026
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DECLARATE
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Un tonto campamento. Eso pensaba Eunji mientras se dirigía hacia la escuela.
—¡No quiero ir!—exclamó mientras volvía a caminar a dirección contraria, mas Junjeon la sujetaba de la muñeca para que no escapara—¡Oppa!
—¡Debes de vivir!—gritó el mayor mientras jalaba a Eunji y el bolso donde estaba todas sus cosas para el campamento que había organizado toda la escuela.
—¡Pero estoy viva, Oppa!
—¡Apura que ya casi llegamos!
Eunji se siguió quejando durante todo el camino. Maldiciéndose el haber mencionado el bendito campamento cuando Nana y Junjeon estaban almorzando con ella. Madre e hijo habían estado de acuerdo con que sería bueno para ella pasar tiempo con sus compañeros de clase y no estar encerrada en su habitación.
—Anímate. Puedes relajarte y de paso declararte a ese chico que dijiste que te gustaba—animó el mayor.
—Si, claro. Como si fuera sencillo, Oppa—susurró malhumorada.
Hablar con Suho sobre sus sentimientos parecía un campo minado del cual no sabía por donde abordar primero. Hasta le había resultado más fácil hablar con Junjeon sobre ello.
—Eso significa que realmente te gusta—le dijo el universitario—. Esos nerviosos solo demuestran que lo que sientes por él es un hecho.
Eunji suspiró. Todo era más sencillo cuando los sentimientos no se mezclaban con las cosas.
La pelinegra lloró internamente cuando ingresaron a las canchas de la escuela donde sería el punto de reunión para todos los alumnos.
—Por favor, no deje que se escape y vuelva a casa. Quiero que disfrute un poco en el aire libre—dijo Junjeon a uno de los profesores, y justamente tenía que ser el subdirector.
—No se preocupe, joven. Tendré mis ojos bien puestos en la señorita Min.
—Muchas gracias—el chico hizo una reverencia—. Me tengo que retirar. Las clases de mi universidad están a punto de empezar—se despidió del docente para después girarse hacia Eunji—. Cuídate. Nos veremos en unos días.
—Tsk. Adiós, traidor.
Junjeon rio sin ofenderse. Alzó la mano, agitándola, y salió disparado hacia la salida para coger su autobús que lo llevara a la universidad.
—Aigoo, ¿quién era ese chico guapo, Min Eun?—Sooah y Jukyung se acercaron hacia ella—. Recuerdo haberlo visto también una vez recogiéndote—la castaña asintió, afirmando las palabras de la más baja—, ¿Es tu novio?
—¡Aigoo! ¡Claro que no!—soltó asqueada—Es como mi hermano. Me crie prácticamente con él.
—Oh, pues está muy guapo—soltó Sooah, para luego acercarse más a Jukyung y codearla—. ¿Por qué no sales con el hermano adoptivo de Eunji?
—¡Omo! ¡Pero qué cosas estás diciendo!—exclamó la castaña avergonzada.
Eunji agarró la mochila donde tenía su ropa y se la colgó en el hombro derecho, divertida por la conversación que mantenían sus dos amigas.
—Junjeon Oppa es complicado con sus gustos en chicas—soltó la pelinegra cuando vio que Jukyung ya no podía poner excusas para los planes de juntarla con el hermano de Eunji.
—Pero si Im Ju es bonita. ¡Es obvio que se fijaría en ella!
Eunji rio divertida mientras la castaña agachaba la cabeza ante la euforia de su amiga.
—Él no suele guiarse por las apariencias, Sooah—respondió Min, ocasionando que Jukyung alzara la cabeza y mostraran sus ojos brillantes de emoción. ¿Sería que hay hombres que no se fijan en el físico si no que ven más a allá?
—Bueno, si vamos por ahí, Im Ju todavía puede ganar. Nuestra amiga tiene un enorme corazón—soltó la más baja, haciendo un corazón grande con sus brazos.
—Tampoco me refiero a los sentimientos—Eunji hizo una mueca.
—¿Y entonces en que rayos se fija?—soltó con irritación Sooah, formando un lindo puchero con sus labios.
—En la inteligencia—murmuró despacio, viendo como a sus dos amigas le rodeaba un aire deprimente, sabiendo de antemano que la castaña no era alguien inteligente—. Les dije que era complicado con sus gustos—habló con dulzura, como si aquella muestra hiciera que volvieran a sus anteriores ánimos.
—Yah, pero que tipo de estándar de belleza es esa—murmuró Sooah mientras golpeaba débilmente a Eunji como si ella fuera la culpable.
—Créeme que ni yo lo comprendo—se quejó la pelinegra sin inmutarse ante los suaves golpecitos de su amiga—. No te desanimes, Jukyung—se dirigió a la castaña que tenía una mueca de tristeza—. Encontrarás a alguien que te ame tal y como eres y en un futuro.
—¿Cuánto tiempo se supone que va a tomar eso?—cuestionó con desgano la susodicha, ocasionando que Eunji acaricie el sedoso cabello castaño de la chica para animarla.
—Espero que dentro de unos tres o cuatro años.
—¡Yah! ¡Por qué le das malas vibras a mi Im Ju!—se quejó Sooah, causando que Eunji soltara una risita.
—No le estoy mandando mala suerte ni nada de eso. Solo que pienso que un hombre con una carrera ya hecha es mejor que un adolescente—se encogió de hombros.
—¿Por qué?—cuestionó Jukyung confundida.
—Los adolescentes tienden a ofrecer migajas.
—¡Yah! ¿¡Estás hablando de mi relación con mi Taehoon!?
—No no—se apresuró a decir la pelinegra—. ¿Por qué siempre tergiversas mis palabras?—se cruzó de brazos—. Y a lo que me refería era porque un hombre con trabajo puede ofrecerte más cosas.
—Tiene un buen punto—murmuró Jukyung hacia Sooah, quien no estaba de acuerdo con lo dicho por Eunji.
Eunji dejó que Sooah empezara una nueva discusión donde Jukyung agotaba sus energías para calmarla. Desde su posición distante, no pudo evitar sentir un pellizco en el corazón al ver cómo Soojin parecía alejarse de su círculo.
Sabía que la complicidad que habían compartido durante los últimos años, la cercanía y todo se desvanecería gradualmente conforme los días siguieran pasando. Aunque dolía, sabía que era un paso necesario.
Las miradas esquivas de Soojin, los gestos que solían intercambiar, todo eso ahora se había transformado en una especie de brecha silenciosa entre ellas.
Sentía la distancia en cada pequeño detalle. El dolor era inevitable, pero Eunji se recordaba a sí misma la razón detrás de esa decisión.
Se preparaba para confesar sus sentimientos a Suho, un paso que sabía que cambiaría la dinámica entre ella y Soojin. No quería hacer daño a su amiga, pero también anhelaba esa posibilidad con Suho.
Eunji carcajeó hasta entrar a la tienda de campaña junto a tres chicas de otra sección. Había estado un poco desilusionada cuando se dio cuenta que no había acabado junto a Jukyung y a Sooah. Pero después de ver que Soojin también había quedado en esa campaña, vio que la suerte estaba de su lado.
Y no la malinterpreten, no solo estaba aliviada de que no tenga que compartir momentos incomodos con Soojin en una carpa que a las justas y medía su cuarto. Sino que era más bien un alivio que las cosas acabaran de esa manera, pues estaba segura de que Soojin se distraería con lo revoltosa que era Sooah y con la ingenua que era Jukyung.
Eunji se alegraba que su amiga tuviera compañía.
Dejando aquel tema de lado, había uno que Eunji no podía sacarse de la cabeza, y eso era el hecho de confesarse de una vez por todas a Suho.
Estaba inmersa en el bullicio de la cena del campamento, compartiendo risas y anécdotas con sus compañeras de carpa mientras los destellos de la fogata danzaban en sus ojos. Sin embargo, su atención se desviaba constantemente hacia Suho, quien se encontraba en otro extremo del lugar, participando en una conversación con algunos chicos de su clase.
Misteriosamente, parecía que Suho había hecho algún tipo de amistad con Taehoon. Y eso le alegraba, porque poco a poco Suho parecía abrirse nuevamente a la amistad.
Cada vez que sus miradas se cruzaban, a veces por casualidad u otras veces porque no podían apartar la mirada del otro, un destello de determinación se reflejaba en los ojos de Eunji. A pesar del nudo en su estómago y los latidos acelerados de su corazón, se sentía lista para abordar la conversación que tanto tiempo había pospuesto.
Entre el vaivén de las risas y las historias compartidas, Eunji se sentía como si estuviera separada por una distancia insalvable de donde se encontraba Suho. Pero se repetía a sí misma que este era el momento, el lugar perfecto para expresar lo que había mantenido en silencio por tanto tiempo y del cual había tratado de huir.
Tomando pequeños sorbos de valor, decidió acercarse.
Se levantó con la resolución dibujada en su rostro y se dirigió hacia donde estaba Suho. Cada paso que daba se sentía como un viaje eterno, pero su determinación se fortalecía con cada uno de ellos. Estaba decidida a compartir sus sentimientos, a abrirse por completo y dejar su corazón al descubierto.
Sin embargo, Seojun se interpuso en el camino, y como si supiera lo que iba a hacer, la agarró de la muñeca para alejarla del círculo de hombres que conversaban.
—Suéltame—susurró la chica para no llamar la atención de los demás—. Te he dicho que me sueltes—forcejeó con él.
—Estoy tratando de que comentas una tontería.
Eunji soltó un bufido, malhumorada.
—Suéltame antes de que pierda el coraje.
—No te dejaré ir con él.
—Gritaré—amenazó.
—Inténtalo si quieres. Porque te cargaré como bolsa de papas y te esconderé en el bosque.
Eunji lo desafió con la mirada mientras era arrastrada hacia un lugar apartado, preparándose para gritar lo más fuerte posible. No obstante, no tuvo que llegar hasta esos extremos cuando sintió un agarré en su otra muñeca, la cual se encontraba libre.
—Suéltala—soltó Suho, intercambiando miradas serias con Seojun.
—Apártate, idiota—le dijo el chico de argollas, sin inmutarse ante la mirada fría del pelinegro.
—Seojun, vete—ordenó Eunji mientras trataba de salir de su agarre y acercarse a Suho—. Si esto no acaba bien, asumiré toda la culpa.
—Lloraras—le advirtió el azabache.
—Pero al menos lo habré intentado.
Suho intercaló mirada entre ambos sin comprender la conversación. Solo había ido al rescate de Eunji cuando vio que Seojun paria arrastrar hacia el interior del bosque, casi logrando su objetivo, porque estaban a inicios del bosque.
—Haz lo que quieras—Seojun soltó la muñeca de Eunji con el entrecejo fruncido por el enojo—. Me reiré si esto—señaló a la pelinegra y a Suho—acaba mal.
—Bien, ahora vete, tonto—resopló la chica, seguidamente soltó un suspiro de alivio cuando de su visión desapareció Seojun.
—No entiendo lo que hablaba—soltó Suho hacia la pelinegra—. Lo que hablaban—se corrigió.
—Verás...—Eunji se rascó la nuca con nerviosismo—es que tenía cosas que decirte que Seojun no estaba de acuerdo.
Suho arrugo su entrecejo sin comprender.
—¿Qué querías decime?—preguntó curioso.
Suho pudo percibir como las manos de Eunji empezaron a temblar gracias a que no había dejado de agarrar la muñeca de la chica.
—Dime—insistió.
Solo suéltalo. Dile lo que sientes.
—Yo...—se detuvo para carraspear y aclarar su garganta—. Creo que es demasiado tarde, Suho—el chico ladeó la cabeza sin comprender, mientras Eunji reunía valor para coger la mano del pelinegro y llevarlo hacia su pecho, donde su corazón latía sin freno alguno—, te quiero tanto. Lo puedes sentir. Tanto así que he decidido no luchar contra ello—Eunji pasó saliva ante la mirada sorprendida del pelinegro—. Y no me importa que tan difícil sea todo, quiero quedarme a tu lado sin importar cuando tenga que doler.
El silencio los rodeo al mismo tiempo que el rostro de Eunji enrojecía. Y Suho solo podía pensar en lo bonita y tierna que se veía.
—Habla. Di algo—dijo con suplica la chica.
—Es que...—Suho acarició con delicadeza la mejilla de Eunji—. Eres hermosa.
—¿Solo dirás eso?
—Y que también me gustaría quedarme a tu lado... por siempre.
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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚
¡Bastaaaaaa! ¡Ahora si, ahora si!
Tenemos a la pareja ♡ estamos en una nueva etapa de este fanfic
Pero hablemos de la declaración de Eunji. Si una persona me dedica esas palabras, yo me caso
Aunque también tendría que decirle que el amor no siempre tiene que doler (por la última parte de la confesión)
Por cierto, últimamente me han dado ganas de escribir un fanfic de Suho criando un bebé con una chica. ¿Les gustaría?
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Este capítulo está dedicado a MillarayMillapani8
Gracias por comentar y votar en mi historia, linda ❤️
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