─ 𝗰𝗶𝗴𝗮𝗿𝗲𝘁𝘁𝗲𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝘀𝗲𝗱𝘂𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
ACT 04
‧₊˚ ୨ ★ ୧ ˚₊‧
A pesar de lo raro que se sintió al principio todo fue transcurriendo en normalidad, pudimos compartir varias cosas entre todos. Pero el chico de rastas nunca se quitó de mi lado, parecía un piojo pegado.
Nunca quise ser algo desubicada y por ello intenté ser lo más respetuosa al pedirle que dejará de invadir mi espacio personal. Muchas veces no lo entendió, y otras si, pero por muy poco tiempo ya que volvía a lo mismo.
Esa noche volví a casa más feliz de lo normal, sin dejar de pensar que pronto tendré un tipo de reconocimiento por mi talento... Que dejaré de trabajar en ese feo bar de borrachos.
Cerré lo ojos lentamente... Imaginé todo lo que siempre quise y que tal vez no muy lejos ya lo voy a cumplir. Me dormí con emoción, entusiasmada por ya grabar con la banda.
[...]
Estamos todos en el estudio, ensayando la nueva canción. Todos nos miramos nerviosos, seguramente porque nunca antes habían tenido a otra persona como vocalista y eso se entendía perfectamente.
— Bueno chicos, vamos del comienzo otra vez — expresó Bill con una leve sonrisa ya cansada.
Comenzamos con la primera canción que compusimos con el chico de cabello negro.
— 1...2...3 — dió la orden y nos mezclamos rápidamente cordinando nuestras partes. Comenzó a sonar mucho mejor de lo que pensé.
En todo momento sentí una pesada mirada sobre mi cuerpo y persona, se trataba del chico de rastas. Era bastante incómodo... Ni siquiera al ensayar quitaba su mirada sobre mi.
Ya al terminar la primera canción, nos volvimos a mirar solo que está vez con una sonrisa satisfecha porque salió bastante bien.
— ¡Carajo, Mindy. Tienes una voz hermosa! — se acercó el chico de rastas con una sonrisa ladina.
— Si... Gracias — respondí alejándome un poco.
— Hermano, déjala tranquila la estás asustando — el más bajito y rubio le habló haciendo que los demás se rieran.
Esté solo rodó sus ojos y finalmente si se alejó, fue directamente hasta su puesto inicial jugando con su guitarra.
— Yo estoy de acuerdo con Tom, tienes una voz increíble. ¿Desde cuándo cantas? — el de greñas castañas dijo con curiosidad.
— Desde los cuatro años... — sonreí leve por sus cumplidos.
— Técnicamente igual que Bill, cuando cantan se sienten como si fuesen uno solo. Me gusta eso — volvió hablar el castaño con una sonrisa ida.
— Si, conectamos bien — el nombrado se acercó abrazándome de los hombros.
Sonreí nerviosa por su acto tan cercano, pero también supuse que es así por esencia, tan afectivo y dulce con todos.
— En fin, vamos con la otra canción — dijo con emoción alejándose de mi, volviendo a su lugar tomando su micrófono.
"If you're lost you can look
And you will find me, time after time
If you fall, I will catch you
I'll be waiting, time after time
After my picture fades
And darkness has turned to grey
Watching through windows
You're wondering if I'm ok
Secrets stolen from deep inside
The drum beats out of time"
(Si estás perdido, puedes mirar
Y me encontrarás, una y otra vez
Si te caes, te atraparé
Y Estaré esperando, una y otra vez
Después de que mi imagen se desvanezca
Y la oscuridad se haya vuelto gris
Mirando a través de las ventanas
Te preguntas si estoy bien
Secretos robados desde lo más profundo
El tambor late fuera de tiempo)
Nos miramos directamente a los ojos con el último verso. Volvimos a sonreírnos. Cada vez que cantamos juntos... Puedo sentirlo, lo siento a él
— Fue muy...
— Perfecto... — finalizó lo que yo iba a decir para luego soltar un suspiro algo ahogado.
— Yo... Iré afuera un segundo, necesito algo de aire — deje el micrófono en la mesita frente a nosotros, los mire por última vez y ellos asintieron con dudas, salí rápidamente.
La noche estaba estrellada, y bastante fría para encontrarnos en primavera. Miré el cielo atentamente con una sonrisa... Termine soltando un pequeño suspiro.
Saqué de mi bolsillo trasero un cigarrillo con el encendedor que traía en casos de emergencia. Lo encendí sosteniendo lo entre mi boca y lo prendí.
Aspire un poco de el reteniendo el humo en mi boca y lo solté lentamente luego de unos segundos. Estaba perdida en mis pensamientos, solo fumaba cuando me encontraba en momentos donde no comprendía mis emociones. Esto me frustraba mucho.
Seguido de ello una presencia hizo salirme del pequeño viaje astral que me encontraba teniendo mientras admiraba las estrellas. Era Bill, me sonrió dulcemente apoyándose en la pared a un lado mío.
— ¿Me das fuego? — pregunto mientras sacaba un cigarro de su bolsillo.
Simplemente asentí sin dejar de observarlo, este dejó el cigarro en su boca y se acercó a mi persona yo llevé el encendedor hasta su cigarro y lo prendí. Estábamos tan cerca.
Me dió las gracias con un gesto facial, aspiro del cigarrillo y expulsó el humo luego de unos segundos. Su mirada se posó en mi, la sentía... Por ello lo mire encontrándome con su mirada intensa pero suave a la vez.
— ¿Que ocurre por esa cabecita, Mindy?... — levanto una de sus cejas ladeando un poco su cabeza, aspiró del cigarro.
— Nada... Solo me perdí un poco, quería pensar... — no apartamos la mirada a menos que fuese para botar el humo de nuestras bocas.
Seguramente yo era la loca en esos momentos, pero yo sentía un tipo de tensión entre nosotros dos, algo más que solo "socios"... Algo más que compañeros de trabajo, ¿Me estaba volviendo loca? O sea quien no, si tenía al mismísimo Bill Kaulitz frente a mis ojos.
— ¿También fumas cuando no tienes los pensamientos ordenados? — lo miré dudosa, tal vez teníamos algo en común.
— La verdad es que es algo así... — quedé unos segundos en silencio y volví hablar— También lo haces por eso... — asintió leve.
— Te quiero confesar algo, ¿Puedo? — levanté mis cejas en aprobación— Me siento bien cuando canto contigo, me gusta.
— También me gusta cuando cantamos juntos, se siente bien... — le sonreí leve, mire hacía un lado para expulsar el humo de mi boca.
— Es verdad, se siente bien, Mindy — esbozó una sonrisa ladina aspirando de su cigarro.
Solté un suspiro algo ahogado mirando a Bill con determinación, sus facciones, sus ojos, su perfecta nariz y por último sus labios que se tornaron un color carmesí por el frío.
— ¿Quieres entrar? Sinceramente no quería dejarte aquí sola en medio de la noche, hay muchos hombres malos por las calles secuestrando a bellas señoritas como tú — sonrió un poco divertido dejando el cigarro entre sus labios.
Reí un poco nerviosa ante su comentario, lo mire reposando mi cabeza de un solo lado sobre la pared. Este copió mi acción ninguno de los dos se dispuso hablar, solo miradas.
Y por ahí dicen que una mirada dice más que mil palabras, ahora mismo tal vez así era lo que ocurría entre nosotros. Baje la mirada hasta sus labios, no pude evitar no hacerlo...
Él se acercó un poco más a mi persona con lentitud, quedamos cerca uno del otro y quitó el cigarrillo de sus labios tirando este al suelo y así pisarlo un poco para apagarlo.
Volvió a su compostura anterior quitando con suavidad el cigarro de mis labios.
— ¿Quiere besarme, señorita Kleare?...
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- Holaa, espero este capítulo nuevo les guste mucho. Siendo que estuvo un tanto aburrido. Voy a mejorar por ustedes, para que les guste más mis historias. ¡Les quiero mucho! XO.
— zaam.
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