🎻 Kassandra 🎻

XIV

"No dejarás que la bruja viva"

Éxodo 22:18

Mi vida en la cueva me ha resultado mejor de lo que esperaba, los roedores no me molestan, sólo me alimento de las almas que acechan mi guarida, y cada tanto, cuando es de noche y no hay nadie cerca de mi refugio, puedo salir a observar las estrellas, cazar animales y comerme su corazón.

Eso es lo único que mantiene mi juventud. Sí, envejezco lentamente pero después de comerme su corazón rejuvenezco al instante, eso significa que no necesito comer con frecuencia. Mis manos arrugadas manchadas de sangre vuelven a ser jóvenes y hermosas como antes.

Durante el día puedo simular ser una jóven campesina perdida, el hombre o quién sea cae en mi trampa y luego lo acecho, lo hipnotizo, lo engaño y finalmente le arrebato su alma.

Se preguntarán porque hago eso, bueno, el alma me sirve como sacrificio, entrego un alma y a cambio me dan otra, la de una hermana, la de alguna amiga, que fue masacrada, quemada en la época de la quema de brujas. Cuando las cazaban Ellas no merecían morir, así que las libero, algunas vuelven en forma de animales, otras sólo están presentes en el cielo, de alguna forma bajan a la tierra, o simplemente suben del infierno.

Pero mi principal objetivo es revivir a Lilith mi amiga, mi hermana, mi alma gemela. Ella fue cazada por los humanos y jamás pude decirle que la amaba. En el fondo ella también me amaba pero yo nunca pude decirle con palabras.

Nuestra comunidad era demasiado casta, sólo podíamos venerar a nuestro padre Satán y cumplir las reglas del aquelarre. Por un lado ese día que mi amiga Lilith me había avisado que se fue con un hombre, admito que me dió un poco de celos. Pero no le dije nada a las más viejas, para salvarla a ella del castigo, finalmente ese día, por callar, no pude salvar a nadie, nos tomaron por sorpresa, bueno yo ya sabía que venían a cazarnos, y por mi silencio pagué con la muerte de todas ellas. Jamás lo sabrán.

Me llamo Kassandra y hoy de alguna forma pago mi error tratando de revivirlas, liberándolas del dolor de alguna forma. Ellas siguen ardiendo en el infierno y sé que me están esperando, pero eso no va a pasar, porque no pasa desde hace ya muchos años.

A veces nuestra culpa nos vuelve fuerte, no por desmerecerla sino por aceptarla y saber que nunca podremos olvidar lo que hicimos. No me arrepiento porque lo hice por amor, yo la amaba y algún día la traeré devuelta a casa.

Me acuerdo cuando éramos pequeñas, solíamos ir a correr juntas a buscar agua para nuestras madres. Cuando se ponían a preparar posiones mágicas para tomar.

Ella me miraba y yo a ella, nos reíamos por cualquier cosa y un día de esos me dijo que estaba confundida y que sentía algo por mí. Yo le dije que me pasaba lo mismo, pero que debíamos permanecer vírgenes para nuestro padre. Si no eras virgen podías morir cuando llegara ese momento.

Así con este sentimiento mutuo pasaron los años y jamás me pude animar a decirle lo que sentía de verdad. Ahora entiendo que por pertenecer a ese lugar de reglas absurdas no pudimos amarnos. Eramos condenadas por el amor.

Un día de esos que fuimos a buscar agua me dejé llevar y ella se cayó, o eso me hizo creer, y yo la intenté ayudar para que se levantara pero ella me tomó del brazo y me acercó a su cuerpo y caí sobre ella, luego nuestros rostros quedaron enfrentados y no había más nada que silencio, la tenía tan cerca de mí...

  —No debemos hacerlo— le dije apresurándome— tenemos que volver, mi corazón latía muy fuerte cuando se lo decía

  —A qué le tienes miedo. Es sólo un beso— me dijo ella mirándome a los ojos

Era verdad, era sólo un beso, y ella se veía tan perfecta en mis brazos, así que me acerqué despacio y sus labios tocaron los míos, fue como un sueño del que no quería despertar.

Lo repetimos varias veces, yo sé que ella quería más, pero ya no se podía más, yo no quería morir y también quería salvarla... Quería pero no la salvé. Aún me culpo por ello. No pude evitar derramar algunas lágrimas mientras la recordaba.

Sé que no hizo nada con aquel hombre, creo que se fue con él para escapar un poco de la cárcel en la que estábamos.

Aunque le importaba nuestra comunidad también le divertía escaparse un rato.

Cuando la cazaron, creo que ella me salvó a mí, lo hizo por amor, lo ví en sus ojos y me dió más tiempo para escapar. Corrí sin mirar atrás, la tenía entre varios hombres yo sólo corrí por mi vida.

Por fín había llegado la noche, podía salir de mi cueva a buscar una nueva víctima, depredar algún animal, mi cara estaba algo envejecida y debía buscar un animal.

Agarré mi linterna y salí a buscar alguna presa, la noche era jóven como mi apariencia y pero oscura como mi alma.

Una vez rondaba un cazador por los alrededores, le disparó a un ciervo, cuando se acercó me encontró a mi en el suelo, no le había disparado al ciervo si no a mí, quien me había hecho pasar por un ciervo, sólo para que cayera en mi trampa y cayó. Luego se asustó y cuando quiso reanimarme lo tomé con mis brazos, le saqué su alma y murió. Es una muerte lenta pero segura y no hay dolor. Qué más quieren. Es mi única forma de terminar con el dolor de mis hermanas y traer algún día a mi único amor, Lilith.

Canción: Lilith — Ellise








Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top