♦️ 18

Se encontraba mucho más centrada en sus propios pensamientos mientras se dirigía a casa, ni siquiera se sentía con la necesidad de levantar la mirada, lo único en que se podía concentrar era en sus propios pies, sin querer se estaba arrepintiendo un poco de sus propias palabras, no había pasado mucho desde que acepto la cita con Park Jimin, pero a pesar de su respuesta y de que el chico en verdad se veía muy emocionado con la idea de salir con ella, eso no quitaba de que se sintiera mal consigo misma por lo que había aceptado.

Es decir, ¿quién en su sano juicio acepta tener una cita con la persona que la molesto durante su adolescencia? Quizás ella había perdido la cabeza por completo, o quizás la insistencia de Jimin había provocado que ella accediera sin pensárselo más de dos veces, apretó sus labios levemente antes de soltar un corto suspiro, levanto la mirada y su ceño se frunció ligeramente.

—¿En qué demonios pensabas, Min Yoonji? —se dijo así misma en voz baja, quería jalarse los cabellos para ver sí así podía dejar de actuar de una manera tan precipitada, pero por supuesto no podía hacerlo.

No se haría daño a ella misma por una tontería que ella misma cometió, pero sólo era una cita de amigos, una salida sencilla, una en la que tendría que convivir con ese tonto, no era tan malo, no dejaría que algo como ese se repita.

"Min cerdita Yoonji, ¿piensas comerte todo eso? ¡Cielos! A este paso dejarás a todo el país sin comida."

Sacudió su cabeza de un lado a otro dejando de lado ese mal recuerdo, si había una palabra con la que Yoonji podía describir perfectamente a Park Jimin, esa era cruel, porque eso es lo que ese tonto niño cercano a la adolescencia era, un niño cruel, Yoonji no sabe cuantas veces fueron las que llego llorando a casa sin que sus padres se enterasen de esto, pero cada día en la escuela era una tortura que ella no estaba dispuesta a seguir soportando. El sabor amargo no tardo en inundar su boca, quitándole de ese modo la poca alegría que sentía.

Mientras que seguía caminando y su mente parecía esforzarse en recordarle todo lo que fue su tortuoso pasado con Park Jimin.

Los recuerdos iban y venían, una y otra vez, y eso solamente la hacía querer volver a sentir la llegada de las lágrimas, porque pesar de que se había prometido que nada de eso la volvería a afectar, era imposible.

"¡Hey, cerda Min!"

Cerro sus ojos con fuerza, intentando que esos recuerdos se fueran por completo, pero parecía que no sería tan fácil, comenzó a caminar un poco más rápido.

—Basta —dijo en voz baja.

"¿No te das cuenta que a todos aquí nos das asco, cerdita?"

Apretó los dientes con fuerza.

—Cállate —volvió a murmurar por lo bajo.

Pero quizás debió mantener los ojos abiertos, Yoonji no se iba fijando por donde caminaba, por lo que termino chocando con alguien que caminaba más lento frente a ella, la chica no tardo en sentir el golpe en su rostro al toparse con una fornida espalda, soltó un pequeño quejido ante el pequeño golpe, y la persona frente a ella se detuvo.

—¡L-lo lamento! —de inmediato Yoonji se disculpó, y se alejó un poco para hacer una pequeña reverencia, se maldijo internamente, ¿en qué estaba pensando? No debía dejarse abrumar por sus propios pensamientos, quizás debía dejar de lado a Park Jimin por el momento, o terminaría por chocar de nuevo o por pasarse un semáforo.

—Descuida, Yoonji —la chica supo reconocer de inmediato ese tono de voz, dejo de realizar la reverencia para poder mirar a la persona que le hablaba, no tardo en encontrarse con la sonrisa de Jeon Jungkook, quien parecía demasiado tranquilo al verle—, no tienes por qué disculparte.

—Jungkook —Yoonji le regalo una diminuta sonrisa—, en verdad lo siento, estaba distraída y...

—Hey bonita —los ojos de Yoonji se abrieron en grande al escucharlo, no dudo en mirarlo—, no tienes nada de que preocuparte —se encogió de hombros—, sólo fue un diminuto descuido.

—De todas formas, es vergonzoso —soltó un pequeño resoplido.

Jungkook soltó una pequeña risa, él no podía negar algo, y eso era que Yoonji en verdad se trata de una persona muy agradable, a lo largo de su vida había conocido a varias chicas, y la mayoría con la intención de querer coquetear con él, pero a Jungkook le aburría todo aquello, tener a las chicas actuando tiernas a su alrededor, vistiéndose lo más atractivas posibles para llamar su total atención, y por supuesto darle regalos, hablar dulce, todo, absolutamente todo aquello lo hacía sentirse mareado, en lugar de agradarle todo aquello, terminaba por odiarlo, inclusive ya sabía cuando una chica tenía la intención de querer algo más que una simple amistad con él, y casi siempre prefería alejarse para tener que evitar todo ese coquetería absurda, porque no funcionaba con él, y agradecía que Yoonji no fuera del tipo de chica que se la pasa persiguiéndolo.

—No hay nada de que avergonzarse —Yoonji lo miro a los ojos—, por cierto, no es que me guste entrometerme en los asuntos ajenos, pero ¿qué pasaba por tu cabecita para que te distrajeras tanto? Hoseok jamás me dijo que fueras así.

Yoonji parpadeo un par de veces. Apenas conoce a Jungkook, aunque ya le había dicho sobre su pequeño problema con Park Jimin...

—Nada importante —menciono ella, miro las manos de Jungkook, traía algo que a ella le encantaba comer cuando tenía la oportunidad, sin que ella lo supiera sus ojos resaltaron con un brillo tan especial que Jungkook no pudo evitar mirar lo que traía en sus propias manos.

—¿Te gustan las brochetas de cordero? —Yoonji sintió sus mejillas arder, demonios, ¿acaso se había quedado mirando la comida que traía Jungkook por demasiado tiempo?

Jungkook soltó una nueva risa al ver el leve sonrojo en el rostro de la chica.

—B-bueno —Yoonji dejo de mirarlo, dos vergüenzas en un solo día, Yoonji definitivamente después de esto quería encerrarse en su habitación por un largo, largo tiempo hasta que Jungkook olvide lo que paso, sí, eso sería una buena idea—, sí me gustan...

—Podemos compartirlas si gustas —Yoonji se quedo sin palabras al escucharlo—, dicen que es mejor comer con buena compañía.

—N-no —Yoonji negó con la cabeza—, son tuyas, además —lo volvió a mirar—, seguramente mueres de hambre, las clases han sido largas y...

—No me molestaría compartirlas contigo, Yoonji.

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