🎻 Oscuridad 🎻
XXIX
«No puede existir la luz si primero no hay oscuridad»
Cuando asumí mi identidad como reina de los vampiros. Me había transformado por completo. Siempre había tenido este poder dentro mío. Pero era incapaz de verlo y sentirlo. Era Incapaz de recordar mi pasado. Hasta ahora.
Gracias a Kristoff y a su hermano Konstantín pude darme cuenta que era más importante de lo que creía. Que estaba destinada a cumplir con un objetivo mayor que ser una chica asustada y con miedo.
Ya había dormido mucho tiempo y era momento de despertar. Aunque desperté físicamente ahora me tocaba despertar espiritualmente. Despertar me había servido para entender que no podía seguir durmiendo más. Que había nacido para cumplir un reto.
—Lamento interrumpir mi reina— Konstantín se arrodilló frente a Klara-Pero debemos irnos a buscar nuestro ejército para combatir a las brujas
—¿Ya han vuelto a la vida?
Después de que Klara asumió que era la reina de los vampiros. Konstantín puso a sus servicios su capacidad de ver el futuro y lo que sucedía con la bruja. Sus ojos habían comenzado a sangrar y pudo ver que la bruja ya había despertado a sus hermanas y estás obedecían sus órdenes.
—Si, y no sólo eso-respondió Konstantín —vienen por tí
—Conozco un lugar donde podemos tener un ejército listo —dijo la reina pensando en el cementerio que la vió nacer otra vez a la vida
Konstantín y Klara fueron a buscar un ejército al cementerio oculto.
—No sabía que era un cementerio— comentó Konstantín
-Si, sólo que no hay lápidas. Es un cementerio oculto
Sólo faltaba algo para que Klara completara su transformación final.
Llamó a Konstantín y este le ofreció su brazo lo mordió y los ojos de Klara se volvieron más rojos. Ahora era una vampira chupasangre. Luego tomó un cuchillo que le había dado Kristoff y se cortó una mano. Su sangre tocó la tierra del cementerio y todos los muertos despertaron.
—¿Están despiertos? —preguntó Konstantín
—Sólo en su forma física, uso sus cuerpos y sólo pueden obedecer mis órdenes —respondió la reina Klara
Se acercaba la batalla final y
aunque Klara seguía pensando en Kristoff. « Habrá matado a la bestia. Estará volviendo a la cueva. » Se preguntaba. Pero ya no podía detenerse a averiguarlo porque su único objetivo ahora era matar a otra bestia. A la bruja Kassandra y a su aquelarre. « En dónde quieras que estés, espero que estés bien. » Pensó
Los muertos se convirtieron en vampiros y los vampiros en murciélagos.
—Bueno, estamos listos —dijo Konstantín, interrumpiendo sus pensamientos
—Si, lo estamos —respondió la reina
Y los vampiros salieron volando al encuentro de las brujas.
El chillido de los murciélagos era ensordecedor.
—¿Estamos cerca? —preguntó la reina
—Si —contestó Konstantín. Mi visión me lleva a un gran árbol.
—Es acá —señaló mientras apuntaba un árbol de gran tamaño
Cuando bajamos, no había nadie. Todo estaba en silencio.
—¿No hay nadie?
-Eso parece. Pero no nos dejemos engañar. Deben estar ocultándose entre los árboles.
Los vampiros estaban alertas ante cualquier movimiento extraño.
—Estén atentos-ordenó la reina —Cualquier movimiento puede ser sospechoso, no bajen la guardia.
Los vampiros, estaban listos para atacar.
—Sé que te estás ocultando Kassandra, ven a pelear, aquí estamos, aquí me tienes.
—¿Por qué luchar si podemos unirnos? —se oyó una voz.
Era Kassandra que apareció de entre los árboles.
—¿Cómo me encontraron?
—Eso no importa —contestó Klara.
De pronto a Konstantín comenzaron a sangrarle los ojos. Había tenido su última visión. La muerte de su hermano en manos de la bruja. Kristoff estaba muerto.
—No puede ser, ¡Kristoff está muerto! —gritó desesperado
Cuando Klara escuchó eso no lo podía creer. Su ojos se abrieron de par en par y dejó ver una expresión de susto en su cara. Sintió que cayó al abismo y que jamás dejaría de caer.
Konstantín salió del trance.
—Fue ella, ella lo mató —señaló a la bruja
—Yo, yo no hice nada —mintió
—¿Es cierto eso ? —¡Confiesa de una vez!—¿Tú lo mataste —-¡Dímelo ya!— ordenó Klara. Tenía fuego en sus ojos, el infierno se veía a través de sus pupilas, se sentía como una bomba a punto de estallar.
Sus manos se llenaron de fuego y la bruja se llenó de miedo.
—Hice lo mismo que tú —se defendió— Tú entregaste a Kristoff a las puertas del infierno. Y el infierno es de mi propiedad. Y ahora él me pertenecía.
—No debiste hacerlo ¿Dónde está? —preguntó Klara furiosa —¿Qué has hecho con él? Dime.
La bruja no tenía signos de que la afectara en lo más mínimo. Sin sentimientos. Era oscura por dentro y también por fuera. Pero le entró un pánico ver a Klara tan enojada. Sus ojos rojo fuego.
Que haya podido salir de la jaula encantada. Significaba dos cosas. La primera, que había recuperado su alma. Y la segunda, Klara era más fuerte que ella. Se había convertido en la reina de los vampiros.
—No puede ser posible —dijo viendo a Klara encendida en llamas —Era cierto aquel rumor que una vez le dijo el demonio. Que Lucifer buscaba una reina y que había elegido a una.
—Te daré una oportunidad a tí y a tú aquelarre para que vivan —dijo la reina Klara —Sólo dime ¿dónde está Kristoff?
—Tendrás que averiguarlo tú sola. Si te sirve de consuelo, mató a la bestia por tí— respondió la bruja
Klara sólo quería aniquilarla. La batalla estaba por comenzar. Por sus venas corría la sangre de la venganza. Los vampiros se habían puesto en posición de ataque. Sus ojos rojos iluminaban la oscuridad de la noche.
—No me das opción. Te veré en las puertas del infierno.
Las brujas salieron de su escondite y tomaron sus escobas, preparadas para luchar. Se rieron de los vampiros.
—Ya estamos listas. Te veré en las puertas del infierno— dijo Kassandra.
La maldad se reflejaba en los ojos en los ojos de la bruja.
—Ya estoy en él —respondió Klara
Brujas y vampiros se miraron. La última batalla estaba a punto de comenzar.
Canción: Rise - Katy Perry
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