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ARRINCONADOS
EN EL BAÑO
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         Estaba jodida. Muy jodida.

          Eunji se hallaba al costado de Jukyung para estar lo más lejos posible del pelinegro, dejando a la castaña en medio de ambos. Al menos quería estar lo suficiente alejada de Suho durante la próxima hora que harían el trabajo integrador de química.

         La castaña se encontraba incómoda. No era demasiada tonta como para no sentir la tensión que tenían Suho y Eunji. Haría lo posible para terminar de manera rápida el trabajo y huir del departamento del chico lo más antes posible.

         —Iré al baño—Jukyung vio como Eunji se paró del suelo y desapareció entre los pasillos. Supuso que para la pelinegra no era la primera vez en el departamento de Suho al conocer donde se encontraba el baño sin preguntar al dueño.

         —Quedate aquí. Ire a mi habitación.

         —¿Eh?—Suho desapareció por el mismo lugar por donde Eunji había desparecido, dejándola sola en la sala con la laptop enfrente—¿Qué está sucediendo?

        Eunji salió del baño con normalidad. Iba alisando su camisa para quitar las arrugas que no se dio cuenta que Suho se encontraba delante suyo.

          Soltó un chillido cuando fue empujada nuevamente hacia el interior del baño, el cual fue cortado de inmediato por la mano del chico.

          —¿Por qué?—cuestiona el pelinegro mientras pega sus cuerpos y ella no tiene más remedio que sostenerse del lava manos para encontrar un poco de equilibrio—¿Por qué me vuelves loco?

          —Suho, apártate—dice Eunji a duras penas. Estar demasiado cerca de él la afecta.

          —No quiero—la cabeza de Suho cae en el hueco del cuello de la pelinegra. Eunji se tensa cuando el aliento caliente de Suho choca contra su piel expuesta.

         —Apártate—ordena de nuevo, pero pierde fuerza cuando sus ojos se cruzan con los de Suho.

          —Volvamos a ser lo que éramos antes—pide el chico, apretando para que sus cuerpos se friccionen.

         La llama ardiente de Eunji se prende cuando su intimidad choca con el centro de Suho. De sus labios sale un suspiro y se golpea mentalmente al escucharlo muy satisfactorio.

         No tiene tiempo ni para soltar una palabrota cuando los labios de Suho se posan en ella de manera ansiosa. Suelta un gemido que es amortiguado por la boca del pelinegro cuando siente una mano externa en su centro. Suho aprovecha eso para meter la lengua dentro de la cavidad bucal de Eunji.

         ¿Dónde diablos está el chico tímido que conocí?

         La cogió como si nada de los muslos y la apoyó en el lavado.

         —Jukyung está afuera—consigue decir cuando Suho se separa un poco de ella para acomodarse.

         —No vendrá—la besó nuevamente, lamiendo la boca de Eunji de un modo que resultaba pecaminoso.

         La chica tiene que encontrar muy en el fondo de su ser un poco de voluntad para poner sus manos en el pecho de Suho y alejarlo.

         —No lo hagas más difícil—suelta, lo suficiente avergonzada como para no levantar la mirada.

         —Estaría dispuesto a arrodillarme por ti aquí mismo. Subir una de tus piernas por encima de mi hombre y llevarte al cielo. Estoy seguro de que podría hacerlo bien para ti—dice desesperado. Sus ojos negros se oscurecieron, como si aquello fuera posible, con la promesa, y Eunji toma una boconada de aire sorprendida.

         Hazlo, quiere decirle. Pero justo en el momento que iba a abrir sus labios, su celular vibró en su estómago, pidiendo ser sacado de su falda para que atendiera la llamada.

         Fue suficiente con ver el nombre del remitente para que su mente volviera en sí y dejara de pensar en sexo. Alejó a Suho de ella para bajarse del lavamanos y salir del baño.

         —¡Eunji!—la llamó el chico, pero ella no se detuvo hasta llegar a la sala. Ahí Jukyung se encontraba sentada con el cuerpo rígido y con el rostro sonrojado. Eunji supuso que no supo quedarse quieta y fue a curiosear—¿A dónde vas?—no le contestó y siguió guardando sus cosas—Eunji—la cogió del brazo cuando se paró y se dirigió hacia la salida.

         —Me tengo que ir—fue lo que dijo antes de deshacerse del agarre—. Envíenme el trabajo hasta donde puedan, yo lo terminaré.

         —Podemos reunirnos de nuevo—planteó de inmediato Suho.

         —Tengo cosas que hacer esta semana. Cualquier cosa que Jukyung me llame.

         —¿Eh?—la castaña volvió en sí cuando escuchó su nombre en la discusión, pero no tuvo tiempo para decir algo cuando Eunji salió del departamento y detrás de ella salía Suho.

         —No me sigas, Suho—le ordenó, pero el chico hizo caso omiso a su pedido.

         —¿A dónde vas?

         —No te importa—pidió un taxi y se subió en este para perder de vista al pelinegro. Cuando el carro arrancó, su corazón y otra cosa más seguía palpitando con fuerza.

        Cuando llegó a su destino, se encontró con Junjeon en una cafetería. El hijo de Nana se encargó de hablar la mayor parte del tiempo sobre sus experiencias en la universidad.

         —¿Todo bien, Eunij?—le preguntó el chico cuando la encontró perdida en sus pensamientos—Creo que te estoy aburriendo con mis historias.

         —¡Omo! ¡No es eso, Oppa!—se disculpó inmediatamente antes de suspirar y alejar la bebida fría de ella—Es solo que tengo muchas cosas en la cabeza que me distraigo muy rápido.

         Claramente no podía decir que había estado a punto de caer en la seducción de Suho y que gran parte de sus pensamientos se debía a ellos. Agradecía al universo entero cuando la llamada de Junjeon interrumpió el momento.

         —¿Está sucediendo algo malo en tu colegio?—Eunji negó.

         —No puedo sacarme de la cabeza un trabajo que no has dejado la profesora de química.

         —Aigoo, y yo aquí quitándote tiempo. Lo siento, Eunji.

         —¡Oppa!—rio la pelinegra—No me está quitando nada de tiempo. Después de todo ha pasado meses desde que no nos hemos visto.

         Para Eunjin, Junjeon era el hermano mayor que no pudo tener. Le agradaba cuando el susodicho se alegraba cuando le mostraba el boletín de notas. Le agradaba cuando él se preocupaba por ella muchas más que sus padres. Él era el tipo de persona que quería hacerlo sentir orgulloso.

         —¿Y ya llegó algún chico que ablandó ese corazón frio?—Eunji hizo una mueca—Ya veo que sí.

         —Es tedioso—renegó la chica—. Por culpa de él me distraigo muy rápido.

         —Aigoo, ya veo que no es solo el trabajo de química que te tiene volando por las nubes.

         La pelinegra tapó su rostro con una mano al tener la mirada divertida de Junjeon sobre ella.

         —Deberías darle una oportunidad al chico.

         —No quiero darle ninguna posibilidad al amor.

         —Aigoo. Ya te he dicho que tienes que trabajar en tu concepto del amor.

         —Bueno, tampoco es como que haya crecido en un ambiente donde el amor era el más dulce de todo—blanqueó los ojos, asqueada con tan solo recordar la ridícula figura de sus padres.

         Junjeon suspiró por lo bajo. Había crecido en la casa de Eunji desde los 15 años que le permitieron residir allí. Conocía mejor que nadie de que pie cojeaban los padres de la chica, entendía perfectamente porque Eunji no soportaba la idea del amor rondando por ella.

         —El amor no es casi siempre sufrimiento, Eunji.

         —Mmm, que raro Oppa. Recuerdo claramente haberte visto llorar por una chica.

         —¡Ya! ¡Eso era totalmente diferente!—el sonrojo en el chico hizo reír a la pelinegra.

         —Si usted lo dice.

         —Aigoo, además no estamos hablando de mí. Estamos hablando de ti y mi mejor consejo es que le des una oportunidad al chico que ocupa gran parte de tus pensamientos. ¿Prometes que lo intentaras hacer?

         Eunji suspiró antes de responder con mala cara.

         —Bien.

         Eunji se encontraba en medio de su clase, copiando los apuntes que le había dado Soojin, cuando su teléfono sonó repentinamente con una llamada entrante. Sorprendida y preocupada por la interrupción, miró su celular y vio el nombre de un hombre que trabajaba con su madre.

         La ansiedad se apoderó de ella mientras respondía la llamada. No era normal que aquel hombre la llamara, porque solo significaba una cosa, problemas.

         —¿Hola? ¿Qué sucede?—preguntó con voz temblorosa, tratando de entender la razón de la llamada en medio de la clase.

         El hombre, con una expresión seria y preocupada en su voz, le informó que su madre había sido hospitalizada y que era necesario que Eunji estuviera allí de inmediato. Las palabras resonaron en los oídos de Eunji como un eco lejano, y un nudo en la garganta comenzó a apretar sus palabras.

         —¿Qué le pasó a mi mamá?—preguntó Eunji, su mente llenándose de temores y preguntas. No se dio cuenta que había elevado la voz y que Soojin se había acercado a ella al verla alterada.

         El hombre explicó que su madre había tenido un problema de salud inesperado y que necesitaba atención médica de inmediato. Eunji, con lágrimas en los ojos y el corazón latiendo con fuerza, se levantó de su asiento en medio de la clase y comenzó a empacar apresuradamente sus cosas.

         Eunji no se dio cuenta que Suho se levantó de su asiento cuando ella también lo hizo. No pudo ver la confusión en el rostro de Seojun ni tampoco la mirada de Jukyung que pasaba de ella al pelinegro.

         Sus compañeros de clase la miraron con preocupación mientras ella intentaba explicar la situación de manera apresurada. Con el apoyo del profesor Han, Eunji abandonó la clase y se dirigió al hospital con el hombre que la había recogido.

         Mientras viajaban hacia el hospital, los pensamientos de Eunji estaban llenos de ansiedad y preocupación por el estado de su madre. No sabía exactamente qué había sucedido, pero estaba decidida a llegar lo más rápido posible para estar a su lado y brindarle apoyo.

         Esta repentina interrupción en su día a día la llevó a una montaña rusa de emociones, desde el miedo y la incertidumbre hasta la esperanza de que su madre se recuperara pronto. Lo único que Eunji sabía con certeza en ese momento era que su mundo se había vuelto incierto, y estaba dispuesta a enfrentarlo con valentía por el bienestar de su madre.

         Porque, aunque nada le estuviera yendo como ella quería, debía afrontarlo y no doblegarse.

         Al menos deseaba que su padre tuviera la decencia de ir al hospital para acompañar a su madre.

         Pero como ya había dicho antes: Nada saliendo como ella quería.

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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
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Eunji por favor escucha las sabías palabras de tu hermano "adoptivo"
Junjeon es sabio cuando te dice que le des una oportunidad al amor ♡

En fin, esperemos que Junjeon haga recapacitar a nuestra querida protagonista.

Y ahora hablemos de la señora Choi :(
Esperemos a que no sea tan grave lo que le suceda 😔

Bueno, eso es todo. Espero que hayan disfrutado del capítulo ♡

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Este capítulo está dedicado a brisasxx

Gracias por comentar y votar en mi historia, linda ♡

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