Capitulo 4 [Knife] (Final).

-Y...como piensas entrar si estás exiliada- Recalco cierto ente próximo a Miku, la cual yacía escondida tras una enorme piedra con la vista fija a la entrada del reino de su adoptivo padre.

-Yo...aun no lo se.

-Venga, aun puedes quedarte conmigo, no te faltara nada nunca , cualquier cosa que me pidas, todo lo que desees, yo te lo puedo conseder -Propuso el recientemente nombrado Kaito.

-Gracias, gracias por todo, incluso por acompañarme hasta aquí.- Agradeció la peli azul.

-No te hubiese dejado sola bella dama, y jamás lo haré, si me lo permites...entre demonios hay honor.

La propuesta del legendario demonio era tentadora.

-Y como se que no me estas tentando para hacerme tuya y luego solo devorar mi alma ...Eso dicen de los demonios- Expreso Miku con cierto aire de broma.

-Y dicen que los vampiros odian el ajo, venga Miku-Chan, crees que si quisiese eso, ¿No lo hubiese conseguido ya?

-Buen punto- Le dio la razón.-Pero ya te lo dije, alguien mas me necesita.

-De acuerdo bella dama...

-Esta chica es tan...Pf, increible -Pensó nuevamente el ser.

-Vale, solo ten cuidado Miku, no puedo interferir en asuntos de los humanos, así que por favor cuidate mi bella.- Ah y toma esto.- dicho esto dirigió uno de sus brazos en dirección a Kaito quien sostenía una katana enfundada.

-Que es esto?.-Pregunto con altos aires de duda.

-Te contare un secreto mi dama, aquella espada que le di a Len, simplemente es una que yo encante para el, mi espada gekkou es mas valiosa, y creo que vas a necesitarla.

-Entonces...esta es la verdadera espada de la leyenda, esta es la legendaria espada Gekkou?.

-Si, acabo de decírtelo ¿No?, pero no subestimes  la espada que Len posee, una Katana endemoniada puede ser incluso mas peligrosa que aquella que funciona con la luz de la luna.

-De acuerdo Kait...¿Kaito?.'
-al girar nuevamente tras de si donde se supone que debería estar su nuevo amigo...ya no había nadie.
-Debe estar cerca- Pensó.

Por fin y como pudo logro esquivar la vista de los guardias samurai, y pudo quedar en frente del amplio balcón del cuarto de su hermana...

///

Y de golpe, abrió los ojos, Kagamine Rin, recién casada con el amor de su vida, se encontraba abrazando a su esposo quien dormía placenteramente a su lado.

-Len...escuchaste eso?- Pregunto sin respuesta.

La joven rubia con extremo cuidado se fue apartando poco a poco del cuerpo de su amado, pero a al estar de pie sintió un frío abrazador, por lo que, casi por instinto se abrazo a si misma en busca de calor.

-Hoy es una noche verdaderamente fria- Pensó para sus adentros. -Miku... -Exclamó ella en un susurro.

Rin era conscientes que todo lo que estaba pasando era culpa suya, por no tener a Miky cuando pudo..
///
*

Poco a poco, Miku sintió que los brazos de Rin ya no ponían resistencia, y eso le agrado.

Separó la Unión de sus labios, y deslizó su lengua por el cuello de Rin, provocando un pequeñísimo gemido por parte de la rubia.
Rin unió sus piernas instintivamente.

-Mi-miku...Que estas..haciendo.

-Ya te lo dije ¿Verdad? Te amo...Te amo Rin.*
///

-No quería que eso pasara, siempre he amado a Len -Sentenció para si misma.-Pero debí ser mas clara contigo Miku, por culpa mía, no se donde estas ahora.

Una fuerte corriente de aire proveniente de su balcón la saco de sus pensamientos, por lo cual decidió acercarse solo para poder cerrar la ventana y seguir durmiendo al lado de su esposo, pero solo por curiosidad de un segundo se asomo para poder ver al vacio, pero se llevo una sorpresa que la dejo helada..

-Miku...

Sin dudarlo mucho, Rin hizo lo que muchas veces en su infancia, logro escapar de los sólidos muros del templo de su padre, y corrió a los brazos de su amada hermana mayor, la abrazo como si no lo hubiese hecho en años y se estrecho contra su cuerpo, pero recordo las graves heridas que ella habia obtenido en batalla con Len y rapidamente la solto.

-Perdoname, yo... solo..

-Jaja, ¿siempre seras así de dulce mi pequeña?- Clavó sus hermosísimos ojos azules en los de ella y le sonrió - Estoy bien ahora, no hay dolor alguno en mi cuerpo, solo el de no poder permanecer a tu lado mi amada.

Rin se sintió aliviada, su hermana mayor estaba bien -Pero..Miku-Chan si papa te ve aquí el va.. a...

-Rin necesito que confíes en mi una vez mas, por favor, ven conmigo.

-N-no, si Len o papa despiertan yo...

-Onegai, solo una vez mas, por favor.

Rin sabia que no era lo correcto, sabia que aquello podría desatar nuevamente una guerra sin fin, pero se trataba de su amada hermana, en la que siempre y en todo momento había confiado ciegamente, y al parecer quien tenia algo importante que decirle.

Miku extendió su brazo y abrió su mano en dirección a Rin en busca de que esta tomara su mano, y así lo hizo, aunque con cierto temblor en su pequeña mano, aunque el calor de Miku la tranquilizó en menos de un segundo y volvió a tener confianza. Y cuando Miku pudo percibir esto ambas salieron corriendo, evitando nuevamente a los guardias.

Y recordó su infancia, mas concretamente cuando salio por primera vez, era muy similar a lo que estaba viviendo ahora, pero, Rin realmente no estaba gozando aquella salida como tantas veces en el pasado, ahora solo quería volver a los brazos de su amado esposo, pero por su hermana, volvería a hacerlo aunque fuese por ultima vez.

-No se como empezar Rin.-Habló Miku al llegar al conosidisimo lago de agua cristalinas haciendo que Rin volviera a la tierra.-Rin, mi Rin, tu mas que nadie sabe que he dedicado mi vida al Kendo, a manejar la katana, a luchar...Y len, un príncipe consentido nunca lo aprendió de la mejor manera, así que no había forma de que el me ganara tan fácilmente..

-Que estas..

-¿Recuerdas la leyenda de la espada Gekkou?- Hizo una pausa analizando lo que estaba a punto de decir, con temor de que su amada rubia la tomara por loca.-Len, logro poseerla, y si suena muy descabellado, pero es real, el Demonio de la leyenda es real tambien, pero no como lo describen en los libros...el es amable...y

-Miku yo...

-Se que seguramente no me crees y piensas que estoy loca, pero se lo que vi, por favor debes creerme...

-Yo te creo Miku.-Interrumpio la joven princesa.

-¡¿Ah?!- Exclamó la peli-azul.

-Miku-San, por que crees que nuestro padre accedió a este matrimonio...a puertas cerradas los nobles de nuestro reino y gracias a los informantes, se enteraron que aquel príncipe del reino vecino había obtenido fuerzas sobrenaturales, por ello esta guerra estaba perdida, y así fue como fui ofrecida como trato de paz..

-Tu...¿fuiste ofrecida al demonio?..

-No es como lo hubiese dicho hermana mia, pero...en cierto modo.-Hizo una pequeña pausa para fijar su vista al suelo.-Estaba aterrada, pero sabia que con esa espada de nuestro lado, nunca, nunca mas tendríamos guerras, y habría paz eterna...y luego me di cuenta que era Len con quien me debía casar, y ya nunca mas tuve miedo..

Miku miro fijamente a su hermana, quien seguía con la vista fija al suelo, y de la nada sonrió con ternura.

-Todo lo hiciste para defender a tu reino.

-Lo haría mil veces mas para defender a quienes amo...pero..¡No pude defenderte a ti Miku! Y y-yo...no quiero perderte nunca..¡Nunca mas! -. Confesó la menor con lagrimas en los ojos.

~No podría desprenderme
De esa mano que nos
Vincula~

-

"Esta noche...¿no me permitirías acurrucarme en los brazos de tu pecaminoso cuerpo?"

Miku avanzo un par de pasos en dirección a Rin, y al quedar frente a frente la tomo de su barbilla y ya al tener su vista fija en la suya, empezó a acercarse poco a poco en busca de sus ya conocidos labios, y Rin por su parte solo se mantuvo quieta, como si estuviese esperando ese momento.

-"Tal vez mañana el destino nos separe...pero ahora, solo cortame".

-No se por que no me soprende.- La voz de un tercero hizo que instintivamente Rin se apartara bruscamente de Miku.

-Len...

-Siempre lo vi venir realmente- Confeso Len centrando su vista en Miku.-No era normal la forma en la que mirabas a Rin, y no te lo voy a negar, quise creer que estaba equivocado, pero en el fondo siempre supe que deseábamos a la misma mujer desde hace ya muchísimos años y al mismo tiempo...así como una guerra muda.

Dicho esto, hubo un largo silencio, el cual Len volvió a romper.

-Es esto una verdadera lastima, yo siempre te quise mucho Miku-Chan, nunca hice nada en tu contra por que verdaderamente te apreciaba...desde la infancia, Ahg, realmente te quería mucho.

-Pero ahora debemos pelear por aquello que tanto amamos... y por aquello que daríamos la vida.

-Len.- Exclamó Rin un segundo antes de que el suelo a sus pies comenzara a temblar, y una radiante pero demoníaca luz proveniente de su espada abrazara a Len frente a los ojos de ambas mujeres

Y cuando finalmente la luz que las cego se disipó, pudieron observar que Len había cambiado, sus ojos ahora eran amarillo brillante...vacios, su cabello rubio se había puesto blanco, y su piel era inhumanamente palida.

-En guardia Hatsune Miku, te reto...

Los ojos de Rin estuvieron a punto de salirse de sus orbitales, pero por alguna razón a Miku no parecía estar asustaba en lo absoluto.

-Eres un ingenuo.- Murmullo Miku.

-Que has dicho?.

Sin pronunciar mas, Miku tomo la espada que traía tras de si, la empuño con todas sus fuerzas y la alzó en dirección a la Luna, y tras esta acción un deslumbrante rayo golpeo la katana de Miku.

-Esta es la verdadera espada Gekkou, funciona unicamente con la luz de la luna, aquella que posees solo te conecta con el demonio ayasaki, ahora no te tengo miedo Len kagamine.

Len pareció sorprenderse durante un par de segundos, pero luego esbozó una amplia sonrisa burlona.

-Nunca dejas de sorprenderme amiga mia, pero ambos sabemos bien que no hay punto de concilia en esta pelea.

-Por desgracia, amigo mio.-Repitio sonriendole de vuelta en tono provocativo.-Si yo gano desapareceras de nuestras vidas.-Propuso la mujer.

-De acuerdo, pero si yo gano, seras tu a quien jamás volveremos a ver, y yo mismo me encargaré de que así sea.

-Paren por favor.-Hablo por primera vez la pequeña rubia que había decidido mantenerse al margen de todo lo que estaba pasando, pero no podía permitir que las 2 personas que mas amaba terminaran matándose entre si por ella.

-No te metas en esto Rin-. Le respondió su hermana quien la miraba con seño fruncido y cara de desagrado, confía en mi.

Terminadas estas palabras, ambos guerreros con sus espadas se pusieron en posición de iniciar la pelea en nombre de la mujer que ambos habían amado con locura desde la niñez.

El primero en atacar fue Len, en un movimiento tan rápido que definitivamente no era humano, pero con la misma agilidad, la retadora pudo esquivarlo sin problemas, y nuevamente Len se dispuso a atacarla, una y otra vez, con inmensa agilidad y precisión, pero a su vez Miku le respondía de la misma manera, cada vez con mas agresividad. Los roces de ambas katanas parecían eternos, y Rin quien Miraba a lo lejos, podía jurar que aquello parecía un interminable baile, donde ambos buscaban sincronizar, seguir la pista y no caer. Y luego de un rato de estar así ambos parecian haber llegado sus limites, ambos con la respiracion agitada y cortada.

-Se acabo Len, rindete ya y terminemos con esto para los 2.

-Quizá eres tu quien esta cansada.-Reapondio el rubio mientras jadeaba.

-Ya basta, por favor.- Rogó Rin.- Si ambos se detienen, todo volvería a ser  como antes, los tres, por favor, yo los amo a los dos.

Ambos rivales fijaron su vista en rin quien parecia debastada, y por un segundo Miku y Len se miraron fijamente, tratando de buscar paz uno del otro.

De repente Miku dejo caer su katana .-Len.

-Miku.-Le respondió.

Sin decir una sola palabra Miku le dio la espalda a Len y se dirigió en dirección a su hermana, quien los miraba de lejos.

-Se acabo Len.- Le dijo sin verlo a los ojos.

-Tienes razón Miku, se acabo.

Cuando finalmente Miku y Rin se encontraron se tomaron de las manos y sonrieron mutuamente, pero de un momento al otro Rin ya no sintió la presión de las manos de Miku sobre las suyas, y próximo que vio fue como su amada hermana mayor se desplomó en el sueño y un charco de sangre carmesí la abrazo.

-¡¿Miku?!- Al levantar la vista, vio a su esposo, quien empuñaba su espada manchada con la sangre de Miku.

-¡Len!, que has hecho¡ -La menor corrio a los brazos de su hermana, quien agonizaba en el suelo y poco a poco se desvanecia.

-Miku, Miku, vas a estar bien.-Los suaves dedos de Rin acariciado con ternura el rostro de Miku, y la ya moribunda chica tomo la mano de su querida rubia.

-Y-ya no voy a poder defenderte nunca mas, perdoname.

-Siempre lo hiciste...-Respondio Rin con lagrimas en los ojos, las cuales cayeron en el rostro de Miku.

Debilmente la peli-azul sonrió.

-Mañana tal vez el destino nos separe, por eso, besame ahora...

-"Besame ahora".

Rin se inclino un poco adelante en busca de los labios de la otra chica, pero antes de que aquello ocurriera, su compañera de vida desapare0cio, se desvaneció.

Al pasar aquello Rin se ataco a llorar aun arrodillada en el suelo.

-Termino Rin, vámonos a casa.-Finalizo Len dándole la espalda a su esposa y caminando hacia adelante suyo-Apresurate.

Como pudo logro levantarse del suelo, pero antes de seguirle el paso a Len, se dio cuenta que la espada con la que Miku había luchado aun se encontraba en el mismo lugar donde su portadora la había arrojado momentos antes.

Cargada de resentimiento tomo tomo la espada , y aprovecho que Len estaba de espaldas, por lo que sin pensarlo mucho decidió atacarle por detrás.

Y como si Len lo hubiese esperado, lo esquivo de manera precisa-No lo hagas Rin, nunca has usado una Katana.

Rin lo ignoro y trato de atacar de nuevo, por lo que Len pareció aceptar el reto y ataco de igual manera, y con mucha facilidad logro derribar a su esposa y dejarla indefensa en el suelo y con su Katana presionando el pecho de la joven, amenazando con asesinarla.

Pero un destello paso por su mente,fue tan rápido para el que olvido por un momento la situación en la que se encontraba.


-R-Rin...-Len dejo caer su arma.

Y Rin sin desaprovechar aquello, sujeto con firmeza su katana y perforó el corazón de su eterno enamorado, dejándolo tendido en el suelo.

La joven rubia se recosto al lado de su esposo y tomo su mano.-Te perdono amor mio.-Le susurro.

-Gracias...-Pronuncio débilmente.-Siempre te he amado, y seguramente cuando ya no este lo seguire haciendo...Rinny.

-En otra vida Len...Te amo.

Dicho aquello, el cuerpo de su eterno amor también se desvaneció en la noche, pero al fijarse bien, un pequeño collar aun estaba en el lugar donde su esposo había fallecido, ladeo un poco su cabeza donde estaba Miku, y de igual manera había un collar.

Eran aquellas pequeñas joyas que en su infancia tenían como símbolo de su amistad eterna.

Y en ese momento, Rin se dio cuenta que las dos personas que tanto había amado, ya no estaban.

Se hecho a llorar.

-Hmg, es una verdadera lastima, Miku, me agradaba bastante...-Suspiro un ente el cual se aproximaba a Rin.-Si no se hubiese empeñado en salvarte.

-Quien eres?.-Pregunto Rin mientras se limpiaba las lagrimas del rostro.

-El dueño de ambas espadas que posees.

-Ah... T-tu..

-Sabes, pensándolo mejor, quedate ambas, puede que te sirvan de consuelo, a Miku le hubiese gustado que las tuvieras.

Rin se mantuvo en silencio viendo como aquel ser se alejaba.

-Kaito, ese es mi nombre, sayonara- Finalizo el peli-azul.

Rin decidió sentarse a la luz de la luna, simplemente se dedico a ver su belleza, y juro que en lo mas alto de su esplendor, logro ver el rostro de las personas que tanto había amado...y que seguramente jamás  volvería a ver.

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Para fines propios, una joven chica, su amado y una mujer.

El joven sostiene una espada endemoniada.

"Creen poder atarme a algo tan vano como la razón humana...que ilusos son los humanos".

La joven mujer se enamoro de una chica que apareció de repente, y ambas emprenderán un viaje en busca de su amado.

"Esta noche cortare el vinculo que nos manteniene unidas-

Para traer de vuelta la memoria perdida, ella traerá al chico.

"No me rendire, te seguiré incluso mas aya de la luna".

La chica sigue la única pista del recuerdo

El chico posee una espada demoniaca.

Y ambos amantes calleron en el amor prohibido.

"Ambos chicos prometieron amarse y estar juntos, pero el destino les ayudo a incumplir esa promesa.Y la chica perdió incluso a la persona mas irremplazable del mundo."

Esta es la historia de la Mujer que lo perdió todo, o al menos eso dicen que paso.
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Y este es el final, no se si aun hayan personas que lean este fic, pero siempre me quede con la espinita de terminarlo, y llevo mas de un año sin escribir pero con muchas ganas de hacerlo.

Recurso que antes en 1 días me aventaba historias larguísimas y ahora para esta parte final tarde 4 días , pero finalmente acabe esta historia que siempre me fascinó.
Espero que les guste.

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