Capítulo 14
Minho no solía estar del mejor humor en las mañanas.
Al menos eso era hasta antes de tener a Jisung en su vida, es como si ahora tomara en cuenta su aparición para dividir los hechos en su línea temporal. Antes y después de Jisung.
Antes de Jisung, no tenía ninguna ilusión o expectativa en el aspecto amoroso de su vida, simplemente se había resignado a quedarse sólo porque ningún omega le atraía lo suficiente como para siquiera intentar un cortejo; era simple, no sentía nada.
Y después de Jisung, Minho está más que dispuesto a ir hasta el final en su relación con él. Lo quiere todo con él, realmente su alfa lo supo en cuanto lo vio, un omega hermoso, sensible, inteligente y maravilloso. Hecho para él, para compartir su vida con él.
Minho ama la personalidad de Jisung, lo perfecto que cada parte de él es, la gran bondad y sensibilidad que existe en todo su ser, tanta que contagia a cualquier persona con ello. El trabajo que desempeña como un guía al cuidado de cachorritos no podría ser más ideal para él, Jisung derrocha esa energía adorable y maternal.
Su propio cachorro cayó rendido, puede que mucho antes que él.
Ambos alfas están idos por el mismo lindo omega, de ojos esmeraldas y olor sumamente dulce.
Si Minho es sincero, no le sorprendió demasiado que Bonhwa usara la palabra "mami" para referirse a Jisung, él ya la había escuchado del pequeño entre sueños, y solo faltaba ese leve impulso para que lo dijera estando consiente.
Pudo perfectamente haber derramado algunas lágrimas el día anterior al ver a su cachorrito y a su omega fortaleciendo su vínculo, uno de madre e hijo. Fue tan conmovedor, un día excepcional en su vida y que no olvidará nunca; porque fue el día en que su cachorro al fin encontró a la madre perfecta, y en el que Minho, terminó reafirmando su elección por él, Jisung es su omega, y eso es definitivo.
Mientras se toma su taza de café, Minho piensa en si será apropiado invitarlo a pasar la noche con él en su apartamento, no para tener ningún tipo de "acción nocturna" sino simplemente para dormir con el omega abrazado a su pecho. Y no es que Minho no desee a Jisung (joder si lo hace) sino porque quiere que esa primera vez sea especial, no le gustaría tener sexo con él a presión o en una simple noche sin preparar nada para él pues quiere dedicarle un día entero a ello. Una maravillosa cita que culmine con ellos dos entregándose por completo al otro.
Minho termina su café y va a la habitación de Bonhwa, está a muy buen tiempo para alistarlo y llevarlo a la guardería. Es lunes así que espera que el tráfico no esté en su contra de camino a su trabajo. Igual le avisó a su asiente, Jiyoon, que llegaría un tanto tarde pues quería estar tomándose el tiempo de llevar más días a Bonhwa a la guardería para irle quitando esa responsabilidad a su hermana.
— Buenos días, cachorro — Minho le despeina el cabello a su hijo y aparta un poco la cobija de Winnie Pooh junto con el peluche del mismo nombre —. Es hora de levantarse.
Bonhwa enfurruña la nariz y se remueve contra la cama, estirando sus pequeñas extremidades para despertarse. El sueño de su cachorro nunca ha sido pesado, con cualquier leve movimiento logra despertarlo.
— Buenos días, papi — le saluda, acompañado de un bostezo.
— ¿Cómo dormiste? ¿Cómo amaneció el raspón de tu brazo? — pregunta inspeccionando la piel de esa zona.
— Dormí bonito — le responde y se sienta sobre la cama, columpiando sus piecitos al filo de esta —, y ya no me duele nada, sólo me ardió poquito cuando me bañaste.
— Hoy te pondré más pomada de todos modos, sigue un poco irritado — comenta y se dirige al closet de la habitación, sacando un conjunto de pants Adidas para cachorros en color azul —. Vamos a darnos prisa, pequeño.
Minho lleva a su hijo al baño, le pone la ropa para el día y hace uso de un gel de cabello para peinarlo un poco, recreando la "palmerita" que Jisung le había hecho el día anterior.
En la cocina, el alfa mayor le sirve un poco del chocolate caliente que Jisung también les enseñó a preparar y un pedazo de una tarta casera que Lia dejó preparada para el cachorro. Bonhwa desayuna tranquilo y sonriente mientras platica un poco con él.
— ¿Mami va a venir con nosotros a casa hoy, papi? — le pregunta mientras se esfuerza en masticar uno de los bombones del chocolate.
— Espero que sí, cachorro. Le pediré que venga y se quede a pasar la tarde y la noche con los dos, ¿te gustaría eso?
Bonhwa sonríe de oreja a oreja y da saltitos sobre su silla para comer — ¡Sííí!
Minho no culpa a su cachorro por reaccionar de esa forma tan energética a la posibilidad de tener a Jisung ahí en su apartamento, él realmente daría los mismos saltos de emoción si estuviese solo.
— Oye papi — Bonhwa le llama —, uhm, mami va a vivir con nosotros, ¿verdad?
La pregunta le causa cierta curiosidad de la buena, Bonhwa es muy bueno percibiendo cosas y asumiéndolas.
— Eso es lo que yo quiero, pequeño. Yo quisiera que mami ya se mudara con nosotros, pero hay que ser pacientes, ¿está bien?
Bonhwa hace un puchero — ¿Por qué? Si mami nos quiere y nosotros a él, ¿para qué esperar? Yo quiero estar con él todo el tiempo, uhm, con los dos — sus ojos azules le miran como un ruego —. Como familia.
Minho le sonrie y le da un cariñoso bop en la nariz — Lo sé, cachorro. Pero recuerda que Jisung es un omega y a algunos omegas les cuesta un poquito más de tiempo el hacer cambios tan grandes como este. Por eso hay que cortejarlos, así como yo lo estoy haciendo con tu mami, para convencerlo de que se mude aquí, entre otras cosas — agarra un pedacito de la tarta y lo mastica.
— ¿Y por qué no le pides que se case contigo?
A Minho se le atora el pedazo de tarta y tose repetidamente hasta que se lo pasa con un poco de agua.
Vaya pregunta tan más inesperada. Pero, de nuevo, no culpa a Bonhwa, si él fuese un cachorro también le cuestionaría a su padre eso mismo sobre un omega tan bonito y perfecto como lo es Jisung.
— ¿Dónde viste eso de los matrimonios, eh?
— En un libro de cuentos, papi — le explica con paciencia —. En la guardería, Penny nos leyó un cuento donde una pareja de ositos se quería mucho y al final se casaban en una fiesta bonita con los demás animales. El osito le daba regalos a la osita para convencerla, así como tú le haces con mami — se encoge de hombros —. Si tú quieres tanto a mami como yo, entonces pídele que se case contigo por favor.
Minho se ríe por lo bajo y niega con la cabeza, sí, en definitiva, su cachorro es bastante intuitivo e inteligente; resuelve justo como él lo haría si tuviese su edad.
Sería un excelente abogado.
— Claro que lo quiero mucho, Bonhwa. Muchísimo — enfatiza —. Pero tú mismo lo has dicho, hay que cortejarlo un poco más, ¿no lo crees? En nosotros está en hacerlo tan feliz y consentirlo como él lo merece. Hay que motivar a mami para que acepte a estos dos alfas para siempre — bromea y le da un golpecito al pecho de su hijo a tiempo que también golpea el propio al estilo de un gorila. Eso hace que Bonhwa se ría bastante.
Cuando ya han terminado el desayuno, Minho agarra su maletín de trabajo y se cuelga la mochila de Bonhwa al hombro, hacen una parada en la recepción para ver si no tiene algún paquete o correo de sus padres y el conserje en turno, un señor de ascendencia japonesa de la tercera edad, le saluda con amabilidad.
— ¡Señor Lee! Qué bueno que lo veo — le comenta y mueve la mano para saludar a Bonhwa también.
— ¿Me llegó algo?
— No exactamente, pero estaba a punto de llamarle por el intercomunicador para notificarle que hoy por la madrugada vino alguien a buscarle.
Minho frunce el ceño, tratando de barajear en su mente las posibilidades de quién pudo haber ido hasta su apartamento.
— ¿Te dejó sus datos? ¿Quién era?
— No quiso dejar ningún recado, señor — le explica el conserje —. Sólo me preguntó si aquí vivía Lee Minho aún, yo le dije que sí y le pregunté si necesitaba que lo llamara a su apartamento para anunciarle o algo, pero el joven sólo me dijo que no era necesario, me agradeció y se retiró. Fue muy extraño.
¿Joven? Pero qué demonios...
— Señor Wang, todas las personas que saben en dónde vivo son cercanas a mí, así que se me hace muy extraño todo esto. ¿Me podría decir cómo era el joven que vino a preguntar?
Minho teme que sus sospechas sean acertadas, pero es mejor saber de antemano para tomar sus precauciones, ahora más que nunca.
— Era un joven, un omega si mi olfato no me falla. Rubio y delgado. Y ahora que lo pienso, se veía un poco cansado, ojeroso, como si no hubiera dormido por un tiempo.
Oh, no. Tiene que ser él. ¿Quién más? No conoce a ninguna otra persona que tenga esa descripción física y que sepa en dónde vive. ¿Qué demonios querrá ahora?
— ¿No te dejó su nombre entonces? — pregunta ya solo por terminar de confirmar lo que él ya lamentablemente ya sabe con seguridad.
— No, señor. No me dijo nada más.
— Está bien, señor Wang. Le pido que, a la siguiente que esa persona vuelva a venir o a asomarse por aquí, por favor llámeme de urgencia, ¿está bien?
— Así será, señor Lee.
Minho se despide del conserje y toma de nuevo el ascensor para bajar hasta el estacionamiento del edificio, jodida mierda, sólo esto le faltaba. Que su idiota ex amante tratara de ponerse en contacto con él. Pero debe mantener la calma, lo consultará con su mejor amigo y pondrá un plan de acción en curso.
No sabe cuáles sean las intenciones de ese tipo, pero no dejará que se acerque a él o a Bonhwa.
— ¿Te vino a ver alguien, papi? — pregunta el cachorro, curioso por lo que escuchó entre el conserje y el.
— No realmente, cachorro — le responde con seguridad —. Creo que se equivocaron de Minho nada más.
Su pequeño asiente, convencido y eso deja al alfa un poco más tranquilo. Ya en el auto, Minho se dispone a cargar a Bonhwa para acomodarlo en su asiento de viaje.
Y justo como si Bonhwa supiese que su padre necesita un abrazo, el cachorrito le rodea el cuello con sus brazos y aspira sobre su glándula de aroma — Que lindo, tu olor a canela ya no pica, papi. Huele muy suave.
Minho le da un besito en la frente en forma de agradecimiento ante su cumplido y vuelve a pensar en que, ese es otro detalle que ha cambiado en su vida después de Jisung.
Y con ese hermoso pensamiento en su mente y las palabras tan lindas de su cachorro es con lo que Minho decide quedarse. Con el lado bueno y claro que su vida ha comenzado a mostrarle.
Y no dejará que nadie se lo quite. Nadie.
— ¡Mami! — Bonhwa le saluda con efusividad, se ve tan adorable vestido con ese conjunto deportivo azul y su cabello peinado como una pequeña palmera.
Ya todos los otros cachorros han entrado a la sala de actividades con Penny, Jisung ya solo estaba en espera para recibir a Bonhwa.
Y a Minho.
El omega ya sabía que iban tarde, Minho le había mandado mensaje avisándole que iban un poco tarde pues el tráfico les había jugado una mala pasada.
— Hola, bebé lindo — Jisung le toma en brazos y le pega varios besos en el cachete —. Que guapo te ves — le halaga, causando que el cachorro se ruborice, dejando salir un poco de su olor a chocolate.
Honestamente, eso ya le ha alegrado el día. Después de la noche tan mala que pasó y de lo mucho que lloró, Jisung necesitaba con urgencia llenarse de imágenes tiernas y de los olores dulces provenientes de los cachorritos a los que cuida; más en específico de su cachorro especial, su pequeño Bonhwa.
Es como un abrazo a su alma, algo que le dice que todo estará bien.
Minho le abraza y le besa en la boca, acariciándole el labio inferior al separarse. Jisung se apena un poco por compartir ese beso estando Bonhwa ahí presente, pero el omega confirma, una vez más, que el cachorro parece emocionarse con ese tipo de muestras cariñosas entre ellos dos.
— ¿Cómo estás, omega? ¿Pasaste una buena noche?
— Estoy bien, dormí muy cómodo también — miente y mece un poco a Bonhwa.
El alfa entonces le entrega un ramo de girasoles muy frondosos que llevaba oculto tras su espalda, Jisung sonríe y le acepta el regalo con un beso en la mejilla. El arreglo floral lo termina sosteniendo Bonhwa para ayudarle a no tener las manos llenas, los ojos del cachorrito se agrandan, apreciando el cada detalle de las flores.
— Lamento la tardanza, pero tuvimos que pasar a la tienda de Lia para comprar tus flores.
Jisung entrecierra los ojos — ¿Entonces no fue por el tráfico?
En respuesta, él solo obtiene un encogimiento de hombros por parte del alfa.
— ¡Yo también te compré un regalo, mami! — Bonhwa interrumpe con voz aguda, agitando sus pequeños brazos que sostienen el ramo y causando que las flores bailen.
— ¿De verdad, bebé? — le pregunta, sorprendido y enternecido al mismo tiempo. Cada que piensa que Bonhwa no puede ser más lindo y adorable, Jisung resulta equivocado.
— ¡Sí! Está en mi mochila.
— Acostúmbrate omega — dice Minho con simpleza —. Yo no soy el único que te está cortejando. Bonhwa acaba de adquirir una nueva deuda conmigo porque estaba muy insistente en traerte algo de la tienda.
Jisung enarca las cejas y ve al pequeñito en sus brazos — Mi cachorro es un alfa tan caballeroso.
Los ojos de Bonhwa se abren en grande, brillantes; es la primera vez que Jisung se refiere a él como "mi cachorro". Tenía que hacerlo, ya no podía seguir indiferente a un Bonhwa llamándole "mami" todo el tiempo.
— ¿Vamos ya adentro, mami? — inquiere el alfa menor —. Ya quiero darte tu regalo.
— Claro, pequeño — mira a Minho—. ¿Vas a pasar por él en la tarde?
— De hecho... — el alfa se arregla las solapas del traje —, ...quería invitarte a mi trabajo, para que conozcas un poco. ¿Podrías ir durante la siesta de Bonhwa? Así podríamos regresar juntos para recogerlo e irnos a casa. Los tres.
Jisung se toma un momento para meditar la propuesta de Minho. No le parece tan mala idea, le da un poco de inseguridad el asistir a una compañía donde el jefe es el alfa que lo está pretendiendo, pero también tiene la certeza de que Minho le hará sentir cómodo en cuanto pise el lugar.
— Eso me gustaría — admite con rubor en las mejillas, porque también está aceptando el pasar el resto del día con sus dos adorados alfas.
— ¿Mami va a conocer tu trabajo, papi? — interviene Bonhwa, atento a su intercambio de palabras.
— Así es, cachorro. Así que duerme tranquilito — le da un beso de despedida en la frente —, que yo voy a estar cuidando a mami y después los dos pasaremos aquí por ti. ¿De acuerdo?
— Sí, papi.
Minho entonces besa a Jisung en la boca y le murmura un "nos vemos más tarde y no olvides revisar lo que está escrito en la tarjeta del ramo", prometiéndole además que mandará a alguien a que lo recoja para que lo lleve directo hasta el edificio donde se sitúa su buffet.
Jisung lleva al cachorrito al salón de actividades, donde Penny ya les está dando las instrucciones y el material para el dibujo especial de ese día. El deja a Bonhwa sentado sobre la alfombra y le comenta que regresará en un momento pues necesita poner las flores que Minho le regaló en agua, a lo que Bonhwa le responde con un "está bien, mami", detalle que no pasa desapercibido por los pequeños alrededor.
El omega agarra el ramo que Bonhwa dejó sobre el mostrador y, emocionado, busca la tarjeta entre los pétalos amarillentos de los girasoles.
"Mi bonito y dulce omega, no existe nada en este mundo que desee más que tenerte entre mis brazos. Eres la cosa más preciosa que pudo haberme pasado. Gracias por ser ese rayo de luz que llegó a hacer que nuestras vidas florecieran. Gracias por ser mi cálido y deslumbrante sol.
Te quiero, Minho."
Jisung suspira y sus ojos se aguadan por las emotivas palabras del alfa, me llamó sol, piensa con alegría, y se da cuenta que la percepción que Minho tiene sobre él y sobre los cambios que ha habido en la vida de ambos desde que se conocieron es muy similar.
El omega también lo ve así, porque así es como se siente. Todo es tan claro y brillante, limpio y nítido como la luz del sol... como la luz del día.
¿Entonces así se siente el amor?
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