Capítulo 13

Chocolate caliente, dulce y relajante.

Es el aroma que ha impregnado a Harry, y que él se ha encargado de cubrir con el propio, para consolar a un cachorrito que lo necesita, que requiere de su protección y amor maternal como omega.

Porque así es como el pequeño lo ha reclamado, como su madre, llamándolo "mami" en repetidas veces.

El instinto de Harry y su omega interno se habían visto víctimas de un golpe emocional muy fuerte, él ya había escuchado la palabra "mami" de Andy antes, pero esa vez, el pequeño había estado adormilado, ahora estaba más despierto y consiente que nunca.

Y le había reafirmado lo que en esa ocasión Harry había reprimido para no ilusionarse.

Pero en verdad está pasando. Y Harry ya tampoco puede ocultar el tipo de afecto y conexión que en realidad siente hacia Andy.

Su omega también lo reconoce como su cachorro. Su bebé.

Harry arrulla al pequeño, meciéndose delicadamente y usando su mano libre para frotarle cariñosamente la espalda. Andy está completamente abrazado a él, como un koala lo estaría a su madre o a un árbol y su pequeña cara está enterrada en el cuello de Harry, el omega puede sentir las lágrimas pegajosas del cachorro rodando por su piel.

—Tranquilo, bebé. —Le murmura con suavidad—. ¿Te raspaste o te doblaste algún bracito?

Andy niega con la cabeza, su piel está muy cálida y rojiza por el llanto, aunque sus berridos han disminuido desde que Harry lo cargó.

—No, mami. —Solloza con más tranquilidad—. Pero... quiero irme a casa.

Harry voltea a ver a Louis, quién, hasta ese momento había estado sumergido en una especie de shock, sólo admirando la situación que ocurría frente a él, el nuevo vínculo que su cachorro y el omega que cortejaba habían formado.

El alfa sacude la cabeza y parpadea rápidamente. —Cachorro, ¿seguro no te pasó nada? —cuestiona a medida que trata de inspeccionar su pequeño cuerpo en busca de algún raspón o hinchazón prominente, pero no encuentra nada.

—¿Lo llevamos al médico? —pregunta Harry, un tanto preocupado.

—No quiero doctor —se queja Andy y sorbe por la nariz—. Quiero casa. —Despega su carita toda ruborizada y enfurruñada por el esfuerzo del llanto y dirige su vista hacia su padre—. Ya no me duele nada, papi —sus deditos se enroscan en los rizos de Harry y una sonrisa débil se forma en su boca— solo quiero ir a casa... con mami y contigo.

Con mami y contigo.

Ya está, parece ser que así es como se referirá a él de ahora en adelante. Sólo que Harry no cree que pueda sobrellevarlo todo, es demasiado. ¿Qué pensará Louis?

—Está bien, pequeño. —El alfa luce calmado, sólo un poco sacado de razón con el nuevo giro de eventos—. ¿Nos vamos, omega?

Harry asiente, reafirma su agarre sobre el cuerpo del cachorro y camina junto al alfa, quien ha rodeado sus hombros con su brazo, en un intento por proteger y dar cobijo a ambos.

En el auto, Louis le ayuda a Harry a acomodarse con Andy en el asiento de copiloto pues el pequeño no quiso -por ningún motivo- separarse del omega, y ya si no iba a usar su asiento para cachorros en la parte de atrás, mínimo que fuera seguro y cómodo en el regazo de Harry.

La situación le trae recuerdos al omega. Ahí, mientras van de camino al apartamento de Louis, Harry recuerda esa vez en la que Andy también iba abrazado a él, cuando lloró y le gruñó a Lena por tratar de usar su cobijita y pedirle un arrullo al omega. Es todo tan similar.

Sin embargo, hay dos cosas que han cambiado y que Harry espera con todo su corazón que sean para bien; la primera es el estatus de su relación con Louis, y la segunda es el estatus de su relación con el cachorro de Louis.

Harry se ríe con ligereza dentro de su mente. Qué dilema. Ha caído en el encanto de dos alfas amorosos, adorables y detallistas, sólo que uno más gruñón que el otro, eso sí.

Y ahora que piensa en ello, se sabe que Louis le cortejaba para que aceptara ser su omega y demás, pero ¿y si Andy de alguna forma también le estaba cortejando para que fuera su madre? Inconscientemente, sí, pero es probable que el cachorro lo estuviese haciendo, motivado por su creciente instinto de alfa carente de una figura maternal.

El peluche de lobito que ganó para él en la feria, la taza que le regaló el otro día, la lista de "deudas" que estaba adquiriendo con su padre para poder comprarle más cosas...

Sí, puede que no sea una teoría tan loca. Él como pedagogo sabe que ese comportamiento de cortejo en los cachorros suele suceder, no se dan cuenta, pero es su instinto quien los guía a través del proceso.

Mi lindo bebé, tan detallista y cariñoso.

Durante el resto del trayecto, Andy deja de llorar por completo, solo emite esos pujiditos típicos de los cachorros después de un llanto fuerte o berrinche; Harry le peina los cabellos castaños, su cabeza sigue caliente y los mechones de su nuca están húmedos por el sudor y el cansancio físico del cachorrito.

Estará bien, después de años trabajando con bebés, Harry sabe que no hay que preocuparse, Andy sólo necesita un baño, comer algo, hidratarse y tomar una buena siesta. Fue una de las tantas caídas que le esperan al pequeño en su infancia, mientras no se rompa ningún hueso o se haga heridas graves, todo es y será completamente normal y sano. No existe cachorro alguno que no se haya caído y llorado al menos una vez.

Cuando llegan al apartamento, Louis le avisa que irá a preparar la tina del baño para Andy, así que Harry se sienta con el pequeño en el sofá.

—¿Ya te sientes mejor, bebé? —le pregunta, acariciándole las mejillas regordetas con sus nudillos.

Andy le mira con ojos brillantes, no de llanto o de tristeza, sino de ilusión y admiración. No es la primera vez que lo ve así.

—Sí, mami. Ya pasó. —Vuelve a recostar su cabeza sobre su hombro y su palma se posa sobre el corazón de Harry—. Uhmmm... ¿no te molesta que te diga mami?

Conmovido por la pregunta del pequeño, el omega lo abraza más y le da un beso en la frente. —Claro que no, cariño. ¿Por qué me molestaría? Eres el cachorrito más lindo que he conocido en toda mi vida, y tengo mucha suerte ¿sabes? Todo lo que siempre he querido es tener un bebé... —un nudo se forma en su garganta— y ahora te tengo a ti, finalmente tengo a mi cachorro que me dice mami.

Harry le hace cosquillas en la barriga y Andy se ríe, esos sonidos risueños le endulzan el oído al omega.

—Yo te quiero mucho, mami —sus bracitos le envuelven el cuello—. Yo, ugh, yo sé que mi mami que me tuvo en su pancita no existe y se fue... pero tú haces todo lo que una mami hace, umm, yo sé porque lo veo en la tele y allá afuera, con mis compañeros y sus mamis —sonríe y se ruboriza al verlo a los ojos—. Tú me das besitos, me arrullas, me cantas para dormir, me haces comida rica, y umm, yo siento muy bonito aquí en mi corazón cada que estás conmigo —el pequeño se toca el pecho y a Harry se le aguadan los ojos—, tu olor es mi favorito en el mundo, mami. —Se pone de pie sobre su regazo y le agarra el rostro para darle mimos de esquimal, frotando su nariz de botón contra la suya—. Gracias por estar conmigo y con papi, todo es mejor y más bonito desde que tú estás con nosotros. —Se aparta y da pequeños saltitos de emoción—. ¡Ya tengo al fin a mi mami! Oh, y papi te quiere mucho, mucho también.

—Demasiado.

Ambos su giran en dirección a la voz y encuentran a Louis, de pie a unos cuantos pasos lejos de ellos. Se ha puesto una camisa estilo tank top, Harry supone que es por practicidad pues va a bañar al cachorro.

Sus brazos al descubierto lucen jodidamente bien.

—¿Cómo estás, cachorro? —inquiere el alfa mayor, acercándose.

—Mejor, papi. Sólo lloré porque caída dolió mucho. Pero ya pasó. —Andy ladea su cabeza y acaricia los rizos del omega, Harry adivina que su cabello y su olor son las dos cosas favoritas del cachorrito—. Estaba hablando con mami y diciendo que lo queremos mucho ¿verdad?

Louis sonríe, marcando diminutas arrugas en la orilla de sus ojos. —Mucho, pequeño. Harry es nuestro ángel ¿recuerdas? —El alfa levanta la mano y la pasa por la mejilla de Harry, él se relaja con el contacto, ambos suspiran—. Mi dulce y bonito omega.

—¡Y es mi mami también! —Andy celebra, feliz—. Mi sueño se volvió realidad, papi. Soñaba con tener mi mami que me tratara lindo y que oliera a dulce ¡y ya la tengo!

Las bellas palabras de ambos alfas lo están llevando al límite de las emociones, Harry cree que en cualquier momento se soltará a llorar, igual o más fuerte que Andy. 

—¿Por qué están tan brillosos tus ojitos, mami? —Andy pregunta con un puchero.

Harry niega con la cabeza, sorbiendo por la nariz y tragándose el nudo que se aferra a no desaparecer de su garganta. Tiene que controlarse, mantener en calma a su omega interno.

Sabe que necesita un momento, requiere llorar mucho y dejarlo salir todo para tratar de renovar su esperanza, su alma, la que creía irreparable, la cual cierto cachorrito ha ido aliviando y sanando; pero Harry necesita estar a solas en su único lugar especial.

Y ese lugar está en su casa.

—No pasa nada, bebé. Son brillos de felicidad. —Frotan sus narices y le besa el cachete—. Tú has traído mucha felicidad a mi vida. Tú y tu papi. —Le sonríe al alfa mayor al verlo—. Bueno, es hora de tu baño, yo mientras voy a preparar algo de comer ¿está bien?

Andy asiente y se va con gusto a los brazos de Louis. —Sí, mami.

—No me tardo —le asegura el alfa—. ¿No quieres esperar mientras lo baño? Así te podemos ayudar en la cocina, omega.

Harry sonríe. —Estaré bien, creo que puedo arreglármelas solo, ya sabes que-

—Amas cocinar, sí. —Louis completa por él.

Él se encoge de hombros. —Ahí está. Ustedes vayan tranquilos que yo me encargo de preparar algo rico.

—¿Cómo se dice, cachorro? —Louis le pregunta a su hijo mientras ve al omega de reojo.

—Oh, sí —titubea—, gracias, mami.

—Gracias, omega. Ya volvemos. —Louis le planta un beso en la boca, tomándolo por sorpresa, es la primera vez que lo besa en la boca frente a Andy.

Sin embargo, eso no parece incomodar al pequeño en absoluto, al contrario, este se ríe feliz ante la muestra de afecto y se aleja en los brazos de su padre mientras le dice "adiós" moviendo su manita de lado a lado.

🧸🍯🧸

Esa tarde, Harry descubrió lo que era sentirse increíblemente querido y valorado, respetado y admirado.

No sólo por el hecho de que Andy lo viera con tanta ilusión y cariño, sino por cómo su omega se sentía en compañía de esos dos alfas.

Era todo lo que Harry alguna vez había pedido, tener una relación así de amorosa y respetuosa como la que Louis le prometía, y un cachorro adorable y precioso que lo llamara mamá y le demostrara cuánto lo necesitaba.

Porque a esa conclusión Harry había llegado, él necesitaba encontrar a Louis y Andy como ellos necesitaban encontrarlo a él. Y todos requerían sanar juntos, de alguna manera u otra.

Y aunque el camino aún es malditamente largo, Harry cree que puede hacerlo ahora. Si ya tenía su guardería para ayudarle a sobrellevar el dolor de su alma, ahora también tiene a otras dos personitas que le acompañaran en el proceso.

Un proceso cuyo final le augura un futuro muy hermoso junto a Louis y su cachorro.

Se esforzará para que sea así, justo como Louis lo está haciendo en su cortejo; y es que ya no solo es la relación amorosa que se pueda desarrollar junto al alfa, sino que ya también está entre sus manos el cuidado y protección de un bebé que lo ha reclamado como su madre. No quiere decepcionar a ninguno de los dos.

Yo puedo hacerlo, tengo que dejar atrás mis miedos para terminar de curar mi espíritu junto a ellos. Yo sé que puedo. Esto tiene que ser una especie de señal.

Después de tanta oscuridad, Harry al fin creía haber encontrado su luz del día. Su rayo de sol, dorado y brillante, similar a cómo se siente en su interior cada que está junto a Louis y Andy.

Los tres habían pasado un día bastante hogareño y feliz después de incidente en el parque. Al final, el cachorro solo tenía un pequeño raspón que Louis terminó cubriendo con pomada para golpes. Harry les cocinó unas tortitas de elote y espinaca con arroz y ensalada.

Y obvio, el kiwi no podía faltar, presente esta vez dentro de la ensalada que también llevaba fresas y trozos de nuez.

Cómo si fuese ya una rutina familiar establecida, Harry se había encargado de lavar los trastos mientras que Louis le ayudaba a secarlos, y Andy los había observado, contento y ruborizado cada que el alfa mayor le robaba piquitos a Harry.

El resto estuvo lleno de más risas y tranquilidad, mucha paz y armonía. Vieron una película juntos, Harry peinó el cabello húmedo de Andy y le hizo una "palmerita" que al cachorro le gustó mucho. Louis besó y acarició la cintura del omega en cada oportunidad que tuvo, murmurando palabras cariñosas y de agradecimiento para él.

Y Louis le había ofrecido que se quedara ahí, a pasar la noche en su apartamento, pero Harry le había rechazado la propuesta, poniéndole de pretexto que no tenía nada ahí para alistarse al día siguiente para la guardería.

Pero justo eso eran, pretextos. Si no fuese porque el omega necesita tomarse la noche para él y para sus recuerdos, Harry se habría quedado sin dudarlo.

Louis le había prometido que le estaría comprando ropa y cosas de aseo personal para él, para que tuviera la comodidad de quedarse a dormir con él en la próxima ocasión.

Con el auto del alfa ya estacionado frente a la casa del omega, Andy se había despedido tiernamente de él, con un abrazo de larga duración y muchos besos en las mejillas.

"Nos vemos mañana, mami. Sueña bonito, te quiero mucho."

Esa encantadora promesa había sido acompañada por una oleada de olor a chocolate, ese era el cachorrito marcándolo con su aroma, en un intento de dejarle protegido y acompañado. Un gesto muy común que tienen muchos cachorros cuando se despiden de sus madres para ir a la escuela o a dormir.

Louis le acompaña hasta la puerta mientras Andy le espera en el auto.

Y el beso no se hace esperar.

Harry suspira de gusto sobre sus labios y lo abraza del cuello, siente las manos del alfa deslizándose bajo su camisa, tanteando la cinturilla de los shorts de mezclilla que trae puestos.

—Louis...  —le advierte.

—Lo siento. Me es difícil contenerme cuando te estoy besando. —Suspira y pega su frente con la de él—. Gracias por todo, omega. Sé que debo tenerte harto con lo mismo, pero en verdad has hecho demasiado por nosotros. Gracias por querer tanto a mi cachorro, por ser justo lo que él necesita, por ser el omega que yo ya adoro tanto...

—No sigas —le avisa, emocional—, ustedes también me han salvado a mí, como no tienes idea...

Un beso más los une. —No quiero poner presión en esto, pero... tú tienes que saber que yo ya he decidido —sus manos le sostienen del mentón, conectando ambas miradas—. Sabes cómo termina un cortejo ¿verdad?

Con la mordida. El lazo.

Harry asiente. —Sí, pero... ¿eso quiere decir que tú...?

—Totalmente. Es absurdo siquiera pensar que tú no eres el omega de mi vida. Harry, yo ya me decidí, no podría existir alguien tan perfecto para mí como tú. Y te quiero. Conmigo y con Andy, siempre. —Le toma las manos y se las besa, como un príncipe a una princesa—. Yo seguiré cortejándote porque no quiero dejar de complacerte y cuidarte, pero cuando tú sientas que estás listo para entregarte por completo a mí, entonces sólo dímelo, que ahí estaré para ti. Para sellar nuestra unión con mi mordida.

Su mordida. Louis le acaba de confesar que lo ha elegido para darle su mordida.

Si tan solo esa fuera su primera vez, si tan solo no tuviera tan malos recuerdos de lo que un lazo implica... y del sufrimiento que conlleva cuando algo no sale como debería.

Ahí están otra vez esos fantasmas de su pasado, impidiéndole abrirse a la felicidad. Tiene que ignorarlos o nunca podrá darle a Louis lo que él merece como su pareja.

Harry le besa con pasión, tratando de expresarle con su boca lo mucho que su declaración le ha movido los sentimientos. Él también lo adora.

—Nos vemos mañana, vendré a recogerte y nos iremos a la guardería, ¿de acuerdo?

—Está bien. Dale un beso más de buenas noches a Andy por mí.

—Lo haré.

—Buenas noches, alfa. Descansa y dulces sueños.

Louis le besa la comisura de la boca. —Lo serán porque voy a soñar con mi dulce omega.

Una ronda final de piquitos y abrazos se da entre ambos, ninguno queriendo alejarse completamente del otro hasta que el propio omega tuvo la iniciativa de dale un leve empujón en el pecho para apartarlo, de lo contrario seguirían besándose o diciéndose cosas lindas al oído.

Después de escuchar el motor del Ferrari de Louis, Harry suspira y se adentra en su casa, va a su habitación y deja los regalos de Louis sobre su cama, ve el peluche de lobito y lo agarra, inhalando su aroma y depositando un casto beso sobre este.

Sabe lo que tiene que hacer, si va a empezar de nuevo al lado de Louis y Andy entonces tiene que ir ahí y llorar una última vez, tiene que sufrirlo y recordarlo para dejarlo ir.

Se quita la ropa y se ducha, usando las esponjas y los jabones nuevos que Louis le regaló. Al salir, se coloca una bata para dormir de flores, es una de sus favoritas por lo cómoda que le resulta para dormir.

Aunque esa noche es probable que no duerma mucho.

Saca la llave de una cajita blanca y se encamina por el pasillo, hasta que da con la puerta indicada de esa habitación cuya existencia solo la saben él, Niall y su hermana, ellos son los únicos que también conocen el significado tras el brazalete de cuarzo rosa que nunca se quita.

Harry toma valor para insertar la llave en la cerradura, hacia algo de tiempo que no se metía ahí. Sólo lo hacía cuando las pesadillas no lo dejaban en paz, cuando el dolor era tanto que no podía hacer otra cosa más que llorar y maldecirse a sí mismo por no haber sido suficiente.

Por no haber tenido la fuerza necesaria para salvarlo.

Gira la perilla y entra, encerrándose en la habitación. Enciende la luz de las lamparitas de noche y todo toma forma frente a él de nuevo.

Los muros decorados con estrellas y personajes animados que se quedaron a medias de pintar; él  solía dedicarle tiempo a ello, Harry quería decorar todo él mismo, estaba tan ilusionado y expectante, feliz de estar en la cuenta regresiva para que su bebé llegara a su vida.

La cuna está aún ahí, con peluches y cobijas que nunca llegaron a cubrir y servir de recreación para su cachorrito.

Harry recorre el cuarto, con las primeras lágrimas comenzando a correr por su rostro, el recuerdo es demasiado doloroso, pero él lo consoló con la creación de su guardería, el nombre incluso fue asignado en su honor, desde que su bebé murió, Harry siempre lo pensó como una pequeña estrella, una que él siempre busca en el cielo cuando se siente desconsolado.

Su guitarra yace recargada contra la cuna, el omega la toma y se sienta en la mecedora, toma un suspiro profundo antes de tocar los primeros acordes de la canción que se encargó de componer desde su pérdida, todo lo que él sentía después de que su cachorro murió, y cómo él eligió recordarlo.

Starry haze, crystal ball
Somehow, you've become some paranoia
A wet dream just dangling
But your gift is wasted on me

I was thinkin' about who you are
Your delicate point of view, I
Was thinkin' about you
I'm not worried about where you are
Or who you will go home to, I'm
Just thinkin' about you

Harry tiene que detenerse porque el nudo de la garganta no le permite continuar, sus lagrimas han caído también sobre la superficie de la guitarra.

A broken ankle, karma rules
You never saw my birthmark
I was thinkin' about who you are
Your delicate point of view, I
Was thinkin' about you
I'm not worried about where you are
Or who you will go home to, I'm
Just thinkin' about you
Just thinkin' about you
Just thinkin' about you

El omega deja que su llanto siga adelante y tampoco le importa gritar, porque aún extraña a su bebé, porque aún le desgarra por dentro la forma tan terrible en la que lo perdió.

Estaba solo y había tanta sangre.

Me dolía tanto y la sangre no dejaba de salir.

Harry tintinea su brazalete de cuarzo rosa y se hace un ovillo en el suelo, abrazando el gran oso de peluche amarillo que planeaba poner en la cuna de su bebé; porque quería que su cachorro también amara tanto a Winnie Pooh como él.

Y llora, llora en su soledad, extrañando un bebé mientras toca su vientre, añorando algo que sabe que ya no podrá tener.

🧸🍯🧸

Notita: Sé que Little Freak no tiene esa connotación, pero justo las partes que puse de la canción me recordaban perfectamente a la canción que una madre le compondría a su bebé perdido. Déjenme sus opiniones sobre este capítulo.

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