Capítulo 16

"Estaré ocupado en una junta, pero prometo no tardarme. Podrás esperarme en mi oficina, amor."

Harry relee una vez mas ese último mensaje que Louis le envió, está nervioso, tiene que admitirlo. Va en camino a conocer el lugar de trabajo de Louis, su empresa, la compañía que el alfa dirige con prestigio.

Es un paso más que toma para consolidar su relación y el cortejo que Louis ha establecido.

Observa el paisaje urbano por la ventana del auto que el alfa le envió, uno que, según sus propias palabras, pertenece a su buffet como parte del servicio de choferes para los mismos abogados o sus clientes importantes.

De acuerdo a la dirección proporcionada por Louis, el edificio donde está situada su compañía queda en una zona bastante concurrida de Londres, llena de tráfico y gente andando por todos lados. Algo equivalente al times square de Nueva York. Harry está algo acostumbrado a ese estilo de vida rápido y agitado, lo experimentó en sus años de estudiante universitario, al menos en una parte.

Aún así y pese a la locación del lugar, el tráfico parece estar algo fluido por lo que no demoran en llegar, el auto se pasea por la zona del frente, la cual posee un diseño bastante sofisticado, es en definitiva uno de esos edificios que tan solo con verlo asumes que pertenece a una empresa importante.

—Hemos llegado, joven Styles. —Le informa el amable hombre llamado Ben, quien conducía el vehículo—. Voy a estacionar el auto y después lo acompañaré hasta arriba.

—Oh, no es necesario en verdad. —Le dice con una sonrisa mientras se afianza el bolso al hombro—. Debes tener mas cosas que hacer y dudo que acompañar a tus pasajeros sea una de ellas. Ah, y sólo dime Harry.

Ben sonríe a través del espejo retrovisor y asiente, en seguida sale del auto para lograr abrirle la puerta al omega antes de que él lo haga.

—¿Si sabes en qué piso están las oficinas del señor Tomlinson? —Ben pregunta, ofreciéndole su mano para ayudarle a bajar.

Vaya. Señor Tomlinson. Que bien se escucha eso en este lugar.

—En el último ¿no?

—Así es, Harry. Igual no creo que tengas problemas, ya le notifico al señor Tomlinson que te he traído sano y salvo como me lo pidió. —El hombre le hace una leve reverencia e insiste en acompañarlo hasta el elevador.

A Harry le cayó muy bien, se nota que lleva algo de tiempo trabajando ahí, no solo por su edad madura sino por la confianza y familiaridad que emanaba con cada uno de sus gestos.

El omega entra al ascensor junto con un grupo variado de lo que distingue son omegas, betas y alfas, todos perfectamente vestidos de traje y estilo formal, eso le provoca algo de inseguridad, él ciertamente no luce como alguien que pertenezca a ese ambiente pues su vestimenta dista mucho de la de ellos.

Va de pantalones de mezclilla y una camisa de botones rosa estampada con lunares blancos, su cabello lo lleva suelto y echado ligeramente a un lado, el único accesorio añadido es el collar de cuentas que Andy le regaló y que ahora luce con orgullo.

A medida que el ascensor va subiendo, la gente que lo acompañaba en un inicio va bajando en cada una de las paradas que este hace, el edificio es enteramente corporativo así que cada una de esas personas debe desempeñar un cargo importante en su respectiva área, aún así sean subordinados de alguien más.

Harry observa su celular y se debate entre mandarle un mensaje a Louis o no, al final, no hace nada, igual Ben ya debió haberle avisado, eso sin contar que Louis sigue encerrado en esa junta importante que le dijo que tenía. Él solo entrará ahí y hará lo que el alfa le indicó: esperar en su oficina.

Las puertas del elevador se abren en el último piso y Harry da un suspiro antes de salir de ahí, acompañado ya solo por tres ejecutivos que en automático se separan en distintas direcciones dentro de la recepción.

Todo ese piso es justo como el omega se lo había imaginado, sobrio, elegante y moderno. Plasmado a lo largo de un muro se encuentra Tomlinson Union, en letras estilo 3D que contrastan contra la superficie uniforme de la pared. Los muebles están perfectamente pulcros, y los enormes ventanales dan la vista perfecta hacia la ciudad, todo bajo un orden silenciosamente establecido en cada rincón y en cada alma que labora en ese espacio.

Y de nueva cuenta, eso le causa algo al interior de Harry, no es el lugar como tal sino el hecho de saber que Louis, el alfa que lo pretende y corteja, es quien dirige y mantiene todo eso en perfecta sincronía.

Harry avanza hacia el escritorio de lo que adivina es una especie de asistente, debe ser ella a quien Louis se refería cuando le dijo en un mensaje que se acercara con su secretaria en cuanto llegara al piso pues ella lo llevaría hasta su oficina.

—Hola, buenas tardes —le saluda sonriente—. Vine a ver al señor Louis Tomlinson.

La mujer levanta su rostro de la pantalla del ordenador y lo observa de arriba abajo, como si lo escaneara, Harry se encoge un poco en su lugar.

—¿Tiene cita? —le pregunta ella, levantando una ceja.

—Uhm, no exactamente, pero-

—Si no tiene agendada una cita con el señor Tomlinson entonces no puedo hacer nada por usted. Él es un hombre muy ocupado y no recibe a nadie que no tenga cita.

Sus palabras son espetadas con cierto desinterés; la mujer, que Harry asume es una omega por su olor dulce, parece ser de carácter fuerte y directo, se ha esforzado en dejarle en claro la forma en la que ella trata a los visitantes de la compañía.

¿Pero no se supone que Louis le informó a ella que él iría a verlo? Harry no está entendiendo mucho de lo que está pasando. No planeó qué decir en caso de que la asistente no le permitiera pasar.

—Bueno es que, si me permite explicarle señorita, uhh...

—Me llamo Mónica —le interrumpe por segunda ocasión, la expresión en su maquillado rostro ha cambiado de indiferente a molesta—. Y no sé porque insiste, ya le dije que si no tiene cita entonces no puede estar aquí. El señor Tomlinson tiene llena su agenda en todo lo que resta de la semana. —La omega ladea la cabeza y regresa a teclear en su ordenador como si nada—. Si quiere llame la próxima semana, pero no le aseguro nada.

Harry parpadea repetidamente, incrédulo, no solo por la forma en la que la tal Mónica se ha dirigido a él sino por su falsa profesionalidad. Incluso si es verdad eso de que Louis no puede atender a nadie, ella ni se ha molestado en tomarle datos o en preguntarle si su asunto a tratar es de urgencia. ¿Y si él fuera un cliente relevante para el buffet?

¿Será que me está juzgando por mi apariencia casual y poco formal?

—Entiendo, pero yo no estoy aquí para tratar un asunto de trabajo con Louis. —Le afirma con seguridad, pero sin cambiar su gesto amable.

Si bien él es una persona tranquila, los tratos poco amables le incomodan demasiado, más si se trata de una persona que parece estar abusando de su poder.

Mónica vuelve a barrerlo con la mirada y enarca las cejas, adaptando una expresión burlona. —¿Me vas a decir que es un tema personal?

—Así es. Me llamo Harry y-

—Pues eso no te servirá de excusa, Harry. —Pronuncia su nombre con mofa—. Los asuntos personales de Louis los conozco muy bien y tú no eres el primer omega que viene aquí con historias falsas para tratar de conseguir algo con él.

Harry tiene que tomar una profunda calada de aire para calmarse, en su mente hay dos opciones, o Louis no le avisó nada y ella sólo está actuando acorde a las instrucciones del alfa respecto a su privacidad, o Mónica simplemente está actuando como una perra.

O puede que sea un poco de ambas, aún así, que descaro el de ella de atribuirse funciones que no le corresponden.

¿Y si llamo a Louis por teléfono? Aunque eso sería imprudente, está en una junta de trabajo.

—Pues no creo que conozcas los asuntos personales de Louis como tú dices hacerlo —le sonríe con falsa cortesía—, de lo contrario sabrías quien soy yo y el tipo de relación que Louis y yo tenemos.

Ay Dios, cálmate Harry. Ahora estás actuando como un omega celoso. Louis solo te está cortejando, ¡no es tu novio!

Pero, de todos modos, ¡que atrevida! Llamándole "Louis" con ese tono, como si lo conociera más allá del campo laboral.

Mónica se levanta de su lugar y sale de detrás de su escritorio hasta quedar frente a frente con él. Su aroma dulce es muy intenso y, sí, Harry tiene que admitir que es muy atractiva. Sin embargo, lo que más le llama la atención de ella son sus pechos, no porque le atraigan sino porque estando tan cerca de ella es imposible no verlos. Los tiene todos ajustados y en alto con ese escote.

Eso también le provoca una punzada de inseguridad ante una posibilidad que no ha contemplado porque odia sobre pensar y asumir cosas pero, ¿acaso ella y Louis han...?

—¡Hey! Te estoy hablando, ¿no me escuchas o qué? —la omega le truena los dedos en los ojos—. ¿Hola?

Harry sacude la cabeza, se distanció de la situación actual por estar haciéndole caso a su estresante voz interna.

—Perdona, ¿qué me habías dicho? —le pregunta, observando de reojo que su pequeña confrontación ya ha llamado la atención de unas cuentas personas.

—Que eres un mentiroso descarado, ¿tú y Louis? —se burla— ay por favor, inventa otra excusa para verlo ¿quieres? Y más te vale retirarte por tu propio pie o llamaré a seguridad para que te saque.

—¿Ah, sí? Pues me parece que la única que está siendo una descarada eres tú, dudo mucho que Louis te permita tratar de esta forma tan grosera a toda persona que pregunta por él. ¿Qué tipo de atribuciones te estás tomando? Ser su asistente no te da derecho a correrme de aquí.

Mónica entrecierra los ojos y ensancha los hombros, Harry sabe que se ha excedido un poco en su forma de hablarle a ella, pero él sabe que incluso la persona más amable tiene un límite. Y la omega ha alcanzado el suyo.

—¡¿Cómo te atreves?! —le espeta en la cara, fúrica — mira Harry, no sé quién crees que eres, pero yo sí te voy a dejar en claro quién soy yo —lo apunta con sus rojas uñas—. Yo no soy solamente una asistente como te jactas en llamarme. Louis me aprecia y me conoce más allá lo laboral —su lengua barre su labio inferior mientras que su rostro adopta una expresión de satisfacción—. Yo atiendo todas sus necesidades, no solo como mi jefe sino como alfa...

—¿En serio?

Ambos se giran en dirección al pasillo de donde ha provenido la voz, es un movimiento que Harry hizo por inercia, aunque no necesitaba hacerlo realmente, él ya sabe a quien pertenece ese sonido tan característico.

Ahí está él, Louis, de pie junto a un hombre moreno y trajeado. Louis está cruzado de brazos, con los labios rectos y su mirada fría, todo su lenguaje corporal dicta que está molesto. El hombre a su lado se nota mucho más relajado, está negando con la cabeza y parece estar conteniendo una risa burlona mientras mira a Mónica.

Bueno, ambos alfas están mirando a Mónica.

Ella en cambio parece que está a punto de desmayarse, su sonrisa arrogante y confiada se ha ido.

Eso le basta al omega de rizos para saber que -justo como lo sospechaba- toda la palabrería de Mónica respecto al tipo de relación que tiene con Louis era sólo eso, palabrería falsa.

—Señor Tomlinson, yo-

—Ni lo intentes, Mónica. —Louis le interrumpe y se acerca hasta ellos, el hombre de cabello negro le sigue de cerca—. Escuché claramente la sarta de tonterías que dijiste. Y ahora no me queda duda alguna sobre lo que venía sospechando ya hace un tiempo.

—Yo no, es que, por favor —ella titubea desesperada—. Le juro que solo estaba intentando hacer mi trabajo y-

—¿Hacer tu trabajo? —se ríe —¿cómo exactamente? ¿Tratando de esa forma tan despreciable a mi omega?

Los ojos de Harry se abren de par en par y el aire se queda atascado en su garganta. Louis se ha referido a él como su omega de forma pública, sin titubear y por todo lo alto. Y aunque quizás no sea el lugar ni el momento, Harry no puede evitar que sus labios se curven en una sonrisa ilusionada.

Mónica en cambio parece que acaba de recibir un golpe muy bajo, por su mirada y el color en su cara, tal pareciera que acabara de escuchar la peor noticia del mundo.

—¿Su, uhm, su omega? Pe-pero, usted nunca me dijo que tenía un omega, y tampoco que él vendría a visitarlo, créame señor Tomlinson que si mentí fue para sacar a quien yo creía era un intruso —sus palabras salen desesperadas, se nota que está buscando pretextos que justifiquen su actitud—. Usted me ha dicho que no debo permitirle la entrada a nadie y yo-, yo sólo...

—Tú sólo cometiste una estupidez tras otra, Mónica. De todas las cosas que podrías haber hecho elegiste la peor: meterte con mi omega, hacerle pasar un mal rato. —Louis mira a su compañero de reojo y le da unos golpes en el hombro—. Tenías razón, Zayn. Fue una muy buena idea no avisarle a mi asistente sobre Harry para entonces ver si realmente sabía actuar como lo que yo creía que era, una profesional en su trabajo. —El alfa niega con la cabeza mientras la ve de nuevo—. Pero ya vi que no.

Entonces ese hombre es el tal Zayn, el amigo y socio de Louis. Harry ha logrado responder algunas de las dudas que tenía, pero sigue sintiéndose un poco confundido. ¿Mónica le hacía insinuaciones a Louis o por qué le tendieron esa especie de trampa con su visita?

—¡Discúlpeme, por favor! —le pide ella con voz temblosa, juntando sus manos en un gesto de ruego—. Me vi victima de uno de mis impulsos, he estado en un tratamiento nuevo de hormonas y mi omega no ha reaccionado de la mejor forma. Perdone mi atrevimiento, pero ¡no me despida, por favor! No volverá a pasar.

Louis no se inmuta con los ruegos de la mujer, en cambio, sus cautivadores ojos azules se posan sobre Harry, sonriéndole y ofreciéndole su mano. Harry la toma, mordiéndose un labio, está apenado, aunque no sabe muy bien por qué. Quizás sea por lo intensa que ha resultado toda la situación.

—Hola, omega —le saluda, ahora deslizando su mano por su cintura para apretarlo contra su cuerpo—. ¿Todo bien?

Él asiente en silencio y Louis lo besa, Harry no tarda en amoldarse a su boca, suspira sobre sus labios y se separan con un ruidoso chasquido.

Al abrir los ojos, Harry también alcanza a ver la mirada asesina de la omega frente a ellos, fue breve pero está seguro que lo vio, todo se está poniendo demasiado obvio para él: Mónica desea a Louis, como hombre y como alfa.

La pobre fue tan tonta como para dejar que su instinto y lívido fuera más fuerte que todo lo demás.

—Al único que debes pedirle una disculpa es a Harry, Mónica. —Louis vuelve a la carga, defendiéndolo—. Él es mi omega y si le faltas el respeto a él es como si me lo faltaras a mí. Harry es mi pareja, mi otra mitad, y es por eso que debe ser tratado de la mejor forma por la gente que trabaja para mí, yo no te he mostrado otra cosa que no sea amabilidad y respeto, así que te exijo el mismo trato para mi omega, ¿entiendes eso?

Mónica asiente, bajando la vista hacia el suelo, Louis mira a los demás empleados que han resultado espectadores del tenso momento y estos simplemente le sonríen e inclinan la cabeza, atendiendo a la petición que Louis ha hecho en voz alta. Claro, quería que todos los de ahí lo supieran.

El omega de Harry está emocionado. Nunca nadie antes lo había defendido así, nunca le habían hecho sentir importante, especial, orgulloso de ser quien es.

Ni siquiera aquel que se hizo llamar su alfa por años.

—Lo lamento mucho, joven Harry. —Mónica escupe cada frase con dificultad, como se nota que no lo está diciendo con honestidad—. Disculpe mi atrevimiento y todo lo demás que le dije. Perdóneme, le juro que nada de esto volverá a pasar.

Si las circunstancias fueran otras, Harry habría aceptado sus disculpas e incluso habría abogado por ella con Louis, pero hay algo en esa omega que no le agrada, fue ese destello de odio que vio en sus ojos al terminar de besar a Louis. Ella no está siendo sincera en absoluto, sólo quiere conservar su empleo para seguir al lado de su alfa, y eso no se siente bien.

No es ser inseguro, simplemente no es correcto que una omega que se siente atraída por su alfa continue trabajando para él.

Louis observa con atención a Harry, esperando por algún tipo de reacción en respuesta a las disculpas de Mónica, al ver que no ocurre nada, el alfa sonríe de lado, él ya esperaba que Harry no aceptara sus disculpas.

—Claro que no volverá a pasar, Mónica. Estás despedida.

La omega suelta un suspiro ahogado y Zayn hace una mueca complacida, parece que él también venía venir el despido de la mujer.

—Pero yo, acabo de, yo ya me disculpé, señor Tomlinson. Pensé que...

—¿Pensaste que con eso sería suficiente para conservar tu empleo? Para nada, Mónica. Te dije que habías hecho lo peor y eso fue ser una irrespetuosa con mi omega. Una disculpa no borra ni cambia nada. Y honestamente, no quiero que mi omega se sienta incómodo cada que venga a visitarme.

Mónica evidencia su llanto mediante unos sollozos audibles y hace un último intento con Louis.

—Yo necesito este trabajo, por favor...

—Estarás bien, a pesar de todo te daré una carta de recomendación y un buen finiquito. Te servirá mientras consigues otro empleo. —Le dice con tranquilidad y Harry se maravilla con la amabilidad de Louis—. Si quieres quedarte hasta que termine tu turno de hoy está bien, te lo pagaré. Pero por favor, no regreses mañana.

Ella agacha la cabeza, aceptando su derrota y asintiendo. Pasa de ellos con los hombros caídos y se coloca tras su escritorio, buscando unos pañuelos para limpiar sus lágrimas.

—Oye Zayn, infórmale a los de recursos humanos que preparen su liquidación y que me consigan a un nuevo asistente para mañana. No quiero omegas, que sean alfas o betas, por favor.

—Claro, jefe. —Zayn responde, imitando un saludo militar con mofa.

—Bien, ¿vamos a mi oficina, amor? —inquiere Louis y entrelaza sus dedos con los suyos.

—Oye, maleducado, ¿no nos vas a presentar? —Zayn interfiere, pegándole un codazo de broma al otro alfa. Harry se ríe por lo bajo.

Louis pone los ojos en blanco. —Que pesado eres, pensaba hacerlo en mi oficina con más calma pero ya que insistes... Zayn, él es Harry, mi bonito omega; Harry, él es Zayn, mi espontáneo socio y entrometido amigo.

—Mejor amigo. —Corrige Zayn—. Es un gusto conocerte al fin, Harry. —Se saludan con un apretón de manos—. Disculpa por el agrío momento que pasaste, pero tenía que ser así para poder poner las cosas en su lugar. —Sus ojos castaños le analizan detenidamente—. Tommo tenía razón, eres una belleza.

Harry se ruboriza y recarga su rostro contra el hombro de Louis.

—¡Oye! No empieces, Zayn. —Le advierte Louis, serio.

—¡Oh, vamos! Es un cumplido, tienes un omega muy bonito y es algo ¿obvio? Es decir, bien por ti.

Louis gruñe, pero Harry le coloca su mano libre sobre el pecho. —Está bien, gracias por el halago, Zayn. A mí también me alegra conocerte.

El alfa de cabello negro le hace una reverencia y se alisa las solapas del traje. —Bueno, me encantaría quedarme a charlar, pero tengo que cumplir con las órdenes del jefe. Me retiro a mi oficina y, encantado de conocerte, Harry, en verdad.

El omega le devuelve el gesto y Zayn desaparece por el pasillo contrario, Louis entonces lo jala de la mano, guiándolo a través del corredor principal, el que Harry supone, lleva hasta su oficina.

No se dicen nada, sin embargo, hay una tensión presente, una creciente ansia entre ambos cuerpos que Harry puede interpretar como deseo.

Louis abre una puerta, lo empuja dentro y cierra de un golpe, girando el seguro hasta que hace click para después abalanzarse sobre Harry, arrinconándolo contra uno de los muros y arrebatándole el bolso para arrojarlo al suelo. Le devora la boca con verdadera devoción y hambre, como si sus labios cargaran el néctar más dulce del mundo.

Harry se hace pequeño entre sus brazos, se deshace con cada caricia de su lengua contra la propia. Las manos del alfa se deslizan hasta dar contra su culo, el cual aprieta y manosea a su gusto. El primer gemido se cuela en la boca del alfa, quien rompe el beso, jadeando aire y recargando su frente contra la del omega.

—Te extrañé, amor. Me moría por verte.

—Yo también, aunque nos hallamos visto esta misma mañana.

—A como veo las cosas, no creo soportar más de unas cuantas horas separado de ti. —Lo besa de nuevo y pasa su mano con cariño por sus rizos—. ¿De verdad estás bien? Sé que debiste sentirte muy incómodo con Mónica.

Harry bufa, dejando su labio inferior por encima del superior. —Ya se me pasó, pero no te mentiré, ella realmente hizo que me sintiera fuera de lugar, como si no tuviese derecho de estar aquí. Además, ¿qué fue todo eso, eh? Primero me dices que estarás en junta y que ella me recibiría para que al final ninguna de esas cosas fuera cierta. —Le reclama, sin embargo, Louis no deja de verlo con ternura—. ¿Qué tipo de complot fue el que armaron tú y Zayn, eh?

—Cariño, no te había mentido, mi plan era decirle a ella sobre ti, —Le explica mientras continúa jugando con su cabello—. Mira, Mónica siempre había tenido esa actitud coqueta conmigo, yo jamás le di motivos, pero así era ella. Creí que hoy le quedarían claras las cosas en cuanto le contara sobre ti, pero Zayn me sugirió ponerla a prueba para ver cómo se comportaba contigo sin saber lo importante que eres para mí. Digamos que él sospechaba sobre la actitud de ella con otros omegas que considerara "amenaza" para su obsesión conmigo. —Se encoge de hombros—. No lo sé, confié en Zayn para hacer esto, él siempre ha sabido de omegas más que yo. Al menos en ese ámbito.

—Hmm, pues vaya que le atinó. Ella te quiere como alfa. Ni siquiera sus disculpas fueron sinceras, hubieras visto la mirada que me lanzó cuando me besaste.

—Ya no importa, ¿sí? No la tendrás que ver nunca más. Y no tienes por qué estar celoso. Tú eres el único omega de mi vida.

¿Celoso? Harry detesta los celos y la posesividad, se le hacen muy primitivos. Pero detesta más el saber que Louis está en lo correcto.

Hace un puchero y el alfa se lo borra con otro prolongado beso.

—Mi bonito y dulce omega se puso celoso, que adorable.

—Cállate —le reprende—, yo no soy así, sólo, no sé que me pasó.

—Oh, vamos. Está bien, amor. Me fascina saber que eres posesivo conmigo —Louis toma posesión de su boca, introduciendo su lengua y apretando su cintura, Harry le sigue el ritmo y toma con su puño los cabellos de la nuca del alfa.

Sus besos son ruidosos, así como las respiraciones entrecortadas de ambos por la intensidad que ha adquirido su encuentro. Louis deja su boca para empezar un recorrido de caricias por su cuello, chupando y lamiendo a su paso la piel del omega.

—¿Puedo seguir? —pregunta contra su oído—. Sé que no es el lugar ideal, pero mierda, necesito tocarte.

Sus manos tientan el borde de sus jeans, Harry adivina lo que Louis quiere hacerle, y joder, a él le encantaría, se está mojando y quisiera liberar la presión que ha comenzado a sentir en su abdomen, pero las ganas del omega por otra cosa han superado ese sentir.

—Me encantaría, pero —coloca sus dos manos sobre la creciente erección del alfa—, quiero hacer algo por ti esta vez.

Los ojos de Louis se oscurecen de deseo y su aroma se vuelve espeso. —Harry, bebé... no tienes qué hacerlo. No quiero que te sientas presionado si yo-

Harry lo besa para callarlo. —Quiero hacerlo porque lo deseo. La verdad, me calentó la forma en la que me defendiste y me diste un lugar. Nunca nadie lo había hecho por mí. Quiero agradecerte, alfa.

Louis lo jala del cuello para besarlo con pasión mientras que, acompañados de pasos torpes y descuidados que les hacen reír, caen de bruces contra el sofá que el alfa tiene en una esquina de su despacho. Es el lugar ideal para lo que el omega planea hacerle.

Harry se acomoda, de rodillas frente a él, sus miradas siguen conectadas mientras comienza a desabrocharle el cinturón y la bragueta. Louis se revuelve contra el respaldo del sofá para ayudarle a deslizar un poco su pantalón.

El ver el grado de excitación en el alfa sólo le ayuda a incrementar su deseo por él, sus ganas por darle placer al hombre que ha hecho tanto por él en tan poco tiempo.

Está confiado, él sabe que es muy bueno usando su boca, y aunque el breve recuerdo le desagrade, Harry aún alcanza a escuchar en su mente los disque halagos de Robert cuando le decía, entre risas, que "chupar pollas es de lo poco que se te da bien". Se horroriza con el pensamiento, ese alfa nunca mereció que se esmerara tanto por complacerlo, nunca era suficiente para él.

Louis nota la tensión reflejada en su rostro y frunce el ceño, preocupado. —¿Qué ocurre, amor? ¿Estás bien? No tenemos que hacer esto-

Él sacude la cabeza, —Estoy bien, pensamientos intrusivos, eso es todo. —Le asegura con una sonrisa y se apoya sobre los muslos del alfa para besarlo—. Quiero hacer esto bien, eso es todo.

—No tengo duda alguna de que estarás perfecto, amor.

Harry le sonríe, atrevido, y vuelve a bajar hasta arrodillarse de nuevo. Usa la bandita elástica que lleva en su muñeca y, bajo la mirada atenta de Louis, se recoge el cabello en un moño alto. El enorme bulto bajo el bóxer del alfa le da escalofríos, es hasta ese punto que se da cuenta que es la primera vez que verá la polla de Louis en todo su esplendor.

Sin demorarse un segundo más, toma la cinturilla elástica de la prenda y, con la ayuda del alfa, la retira hacia abajo, dejando que se amontone junto a los pantalones.

Lo que tiene frente a sus ojos es mejor de lo que él había imaginado.

Louis sí que fue bendecido, su varonil miembro es todo aquello que un omega desearía tener para sí, algo que, sin duda, aseguraría noches enteras de placer y dicha.

Harry comienza dando lametones a lo largo del falo, probando su sabor y vanagloriándose con lo bien que se siente todo. Va hasta la punta, la cual palpita contra su lengua cuando él la rodea y la chupa como si se tratara de una paleta.

—Joder... omega —Louis suelta acompañado de un gruñido.

Eso alienta a Harry a metérsela de una a la boca, gimiendo cuando el duro miembro toca el fondo de su garganta. Él succiona y va de arriba abajo, esforzándose por inhalar y exhalar por la nariz para no ahogarse y así prolongar el placer de su alfa.

Aprovecha para posar sus ojos sobre la figura de Louis y se complace al ver como este ha echado la cabeza hacia atrás con un largo jadeo ronco.

—Mierda... Harry, se siente tan bien, amor...

Harry se retira para agarrar aire y sus manos continúan la labor por él, masturbándolo con frenesí, él saca su lengua y recorre desde la base hasta la punta otra vez, volviéndosela a meter hasta el fondo sin pausa alguna. Louis gime y sus gruñidos se vuelven más altos, más desesperados.

Puede sentir como palpita contra su lengua, contra las paredes de su boca, sus manos acompañan su succión, bombeando en la base y masajeando sus testículos. Su saliva se escapa a borbotones de su boca y resbala hasta empapar el vello púbico del alfa, pero no le importa, no piensa retirarse hasta que Louis corra. Está cerca, puede sentirlo.

—Omega, voy a correrme... oh joder...

Harry sabe que Louis le ha avisado para que él se retire, pero no lo hace, a decir verdad, nunca había sido fan de dejarle a un alfa terminar en su boca, pero con Louis es diferente, su omega desea adueñarse de dicha esencia.

Le restan unos instantes más de trabajo sobre su polla para que, con un grave gemido entrecortado, Louis se corra, removiéndose contra el respaldo, con una vena prominente marcándose en su cuello por el esfuerzo.

Harry recibe los chorros de su semen en su garganta, saboreándolos y continuando con su succión hasta terminar con la última gota. Las arcadas nunca se hacen presentes a pesar del tamaño tan intrusivo del alfa.

Se aparta, relamiéndose los labios y sonriente, complaciéndose con la imagen tan reluciente de un Louis después del orgasmo. Eso es suficiente para él, está más que satisfecho.

Cuando el alfa recupera el aliento, lo sujeta del rostro y lo levanta para sentarlo a horcajadas contra él, y para sorpresa de Harry, sus labios también toman posesión de los suyos. Harry creía que los alfas no eran partidarios de eso, tonto él, otra prueba de que Louis es mucho más que aquel hombre.

—Eres increíble, bebé. —Le da mimos de esquimal y lo besa repetidas veces—. Soy un alfa tan suertudo. Lo único malo es que no creo que pueda trabajar en paz después de esto, no con este recuerdo tan presente.

Los dos se ríen, boca contra boca.

Después de unos cuántos besos más, Louis se limpia y se reacomoda el pantalón; los dos se quedan acurrucados en el sofá por un rato más. Platicando sobre lo que hicieron en sus respectivas mañanas. Louis se alegra mucho al saber que Harry amó su collar y que este le dedicó una canción linda a su cachorro.

También le pregunta sobre si tiene alguna objeción respecto a pasar la noche en su apartamento. Harry al principio se niega pues no tiene ropa ni nada suyo en el lugar, a lo que Louis le responde que él ya se encargó de eso, comprándole ropa y artículos de aseo nuevos para el omega.

Harry está que no se la cree, Louis es un alfa todo atrevido y adorable, cubriendo todas sus necesidades de esa forma tan perfecta. ¿Qué más puede hacer? Harry acepta la propuesta de Louis, abrazándolo y besándolo con emoción.

La pareja finalmente se dispone a salir del lugar y los dos se despiden de Zayn, quien les desea se la pasen bien y le manda saludos a Andy también. A Harry le agradó, puede que tenga ideales un tanto raros, pero al menos se nota que es un buen tipo.

Durante el viaje en dirección a la guardería, Harry usa su espejito portátil para acomodar su cabello, deshaciendo el moño y colocando algo de brillo labial en su boca. La mano de Louis sobre su muslo nunca se apartó, sólo acariciaba la zona cada que paraban en una luz roja, la cuál el alfa aprovechaba para murmurarle lo bonito que el omega se veía bajo brillo del sol de la tarde.

Andy los recibe con una enorme sonrisa cuando los ve entrar en la habitación de espera, todos los cachorros se han ido, por lo que Niall estaba sentado junto a él, cuidándolo mientras el cachorro coloreaba un dibujo.

—¡Mami! ¡Papi! —exclama risueñamente y salta a los brazos de Harry.

Louis le agradece a Niall por cuidar del pequeño mientras Harry estaba fuera y este le quita importancia con un gesto de su mano, afirmándole que para eso están él y los demás en la guardería. El omega le da un beso en la mejilla a su amigo rubio y este le hace un cumplido, afirmando que "hay un brillo muy especial en él" y que le alegra mucho verlo así de feliz.

El alfa agarra las cosas de Andy y, tras adiós más a Niall, los tres salen del local y se meten al auto.

Mientras Louis conduce, el cachorrito le pregunta a Harry sobre su visita a la empresa de su papi, el omega le relata que la pasó muy bien, omitiéndole obvios detalles, por supuesto.

También debaten sobre qué cenar y qué hacer para pasar el resto del día, llegando a la conclusión de que, si Harry no encuentra que cocinar al llegar al apartamento, Louis los llevará a algún restaurante.

—Al fin, en casa —informa Louis al apagar el motor del auto,

Harry sale de su asiento y abre la puerta trasera para sacar a Andy de su sillita de viaje a tiempo que el alfa mayor abre la cajuela para sacar su maletín y las cosas de Andy, cargando también con el bolso de Harry.

El cachorrito, un tanto exhausto, recuesta su cabeza contra el hombro del omega, olfateando su glándula de aroma para encontrar confort.

Louis sonríe satisfecho con tal imagen y pasa su mano libre por la cintura de Harry mientras caminan hacia el elevador. Todo está tan cómodo y tranquilo que Harry hasta podría ronronear de lo bien que su omega se siente.

—¡Louis!

El llamado del nombre del alfa proviene de detrás de ellos, los toma de sorpresa y Harry hasta da un respingo sobre sus pies, por instinto se giran hacia la voz y se encuentran con la figura de hombre a unos cuantos metros de ellos.

La apariencia de ese hombre se aclara conforme se acerca a pasos largos. Louis se coloca al frente de Harry, como queriendo protegerlo, eso asusta al omega y le intriga aún más cuando distingue con claridad los rasgos del extraño. Y su casta.

Es un omega joven.

Harry nota el cambio en el lenguaje corporal de Louis, sus hombros se han ensanchado y su alfa se ha puesto alerta, en un tono amenazante. Andy siente lo tenso y nervioso que está su padre y su pequeño cuerpo también se contrae, ansioso. Harry lo arrulla y cientos de ideas pasan por su cabeza hasta que el mismo Louis las resuelve todas con una sola palabra.

—Troye.

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