The Luckiest
Summary: Blaine se siente el chico más afortunado hasta el momento. Es así como decide demostrarle ello a Kurt con una canción // Basado en las palabras y canción que interpretó Darren Criss: “Me hubiera gustado que Blaine tocara esto para Kurt en Glee porque él está felizmente casado”.
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La vida siempre da y quita y es algo de lo que estaba muy consciente Blaine Anderson. A lo largo de ella había aprendido algunas cosas tanto por su cuenta como por experiencias ajenas. Aprendió bailar y cantar a pesar de las críticas de Copper, se enseñó a defenderse después de la golpiza que obtuvo en un baile de Sadie Hawkins y logró ignorar el reclamo de su padre debido a su sexualidad.
“Escoge ser normal”, fue un consejo que recibió de parte de su padre al decir su más grande verdad cuando tenía a penas 16 años. ¿Cómo es que ser gay no era ser normal?
La atención de Blaine regresó de nuevo a lo que sucedía frente a él. Kurt acomodaba el gorrito de Tracy mientras la acomodaba en la cama.
—Estás muy callado y eso no es normal algo planeas o algo está mal...
—Odio que me conozcas tan bien, Kurt...
—¿Quieres hablarlo?
Pero Blaine negó con la cabeza para acercarse y abrazar por la espalda al castaño así recargando su barbilla en el hombro de Kurt.
—No ahora...
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—Justo... Ahí, sí, no, mejor yo lo hago, creo que debes...
Kurt ahora daba instrucciones a Blaine del patrón de color de esferas que debía surgir para que el árbol se viera bien, sin embargo, Blaine parecía comenzar a cansarse de cambiar cada dos minutos éstas.
—¿Qué tal si eres tú quien coloca las que no te gustan en el lugar correcto? —. Preguntó Blaine haciendo que Kurt frunciera un poco los labios, pero después sonriendo le entregó a la pequeña Tracy.
Kurt ajustó sus mangas como si lo próximo que haría sería una gran labor y así comenzó a acomodar las esferas en "el lugar correcto".
—Tu padre es mejor en ello aunque...
—Te estoy escuchando, Blaine...
Tracy miraba con atención lo que Kurt hacía aunque al final escondió su rostro en el hueco del cuello de Blaine para tomar una siesta. El pelinegro seguía observando como el ajeno cada vez sonreía más al obtener el patrón que deseaba. Eran pocas las veces en las que Kurt hacía notar su trastorno, era tan curioso como es que sólo él presenciaba este tipo de cosas del gran diseñador de Vogue (que últimamente era por como más le conocían a Hummel).
“Eres mi mejor amigo”, Blaine se sentía tan afortunado de tener tanto tipo de categorías con la misma persona y que fuera mutuo. El pelinegro sabía cuándo las cosas estaban mal y la forma en que Kurt deseaba evitar hablar del tema que lo hacía estar molesto, conocía bien ese ceño fruncido o los largos suspiros; conocía el desagrado, aquel que estaba mientras rodaba los ojos cuando Santana hacía algún comentario o cuando, por ejemplo, cuando no fue ganador del Emmy del año pasado; amaba su sonrisa, la forma en que sus ojos se cerraban un poco y que sus perfectos dientes se observaban; reconocía, incluso, los tipos de besos que había entre ellos: existían aquellos besos rápidos dónde los dos tenían mucho trabajo, dónde decían un "Hola, te amo, te veo luego, adiós", estaban otros donde los acompañaba una película de fondo y eran un poco más largos y luego, estaban sus favoritos, aquellos besos dónde Kurt acariciaba su cabello húmedo mientras las burbujas en la bañera los inundaban a los dos.
Todos esos momentos eran tan íntimos y sólo de ellos dos que, en ese momento, Blaine Anderson sentía que su respiración se iba al repasar todos ellos. Tenían ya tanto años juntos que aunque aún eran jóvenes, estaba seguro que quería pasar el resto de su vida con Kurt porque... Porque era afortunado de tenerlo.
—Listo, puedes darme de nuevo a Tracy...
—Soy muy afortunado de tenerte, de estar contigo, de tener a Tracy en brazos, de despertar a tu lado de...
—Blaine, ¿Estás bien?
Claro que Kurt estaba sorprendido ante tal confesión porque, aunque Blaine era bueno con las palabras, era mucho mejor con las canciones. También lo tenía ahora alarmado el hecho de que los ojos del pelinegro comenzaban a cristalizarse.
—Es que, yo... Sólo siento que debo decírtelo, sé que lo sabes, sí, pero...
—Adoro que lo digas, sabes que adoro que hagas ello, Blaine...
Si bien, Kurt en algún punto, hace ya algunos años, se sintió sobrecargado de emociones ajenas, se dio cuenta de que eso era lo que amaba de Blaine. Desde la primera vez que lo miró, desde la forma de demostrar todo lo sincero que era o desde que se besaron por primera vez, no lo recordaba, pero estaba seguro que adoraba ello de Blaine.
—¿Puedes cargarla un momento —. Preguntó Blaine haciendo que Kurt asistiera e hiciera lo pedido para seguir al pelinegro al piano, éste tomó asiento y no pudo evitar morder sus labios para al final solté una risa.
—Es que... No es la primera vez que la toco o canto para ti, pero... Quiero... Hacerlo una vez más, ¿Puedo?
Kurt desvió la mirada al suelo mientras una pequeña risa surgía. La pregunta era tan tierna y, a su vez, tan estúpida porque deseaba responder un: “Sí, Blaine Anderson, deseo escucharte el resto de mi vida, deseo que cantes mientras no quitas esa sonrisa de tonto y me haces sentir como si fuera la primera vez que te miro cantar”, pero eso era algo lleno de drama y mucho romance, así que se limitó a responder un:
—Sabes que adoro escucharte, Blaine...
Así el pelinegro decidió comenzar una melodía lenta en el piano, al instante, Kurt sonrió.
—I don't get many things right the first time,
In fact, I am told that a lot
Now I know all the wrong turns the stumbles,
And falls brought me here...
Kurt no pudo evitar abrazar un poco más a Tracy al escuchar el comienzo del suave canto de Blaine. Era de sabios poder reconocer nuestros errores y más de sabios si ellos dos siempre reconocían cuando se equivocaban. Claro que hubo muchos tropiezos de por medio, discusiones e incluso rupturas, pero había que admitir que no lograba Kurt Hummel verse con alguien más, no imaginaba teniendo en brazos a un bebé que no tuviera el apellido Anderson como segundo, menos que no tuviera ese cabello castaño con pequeños rizos, no se veía compartiendo con alguien más la felicidad de su primer contrato con Vogue para la creación de su línea de ropa. No había mejor compañero que el que tenía ahora enfrente cantando.
≠ That I first saw your lovely face,
Now I see it every day
And I know
That I am, I am, I am, the luckiest ≠
La mirada de Kurt ahora estaba fija en los grandes ojos de Blaine que tampoco dejaban de mirarle. Kurt articuló moviendo sus labios un “Es la canción de la otra mañana” haciendo que Blaine asintiera con la cabeza un poco y sonriera para seguir su interpretación.
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Tanto había mañanas que hacía que no pudieran desayunar juntos como otras muchas más dónde lograban cocinar juntos (por no decir que era Blaine quien hacía más ello mientras Kurt ayudaba a colocar la mesa y el café.
Blaine tarareaba una canción mientras sacaba los panes de la tostadora. Al acercarse a la mesa fue cuando tomó la mano de ahora un soprendido Kurt para hacerlo dar un giro y luego acercarlo a él para poder tomar su cintura.
—¿Qué estabas cantando?
—What if I had been born fifty years before you
In a house on the street
Where you lived
Blaine comenzaba a cantar de forma baja mientras miraba de forma fija los ojos azules de Kurt.
—Maybe I'd be outside as you passed on your bike. Would I know?
And in a wide sea of eyes
I see one pair that I recognize
Lentamente un pequeño vals estaba y aunque Kurt tuviera prisa de ir a la oficina ahora se inclinaba y recargaba su barbilla en el hombro de Blaine. Era un baile lento que le hacía suspirar y cerrar sus ojos mientras acariciaba la espalda del pelinegro un poco.
—And I know
That I am, I am, I am, the luckiest ~
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A pesar de que ahora Blaine tenía un pequeño nudo en su garganta eso no hacía que la voz de éste se perdiera, su interpretación seguía haciendo que el corazón de Kurt se acelerara y que ahora dejara pequeños besos sobre Los pequeños rizos de su hija.
≠ I love you more then have
Ever found the way to say
To you ≠
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Los dos estaban muy nerviosos a pesar de haber ensayado ya varias veces lo que dirían, todo era tan irreal. Estaban a punto de dar la noticia oficial después del gran escándalo de que Rachel Berry estaba en trabajo de parto, era el momento de decir que Tracy llevaba los apellidos “Hummel-Anderson”.
Blaine tomó asiento junto a Kurt que era el que respondía la mayoría de las preguntas, tal vez por gusto o porque él era más consciente de sus palabras que el pelinegro, sin embargo, las preguntas no tardaron en llegar a éste.
—Blaine Anderson, ¿Puede decirnos el sentimiento que le genera todo esto?
El pelinegro, que estaba mirando desde hace rato el perfil de Kurt, acomodó su garganta y luego sonrió.
—Soy... Muy afortunado. Es decir, desde que conozco a Kurt es alguien feroz, alguien que nunca se rinde y... Cuando yo creí que era valiente, él me demostró que juntos podíamos serlo mucho más. Somos él, nuestra hija y yo contra el mundo. Soy muy afortunado de ser la persona elegida por él para envejecer juntos.—.
≠ Next door there's an old man who lived to his nineties and one day
Passed away in his sleep,
And his wife, she stayed for a couple of days, and passed away ≠
La entrevista aún seguía resonando en New York así como los fanáticos y compañeros deseaban tener una pronta sesión de fotos de la nueva familia.
¿Quién diría que Blaine Anderson, aquel chico que alguna vez se cambió de escuela por miedo a la homofobia, ahora era felizmente casado con su amor de escuela? ¿Quién diría que Kurt Hummel lo elegiría una vez más y para siempre?
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—I'm sorry I know that's a strange way to tell you that I know we belong,
That I know...
Blaine, a pesar de ahora de tener en sus mejillas algunas lágrimas, no dejaba de mirar a su esposo y la forma en que abrazaba a Tracy.
—That I am, I am, I am, the luckiest...
Terminó Blaine la canción haciendo que Kurt tomara aire. Era como si en algún momento de nuevo fuera ese chico que decidió huir y encontrar esa confianza en sí mismo, era, por un momento, Kurt Hummel corriendo de la mano con el chico líder de The Warblers o aquel que decidió casarse de último momento con el director de su "coro enemigo" o aquel Kurt que despertaba todas sus mañanas con Blaine Anderson.
—Kurt yo...
—Blaine, también soy muy afortunado.
Blaine se colocó de pie para acercase y dejar un beso en la mejilla del castaño, al igual que aprovechó para quitar las lágrimas ajenas.
—A dónde tú vayas, te seguiré...
—Sea donde sea, Kurt, eres mi vida y mi hogar...
—Es bueno saberlo, pero si sigues haciéndome sufrir con los adornos navideños o con hacer pausas para tocar el piano, pensaré seriamente en...
Pero Blaine, riendo, decidió robar un beso al castaño que ahora correspondía ese beso.
“Somos afortunados”
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