Primer día de clases para Min Yoonji, y decir que se encontraba nerviosa era poco, pues sentía que en cualquier momento estallaría por los enormes nervios que estaba cargando su cuerpo, pero debía relajarse, desayunar con su tía la había tranquilizado solamente un poco, debía estar lista, no debía de sentirse para nada inquieta en lo que pudiera pasar.

Siguió su camino, la entrada de la universidad no quedaba lejos, unos pasos más y ya estaría dentro de todo el campus escolar, pero había algo extraño, y es que algunos no dejaban de mirarla, ¿qué? ¿tenía algo en la cara? ¡Su cabello estaba despeinado! Yoonji no estaba segura de la razón por la que varios chicos la miraban levemente expectantes, además de que algunas chicas parecían estar reacias a verla, ¿qué debía hacer?

Esto le recordaba un poco a una adolescencia no tan grata, pero la miradas eran distintas, no le veían como si fuera un bicho raro, ahora eran más amables de lo que espero, pero debía dejar atrás eso, siguió su camino ignorando las posibles miradas que siguieran sobre ella.

—¿Yoonji? —demonios, sus ojos se abrieron en grande al escuchar esa voz, una muy escandalosa, y sorprendida voz—. ¡Min Yoonji! —se volvió a escuchar y entonces fue cuando miro detrás de ella.

No, no podía ser cierto.

—¿Hoseok? —dijo en voz baja para ella misma, aquel chico de resplandeciente sonrisa no dudo ni siquiera un segundo en ir y correr para darle alcance, mientras que Yoonji simplemente se había quedado estática, no sabía cómo reaccionar.

Yoonji había conocido a Hoseok desde que eran unos bebés, sus padres eran muy cercanos, y los grandes amigos de siempre, inclusive habían bromeado un par de veces que Hoseok se casaría con ella, pero claro ellos no tenían sentimientos por el otro, aunque llego un tiempo en que Yoonji se había sentido levemente atraída por el comportamiento tan carismático y animado de Hoseok, era inevitable para ella.

—Yoonji, Yoonji —canturreo el chico en cuanto termino de acercarse a su gran amiga—, ¡Creciste!

Yoonji frunció levemente el ceño.

—Oye, un te extrañe era mejor que eso —comento ella para después soltar una risa, Hoseok en verdad que es una energía vital para ella—, ¿qué haces aquí?

—Estudio, como todos —Yoonji rodo los ojos ante la respuesta de Hoseok—, te extrañe, pequeña —Hoseok siempre se burlaba de su altura—, años sin verte, pero me alegra que ahora estés aquí, ¡podremos vernos más seguido!

—Sí, como en los viejos tiempos —Yoonji soltó un largo suspiro.

De alguna manera, recordar los viejos tiempos no le era de mucho agrado, Hoseok y ella habían pasado buenos momentos cuando eran unos niños, la adolescencia no fue buena para ella, aunque para Hoseok fue todo lo contrario, él siempre le animaba para que no se sintiera mal y le recordaba que debía de sonreír más en lugar de llorar, y lo agradecía, al menos sus días tristes podían ser un poco más alegres gracias a él, aunque después de que se había mudado debido a ese acoso que sufría, extraño mucho a Hoseok.

Un suave silbido fue lo que distrajo a Yoonji de sus pensamientos.

—¿Qué? —pregunto al ver que Hoseok la miraba de abajo hacia arriba.

—Te ves... —hizo una pausa para después regalarle un guiño a Yoonji—, muy linda.

Yoonji rodo los ojos.

—No exageres —dijo Yoonji—, me veo como siempre.

—No, pequeña, te ves mucho, mucho mejor —Hoseok no pudo evitar tomar de la mano a Yoonji para después levantarla y hacer que ella diera una vuelta sobre su eje—, ¡demasiado linda!

Yoonji soltó una risa al escuchar de nuevo ese cumplido.

—Apuesto a que, si Jimin te viera, enloquecería —la sola mención de ese chico hizo que Yoonji sintiera como la bilis se le subía a la boca.

—¿É-él estudia aquí?

Hoseok sabía que Yoonji tenía temor a encontrarse de nuevo con ese idiota que le había hecho daño en secundaria, pero definitivamente Hoseok no permitiría que le volvieran a hacer daño a su amiga.

—Quiero decir que no, pero él si estudia aquí —Yoonji relamió sus labios levemente, demonios.

—Tal vez debería...

—Yoonji —ella miro a Hoseok—, no tienes por qué irte, sé que tal vez te gustaría cambiarte de universidad sólo por esto —él tenía razón, la sola idea le parecía la mejor opción.

—Pero, él...

—Que te valga un comino ese idiota, Yoonji —dijo Hoseok—, además, si intenta hacerte daño, no dudes en decírmelo, iré de inmediato y le daré una golpiza que nunca olvidará, ¿bien?

Yoonji no pudo evitar sonreír al escuchar a Hoseok.

—Gracias, Hobi —el mencionado al escuchar el apodo no pudo evitar sentirse sumamente encantado, pues reacciono sin más y atrajo a su cuerpo a Yoonji para brindarle un abrazo.

—¡Joder, te extrañe tanto, pequeña! —exclamo Hoseok mientras apretaba a Yoonji entre sus brazos sin hacerle daño.

Yoonji no pudo dejar de sonreír, al menos Hoseok haría de sus días universitarios menos pesados de lo que pensó.

Mientras ellos se quedaban encerrados en su burbuja llena de abrazos y risas, alguien más los miraba, Taehyung no era mucho de quedarse a mirar escenas cursis, pero ver a la chica linda que Jimin y él habían visto por casualidad en la universidad, solamente había atraído su atención totalmente.

Conocía al chico que estaba con ella, Jung Hoseok, estudiante de escritura creativa, ese chico siempre actuaba como el alma de la fiesta en todas partes, un chico animado, y con demasiada energía en su interior, nunca lo veían triste, y siempre decían que el chico se la pasaba animando a quienes no se sentían con ánimos, Hoseok es muy famoso en su facultad.

Pero Taehyung no comprendía la razón por la que Hoseok se veía tan cercano a aquella chica, jamás había visto a Hoseok abrazar a las demás personas, y ahora verlo tan cercano y empalagoso con ella... ¿acaso sería su novia?

Taehyung soltó una suave risa mientras negaba con la cabeza, eso era imposible, esa linda chica no saldría con ese tonto empalagoso, lo asegura, pero de todas formas tenía esa duda rondando por su cabeza, quizás hable con Jimin al respecto, pero después de clases, pues ahora mismo tenía una clase importante, y no debía de perderla, o sino el profesor lo haría resolver los ejercicios frente a la clase completa, como la última vez que llego tarde.