?" Murmura. "¿A nosotros?"

Niego con la cabeza porque no quiero recordarnos. He encerrado esos recuerdos y qué él los inunde otra vez sería demasiado. Hay un poco de duda en sus movimientos, su nerviosismo se ha ido y es sustituido con deseos de venganza para encarar mi aparente rechazo.

"Sabes." Empieza amargamente. "Después de que rompiéramos, solía ponerme ciego a bebidas," su juego de palabras inintencionado no pasa desapercibido con su pequeña sonrisa. "Bebía para que se parecieran a ti."

La revelación de repente me revuelve el estómago y ahora quiero irme.

"A algunas chicas no les importaba, pero se que otras son un poco precavidas," gesticula hacia su cara. "Llevé a una chica a mi piso, tenía tu altura, el pelo negro."

Hay un alto en su relato, una pequeña sonrisa mientras las puntas de mi pelo son atrapadas entre sus dedos. De repente, deseo que la pausa continúe, cualquier cosa para alejar sus palabras cortantes.

"Pero ella no olía como tú, cuando la llevé a la cama y besé su cuello."

"Que te jodan."

Me asombra que la puerta no se haya salido de las bisagras por la fuerza con la que la abro. La dejo abierta cuando me apresuro a la oficina de Mack donde mi abrigo y mi bolso están colgando de la parte de atrás de su silla. La persecución de Harry comienza segundos después, sus pies haciendo un estruendo por el pasillo detrás de mí. Está detrás de mí pero me obceco en no mirarle. La furia inunda mi cuerpo con rabia ardiente.

"¿Crees que soy rencoroso?"

Vacilo en la tentación de darle una patada en la espinilla aunque decido que ya ha tenido bastante esta noche.

"Creo que eres cruel." Contesto pasando por su lado.

Estoy casi en la puerta cuando unos dedos indecisos rozan mi brazo antes de elegir agarrar suavemente mi muñeca. Mack está en el final del pasillo, no muy seguro de si debería meterse en la situación. Niego con la cabeza en silencio, comunicándole que todo está bien y él desaparece por una puerta.

"La llamé por tu nombre." La voz de Harry se rompe.

El asombro me hace girarme. Mi brazo es liberado mientras él lo deja a su lado. Harry camina hacia tras hasta que se apoya en la mesa de Mack, apoyando las piernas cuando su cabeza se apoya en sus manos. Y justo así, mi sangre hirviendo se calma.

"Me dio un tortazo tan fuerte que lo podía seguir sintiendo a los dos días." Bromea. "Nunca llevé a nadie más después de eso." Baja las manos lejos de su dañada cara. "Eres tú. Siempre vas a ser tú."

La correa de mi bolso se desliza por mis dedos mientras camino el espacio entre nosotros. Mis amables manos agarran su cara para forzarle a que me mire. Me ha llevado un tiempo acostumbrarme a su impedimento permanente y me encoge el corazón porque creo que no se ha aceptado totalmente.

Coloco un suave beso en su párpado marcado, parando para pasar mis dedos con facilidad por su pelo. Esto es lo que necesita, que alguien sea amable y bueno con él.

"No quiero hacer esto más."

Alguien que le libere.

"Todo va a ir bien."


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