♦ 05

Mantenía la punta de su lapicera entre sus dientes, mordiéndolo levemente, Yoonji por más que quería concentrarse en la clase no podía, y mucho menos con la mirada de Park Jimin encima de ella, aunque podía tolerarla, pero cuando cruzaban miradas por casualidad, ese bastardo le dedicaba una cálida sonrisa, cosa que definitivamente a Yoonji la llenaba de temor, porque inevitablemente la llevaba a esos recuerdos tan malos que había tenido por culpa de ese chico.

—Recuerden entregar el trabajo para la próxima semana sin falta —ese había sido el anuncio del profesor Hwang dando a entender que por fin podían retirarse para ir a la siguiente clase que empezaría en quince minutos.

Yoonji no perdió el tiempo, cerro el libro y el cuerno juntos para después depositarlos en su mochila sin mucho cuidado, después tomo en sus manos el lapicero, el bolígrafo y una pequeña goma que —para su mala fortuna—, termino escapando de sus dedos para caer al suelo.

—Maldición... —susurro por lo bajo, pero antes de siquiera recoger aquella goma de borrar, decidió guardar lo que tenía en su mano, dentro de la mochila, y antes de que pudiera agacharse para recoger la goma de borrar alguien ya se la mostraba para entregársela.

Yoonji levanto la mirada encontrándose de nuevo con los ojos marrones de Jimin y con aquella sonrisa tan dulce que le mostraba, Jimin ahora mismo parecía un pequeño niño inocente que no había roto ni un solo vaso de vidrio en su vida, pero por supuesto, Yoonji sabía que detrás de esa sonrisa angelical se escondía el mismo diablo.

—Gracias —dijo Yoonji para luego extender su mano para tomar la goma, pero Jimin alejo su mano.

La chica sintió que el aire se le iba por breves momentos, ¿acaso Jimin ya sabía quién es y por eso hacía esas acciones? Miro de nuevo al chico.

—¿No piensas dármela? —pregunto Yoonji sutilmente, no quería problemas, ya es mayor de edad, pero no dejaba de tener los miedos de antes.

Esperaba cualquier respuesta de parte de Jimin, inclusive que dijera su nombre y aquel apodo tan horrible que siempre le decía, y esa sonrisa burlona, inclusive esperaba un empujón de su parte, pero no lo obtuvo, de hecho, no espero lo que él le dijo.

—Te la daré a cambio de que me des tu nombre y tu número —Yoonji definitivamente no entendía toda esa situación, era increíble.

Parpadeo un par de veces, quizás Yoonji se estaba imaginando demasiadas escenas malas, o quizás aquel Jimin frente a ella era alguien más, quizás un alienígena, sí, posiblemente se trataba de otro ser, porque definitivamente en toda su vida jamás se imaginó que Park Jimin sería quien le pediría su número y por supuesto su nombre, y Yoonji no estaba dispuesta a decirle su nombre.

¿Qué tal si la reconocía con sólo escuchar su nombre? ¡Eso sería su perdición! No podía abrir la boca ahora.

—P-puedo darte mi número —Yoonji se maldijo internamente por abrir la boca, los nervios la estaban matando.

Jimin frunció levemente el ceño.

—¿Y qué me dices de tu nombre, bonita? —y de nuevo esos halagos, Yoonji se sentía en otra dimensión.

—N-no... —respondió de inmediato Yoonji, quería salir de ahí de inmediato.

Jimin elevo ambas cejas sorprendido por escuchar la respuesta de aquella chica, no entendía, ¿por qué ella estaba dispuesta a darle su número telefónico y no su nombre? ¿Acaso quería que lo descubriera por sí mismo? Quizás esa era la situación, quizás a esa chica le gustaba jugar un poco, y definitivamente eso a Jimin le gustaba, y mucho.

—Bueno, chica bonita —dijo Jimin mientras sonreía—, si no quieres darme tu nombre, entonces te buscaré un apodo, uno lindo, que combine bien contigo.

—Preferiría que no lo hicieras —dijo Yoonji en voz baja, todavía el apodo que había ganado gracias a Jimin pasaba por sus pensamientos, como si estuvieran muchas personas diciéndoselo una y otra vez.

"¡Miren, ahí va la cerda Min!"

"¿Qué paso cerda Min, ¿vas a llorar?"

"Eres asquerosa, igual que una cerda."

"¡Cerda!"

" ¡Cerda!"

"¡Cerda!"

—Gatita —la voz de Jimin logró sacarla de sus malos pensamientos.

—¿Q-qué dijiste?

A Jimin le sorprendía como esa chica podía ser sumamente distraída, pero totalmente linda a la vez, le estaba gustando demasiado, había hablado poco con ella, había pasado solamente una clase con ella, pero definitivamente le gustaba, y mucho, podría decirse que era amor a primera vista, aunque ella no parecía tan convencida respecto a él, quizás con el tiempo pueda hacerla cambiar de opinión.

—Ese será tu apodo, gatita —Yoonji no dijo nada, sus labios estaban entreabiertos.

—¿Por qué? —parpadeo un par veces bajo la atenta mirada de Jimin.

Jimin no sabía si sería arriesgado, o inclusive un poco precipitado hacer lo que iba a hacer, pero debía intentarlo, con sus manos, abrazo las manos de Yoonji, con delicadeza, un toque suave, sutil, totalmente agradable, uno que le hiciera entender a Yoonji que podía confiar en él.

—Tienes unos hermosos ojos gatunos —menciono Jimin—, no hay mejor apodo para ti, linda.

Yoonji estaba sumamente sorprendida, ¿cómo es que aquel frente a ella que ahora tomaba sus manos de forma tan dulce, pudo haber sido también él que le hizo tanto daño en el pasado? No lo podía creer, antes de que siquiera Jimin dijera o hiciera algo más, Yoonji aparto sus manos y se levantó de forma brusca, tomo su mochila por las correas y comenzó a caminar alejándose de Jimin.

—¡Hey, gatita! —hablo Jimin, haciendo que Yoongi se detuviera cerca de la puerta—. Se te ha olvidado tu goma de borrar.

Pero Yoonji ni siquiera lo miro, trago grueso, su corazón estaba latiendo a mil por minuto, estaba nerviosa, y necesitaba relajarse después de aquello, sin mirar a Jimin y caminando a la salida del aula, hablo;

—Quédate con ella —dijo y sin más salió del aula de clases—, tengo más... —dijo aquello cuando estaba afuera del aula de clases, no necesitaba regresar al lado de Jimin.

No estaba para nada en sus planes estar cerca de él de nuevo.

Jimin ni siquiera la detuvo, aunque se arrepintió, ya que aquella linda chica además de olvidar la goma de borrar, había olvidado por completo que debía darle su número telefónico, aunque él le había dicho que le daría la goma después de obtener su número, Jimin había sido un completo idiota.

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