♦️ 17

Mordía con fuerza su labio inferior, mientras que su pie izquierdo se dedicaba a tamborilear el piso constantemente, mientras que los dedos de sus manos se dedicaban a apretar con leve fuerza el cuaderno en sus manos, Jimin jamás se había sentido tan nervioso e impaciente, quizás en todo este tiempo, jamás pensó en ni siquiera esperar a una chica, porque a él no le gustaba que lo dejarán esperando, al contrario él las dejaba esperando, y ellas siempre le perdonaban cuando él les decía un cumplido, y era todo, ahora mismo todo era lo contrario, y eso era lo que lo mantenía totalmente mal, no por el hecho de tener que esperar, sino porque sabía que la chica a la cual estaba esperando, se trataba de Min Yoonji, la chica que llamo su atención, la chica a la cual molesto durante varios meses en secundaria por su apariencia.

Soltó otro pequeño suspiro y volvió a mirar su reloj de mano, percatándose de que al parecer los minutos que parecían ser horas, apenas iban avanzando dándole paso a que la chica saliera del aula, quizás estaba demasiado entretenido en sus pensamientos, porque cuando menos lo espero, la puerta fue abierta, haciéndolo dar un pequeño salto en su sitio, y de paso haciéndolo quedar mal con el pequeño grupo de chicas que iban saliendo del aula de clases, ellas lo miraron, se rieron levemente, y se marcharon de allí, poco a poco varios de los alumnos que se encontraban dentro del aula de clases iban saliendo, conversando, otros simplemente con prisa salían de allí, después el profesor salió y Jimin al ver que Yoonji todavía parecía indispuesta a salir del salón de clases, decidió que lo mejor era ingresar.

Chocando sus hombros con algunas personas, logró adentrarse al salón de clases, y entonces, dentro se percato de que quedaban algunas personas, y entre esas personas se encontraba Yoonji, la chica se encontraba guardando sus cosas con calma dentro de su respectiva mochila, parecía más interesada en sus propios asuntos, pero Jimin había notado algo, y era que unos tipos no dejaban de mirarla, se encontraban en la parte trasera del salón, era un pequeño grupo de tres chicos, Jimin los reconocía, Park Chanyeol, Kim Jongin y Oh Sehun, no eran sus amigos, para nada, ni tampoco chicos que fueran un problema, pero a Jimin le molesto el hecho de que tanto Sehun como Chanyeol, quisieran apoyar a Jongin, empujándolo para que se animase a hablar con Yoonji.

Oh, no, eso Park Jimin, no podía permitirlo, no ahora y por supuesto quizás nunca.

Apretó la mandíbula con fuerza en cuanto miro como Jongin dejaba la cobardía de lado para comenzar a caminar hacia Yoonji, fue allí cuando Jimin reacciono, apresurando el paso para llegar antes a ella, y en cuanto Jongin había llegado y casi estuvo a punto de hablar con Yoonji, él se interpuso.

—Yoonji —la chica elevo la mirada al percatarse de la voz ya tan conocida para ella, y miro al frente, encontrándose con Jimin, quien le regalaba una radiante sonrisa mientras se acercaba y tomaba asiento justo delante de ella—, estaba esperándote afuera.

—Oh —dijo ella—, no lo sabía, perdona —soltó un suspiro, miro hacia el cuaderno que Jimin sostenía todavía—, ¿has terminado de anotar los apuntes?

—Sí, ya terminé —Jimin le extendió el cuaderno a Yoonji para que lo tomará, de inmediato la chica lo hizo, y Jimin al ver que ella se disponía a guardar el cuaderno, decidió mirar hacia Jongin—, ¡vaya, vaya, Kim! Ni siquiera me percate de que estabas aquí.

Yoonji dejo de prestar atención a sus propios asuntos para mirar detrás de ella, efectivamente Kim Jongin estaba allí, y parecía que quería estrangular a Jimin con la mirada.

—Pues no lo creo —Jongin rodo los ojos y miro a Yoonji—, oye, linda, perdona que te diga así, pero, estaba pensando, ¿estás libre hoy?

—Ella no esta libre —Yoonji de inmediato miro a Jimin, quien había respondido por ella.

—No te estaba hablando a ti, entrometido —menciono Jongin entre dientes mientras miraba a Jimin, estaba molesto, dejo de mirarlo para de nuevo mirar a Yoonji—, entonces, ¿estás libre? Podemos ir a...

—¿No escuchaste lo que te dije? —pregunto Jimin volviendo a llamar la atención de Jongin, quien le miro, su mandíbula estaba apretada y estaba comenzando a tener ganas de propinarle una golpiza a Park Jimin—. Ella...

—Basta, Park —Yoonji de inmediato lo interrumpió, miro a Jongin—, gracias por la invitación, pero —soltó un suspiro—, en realidad hoy estoy ocupada, ¿podría ser en otro momento? Claro si quieres —le regalo una pequeña sonrisa.

—¡Por supuesto! —respondió Jongin animado—. Entonces, nos vemos, linda —le regalo una sonrisa a Yoonji antes de alejarse, y camino hacia Jimin quien no había dejado de mirarlo—, cuidado, Yoonji, tu perro guardián está muy rabioso.

—Cierra la boca, maldito hijo de —Jimin iba a continuar, pero Yoonji lo interrumpió.

—Jimin —el mencionado rechino los dientes y dejo de prestar atención a Jongin quien se reía levemente para después alejarse junto a sus amigos que le esperaban en la puerta del aula, en cuanto se fueron, Yoonji pudo respirar mucho más tranquila, miro de nuevo a Jimin—. ¿Qué estabas pensando?

Jimin dejo su enojo de lado para mirar a la chica.

—Ellos...

—¿Ellos qué, Jimin?

—No dejaban de mirarte y yo... —relamió sus labios—, lo lamento.

—No deberías de provocar una discusión como esa —Yoonji termino de guardar sus cosas—, y tampoco deberías de responder por mí, puedo hacerlo sola —Jimin apretó levemente sus labios.

—Perdóname, Yoonji —la chica soltó un resoplido mientras negaba levemente con la cabeza.

—No quiero que vuelva a pasar, aunque, no es como si quisiera seguir hablando contigo para que de nuevo ocurra algo así —abrazo su mochila contra su pecho.

Jimin caía en cuenta que estaba perdiendo demasiados puntos con Yoonji, pero estaba celoso, demasiado celoso, porque no le había gustado la forma en que ese malnacido miraba a Yoonji, no le había gustado como le hablaba y le sonreía con coquetería, para nada le gustaba, pero los celos no justificaban nada, y él lo sabe, había cometido una estupidez, una que posiblemente le cueste estar cerca de Min Yoonji.

—Yoonji —la chica volvió a mirarlo—, lamento lo que hice, en verdad, y sobre nuestra salida, ¿quieres que pase por ti o prefieres que nos veamos en algún sitio?

Ella no sabía que decir, por una parte, no quería tener esa cita de amigos, pero Jimin quería intentar ser su amigo, aunque para ella sería sumamente difícil, y más por lo que había presenciado hace escasos minutos, si así se comportaba con solamente un chico que quería hablarle, no quiere ni imaginar como será después, pero sólo se trataba de una salida, una sola, y ya no volvería a tener a Park Jimin revoloteando a su alrededor, eso era todo, así que...

—Hay que vernos en un sitio —menciono ella.

—Esta bien —Jimin le regalo una sonrisa—, ¿hay algún lugar que te guste en particular?

Yoonji se encogió de hombros, a decir verdad, desde la mudanza no se había dado a la tarea de explorar un poco la ciudad, habían pasado años, y estaba segura de que en todo el lugar habría cambios, así que no estaba segura de a donde podían ir específicamente. Jimin noto que ella parecía pensativa al respecto, mirar como su mirada se perdía en cualquier punto, ver como en cada parpadeo suyo sus largas pestañas se batían levemente, y ese leve sonrojo en sus mejillas blancas, Jimin no pudo evitar sonreír levemente, para él se veía sumamente adorable, tan linda.

—¿Te gustaría ir a una cafetería o...? —se animo a preguntarle, los ojos marrones de Yoonji no tardaron en enfocarlo.

—A decir verdad —Yoonji sintió sus mejillas arder, le daba vergüenza el hecho de que no se había dado tanto a la tarea de volver a explorar Busan—, n-no, no sé que más haya por aquí... —bajo su tono de voz—, han pasado años y...

—Entiendo —interrumpió Jimin—, en ese caso, ¿te parece que sea yo tu guía para que puedas volver a conocer la ciudad?

No era una mala idea.

—Sí —menciono Yoonji de inmediato—, está bien para mí.

—¡Excelente! —Jimin le regalo una nueva sonrisa—. En ese caso, ¿te parece si nos vemos aquí en la universidad y después exploramos? —Yoonji dio un asentimiento—. Entonces ¿quieres en la tarde o en la mañana?

—En la mañana, entre más temprano es mejor, supongo —se encogió de hombros levemente.

—Bien, ¿a las ocho?

—A las ocho.

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