xvi. || one step away from death, yuppy!
🪷⠀16. ▍A UN PASO DE LA MUERTE, ¡YUPPY!
⡽© finnickg1rl⠀⨳⠀
▬ ▬ ▬ ▬▬▬▬▬▬▬▬ ▬ ▬ ▬
En un abrir y cerrar de ojos, Dorian y Annabeth se encontraban tirados sobre la arena en la playa de Santa Mónica. Básicamente regresaron al mismo punto de pártida.
La hija de Atenea ayudó al hijo de Hera a levantarse y ambos se sacudieron la arena que estaba en sus ropas. Ambos observaron el lugar detenidamente.
Dorian pudo sentir como poco a poco recuperaba la cordura y los pensamientos intrusivos ya no habitaban en su mente, pero aún los recordaba a la perfección. Por lo que trató de no sobrepensar tanto esta vez.
──Tenemos que hablar. ──Ordenó Annabeth con voz autoritaria. ──¿Qué pasó allá abajo?
« ¿Pubertad? »
──Claro, pubertad. ¿De qué te arrepentiste?
Dorian empezó a dar un pequeño paseo por la orilla del mar mientras trataba de ordenar sus pensamientos. Annabeth le siguió a su lado.
« No sé como... explicarlo. »
──Entiendo, pero trata de hacerlo. De verdad estabamos muy preocupados, Percy sobre todo. ──Lo último fue con la clara intención de averiguar que sentía Dorian por el hijo de Poseidón.
« Mira. Han pasado muchas cosas, he descubierto un montón sobre mí y... siento que colapsé. »
──Las malas vibras del Inframundo te alcanzaron, ¿verdad? ──Preguntó la chica. El pelinegro asintió. ──Te sentiste abrumado, es algo normal.
« Por mí culpa nos retrasamos en el casino. »
──No es cierto. ──Contestó Annabeth de manera apresurada. ──Estoy segura que hubiesemos llegado tarde de todas formas. Además, era obvio que te afectaría más a ti el hecho de estar en el reino de los muertos siendo que eres el más positivo entre los cuatro.
« Nunca volveré a pisar ese lugar. »
──Que así sea. ──Annabeth rió un poco y Dorian sonrió de lado mientras admiraba el océano. ──No cambies jamás. ──Dorian la miró confundido por el comentario tan repentino. ──De verdad.
El pelinegro respondió dándole un suave abrazo. Se sentía mucho mejor luego de la charla con Annabeth, sobre todo teniendo en cuenta que su manera de expresar cariño era muy distinta a la de él.
Grover fue el primero en llegar a la playa. Dorian y Annabeth lo recibieron ayudándolo a reincorporarse. Una vez ya de pie, el pelinegro se lanzó a abrazarlo fuertemente. Casi caen de nuevo al suelo, directo hacía la arena.
──¡Wow! Ya estás mejor por lo que veo. ──Grover aceptó su abrazo con gusto.
──¿Y Percy? ──Preguntó Annabeth después de saludar a su amigo. Ella y Dorian se preguntaban si en realidad el chico se había sacrificado por su madre.
──Okay, escuchen. Él debe venir en unos segundos. Pasaron muchas cosas inesperadas. ──El sátiro priorizó tranquilizarlos antes de ir directo al grano. ──Hades no robó el rayo maestro. Resulta que él pensó que Percy había robado su yelmo y por esta razón, salvó a la madre de Percy de ser atacada por el Minotauro.
──¿Hades no robó el rayo? ¿Alguien robó el yelmo de la oscuridad? ──Annabeth repitió tratando de entender.
« ¿Y la profecía? »
──Si, bueno. Pasa que el dios rebelde era Ares, todo este tiempo. Su plan era que fuéramos hacía el Inframundo desde un principio y, por alguna extraña razón las zapatillas de Hermes se volvieron completamente locas al pasar cerca del Tártaro. Cuando nos dimos cuenta, Percy tenía el rayo en la mochila que el mismo Ares le entregó. ──Grover se encargó de explicarles lo sucedido las últimas horas. Y antes de que se dieran, Percy ya estaba ahí.
"Las zapatillas no se las obsequió Hermes. Así que, oh." ¡Oh! Dorian no podía disimular su cara de sorpresa y horror, al mismo tiempo. Movió su cabeza para enfocarse en lo importante ahora mismo, luego le diría a Annabeth.
No podía contárselo de inmediato, aunque quisiese. No ahora que Percy y su hermano, Ares, se enfrentarían para pelear.
──¡Te reto a un combate! ──Exclamó Percy apuntando al dios de la guerra con su espada riptide. ¿Cómo diablos no estaba temblando? Él mismo se lo preguntaba.
──¿Qué? ──Contestaron Ares, Annabeth y Grover al mismo tiempo. Dorian solo suspiró rezando a cualquier dios por la vida de Percy.
──Uno a uno, pero yo pongo las condiciones. Si te hago sangrar primero, me quedo con el rayo y entregas el yelmo. ──Ares simplemente se echó a reír. ──¿Aceptas?
──O sea, es tu funeral, niño. Aunque, para que quede claro, no habrá funeral. Cualquier rastro de ti deja un rastro de mi plan, y eso no me sirve.
──Pero no era tu plan, ¿verdad? Era de Cronos. Fue idea suya inculpar al hijo de Poseidón y robar el yelmo y el rayo para iniciar una guerra. ¿Así llegó a ti también? ¿Por tus sueños? ──Todo estaba pasando extremadamente rápido y Dorian solo pudo pensar una cosa.
"Luke, ¿en qué mierda te metiste?"
Ciertamente, no era muy cercano a él, pero lo consideraba su amigo. Aún existía la posibilidad de que él fuera inocente, más no se iba a aferrar a ello. Se encontraban en un momento crítico y a este punto, ya nada lo podía sorprender. Quizás la misión lo estaba ayudando a dejar de ser tan incrédulo a veces. Ya tenía bastante con lo de Medusa y Equidna, y a pesar de que resultó ser verdadero, no podía negar que había caído en sus trucos de manipulación y ambas tenían el fin de usarlo contra sus amigos.
──Los dioses no sueñan, hombrecito. ¡Y nadie le dice al dios de la guerra cómo empezar una pelea! ──Cool, Percy ya alteró a Ares. ──Y cuando mueras... saluda a tu mami de mi parte.
Entonces, Dorian supo que había llegado el momento de comenzar a rezar verdaderamente. Primero, eligió a Afrodita.
"Oh diosa del amor y la belleza, realmente no sé de qué sirva mi petición. Pero si en verdad Percy es quien creo que es (el capaz de romper mi maldición), ayudalo a no morir contra tu amante. Por favor. Posdata: eres mi cuñada favorita, sea por Hefesto o Ares."
Y luego siguió con los demás.
"Apolo, sé que amas más que nadie aquellos poemas y canciones sobre amor. No seas malo y haz que Percy viva. Preferiblemente no como una flor."
"Hypnos..." "Oh, gran Hefesto." "Hola mamá, aquí tu hijo favorito. Creo." "Eh... Poseidón." "¿Atenea?"
Y bueno, no podría decir con exactitud si alguna de las peticiones del hijo de Hera funcionaron. Lo que si es un hecho, es que Percy logró herir a Ares.
Más el recorrido en Santa Mónica aún no acababa. Al estar en la casa de playa que Percy y su madre habían alquilado por unos días, se encontraron a Alecto.
──Hades te envió a recuperarlo. ──Le dijo el rubio señalando el yelmo en las manos del pelinegro. ──Esa ha sido tu misión todo este tiempo. ──Dorian dejó aquel objeto en la mesa frente a ellos. ──Mi parte del trato está hecha. Espero que Hades cumpla con la suya... Por favor.
──Buena suerte en el Olimpo. ──Alecto tomó el yelmo. Especialmente su mirada se dirigía a Dorian y Percy. ──Quizá aún quede un mundo al que tu madre pueda volver. ──Y entonces, la furia se fue.
──¿A qué se refiere con suerte...? ──Grover se interrumpió a si mismo volteandose para ver a sus amigos. ──Ay no...
──Debo hacerlo... no, debemos hacerlo. ──Sentenció Percy mirando a Dorian, el cual asintió.
──¿Para qué? La misión fracasó. No cumplimos el plazo. Además, ¿ustedes dos solos en el Olimpo? Es una locura. ──Respondió Annabeth.
──¿Aún no lo entienden? Esto es más grande que la misión. Antes de partir, Quirón me dijo que la última guerra en el Olimpo causó la segunda guerra mundial. Hay que lograr que Zeus la cancele. Devolver el rayo es la única forma de llamar su atención.
──Percy, no quieres la atención de Zeus. Y tampoco querrás que Dorian se acerque a él. ──Grover trató de hacerlo entrar en razón.
« Grover... », Dorian le hacía señas a su amigo por detrás para que parara de decir eso. Claro, el rubio aún no sabía lo del plan de Hera.
──Debo contarle sobre Cronos. ¿Viste lo asustado que estaba Hades ante la idea de que Cronos volviera? ──Percy hizo una pausa. ──¿Y por qué no quieres que vaya Dorian? Estoy cien por ciento seguro que, no nos va a matar. No le conviene.
Dorian por otra parte, se encontraba dividido. Sabía de que Zeus era bastante capaz de matarlo, pero era hora de que lo confrontara y le plantara cara. No lo estaba pensando demasiado. Su instinto le decía que aún no iba a morir, y de algo que ha aprendido últimamente es que, su conciencia siempre tenía razón.
Annabeth y Grover se miraron entre sí, más no dijeron nada puesto a que Percy siguiendo hablando.
──Zeus debe saber. Devolverle el rayo podría hacer que escuche. Y tengo una corazonada, así que vayan al campamento para advertirle a Quirón sobre Ares y Clarisse.
──Va a matarlos, a ambos. ──Le interrumpió Annabeth. ──Entiendes eso, ¿verdad? Ya sea porque aún piense que robaste el rayo o porque los dos son hijos prohibidos. E inclusive, porque ya intentó matar a Dorian una vez. ──La chica no pudo detenerse y mentirle a Percy sobre la verdad de su mejor amigo.
──¿Qué? ──El hijo de Poseidón se volteó a ver al hijo de Hera.
« Tenemos muchas conversaciones pendientes. »
──Zeus no dejará que salgan vivos del Olimpo. ──Finalizó Annabeth.
« Quiero ir. »
──Dorian, es peligroso... ──Le recordó Grover.
──Verdaderamente, me cansé de huir de los monstruos. Sé que tú igual. ──Dijo Percy mirando a Dorian. ──No sé porqué pero, siento que... debemos ir. Los dos. ──El chico trató de explicarle a Annabeth y Grover.
Entonces, estos dos últimos comprendieron que era imposible hacerlos cambiar de opinión. Así que solo tocaba mentalizarse que realmente, Dorian y Percy se encontraban más cerca de la muerta con Zeus que con el mismo Hades.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top