vi.

Jin camino nervioso, casi en cámara lenta, hacia su habitación, notando como se escuchaban cada vez más fuerte los lloriqueos mezclados con maullidos de su pequeño YoonGi. Le dolía escucharlo sufrir, y más le dolía el no haber podido estar junto a él en todo el día. ¿Cómo pudo soportarlo? O más bien ¿Cómo pudo soportar Suga todo aquello?

La verdad, las preguntas que atacaban su mente eran otras, pero aquellas, eran las mejores para esa situación. Aun así le gustaría saber ¿Qué hizo YoonGi en todo el día? ¿Por qué no le pidió ayuda? ¿Y porque casi lo viola en la mañana? Esa era la incógnita más grande que tenía hasta el momento.

Y es que fue todo tan raro.

FLASHBACK

Ya era la segunda vez que se despertaba por el movimiento de su cama, no sabía qué hora era exactamente, pero lo que si sabía es que era de mañana por el sol que se lograba filtrar por las cortinas del gran ventanal de su habitación.

La noche anterior se había quedado hasta tarde hablando con Suga sobre lo que harían para la navidad, puesto que este había escuchado a Jinyoung hablar de aquello con JB cuando fueron a la cafetería y, al parecer, se le había quedado grabado en su cabecita gatuna.

Tenían todo planeado, irían a la casa de los padres de Jin, estarían unas horas con ellos y, en la noche, estarían en casa junto a TaeHyung y Jungkook, para pasar su primera navidad juntos, y quizás, invitarían a SeokJin y a Namjoon, para tener una navidad de amigos. Sería divertido.

Pero ahora, lamentaba el haberse dormido tan tarde, y más al darse cuenta de que YoonGi no lo dejaría dormir, no con todo lo que se estaba moviendo a su lado.

Haciendo un esfuerzo por abrir sus ojos, volteo su rostro hacia la mesita de noche a su lado viendo la hora, encontrándose con que solo eran las ocho de la mañana. Bueno, por lo menos no eran tan temprano, aun así quería seguir durmiendo.

Sintiendo como YoonGi volvía a moverse, se dio la vuelta quedando de cara al bulto de mantas que estaba a su lado, haciendo que una diminuta sonrisa se formara en sus labios, el hibrido siempre se cubría completamente cuando los primeros rayos de luz comenzaban a aparecer, ya sabía el porqué de su tez tan pálida.

-Oye, YoonGi. -Lo llamo en tono bajo viendo como el felino volvía a moverse, esta vez hacia Jin.- ¿Qué sucede? ¿Ya no quieres dormir? ¿Tienes hambre? -Pregunto todo mientras, una a una, iba quitando las mantas que cubrían ese menudo cuerpo. Pero al ver el rostro del chico cierta preocupación se alojó en su pecho.

Suga tenía el rostro bañado con una fina capa de sudor, sus pálidas mejillas, al igual que su naricita, estaban pintadas de un rojo fuerte. Sus labios rosáceos temblaban temerosos y sus ojos, aquellos posos azules que desde el comienzo habían cautivado a Jin, estaban acuosos, con pequeñas lagrimas amenazando con escapar.

De manera rápida se sentó en la cama, destapando completamente al menor y jalándolo a su lado para que también se sentara, quedando este arrodillado frente a él, con su cabeza gacha, comenzando a sollozar bajito.

-Pequeño ¿Qué pasa? No me asustes así. -Musito tomando entre sus manos el rostro del rubio, obligando a mirarlo, dándole una lamentable vista de su rostro.- YoonGi.

-Ji...Jinnie... -Sollozo quedo, acercándose más al cuerpo del mayor y abrazándolo, sorprendiendo a este en sobremanera. YoonGi jamás lo había abrazado así, pero aquello no fue impedimento para corresponder a aquel abrazo.

Acariciando suavemente la espalda del hibrido, comenzó a sentir como este intentaba acercarse cada vez más a él, hasta el punto de estar sentado en su regazo, y aquello no le hubiera molestado, o más bien avergonzado, si no fuera por el hecho de que, sin esperárselo, Suga comenzó a besar y lamer la piel del cuello del pelirrojo, a la vez que su cadera comenzaba a moverse sobre el regazo del mayor, más específicamente sobre su miembro.

Pequeños jadeos comenzaron a escapar de los labios de Jin, haciendo que este reaccionara he intentara quitarse el cuerpo del rubio de encima, fallando reiteradas veces al verse muy bien agarrado por las manos sin garras del felino, quien en ese momento, mordía sin consideración el cuello del pelirrojo.

-Ya... Suga, basta. -Pidió el mayor, esperando que aquello fuese suficiente. No lo fue.- Suga ah... Para ya, no sigas. -Volvió a pedir al sentir como las manos del hibrido se colaban por su camiseta llegando a sus pezones.- Suga ¡AH!

Un fuerte gemido escapo de sus labios al momento de sentir un fuerte jalón en sus rosáceos botones, haciéndolo estremecer y por un momento dejarse llevar, por un momento, ya que al escuchar los maullidos necesitados de YoonGi, volvió a la realidad.

Usando toda su fuerza de voluntad, empujo el cuerpo del menor viéndolo caer sentado frente a él, a los pies de la cama, escuchando su agitada respiración acompañada de pequeños maullidos lastimeros.

Jin, quien en aquel momento se encontraba despeinado, sonrojado y con su camiseta por sobre su pecho, miro con notable rabia y miedo al felino que tenía frente a el quien, al denotar todo lo que transmitían los ojos de su dueño, bajo sus orejas apenado y avergonzado, comenzando a pucherear y a sollozar nuevamente mientras cubría su rostro.

-Y...yo lo... lo siento... -Sollozo levantándose de la cama y corriendo fuera de la habitación.- ¡Lo siento! -Grito antes de entrar al cuarto de baño, cerrando la puerta con llave.

Jin suspiro rendido ¿Qué había sido aquello?

FIN FLASHBACK

Y ahora, estaba a punto de entrar en su habitación, donde paso casi todo el día encerrado el pequeño hibrido, llorando y negándose a verlo. Jin no estaba enojado, o no ahora, pero aquello lo había pillado tan de sorpresa que lo único que fue capaz de hacer fue empujarlo. El hecho de que su tierno, serio e indiferente Suga lo besara, mordiera y que lo dejara con una erección, lo había desconcertado y asustado mucho.

Dejando escapar un prolongado suspiro, tomo la perilla de la puerta moviéndola y dándose cuenta que aun seguía con llave. Pudo notar el cambio en el volumen de los sollozos que salían de su cuarto, al parecer el rubio los intentaba silenciar, fracasando, claro está.

Acercando su boca a la puerta se permitió hablar, intentando conseguir algo, lo que fuera, de su pequeño minino.

-Suga...-Lo llamo primero, de manera dulce y suave.- Yoonie...-Lo volvió a intentar al no escuchar nada más que sollozos.- bebé...-Suspirando derrotado, comenzó a golpear la puerta aun siendo delicado y suave, intentando no alterar más al menor.

Unos pasos llamaron su atención, pero pensando que era su imaginación lo dejo pasar, hasta que escucho como el pestillo de la puerta era abierto. Las ganas de entrar en aquella habitación se hicieron tan grandes que por poco abre la puerta de golpe.

Intentando controlarse, espero a que el menor le diera el paso, no quería cometer algún tipo de error y cagarlo todo como casi siempre hacia por su estupidez.

-Ji... Jinnie...-Eso era lo que necesitaba.

Abriendo la puerta lentamente, pudo observar el pequeño bulto de mantas que había a los pies de la cama, al parecer Suga había pasado todo el día sentado allí ya que, el resto de la cama estaba perfectamente ordenado.

A paso lento se dirigió hasta el menor, no sin antes cerrar la puerta, y una vez frente a él, preparándose para lo "peor" se arrodillo en el suelo permitiéndose ver el rostro de su pequeño Suga.

El rostro del pelirrojo se volvió un verdadero poema al ver los llorosos ojos de YoonGi, sus labios con pequeñas manchas de sangre, su pequeña nariz vuelta un tomatito y sus mejillas, esas tan achuchables que muchas veces Jin pellizco, estaban bañadas en lágrimas acompañadas de un fuerte sonrojo.
Era simplemente hermoso.

¿Quién pensaría que un chico, apunto de romper en llanto nuevamente, se vería tan hermoso? Solo Jin, y solo por una razón, porque era Suga quien se encontraba frente a él, haciendo morritos y repitiendo una y otra vez "Jinnie" entre sollozos bajitos.

-Pequeño ¿Qué pasa? -Una cosa es que estuviera en celo, pero otra era que sintiera dolor en otra parte, que tuviera hambre o que...

-E...estoy du...duro... -Y otra opción era esa, la cual Jin no quería escuchar.

Pasando saliva notoriamente, llevo sus temblorosas manos hasta las pequeñas y pálidas de YoonGi, las cuales apretaban la manta en sus piernas, mas específicamente en su miembro. El pelirrojo, que pensaba no sería para tanto, se sorprendió al, una vez quitada la manta, ver una muy notable "carpa" en los pantalones de chándal que usaba Suga para dormir.

YoonGi se sentía morir, había estado todo el día aguantando las malditas ganas de tocarse, no quería ser tan pervertido como para llegar y hacerlo en la habitación de Jin, aunque esa casa ya fuera suya también, no quería ser tan malagradecido y hacer semejante "cochinada".

Pero ahora, que notaba la muy intensa mirada de su dueño sobre su "pequeño amigo", la vergüenza era mucha, que digo mucha, DEMASIADA. Por lo que, volviendo a tomar las mantas, se cubrió nuevamente las piernas desviando rápidamente su mirada hacia el gran ventanal que dejaba ver la oscuridad de la noche.

Escucho una pequeña risa proveniente del pelirrojo, así que dejando escapar un pequeño maullido lastimero, subió sus piernas a la cama abrazando estas con sus manos, quedando completamente cubierto con aquella manta azul que Jin siempre tenía sobre la cama.

Pero aquello, que esperaba lo protegiera de la mirada casi maliciosa que le dirigía el pelirrojo, solo consiguió crear una tortuosa fricción entre su miembro y la tela de la ropa interior que usaba, la cual, al estar todo el día aguantando su instinto animal, estaba empapada de pre-semen.

-¡Mhh! -El pequeño rubio cerró sus ojos ante la mirada sorprendida que le dirigía Jin ahora, aquello había sido demasiado vergonzoso.

Dejando de lado su, ahora, escasa vergüenza, Jin paso sus manos por debajo de los muslos de su mascota, llegando hasta los glúteos de este dando un pequeño apretón, causando que el rubio bajara las piernas y quitara las mantas de estas al intentar levantarse, cosa que Jin no le permitió.

-¡Ji...Jin! ¡Suéltame! -Pidió, casi rogo el felino al sentir como el mayor lo arrastraba hasta la orilla de la cama, volviéndolo a sentar cerca de él, más específicamente cerca de su rostro.- ¡Jin!

-¡Sshh! Ya basta. -Sentencio el antes nombrado causando que el pequeño cuerpo entre sus manos se quedara quieto y dejara de quejarse.- Te vas a quedar tranquilo.

-¿Qué... que harás? -Cuestiono temeroso relajándose cuando dejo de sentir la presión que ejercían las manos de Jin en su trasero, aunque aquello le diera un placer inexplicable.

-Te voy a ayudar. -YoonGi abrió sus ojos como plato ¿Había escuchado bien?- He estado todo el día preocupado por tu culpa, así que ahora me dejaras ayudarte o te meto a la ducha con agua helada.

Suga negó rápidamente ante lo último, ni loco se volvería a bañar con agua helada, después de todo, lo había hecho tres veces en el día mientras estaba encerrado en el baño. Debía admitir que se sentía inexplicablemente ansioso. Le agradaba la idea de ser "ayudado" por el mayor, pero el hecho de pensar en que lo tocaría como lo habían hecho esas horribles personas en el pasado, le aterraba.
Aun así, intento relajarse y dejar que Jin hiciera lo que quisiera. No podía desconfiar siempre de todos, y menos de la persona que se había dado la molestia de adoptarlo, cuidarlo y quererlo, porque Jin cada vez que podía le recordaba que lo quería.

Sintió suaves caricias en su muslo izquierdo y en su cola, que hasta ese momento había estado enrollada a un lado de su cuerpo. Aquello de alguna forma lo calmaba, tanto que le fue inevitable comenzar a ronronear sin quitar sus lagrimosos ojos del rostro de Jin.

Y allí estaba el pelirrojo quien, suspirando nervioso, abrió las piernas del menor, escuchando el ronroneo que había extrañado tanto, y con cuidado se posiciono entre ellas notando la pesada mirada que le dirigía su rubio felino. Al parecer su lado felino estaba saliendo a flote. ¿Dónde había quedado la vergüenza que tuvo todo el día? Quizás fuera parte del celo, quien sabe.

En el momento en que tomo con más seguridad las piernas del menor, este las subió nuevamente a la cama, arrastrándose hasta el final de esta, chocando con el respaldo de la cama. Antes de que Jin pudiera decir algo, YoonGi volvió a sollozar, preocupando al pelirrojo.

-¿Qué pasa, YoonGi? -Cuestiono subiéndose a la cama y gateando hasta estar frente al menor, quien lo miraba con verdadero miedo. ¿Qué le ocurría?

-No... no soy un juguete. -Musito bajo, casi en un susurro, pero lo suficientemente alto como para que Jin escuchara, quien ladeo su cabeza en signo de interrogación, notando como YoonGi comenzaba a temblar.- No quiero... que me uses, n...no como ellos, tú no eres así.

Jin entendió perfectamente a que se refería, y es que ¿Cómo olvidar que Suga había sido un "experimento"? Sabía que el hecho de que alguien, un hombre, lo volviera a tocar lo iba a asustar. Por lo que, volviendo a acercarse a su pequeño minino, lo abrazo atrayéndolo a su pecho, escuchando como comenzaba a hipar entre maullidos y quejidos.

Como le partía el alma verlo así, escucharlo, pero ¿Qué podía hacer? El daño ya estaba hecho, esos bastardos había arruinado la vida de un pequeño ángel solo por ser diferente, solo por ser mejor que ellos.

Jin tenía una cosa muy clara, iba a ser lo imposible por encontrar a esos bastardos y matarlos, y si caía a la cárcel, le daba igual, nadie merece lo que sufrió YoonGi.

Separando al menor de su cuerpo, tomo su rostro entre sus regordetas manos y, secando las lágrimas que aun caían por su rostro, beso delicadamente esos rosáceos labios que temblaban a cada instante.

El felino alzo sus orejas sorprendido, a la vez que abría sus ojos como platos. Jin lo estaba besando ¡Besando! Y no podía mentir, era lo más jodidamente placentero que había experimentado jamás. Pero ¿Aquello estaba bien? Él era su dueño, no debían estar haciendo eso, la verdad, no debían estar haciendo nada parecido a eso.

Pero ¿Cómo negarse a sentirse amado? Porque YoonGi así se sentía, la persona más amada en todo el jodido mundo, y aquello era solo por un simple beso que Jin se encargó de intensificar en el momento en que paso su juguetona lengua por los labios del menor.

Entreabriendo levemente su boca, permitió que el mayor entrara y recorriera toda su cavidad a la vez que sentía como las grandes manos de este lo abrazaban por la cintura. En aquel momento su cola se paseaba de un lado a otro, sus orejitas escondidas entre su revuelto cabello y el ronroneo que se hacía cada vez más fuerte estaban volviendo loco a Jin.

Se separaron lentamente, siendo Jin quien abriera los ojos primero, permitiéndose apreciar el rostro sonrojado de su pequeño, ver sus ojos fuertemente cerrados y escuchar su tierno ronroneo. YoonGi era la persona más hermosa que había visto en su vida.

Alejando sus manos del cuerpo de YoonGi, observo expectante como abría sus ojos, desviando de inmediato su mirada al ver la hermosa sonrisa que Jin le dirigía, pero toda la "magia" del momento se fue cuando una horrible punzada en su parte baja lo hizo gemir de dolor.

-¡Gyaaah! ¡Dueleeee! -Jin, asustado, tomo las manos del menor al ver que este tenía las claras intenciones de empujarlo.- ¡Ji...Jin!

-Pequeño, tranquilízate. -Pidió intentando calmarlo y calmarse a sí mismo, no teniendo mucho éxito. YoonGi comenzó a moverse inquieto, su cola golpeaba con fuerza la cama mientras intentaba arañar a Jin con las escasas uñas que tenía.- ¡YoonGi!

-¡Me duele! -No aguantando más, el pelirrojo agresivamente metió una de sus manos bajo el pantalón de chándal del menor, escuchando como un potente gemido escapaba de los labios de este al sentir como su miembro era atrapado por aquella mano.- ¡Jin-ah!

-Lo siento, pero si en verdad te duele tanto, esta es la única solución. -Aunque la verdad no lo sentía, con gusto ayudaría a su pequeño con su "problema".

Con cuidado retiro su mano de los pantalones del menor, escuchando como se quejaba ante aquello lo que causo que sonriera divertido ¿No que no quería?

Arrodillándose frente al menor, comenzó a quitar su ropa procurando ser cuidadoso y no asustarlo más de lo que ya estaba, pero al ver que YoonGi solo se quedaba quieto, con sus ojitos cerrados y sus paridas manos agarrando fuertemente las mantas de la cama, supo que no se resistiría, lo que agradeció internamente, no tenía las más mínimas ganas de pelear con él.

Una vez la ropa estuvo fuera del cuerpo del felino, Jin se permitió apreciar la pálida piel de sus piernas, aunque aquello no era lo que había llamado su atención, lo que en verdad llamo esta fueron las cicatrices que había al interior de sus muslos que, la verdad, eran bastante feas y preocupantes.

Una impotencia indescriptible nació en su interior al ver esas marcas, pero aquel sentimiento desapareció en el momento que vio las piernas de su pequeño temblar. Alzo su mirada notando aquellos ojos color zafiro mirarlo con vergüenza, YoonGi sabía que esas marcas jamás se irían, pero no quería seguir recordando el dolor que sintió cuando se las hicieron, no quería seguir viviendo en el pasado como lo había estado haciendo desde que esos malnacidos habían matado a la criatura que en algún momento creció en su interior.

-Jinnie... -Lo llamo el menor estirando sus manos hacia él de una manera casi infantil. El pelirrojo bajo su mirada soltando un suspiro quedo, tenía que concentrarse si quería ayudar a su pequeño.- Jinnie. -Lo volvió a llamar agachando sus orejitas de manera suplicante.

Se acercó al menor hasta que sus rostros quedaron a escasos centímetros, en aquel momento, la vergüenza que habían sentido ambos momentos antes ya no estaba, lo único que sentían era la necesidad de consolarse mutuamente, querían sentirse más cerca el uno del otro.

Con un corto beso, Jin bajo sus manos hasta las pálidas piernas de YoonGi, escuchando como este gemía ante el más mínimo roce. Si bien el dolor en su miembro había disminuido, aún quedaban las insaciables ganas de ser tocado, y que Jin lo hiciera de aquella forma tan delicada pero segura no ayudaba demasiado.

~

-Aahh... Jin... -Jadeo YoonGi al sentir como el mayor rosaba su hombría con su muslo. No sabía en qué momento había quedado recostado sobre la cama, con Jin entre sus piernas mientras este besaba su pecho ahora descubierto.

YoonGi se preguntaba porque Jin estaba siendo tan delicado, tenía muy claro que Jungkook le había contado todo su pasado, por lo que no estaba acostumbrado a ser tratado con tanta delicadeza, ni siquiera estaba acostumbrado a disfrutar, pero el sentir como las pequeñas manos del mayor apretaban sus muslos mientras lo besaba, lo estaba haciendo ver estrellas de placer.

Jin aún seguía vestido, tampoco tenía pensado sacarse la ropa aunque ya tuviera una dolorosa erección en sus pantalones. El solo quería hacer disfrutar a su pequeño y que el lívido que le provocaba el celo lo dejara descansar un poco.

Si en algún momento, y si dios lo quería, llegaban a mas, quería estar preparado, porque con tanto tiempo sin tener sexo, ni un puto condón tenia y no creía que YoonGi quisiera quedar en cinta.

Aunque, el imaginarse a su pequeño con una linda pancita, con sus orejitas abajo, su colita serpenteando y ese lindo sonrojo que se formaba en sus mejillas cuando estaba avergonzado, lo hacían querer tener un pequeño Suga. Pero aún quedaba un detalle, él y Suga no eran nada parecido a una pareja como para tener un bebé.

Un pequeño maullido lo saco de sus pensamientos y, alzando la mirada, noto como YoonGi cubría su boca avergonzado de haber maullado en esa situación, aunque para Jin haya sido la cosa más tierna y excitante que pudo haber escuchado.

-Oye... -Lo llamo el pelirrojo subiendo su rostro hasta la altura del rubio viéndolo desviar la mirada.- Maúlla todo lo que quieras, no me molesta.

-P... pero ¡Nyaaaa! -Un nuevo maullido abandono sus labios en el momento que sintió las manos de Jin bajo su pequeña ropa interior masajeando su miembro.- ¡Ji...Jin!

Relamiéndose los labios, despojo a YoonGi de la única prenda que cubría aquel hermoso cuerpo y, con tortuosa lentitud, comenzó a acariciar sus piernas sin dejar de masturbarlo. Cuando cubría toda su extensión presionaba levemente la punta, escuchando como Suga se volvía un lio de gemidos y maullidos ante aquellas acciones.

¿Qué hora era? No lo sabía, lo único que tenía claro es que llevaban más de una hora entre "juegos" solo para calmar la excitación que tenía el pequeño rubio.

Pero ya era hora de pasar a algo más ¿No? Y así lo hizo Jin en el momento en que bajando hasta las caderas del menor, donde engullo toda su longitud sintiendo como sus cabellos eran atrapados por las manos del felino, a la vez que se escuchaba un fuerte gemido acompañado con lastimeros maullidos ante aquella inesperada acción.

Ahuecando sus mejillas, intentaba adentrar toda la longitud del rubio en su boca, sintiendo como el escaso vello de la base molestaba en su nariz. Sacando el pene del menor de su boca, acerco sus labios a la punta del erecto miembro y dio un pequeño beso allí, dejando que la calidez y humedad de sus labios desesperaran al menor. Volvió a besar lentamente, abriendo un poco sus labios y atrapando la punta para comenzar a succionar ligeramente.

Podía sentir como las manos del rubio se ceñían a su cabello, jalándolo y acariciándolo, dependiendo del placer que sentía en aquellos momentos. Y es que podía jurar estar sintiendo el cielo con el simple hecho de sentir la calidez de la boca de Jin rodearlo.

Su respiración ya estaba fallando, lo único que era capaz de hacer era gemir, por sus labios caían pequeños hilos de saliva y sangre seca de las heridas que sus dientes le habían provocado aquella tarde. Sus ojos acuosos por las lágrimas de placer que retenían, su naricita y mejillas pintadas de un tierno rojo mientras sus orejitas, con pequeñas sacudidas hacían que se viera tan vulnerable pero hermoso a los ojos de Jin.

-Yaa... Jinnie ¡Ngh...! -Una deliciosa presión se comenzó a formar en su parte baja, a la vez que espasmos de placer atacaban cada fibra de su cuerpo. Sentía miedo ¿Qué era aquello? Sentía que iba a explotar si Jin no se alejaba.- ¡P... para!

El pelirrojo, sin hacerle caso, siguió con su trabajo, succionando cada vez más fuerte el glande del menor mientras que una de sus manos masturbaba la longitud y la sobrante acariciaba y apretaba sus testículos. YoonGi estaba a punto de correrse y lo sabía por el líquido pre seminal que comenzó a hacerse presente en su boca. Tenía un sabor salado, casi amargo, pero viniendo de su pequeño se volvía dulce para él.

No sabe si fueron segundos o minutos los que pasaron cuando sintió como un fuerte chorro de semen invadió su boca mientras YoonGi gemía, casi gritaba a la vez que jalaba sus cabellos con verdadera fuerza.

Aquello había sido tan jodidamente excitante que hasta el mismo Jin, sin siquiera tocarse, se había corrido en su ropa interior.

-Ji... Jinnie... -El llamado de Suga lo hizo reaccionar y, lamiendo lo poco y nada de semen que había escapado de su boca, lo trago todo bajo la atenta mirada del menor.

-¿Qué pasa? -Cuestiono calmando un poco su respiración sin quitar sus ojos del sonrojado rostro de YoonGi.

-Tú... tú te lo... -Pasando saliva notoriamente indico los labios del mayor viendo como estos se curvaban en una sonrisa ladina.-...tragaste...

Riendo divertido se levantó de la cama estirando su espalda en el proceso, el haber estado inclinado en aquella posición por tanto tiempo había causado un calambre en su cadera, el cual comenzó a disminuir conforme acariciaba esa zona.

Ignorando la mirada curiosa que le enviaba el menor, se despojó de su ropa quedando únicamente en boxers, los cuales se apresuró en cambiar dejando toda su ropa y la de YoonGi en el cesto de ropa sucia, tendría que lavar mañana y seguramente el resto de los días que durara el celo de YoonGi.

Por qué sabía que, después de "eso" Suga no lo dejaría tranquilo hasta que lo volviera ayudar, o eso le había dicho Jungkook en algún momento de la tarde.

Ya vestido, camino de vuelta a su cama encontrándose con el cuerpo aun desnudo de Suga sobre las sabanas. Aquello lo hizo sonrojar y desviar la mirada, ahora que la vergüenza había vuelto, el ver la pálida piel de su pequeño contrastando con las mantas rojas de su cama lo hacía sentir nuevamente excitado. ¿Acaso él también estaba en celo o qué?

-Vamos a dormir ¿Si? -Musito abriendo la cama y mirando de reojo a YoonGi quien estrangulaba su pobre cola entre sus finas manos.- ¿YoonGi?

-Ah, sí, sí, a dormir. -Jin pudo ver como el felino arrugaba su nariz y cerraba sus ojitos, provocando que una cálida sonrisa apareciera en sus labios ¿Qué estaba haciendo?

Se encogió de hombros restándole importancia y, una vez dentro de la cama, se cubrió con las mantas, sin quitar la vista del sonrojado rostro de su pequeño quien, aún tenía sus ojitos cerrados y la nariz arrugada.

-¿Qué haces, Suga? -Pregunto ya en verdad extrañado.

-Nada, nada. -Negó rápidamente abriendo sus ojos y mirando al mayor con calidez.- Gracias. -Dijo de repente sorprendiendo al mayor.- Mi... mi lívido disminuyo un poco... -Jin sonrió avergonzado mientras veía al pequeño meterse bajo las mantas de la cama sin importarle el estar desnudo.- podre dormir sin dolor.

-¿Te dolía mucho? -Cuestiono apagando la lamparilla que reposaba sobre su mesa de noche y volteandose hacia el menor, aunque no pudiera verlo bien, sus ojos gatunos se diferenciaban bien entre la oscuridad.

-Mucho... -Respondió bajito. De manera lenta comenzó a moverse hacia el mayor hasta sentir que sus cuerpos se tocaban.- Dame mimos... -Pidió volviendo a sorprender al pelirrojo, Suga jamás le había pedido mimos, normalmente era el quien le pedía por favor que lo dejara mimarlo.- Jinnie...

-Claro, claro. -Algo torpe, subió una de sus manos hasta la orejita derecha del felino comenzando a darle suaves caricias escuchando como aquel ronroneo que tanto le gustaba se hacía presente.

Puede que momentos antes estuvieran haciendo cosas "indebidas" pero ahora, que se podía decir habían vuelto a la normalidad, el poder estar así, tranquilos y cómodos, les parecía bien. Se sentían relajados, unidos, casi como si un lazo se hubiera formado entre ellos, y es que eso había ocurrido.

El lazo que tanto tiempo tardo Jin en forjar, ese día, en el que YoonGi le permitió ayudarlo, se había forjado fuertemente, casi demandante, y nada podría romperlo porque YoonGi por fin podía decir que confiaba en el humano de rojo cabello.

Ahora todo estaba mejor entre ellos.

-YoonGi... -Susurro Jin al ver como los ojitos de su pequeño se comenzaban a cerrar. Escucho un pequeño maullido dándole a entender que lo escuchaba.- no me vuelvas a preocupar así, por favor...

-No lo hare... -Susurro YoonGi en respuesta acurrucándose más cerca de Jin hasta el punto en que sus orejitas hacían cosquillas en la barbilla del menor.- ahora te pediré ayuda a ti.

Riendo suavemente, Jin se permitió cerrar los ojos, abrazándose a la persona que en esos momentos era la más importante en su vida.







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