xix.

El pelinegro suspiro cansado mientras limpiaba sus finas manos en el delantal rosa que rodeaba su cintura. Paso su antebrazo por su frente, quitando la pequeña capa de sudor que cubría esta, necesitaba una ducha urgente pero antes, debía terminar los deliciosos platillos que presentaría esa noche

Solo a Park Jinyoung se le ocurría invitar a sus amigos a la cena navideña sabiendo que nadie lo ayudaría en la cocina. O nadie con conocimientos en esta.

-Jinyounggie ¿Cómo se corta esto?

El mayor sonrió enternecido viendo como la cola de su novio se movía despacio, como sus orejitas estaban caídas y su nariz estaba fruncida. Jaebum podía mostrarse como alguien a quien temer, en especial estando en su forma perruna, pero la realidad era otra.

-Mi amor, deja ahí la cebolla y ve a poner la mesa. -El azabache asintió limpiando sus manos con un paño y tomando los cubiertos para posteriormente ir hacia el comedor.

Jinyoung nuevamente suspiro tomando la cebolla que momentos antes Jaebum intentaba cortar y pelándola. Tenía apenas cinco horas para terminar de preparar todo y apenas tenía listo el relleno del pavo.

Quería que sus amigos le dieran el visto bueno a su comida, sería la primera vez que alguien más, aparte de Jaebum probaría algo preparado por él. Hubo veces en las que Jin y Tae probaron sus pasteles, pero solo eso. Ahora quería que le dieran su opinión, por algo estudio tres años gastronomía ¿No?

Nunca creyó que el estudiar dicha carrera le diera algo bueno para un futuro, después de todo trabajaba en una cafetería de mesero. Pero la cocina era un pasatiempo que le gustaba realizar, en especial porque así podía consentir a las personas que más quería, una de ellas era Jaebum.

A Jinyoung le gustaba preparar pastelillos, platos exóticos o simples kimchi al hibrido porque este lo alentaba a cocinar otras cosas, le daba ánimos para seguir practicando y seguir mejorando.

¿Quién imaginaria que un hibrido se volvería tan importante para una persona tan solitaria como lo era Jinyoung?

Porque si, antes de que Jaebum llegara a la vida del pelinegro, este era una persona cerrada, tímida y de muy pocas amistades, para no decir ninguna. Pero que esperan de alguien tan amable del cual muchos abusaron en un pasado, Jinyoung no confiaba en nadie, bastante le costó tenerle confianza a Jin y Tae.

Pero con Jaebum aquello había sido diferente, en especial porque lo conoció siendo un simple can, descubriendo su verdadera naturaleza días después, cuando ya lo había adoptado.

Lo primero que paso por la mente del mayor aquella vez fue pena. Pena al recordar la forma tan denigrante en la cual conoció a Jaebum, siendo este un cachorro con una pata herida, tres costillas rotas y un corte en el ojo que ahora se notaba muy poco.

Jaebum al igual que muchos otros híbridos había sido abusado hasta el cansancio, siendo usado para peleas de perros por su gran tamaño aun siendo apenas un cachorro de 8 meses, nueve años humanos.

Ahora, con un año y unos cuantos meses, ya casi 20 años humanos, era feliz junto a la única persona que se detuvo al escuchar sus lloriqueos caninos ese día lluvioso en la feria de atracciones.

Pero esa es otra historia.

- Jinyounggie... -Dio un pequeño salto al sentir las grandes manos de su hibrido tomar su cintura y atraerlo a su cuerpo.- Estoy aburrido...

Cosas como esas lo distraían de lo estaba haciendo y lo hacía poner toda su atención en su can.

Lamentablemente ese día no sería así.

Dándose la vuelta tomo las mejillas de Jaebum, acercándose a sus labios y dejando un pequeño y dulce beso que hizo que la cola del híbrido comenzará a mecerse de un lado a otro.

-Debo terminar aquí, bebé. En la noche seré todo tuyo, ahora no puedo. -El pequeño puchero que hizo Jae derritió por completo a Jinyoung, quien volvió a besar los labios del chico.

-Está bien... -Suspiró.- iré a molestar a YoonGi por Facebook.

Jinyoung río ante lo último, negando con una dulce sonrisa en sus labios la cual fue borrada por un nuevo beso por parte de Jaebum.

-Mmh~ ¿En serio no podemos estar unos minutos en el sofá? -Insistió Jaebum jalando el delantal del mayor hasta que por fin lo quito bajo la atenta mirada del rubio.

-Pero Jae, debo terminar de preparar todo para la noche... -El chico perro comenzó a jalarlo de la mano hasta sacarlo de la cocina.- Jae, te advierto, si el pavo no está listo antes de que lleguen-

-Sí, sí, sí. Me golpearás con el diario, ya se. -Lo cortó el moreno ya dejando de jalarlo.

Ambos caminaron hasta uno de los sofás de la sala donde Jaebum se sentó con las piernas juntas, comenzando a palmearlas para que su pelinegro dueño y novio se sentara también.

Aquello no era para nada extraño, su relación se basaba en darse pequeñas muestras de amor cada vez que tenían la oportunidad. Jaebum a pesar de ser un perro de raza peligrosa, era muy mimado y eso era a causa de Jinyoung quien disfrutaba el estar sus días libres en la cama acariciando las orejas del can, estando este en su forma animal o no.

Algo que estaba haciendo ahora mismo, estando sentado en las piernas del menor, mientras este abrazaba su cintura, recargando su cabeza en su hombro y disfrutando de las delicadas manos de Jinyoung en sus orejas de Mastín Italiano.

Jaebum quería demasiado a su dueño, novio y futuro esposo. Porque sí, Jae tenía la esperanza y el sueño de casarse con su Hyung, a pesar de que aquello fuera mal visto en la sociedad, no solo porque fuera hombre sino un híbrido, él quería hacerlo.

El mayor había sido prácticamente su salvador, quien tuvo la bondad de adoptarlo pensando que era un simple perro y, posteriormente, amándolo al saber que era un híbrido.

-Te amo... -El suave aliento del can acarició el cuello del humano, quien sonrió enternecido al escuchar tan dulces palabras.

-Yo también Bummie... -Tomo el rostro del chico entre sus suaves manos y beso la punta de su nariz, viendo como la cola con escaso pelo comenzaba a moverse.- Te amo mucho, mucho.

-Jin, yo-

Golpes en la puerta interrumpieron al híbrido quien gruño frunciendo el ceño, escuchando la dulce risa del rubio.

Dejo un último beso en la mejilla de su novio y se colocó de pie, alisando sus pantalones con sus manos y caminando hacia la puerta.

Su sorpresa fue grande al ver a su mejor amigo tras esta, sonriendo nervioso mientras ocultaba algo tras su espalda.

-Taeil ¿qué te trae por aquí?

Al escuchar ese nombre, Jaebum se acercó a la puerta mostrando su elegante postura ante el veterinario quien le sonrió en modo de saludo.

-Jinyounggie, necesito que me hagas un favor.

🎄

- ¡YoonGi! ¡Sal del baño! -Gritó el castaño golpeando la puerta de dicho cuarto mientras escuchaba la risa de su mejor amigo desde su habitación.

- ¡Pero mi pelo! -Gritó en respuesta el híbrido, seguido de más risas, estas provenientes del mismo baño.- ¡Kookie! ¡No te rías!

- ¡No es mi problema que se te ocurriera teñirlo, ya sal!

TaeHyung se acercó al más alto y palmeó su hombro, consolándolo.

- ¿Por qué dejaste que Jungkook le tiñera el cabello hoy?

El ahora rubio se encogió de hombros, restándole importancia.

Hace dos días, después de la visita al médico de Suga, a TaeHyung se le había ocurrido la brillante idea de teñirse el cabello, acto en el cual Jungkook lo ayudo.

La idea principal era quedar con el cabello anaranjado, casi rubio, para posteriormente teñirlo del color elegido, pero el tiempo de la decoloración se les paso volando, tanto así que quedó con el cabello más claro de lo esperado.
Sorpresa fue para Jungkook, quien era el encargado de teñirlo, el que a su loco dueño le gustara el nuevo color de su cabello.

Y ahora, para no desperdiciar el tinte, le habían pedido a Suga que dejara a Jungkook teñirle el cabello. Y como el de cabdllos rubio/blanco no tenía mejor cosa que hacer, dejo que su híbrido amigo jugara con su cabello.

-En tres horas debemos estar en casa de Jinyoung. -Avisó Jin volviendo a golpear la puerta del baño, escuchando los lloriqueos de su novio.

- ¡Me quedare calvo!

Ambos humanos rodaron los ojos, riendo divertidos. A veces YoonGi podía ser muy exagerado.

Escuchando los exagerados lloriqueos del híbrido, fueron a la habitación del castaño, dejándose caer en la cama al lado de la ropa que Suga debía ocupar para esa ocasión. Sería la primera navidad que pasarían todos juntos, incluyendo a Jinyoung y Jaebum, por lo que Seokjin quería que su lindo gatito se viera bien.

- Jinnie...-El nombrado levantó un poco su cabeza, viendo como su loco amigo jugaba con el peluche de kumamon que tanto quería Suga.- ¿Cómo ha estado YoonGi?

- ¿A qué te refieres? -Se sentó en la cama de piernas cruzadas, observando atento a TaeHyung.

-Me refiero a... -Palmeo su vientre haciendo un pequeño puchero, dando a entender lo que quería decir.

Jin suspiro desordenando sus cabellos, bufando luego al darse cuenta que había arruinado su peinado.

El tema de la infertilidad de YoonGi no era algo de lo que le gustara hablar, y eso era solamente por la mueca que ponía el híbrido cada vez que tocaba el tema.
Si bien el felino solía mostrarse poco afectado, cuando estaban solos y Park lo mimaba, YoonGi se desahogaba, confiando sus preocupaciones solamente en su dueño y novio.

Y Jin eso lo agradecía, significaba mucho para él que Suga confiara solamente en su persona. Le demostraba lo mucho que el híbrido lo necesitaba.

Por eso, trataba lo posible de no hablar de aquello frente al chico gato.

-Lo está llevando bien. -Informó a su amigo, viendo como este asentía.- Aunque...

- ¿Qué pasa? -Cuestionó sentándose al lado de su amigo.

-Desde que tú y Jungkook dijeron eso de adoptar, ha estado bastante pensativo sobre ese tema. -TaeHyung río ante la tierna mueca que había hecho Jin, como si aquello lo aterrará.

- ¿No que querías tener un bebé con YoonGi?

- ¿Qué? Yo nunca dije eso. -Jin negó levantándose de la cama y limpiando la mugre inexistente en sus pantalones.- Solo tengo 22 años y YoonGi 19. Somos demasiado jóvenes para ser padres. Además... -Tomó la ropa del menor, caminando hacia la puerta.- somos novios hace apenas unas semanas, sería muy raro.

TaeHyung se colocó de pie y siguió a su amigo hasta el baño, donde lo vio golpear la puerta y esperar a que alguno de los híbridos abriera.

-Seokjin, somos novios de híbridos lo cual está muy mal visto en nuestra sociedad, eso ya es lo suficientemente raro. -Le recordó el rubio apoyado en la pared, notando como Kim se encogía de hombros.

-No quiero hijos y ya.

La conversación murió ahí, como también los ánimos de ambos híbridos en el baño que, para su mala suerte, su agudo oído les había permitido escuchar la conversación de los dos humamos fuera del baño.

Jungkook palmeó el hombro de su Hyung consolándolo, notando como este mantenía la cabeza gacha, los puños apretados y la mandíbula tensa.

El azabache muy pocas veces había visto a su Hyung así, tan tenso, tan... Resignado.

Pero ¿Qué iba a hacer? Aquello era algo que Jin y YoonGi debían hablar, él no se podía meter.

-Es mejor que te cambies de ropa. -Jungkook paso la toalla por los cabellos del antes rubio, secándolo un poco, teniendo cuidado de no lastimar sus orejas.- Por cierto, te queda muy bien el negro, Hyung.

El mayor sonrió sinceramente, Jungkook no tenía la culpa de que su dueño no tuviera ningún filtro al hablar, por lo que no debía desquitarse con los demás. Eso era algo que había aprendido con el tiempo y que practicó bastante al comenzar a vivir con Jin.

-Recibe la ropa, me secare el cabello. -Pidió tomando la secadora.

🎄

Una hora después, ambos híbridos por fin habían dejado el baño, ambos ya arreglados, dejando ver lo bien que lucían con el cabello negro. Y debían lucir bastante bien para que ambos dueños quedaran con la boca abierta y los rostros sonrojados.

Jin se acercó a Suga, quien mantenía la cabeza gacha, y revolvió sus cabellos, sonriéndole ampliamente cuando por fin sus ojos se encontraron.

-Luces hermoso.

-Mh, tú no luces mal. -Jin rió ante tales palabras, contagiando al híbrido quien sonrió con cariño, acercándose a olfatear el masculino perfume que ocupaba su novio siendo abrazado por este.

Aun le dolía el recordar las palabras antes dichas por el mayor "No quiero hijos..." Si bien tenía motivos para no quererlos, el lado arisco de YoonGi, su lado felino, le incitaba a alejar a Jin, pero su lado razonable, el lado humano le decía que no lo hiciera, que no fuera infantil.

A veces odiaba ser un híbrido, odiaba el tener sentimientos diferentes hacia ciertas cosas, pero más odiaba ilusionarse tanto aun cuando nadie le daba motivos para hacerlo.

Porque Jin jamás le dio motivos para creer que juntos formarían una familia.

YoonGi lo sabía, su madre se había encargado de demostrárselo cuando lo vendió a aquella pet shop. Los humanos aman y odian, no hay un sentimiento de por medio que separe aquellos polos opuestos. Sabía lo fácil que era para una persona normal pasar del amor al odio, o del odio al amor con simples acciones, y aquello, muy a pesar del hibrido, le daba miedo.

Le daba miedo ser él la persona que sufriera cuando aquella extraña relación termine. Porque era obvio, lo había visto muchas veces. Las relaciones humanas no eran como las hibridas. Los humanos no buscaban un compañero para toda la vida, los humanos buscaban compañeros para pequeños momentos hasta que por fin encontraban al que creían era el "indicado". Y muchas veces solían equivocarse.

YoonGi lastimosamente se había enamorado del castaño, y no era que le molestara, tampoco se arrepentía. El lazo que tenían era fuerte, lo sentía muy dentro de sí. Pero temía ser el único que lo sintiera así.

-¿Qué tanto piensas? -La suave y algo aguda voz de su dueño lo trajo de vuelta al mundo, le sonrió sin mostrar los dientes, dando una imagen bastante adorable a ojos del mayor.

-Nada, solo... cosas de gatos.

La tímida risa no se hizo esperar, como tampoco se hizo esperar el rápido latido del corazón del ahora pelinegro y una sonrisa aún más grande se situó en sus labios.

¿Qué importaba si terminaba sufriendo?

Observo la hermosa sonrisa que decoraban los labios de Jin, el cómo sus ojos habían desaparecido por una fracción de segundo y pequeñas arrugas al lado de estos se marcaban. Observo la pequeña marca roja que se escapaba por el cuello de la camiseta del chico que la noche anterior se había encargado de hacerle él mismo.

¿Qué importaba ser el lastimado? Por Kim Seokjin, lo valía.

Mientras tanto, TaeHyung abrazaba por la cintura a su lindo minino quien tenía los brazos cruzados y un tierno puchero en sus labios. Le había sido imposible al mayor no llamar feo al híbrido, aun cuando era mentira. Pero las ganas de molestarlo nunca faltaban en el idiota de cabello ahora rubio

-Solo era una broma~ -Canturreó Tae moviendo de un lado a otro al pobre Jungkook. - ¡Te ves hermoso! ¡En serio!

- ¡No! -Jungkook negó, inflando sus mejillas infantilmente.- Me veo feo, ya no quiero ir.

-Joder, TaeHyung. Siempre molestando al nene. -El aludido se dió la vuelta encontrándose con la mirada rabiosa del ahora pelinegro.- Lo haces llorar, te juro que te golpeare tan duro que tu cabello se volverá rojo por la sangre.

TaeHyung trago nervioso, jamás había visto ese lado tan sobreprotector del felino y al parecer Jin tampoco. Por lo que solo soltó al hibrido viendo como este iba a abrazar a su mayor, recibiendo pequeñas caricias en sus orejas que pronto lo hicieron soltar pequeños ronroneos.

-Sera mejor que vayamos -Los tres voltearon a ver a Jin quien se colocaba un abrigo, ya listo para salir.- Tomaremos un taxi así que mejor se abrigan, estaremos un buen rato en la nieve esperando uno.

🎄

Jin no se había equivocado con lo de abrigarse. Los tres menores agradecían haberle hecho caso ya que gracias a eso, no habían muerto de una hipotermia al estar más de una hora esperando dichoso automóvil.

Ahora por fin estaban en casa de Jinyoung cargando algunas bolsas con los regalos que cada uno había planeado, comprado o hecho para la ocasión. El día anterior, tanto Jin como TaeHyung le habían dado dinero a los híbridos para que compraran un pequeño presente para Jinyoung, para poder agradecerle la cena que tendrían en noche buena. Así que ahora los cuatro llevaban un pequeño regalo para el anfitrión de la esperada velada.

TaeHyung se acercó entusiasmado a la puerta comenzando a golpearla con emoción, escuchando como rápidas pisadas se acercaban a la entrada.

Estaba listo para lanzarse a los brazos de su Hyung favorito cuando la puerta se abrió, pero aquello se vio interrumpido cuando un potente ladrido se escuchó seguido de la imponente figura de un gran perro negro.

-¡Mamá! -TaeHyung corrió a esconderse detrás de Jin mientras sollozaba falsamente por el miedo, escuchando ahora las risas de NamJoon en su forma humana.- ¡Te acusare con Jinyoung Hyung!

-Perro de mierda. -Maldijo YoonGi sintiendo como su corazón volvía a su lugar.- Vuelve a hacerlo y te juro que te mato.

-¿Por qué tan agresi- ¡¿Te pintaste el cabello?! -El felino rodó los ojos empujando al alto y entrando a la casa, seguido de los otros tres que seguían asimilando el susto antes recibido.- ¡YoonGi!

-Sí, me lo pinte ¿Qué tiene de malo, estúpido animal?

-¿Sabes que nuestro cabello no crece, verdad? -El munchkin asintió dejándose caer en uno de los sofás, tirando la bolsa de regalo al lado del árbol de navidad donde ya reposaban varios paquetes con coloridos papeles.- ¿Entiendes que te quedaras con ese color bastaaaaante tiempo?

-¿Y tu entiendes que me vale vergaaaaa? -Pregunto imitando al híbrido canino quien ya se encontraba sentado a su lado al igual que Jungkook, solo que este era el único que aún seguía con su abrigo puesto.

-¿Por qué no te lo quitas? -Pregunto Jaebum jalando la dichosa prenda, viendo como en felino se hacia pequeño, mostrando una imagen demasiado tierna.

-Antes de subir al auto, TaeHyung se embarro las manos con nieve y las colocó en su abdomen... -YoonGi bufo aburrido.- Ahora el idiota tiene frío y le duele la cabeza.

-¿Ah?

Ignorando al can, YoonGi se echo en el sofá importándole poco si aquella era su casa o no. Tenia sueño y el dormiría donde quisiera. Y en aquel momento, las piernas de Jungkook eran una muy buena almohada.

Mientras tanto, Jin y TaeHyung, este ultimo aún sobandose la cabeza por el golpe que cierto gato gruñón le dio, después de dejar los regalos y quitarse los estorbosos abrigos, caminaron hacia la cocina desde donde provenía un exquisito olor que, era más que obvio, era causado por la deliciosa comida preparada por el dueño de casa.

Una vez en la cocina, rieron divertidos al ver a Jinyoung de cuclillas en el suelo mirando dentro del horno. La imagen era algo graciosa teniendo en cuenta la altura del mayor y su delgadez.

-Hola Hyung. -Saludaron al unísono provocando que Jinyoung diera un pequeño salto del susto.

-Ay, niños, casi me dan un infarto. -Dramatizó quitándose el delantal y los guantes para luego abrazar a "sus pequeños".

-A nosotros casi nos da un infarto por tu perro africano. -Se quejó TaeHyung haciendo un tierno mohín que pronto fue jalado por el mayor.- ¡Auuuhhh!

-Más respeto, es mi novio.

-Y un mal educado. -Hablo esta vez Jin sentándose en uno de los taburetes de la barra de la cocina, apoyando su cabeza en ambas manos, mostrando su aburrimiento.- Por poco y TaeTae se moja los pantalones.

-Iugh. -Los menores rieron al ver la mueca de asco en el rubio.

Las siguientes horas se la pasaron conversando y ayudando en lo que podían a su Hyung en la cocina, mientras que en la sala los híbridos seguían hablando de diversos temas, algunos relacionados a sus dueños y otros más dispersos como el gusto que compartían por la música o la composición.

Los felinos pudieron aprender más del can, como este aprendió mas de sus mininos amigos, aunque debía admitir, aun no se lograba acostumbrar al nuevo look que portaba su mayor. Aun no lo había dicho pero aquel tono de cabello, sus orejas sobresaliendo de este y su tez tan pálida, lo hacían ver como una delicada muñeca de porcelana.

Tenía muchas ganas de decírselo y ver como se enojaba, pero aquel no era el día, y todo porque el munchkin antes rubio estaba excesivamente agresivo y hasta de preguntar por qué tenía miedo.

-¡Chicos! ¡a la mesa!

Los tres híbridos se miraron sonrientes, la comida ya estaba lista y, por el olor que lograban sentir, estaba deliciosa. También, si ya era hora de cenar, eso solo significaba que faltaban apenas dos horas para poder abrir los regalos.

La idea principal era abrirlos al otro día, pero como Jinyoung solo constaba con dos habitaciones, una para el y Jaebum y la otra usada para el estudio del can, no podían quedarse a dormir. Por lo que los regalos los abrirían esa misma noche cuando el reloj diera las 12.

Todos se sentaron a la mesa quedando Jinyoung y Jaebumen cada esquina, YoonGi y Jin por el lado izquierdo y TaeHyung junto a Jungkook por el lado derecho.

Estaban a punto de comenzar a comer -para no decir devorar- la comida hecha por Jinyoung, cuando este recordó dar las gracias, algo que hacia con frecuencia.

-A ver, a ver, a ver. Se me tranquilizan y me escuchan. -Se pudieron oír bajos reclamos y bufidos que el mayor decidió pasar por alto.- Quiero dar las gracias así que se esperan.

-Date prisa -El rubio miro al gato gruñón provocando que este soltara los palillos y se sentara derecho.- Por favor hyung, tenga la bondad de dar las gracias para disfrutar de esta deliciosa comida.

Jinyoung sonrió encantado ante las palabras del híbrido, dando pequeños aplausos mientras que todos miraban sin entender al híbrido.

Jinyoung río por lo bajo mirando de reojo al felino y, en voz baja, le susurró.

-Cuando se entere de tu sarcasmo bien disfrazado, se va a enojar. -Ambos híbridos rieron porque era más que obvio que el can tenia razón.

Después de que Jinyoung diera las gracias por la comida, por poder estar rodeado de las personas mas importantes en su vida y haber dado las gracias especialmente por los dos felinos que se habían integrado a la familia, por fin pudieron comer entre risas y anécdotas.

Aquella era una buena noche, y no solo porque fuera navidad. Era una buena noche porque por primera vez, dos pequeños felinos se sentían parte de algo.

De algo hermoso.

🎄

-¡Hyung! ¡Date prisa! -Grito un entusiasmado Jungkook jalando de la manga a Jinyoung quien sólo podía sonreír enternecido ante la actitud del menor.- ¡Vamos a abrir los regalos!

Aun con la sonrisa adornando sus labios camino junto al risueño híbrido hasta el living donde ya todos estaban sentados alrededor del árbol, esperando al rubio quien había ido por su cámara la cual fue rápidamente arrebatada por el minino sentado junto a Jin.

-YoonGi, no la rompas. -Pidió el rubio viendo al híbrido asentir mientras encendía el aparato.- Saca fotos cuando estén abriendo los regalos.

-Si, si, como digas. -Jinyoung rodó los ojos al ver al menor apuntar la cámara a TaeHyung y sacarle una foto al tiempo que este hacia una cara rara.- Pero que feo ¿cómo te puede gustar esta cosa? -Le pregunto a Jungkook enseñándole la foto.

-Uy, no sé.

-¡¿Qué?!

Todos rieron, menos TaeHyung que estaba mas que ofendido, ante el grito de este, siendo ahora él quien ignoraba las disculpas del azabache quien aun estaba entre risas.

Después de la insistencia de YoonGi para que abrieran los regalos, porque estaba jodidamente aburrido sosteniendo la cámara sin hacer nada. Por fin se repartieron los presentes, siendo TaeHyung el primero en abrir el suyo.

La enorme caja pronto se vio rota al igual que el papel. El grito de emoción no se hizo esperar cuando el rubio vio lo que era su primer regalo.

-¡Un saxofón! -Por poco y comienza a llorar abrazando el instrumento bajo la divertida mirada de todos los presentes y el flash de la cámara.

-Y eso solo significa que Jin esta endeudado otra vez. -Jinyoung rió ante las palabras de su novio mientras que el castaño hacia un tierno puchero.

De pronto el flash de la cámara lo cegó por breves segundos, quedando aturdido. Al poder ver bien, dirigió su vista a YoonGi quien sonreía mirando la cámara con un suave sonrojo en sus mejillas que no paso desapercibido para nadie.

-Ugh, mejor sigamos antes de que el fotógrafo se nos ponga cursi.

Ignorando las molestas palabras del can, YoonGi continuó tomando fotos mientras los demás abrían los regalos, dejando los suyos al ultimo para abrirlos tranquilo y no bajo la infantil mirada de Tae y Jungkook.

Después del saxofón, los regalos fueron más simples.

Jaebum recibió un tierno suéter que obviamente era de parte de Jinyoung. También recibió dos gorras por parte de Jin, unos audífonos por parte de Taehyung y juguetes de perro que obviamente eran regalos de YoonGi y Jaebum. Si no ¿Por qué reían como estúpidos?

TaeHyung aparte del hermoso saxofón regalado por su mejor amigo, también recibió un suéter (otra vez Jinyoung), un tierno peluche de gato que obviamente se lo había dado Jungkook y una gorra de Mike Wasauski que le pareció bastante divertida.

-¿Por que le regalaste eso? -Preguntó entre risas Jin a su novio mientras este fotografiaba al loco rubio que ya se había colocado al verde personaje en la cabeza.

-Porque esa cosa es rara y el gorro también, combinaban.

Nuevamente Jin río por las ocurrencias de su gato gruñón, siendo sorprendido otra vez por el flash de la cámara.

-Ya, deja de sacarme fotos, YoonGi. -Se quejó en tono burlesco viendo como el híbrido se volvía a sonrojar.

Pero antes de que pudiera decir algo en su defensa, una pequeña caja cayo en su cara provocando que su cola se erizara, sus orejas se pusieran en alerta y un gruñido escapara de sus labios.

-Te toca. -Le dijo Jungkook entre risas escondiéndose detrás de Jinyoung para que YoonGi no lo golpeara.

El azabache suspirando le entregó la cámara a SeokJin quien apuntó dicho aparato hacia el felino, atento a que abriera los tres regalos que tenia frente a él.

El primero, como era de esperarse, era una suéter que, al contrario de odiarlo, le gusto bastante. Era ancho y tenía una gorra, además de que era gris y no verde o rosa, como los que tenían Tae y Jaebum.

El segundo era un celular, el cual tomo algo extrañado pero entusiasmado, al fin podría dejar de usar el de su dueño.

-Oye, yo también tengo uno. -Avisó Jungkook sacando dicho aparato de una bolsa de regalo.

-¡Jungkook! -El híbrido se encogió sonriendo nervioso ante el grito de TaeHyung.- Aun no te tocaba a tí abrirlos.

-Peleen luego... -Pidió el castaño entregándole nuevamente la pequeña caja a su novio, esperando que la abriera.- Esta es de mi parte.

Mentiría si no dijera que estaba nervioso, nunca había recibido un regalo de Jin, la verdad nunca había recibido regalos y aquella cajita le daba una emoción muy grande.

Bajo la atenta mirada de todos, le quito el listón rosa, abrió la caja y dejo escapar un pequeño gritito.

Ahí estaba el collar que tiempo atrás Jin le había regalado, el cual no usaba por miedo a que se le perdiera, y también porque era demasiado llamativo. Pero ya no era un collar, ahora era un brazalete, con un pequeño cascabel en una de sus esquinas, y con un lindo Park YoonGi escrito en cursivas.

-E-esto... -Seokjin lo miro sonriendo ampliamente, escuchando los chillidos para nada disimulados de sus amigos.

Podía jurar haber escuchado un "Pensé que era un anillo de matrimonio".

-Noté que no te lo colocabas, y sabia que era por lo llamativo de este... -Tomo el brazalete en sus manos y con cuidado lo puso en la muñeca del híbrido.- Lo mandé acortar, pulir y adelgazar. Admito que me costo mas esto que el saxofón pero no importa... -Aún mirando a un sonrojado YoonGi beso la mano de este, escuchando pequeños "Aaaawww" de fondo por parte de sus amigos.- Espero te gustara.

El híbrido prácticamente se arrojo a los brazos de su dueño, comenzando a dejar pequeños besos por su rostro escuchando las tímidas risas del castaño.

-Aaww~ que lindo~ -Suga se alejo del chico para poder mirar a Jungkook y mandarlo a volar, pero grande fue su sorpresa al ver que este no los miraba a ello, si no a un pequeño cuadro que tenia en sus manos.

-TaeHyung... -El aludido miro al felino apuntar detrás de él. - Jungkook abrió sus regalos.

-¡Kim Jungkook!

-¡Pero Taaaaeee~!

Todos comenzaron a reír al ver como TaeHyung hacia el vano esfuerzo por quitarle el portarretratos a su novio, escuchando los lloriqueos de este.

En el cuadro había una foto de ellos dos la cual había sido tomada por el mayor el día en que fueron a ver a BaekHyun. Era una linda foto y como TaeHyung era un asco con los regalos, prefirió enmarcar la foto y dársela.

Al parecer había acertado porque ahora, el híbrido no quería soltar el pequeño pero lindo obsequio.

-¡Oigan! -Les llamo la atención Jinyoung, llegando con una caja entre sus manos.- Aún queda un regalo~

-¿Y eso? -Tanto Jaebum como Jinyoung sonrieron cómplices, asustando a los demás.- ¿Qué es?

-Es un regalo de parte de Taeil. -Jin y YoonGi se miraron extrañados, acercándose al objeto para ver que era.- Pero~ -Los detuvo antes de que la abrieran.- Los que tienen que abrirla son YoonGi y Jungkook.

-¿Por qué? -Preguntaron al unísono, colocándose uno al lado del otro.

-Por que yo lo digo, ahora abranla.

Aún dudosos se acercaron mas a la caja con un lindo papel de regalo violeta, tenia pequeños agujeros en la parte de arriba que extrañaron aun mas a los híbridos.

El primero en tomarla fue Suga quien acerco su pequeña nariz para olerla, alejándose de inmediato y entregándosela a Jungkook quien, imitando a su mayor, la olió y se alejo.

-Son... -Jinyoung sonrió palmeando sus cabezas, alentándolos a que la abrieran.

El papel rápidamente fue rasgado por cuatro apresuradas manos. La caja también fue rota y pronto se vio lo que había en su interior.

Jin se acercó rápidamente al igual que TaeHyung, ambos con una mueca de sorpresa y terror en sus rostros.

-¡Son gatitos! -Gritaron ambos híbridos alzando a los pequeños felinos.

-Mierda.

...

Chale, les llegaron las bendiciones xdXdxD

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