Capitulo 3 [Espada Gekkou] (Lemmon)
Y se encontraban en ese lugar, una pareja de recién comprometidos, Rin y Len.
Ambos se habían escapado de la ceremonia y llegaron hasta el balcón del templo.
Len mantenía a Rin acorralada contra una pared, mientras besaba con intensidad sus labios, y en respuesta a esto La chica rodeo sus brazos al rededor del cuello del Rubio.
Finalmente ambos podían dejarse llevar.
Un joven y una mujer, ambos amantes de la misma chica.
Al separar la Unión de sus labios un fino hilo de saliva aun los unía.
-Nunca me hubiese imaginado venir a tu reino, conocer a tu padre y ser tu esposo.- Dijo Len en tono burlón.
-Baaaka, Mi padre se siente culpable por comprometernos "Sin habernos conocido"- Replicó Rin.
-Si tan solo lo supieran...-El rubio tomo suavemente una de las mejillas de Rin a dejo pequeñas caricias en ella.
-Len..
-Sera mejor que regresemos- Propuso.
-Sabes cuando...
-¿Nos casaremos?.- Complemento.
-Si...
-La tregua quiere firmarse lo antes posible, así que mañana...
-Mañana¡- Exclamo.
-Rin...esto estaba planeado desde hace mucho tiempo.
-¿Tu lo sabias?.
-No, no, pero al parecer todos sabían esto menos tu y yo,
-Eso es...
-Pero en verdad me siento afortunado, Cuando mi padre me dijo que debía casarme, me aterrorizo la idea de no poder estar a tu lado...incluso considere la idea de escaparme contigo- Confeso.
Aquellas palabras ruborizaron a Rin, intuitivamente estampó un pequeño beso en los labios de Len.
-Regresemos.
La pareja acordo volver al lugar donde se celebraba la Unión de los imperios, y así lo hicieron.
Al llegar a su destino todos se encontraban ahí, degustando comida, hablando como si se tratasen de amigos de toda la vida y compartiendo un agradable momento.
Si hubiese alguien que los viera por primera vez, no se imaginarian ni por asomo que pasaron años de amarga guerra.
Los rubios se unieron a la celebracion, pero por mas que Rin trataba de concentrarse no lo lograba, no paraba de pensar en Miku, se suponia que ella debia estar en ese lugar...Pero no estaba, y tenia un muy mal presentimiento.
Y como si Rin tuviese alguna especie de poder sobre natural, las puertas se abrieron de golpe y dieron paso a una esbelta figura femenina.
-Miku..- Alcanzo a murmurar Rin, mientras veia entrar a su preciada hermana.
Y todo el mundo permaneció en silencio.
-Quiero desafiar al Len Kagamine a un duelo de Kendo, y si yo gano Rin será libre del compromiso el.- Anuncio.
-Como Te atreves Miku!- reclamo su padre adoptivo.
-El no puede negarse, lo he retado públicamente y eso va en contra de sus costumbres ¿verdad?.
Len quedo paralizado durante un segundo, realmente no quería luchar contra Miku, fue su amiga durante una buena parte de su infancia, y no comprendía bien el por que de repente lo había retado, pero seria una deshonra no aceptar.
-Muy bien Miku- Acepto Len.
-!No¡, no pueden.- Interrumpió Rin.
-Rin-Sama mantegase lejos- La detuvieron un par de sirvientas que se en encontraban en el lugar.
Len tomo la espada de su padre, y se paro justo en frente de la peli-azul.
-Miku, no tenemos que pelar...-Pero al parecer la chica no escucho sus palabras, puesto que empuño con mas seguridad su katana.
-Debes de saber que quien pierda esta condenado al exilio- Recordó el padre de Len hablando por primera vez.-Aún puedes rendirte Niña, no cometas estupideces.
-Usted me disculpara, pero no he solicitado la opinión de nadie en esto.
-Muy Bien...Recuerda tus palabras.
Y de un momento a otro se encontraron pelando, los dos amantes de Rin, peleaban entre si, pero la diferencia de fuerzas era altisima, casi iniciada la pelea, Len ya había herido a Miku por debajo de la costilla, y al parecer se trataba de una cortadura profunda ya que comenzó a sangrar descontrolada mente, y un fuerte gemido de dolor se escapo de los labios de Miku.
-Miku, Miku, !Miku¡ por favor rindete ya- Suplico Rin, quien veía con impotencia el duelo.
Pero Miku ignoro sus palabras, no iba a rendirse sin luchar, juró que protegeria a su amada hasta que su cuerpo no estuviese mas con vida, y recordando su promesa siguió luchando en vano, hasta terminar en el suelo.
-Es suficiente...-Hablo Len, no seguiré luchando contigo Miku.
Dicho esto se dio la vuelta, pero La herida muchacha no había terminado aun, como pudo saco fuerzas y una vez mas empuño su kanata, y corrió hacia Len que se encontraba de espaldas.
Pero como si len supiese que iba a pasar, velozmente se dio la vuelta y en un golpe seco levanto su arma en direccion a Miku, hiriendola justo en uno de sus ojos.
-!aAHhhhHhhh¡.- Sollozó Miku, callendo de rodillas al suelo, nunca sintió un dolor tan grande y punzante, supo entonces que perdería el ojo.
Todos los precentes la rodearon, y fue enviado a traer a un equipo de sanadores.
Rin al ver la escena, corrio a su encuentro y la cubrio con sus brazo.
-Miku...Miku, estas bien...yo lo se..Yo..
-Rin..- Pese al dolor que estaba sientiendo, ambas chicas se miraron con dulzura durante un segundo.-Si el destino nos separará mañana,
por favor, mátame ahora.
La rubia no comprendió que trato de expresar, pero fue bruscamente separada de la joven, ya que esta debía de ser atendida, para que posteriormente cumpliera con su parte del acuerdo con Len y afrontará el exilio, y justamente eso ocurrió.
Seguramente Miku nunca en la vida olvidaria el rostro de desepcion de su padre.
Y una vez que sus heridas fueran tratadas y cubiertas por vendas, la muchacha fue expulsada de su imperio, sin oportunidad de ver una ultima vez a Rin, que como si de un trofeo se tratase fue entregada a Len... con quien se casaria, el habia ganado la batalla mas importante.
Por un segundo, por una pequeña fracción de segundo de su vida Anhelo ser el, Deseo aquello que Len le había arrebatado.
Camino sin rumbo durante un buen rato, se percató que esa noche la luna estaba llena e iluminaba su camino con su potente luz.
Estaba cansada y aun muy adolorida, por lo que sento debajo de un pequeño árbol y decidió descansar.
Algo no estaba bien, por supuesto que no.
Len había ganado sin ningún esfuerzo una pelea con ella, ella quien había entrenado por mas de 12 años con la Katana, y recordó que Len no poseía ninguna habilidad especial.
¿Entonces...como fue que logro vencerle tan facil?.
Penso la respuesta a su pregunta por un par de horas, pero al no encontrarla simplemente se durmio.
Y esa noche soño con la leyenda de la espada Gekkou, una espada que, según contaban era la espada del demonio Ayasaki, una apuñalada en el corazón era lo único que necesitaba para matar a su víctima.
-Aveces me gustaría creer en los cuentos para niños- Pensó al despertar.
Recordo la leyenda de la legendaria espada Gekkou, se la sabia de memoria ya que era el cuento favorito de Rin para dormir, lo pedia una y otra vez.
Y en el centro del bosque lo
Encontraras, el espíritu del demonio
Ayasaki veras.
Quien cuida de la mágica
Espada Gekkou, y cualquier
Guerra o batalla ganaras.
Miku decidió ser guiada por la luz de la luna, pero entre mas avanzaba juro que esta se iba perdiendo entre la nubes.
Y termino perdiéndose en el bosque, y sabia perfectamente lo peligroso que esto podía llegar a ser, y supo entonces que moriria, pero eso ya no le importaba.
Se dejo caer en el suelo abrazando sus piernas y ocultando estas en su regazo y se echo a llorar desconsoladamente.
-No existe dolor mas grande que no permanecer a Tu lado Rin...Perdóname...
-Owh...¿por que lloras bella señorita?- Miku se alarmó a oir a la voz de un segundo próximo a ella, por lo que rápidamente se giro solo para encontrarse a un Hombre, bastante guapo y con finos rasgos, su cabello azul brillante resaltaba incluso mas que la mismísima noche.-¿Te has perdido?--Preguntó amablemente.
-No...es solo que no tengo a donde ir..
-Puedes quedarte aqui conmigo si lo deseas, ademas, estas muy herida.
-Mi padre siempre me dijo que me mantuviera alejada de extraños que me ofrecieran ayudame- Replico.
-¿Y donde esta tu padre ahora? Ademas estoy seguro que me conoces.
-¿Que?...Discúlpame...yo jamás lo he visto antes.
-Vaaamos- El desconocido peli-azul resoplo e hizo puchero- Todos me conocen, tengo varios nombres, Aveces me llaman Yasha, bakemono, Akuma o Ayasaki-San -Dijo aquel ser mientras enumeraba con los dedos.
-Ayasaki...-Miku repitió esto ultimo, y comprendió todo...el era el demonio de la leyenda.
Miku retrocedió con intención de alejarse y salir corriendo, pero las heridas que tenia se lo impidieron.
-Eyy cuidado, estoy seguro que no querrás que esas heridas se abran
-Si vas a matarme hazlo ahora...
-¿Matarte? ¿Por que?..- Preguntó.
-Acaso no eres tu el temido demonio de las leyendas, quien se alimenta con la sangre de sus víctimas y tiene una gran espada que con solo verla va a asesinarte y....
-Wowowo- La interrumpio- Esa historia esta mal contada, yo nunca he asesinado por que si ni mucho menos, asesino a la gente que intenta tomar mi espada sin permiso o que intentas hacerme daño, pero estoy seguro que no estas aquí por eso verdad?.
-No...he perdido una batalla y he sido exiliada...-En ese momento la jover mujer sintio un escalofrio que recorrio todo su cuerpo.-Tu eres real¡
-Si, claro que lo soy ¿No estas viéndome acaso?
-Entonces la espada Gekkou también es real?..
-Si...bueno...
-Por favor...por favor necesito que me la prestes, en este momento no tengo dinero ni joyas, pero en cuanto termine voy a pagarte lo juro. -Suplico casi de rodillas ante la presencia.
-Pretendes comprar una espada demoníaca con dinero?.
-Como puedo poseerla?, te dare lo que quieras.
-Incluso si condenas tu alma?
-¿Eh?..
-Para aquellos que desean usar mi espada, condenan su alma al infierno ¿Que mas esperaban? es la espada demonio.
Miku no dudo en asentir, ni una gota de duda siquiera se asomaba, su alma no era valiosa ni importante, pero su preciada Hermanita...su amante, claro que lo era.
-Solo hay un pequeñísimo problema...-Advirtio el demonio.
-¿Cual es?.
-En este momento ya hay alguien que esta utilizando mi espada...dejame recordar...un chico, de cabellos largos y hmmm creo recordar que era un príncipe que buscaba ganar una guerra y su nombre era...era...
-Len¡- Grito Miku exaltada.
-Si¡ Len¡, de pequeño frecuentaba mucho este lugar siguiendo las pistas de una leyenda.
-No, no, no puede ser verdad...¿Dime tienes algun otro nombre por el cual llamarte?
-Noup.
-¿Puedo ponerte alguno?.
Jeje, El demonio azulado Nunca había conocido a una humana tan....tan interesante, por lo que accedió
-Como gustes bella Dama.
-Hmm,-Pensó- ¿Que te parece Kaito?.
El demonio, ahora nombrado kaito le sonrio.
-Por mi esta bien.
-Kaito, por favor dime, hay alguna manera de ganarle a la espada.
-Te dire algo Niña, esa espada aumenta la fuerza y la agilidad de su portador, solo cuando la luna esta llena, puesto que se alimenta de su luz...solamente espera a que la luna no este en su punto y listo¡.
-Gracias, muchas gracias.
-Pero, si gustas puedes quedarte a mi lado, estar solo tanto tiempo es aburrido.
-Arigato Kaito, pero una persona necesita de mi...y jure estar a su lado por siempre.
-Lo comprendo, pero...al menos dejame curar bien esas heridas, puedo aliviar tu dolor, pero no puedo devolverte el ojo que has perdido.
-Gracias...-Le sonrió dulcemente. -¿Sabes? No eres como te imagine.
-Ya lo se.
Las sonrisas decoloración, los pecados de pilotes,
y este amor eterno, que conduce su cuerpo y el corazón loco.
Hacia el otro lado de la luna desconocido para todos.
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La boda ya había concluido, Rin y Len eran esposos oficialmente, y las discusiones entre reinos termino por fin.
Seguramente La joven Rubia lo hubiese disfrutado mas si Miku estuviera a su lado.
La persona que mas había amado en toda su vida ya no estaba, y aquello era doloroso.
Y en ese lugar se encontraba Rin, en la habitación nupcial, vestida solo con una pequeña bata de Seda, mientras miraba por una de las ventanas al exterior.
Estaba nerviosa, ya sabia lo que seguiría, Len la haría suya en ese lugar.
De repente sintió un par de brazos que la rodearon a sus espaldas.
-Kyaa¡
-Vamos Rin, soy yo.
-Len, ¿Por que me asustas así? Idiota.
-Crees que esa es forma de hablarle a tu esposo?- Fingió enojo.
-Yo...Lo siento.
-Estoy jugando Baka.
Rin Sintió de repente la húmeda lengua de Len, que empezó a deslizarse entre su cuello y hombros, y al cabo de un rato turno su lengua con besos.
-hmnm- Murmuró Rin en un intento por no gemir, aquello le avergonzaba mucho.
-Vamos Rin, voltea, quiero verte.
Y Rin obedecio, pero al hacerlo, Len se le abalanzó y la dejo recostada contra la cama, mientras sujetaba sus muñecas por encima de su cabeza, sintió miedo al ver el rostro cargado de lujuria de Len.
Len sin embargo no perdió tiempo y ataco con desesperación el cuello de Rin, robandole un fuerte gemido subido de Tono
-¡Ahhhn¡- Rin se habia colorado por completo, la lengua de su Amante sabia perfectamente como volverla loca con un par de rozes, pero su sonrojo se duplicó cuado las curiosas manos de Len comenzaron a recorrer su cuerpo.
-Eres tan suave esposa mia, ¿Sabes que quiero entrar en tu cuerpo ya?.
Tanta provocación por parte del Rubio solo logro que sus fluidos comenzaran a escaparse de su cuerpo y marcharán su ropa interior, todo esto acompañado de un pequeño gemidito.
Len pego sus labios en su oreja y dejo pequeñas lamidas en la zona, mientras una de sus manos tocaron sus erectos senos por encima de su ropa.
-AaaH,A-ah¡ L-len..
Len sonrió maliciosamente.
-Quiero entrar.- Sentenció mientras comenzaba a quitarle su molesta bata.-Rin, te excitas muy fácil, ¿Eso significa que estoy haciéndolo bien?
Len noto en ese momento de los fluidos que emanaba Rin, y sintió la necesidad de probarlos, y su deseo no se hizo de esperar, ya que abrió las piernas de su Esposa de par en par y lamio sus piernas en forma descendiente hasta llegar a su entrada.
-¡No!, Ahhhh¡ L-len, n-no...q-que vas a..¡Ahh!.- Rin no pudo completar su oracion, ya que sonrió la lengua de Len en su entrada.
Un par de desesperados gemidos se escaparon de la boca de Rin, sentía como Len bebía de sus jugos, para después comenzar a frotar su lengua con su Clítoris.
El chico se aferró a sus piernas y comenzó a penetrarla con la lengua, el placer que Len le ocacionaba no tenia punto de comparación.
Rin agarro con fuerza las sabanas e iguio su espalda hacia atras, sintió como un ardiente calor de acumulaba por debajo de su vientre y amenazaba con escaparse en cualquier momento.
-Ahhh, L-len...Nhnn, V-voy a..
-¿Vas a venirte?, Tan rapido?.
-P-por favo..Ahhg¡.
-Por favor?- Repitio.
-Qui-ero...
-Dime esposa, Mia ¿Como puedo complacerte?.
-E-eres Cruel...
Len rio por lo bajo, y empezó a quitarse su propia ropa, dejando al descubierto su marcado cuerpo.
Se inclino sobre Rin y beso sus labios con ardor, se encargo de saborear cada parte de ella, quería disfrutar cada segundo mientras aquel acto se realizaba.
Len analizo la situacion, ya sabia que era lo siguiente, y lo había esperado durante muchos años.
Tomo entre sus manos su erecto pene, y comenzó a guiarlo hasta la ya húmeda entrada de su amada, y al sentir el rose de ambos genitales, los dos jóvenes dejaron escapar un Gemido.
-Rin...Voy a...
-Si, esta bien- Rin cerro los ojos con fuerza y entrelazo sus dedos con los de su Esposo.
Len movió las caderas en busca de adentrarse en ella, y el abrasador calor de la vagina de la rubia le dio la bienvenida, sintió la necesidad de entrar de una estocada, pero recordó que antes de nada debía cuidar a Rin, quien mantenía los ojos cerrados con fuerza mientras trataba de contener un par de lagrimas.
-Duele mucho?..
Un sollozo fue la respuesta de Rin.
-E-estoy haciendolo mal?, ¿Deberiamos parar?.
-N-no, solo...ten cuidado.
Ambos pasaron saliva, y de repente Len sintió un obstaculo, por lo que busco los ojos de su chica y cuando esta asintió dándole el permiso de apoderarse de su virginidad, entro en ella por completo.
Rin no grito, contuvo como pudo aquel dolor, pero si dejo escapar un par de lagrimas que recorrieron sus mejillas, pero seguido de esto sintió como Len con dulzura limpiaba sus lagrimas y llenaba con besos aquella zona.
-L-Len...estamos..
-Si, No llores mas...-Unieron ambos labios una vez mas, pero esta vez formando un tranquilo y sencillo beso.
Mientras La chica estaba distraída con el beso, Len comenzó a moverse en su interior, robandole un gemido a Rin, lo que le indicaba que estaba dejando a tras su dolor
Len empezó a embestirla con mas seguridad, provocando gemidos por parte de ambos, los cuales en poco tiempo invadieron la habitación.
-A-ah¡Ah!,Nhg...¡Len!, ¡Len!...¡Ahg!.
Len sabia que estaba por llegar a su limite, por lo que empezó a penetrarla con mas velocidad y fuerza y Rin rodeo su parte baja con sus piernas en un intento desesperado por sentirlo mas adentro.
De verdad hubiese deseado poder seguir viendo a Rin retorcerse de placer, pero sin previo aviso alguno, un escalofrío recorrió toda su espina dorsal y sintió como su miembro liberaba su esencia dentro de ella llegando al Climax, por lo que ambos rubios soltaron un agudo grito de gozo, cayendo rendidos.
Cuando recuperaron el aliento, Rin se recosto sobre el desnudo pecho de Len, y este ultimo planto un beso en su frente y vio como poco a poco ella se sumia en profundo sueño.
-Ahora seré yo quien te proteja- Susurró len mientras levantaba su rostro y dirigía su mirada a una Katana, que reposaba junto a una pared y brillaba gracias a luz de la luna.
-Te lo prometo mi amada.
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Uhh, y pensar que el próximo capitulo es el final, perdón de ante mano si alguien encuentra incoherencias o faltas ortograficas, realmente lo siento, pero nadie es perfecto y me esfuerzo muchísimo, espero que les haya gustado uwu<3
Pd: ya se,ya se, kaito no sale en la versión original, pero esta es mi versión :v.
-Neko.
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