ACT 10
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Pov's Bill

Nuestro primer beso, ¿Acaso se sintió como quería y anhelaba? Fue mucho mejor de lo que esperaba, fue algo que quería volver a repetir todas las veces que fuesen necesarias... Pero algo dentro de mi no me permitía ni siquiera poder dirigirle la palabra, estaba tan atormentando e inseguro de mi mismo.

Mindy fue una de las primeras chicas que me cautivo con solo escucharla y verla una vez, tan solo eso bastó para hacerme caer completamente a sus pies. Me acerqué a ella porque sabía que tenía un gran talento, lo hice para los demás pudieran ver su brillo porque los borrachos del bar no eran el mejor público sinceramente, apartando a mi, claro.

— Hermano, ¿Por qué estás tan raro con Mindy?... Recién la vi irse del estudio bastante triste — levanto una ceja esperando que le respondiera.

— Nada, no es nada, Tom — le di una sonrisa forzada intentando no darle tanta importancia al tema— Debemos ver qué haremos con lo de mañana, la sesión de fotos.

— No cambies el tema... Se que pasó algo entre ustedes están cada vez más raritos, arreglen sus cosas porque no me gusta trabajar con gente con problemas amorosos, así que habla.

— La besé.

— ¿Bill Kaulitz dió el primer pasó? ¿Esto es un sueño? Alguien que me pellizque — la burla no le duró mucho cuando acepte esa oferta y pellizque su brazo— ¡No tenías porqué hacerlo!

— Tú lo dijiste, yo lo hice — sonreí divertido.

— Sigamos con lo de Mindy...

— No eres el mejor candidato para hablar sobre estas cosas — quería escaparme a toda costa— Sigamos con lo de las fotos.

— Ve por ella, hoy tiene la apertura de su primer concierto en solitario... Hazlo si no quieres perderla — sus palabras salieron tan naturales que de alguna manera me hicieron dudar de si era mi hermano— No le cuentes a nadie esto, porque mi reputación se irá a la quiebra.

— No diré nada — sonreí leve y tomé mi chaqueta— Gracias por esto, tal vez sin ti ni siquiera se me hubiese quitado está tonta cobardía.

Salí por ella, corrí lo mas rápido posible para llegar a la primera florería que encontrará.

Entre al lugar y mis fosas nasales se llenaron de un agradable aroma a flores preciosas. Sonreí leve cuando ví a una señora atendiendo.

— ¿En qué puedo ayudarlo, joven? — me regaló una dulce sonrisa.

— Ehm, necesito unas flores... — rasqué mi cabeza un poco nervioso, no sabía mucho de ellas.

— ¿Quiere una en especial?

— La verdad no sé mucho de flores... Entonces no sabría cuál es la indicada... ¿Me podría recomendar alguna? — respondí mirándola un poco nervioso.

— ¿Son para alguien en especial?...

— Si, son... Son para la chica que estoy enamorado... — las palabras salieron por si solas, mis mejillas se volvieron rojas al procesar lo que recién salió de mi boca con tanta naturalidad.

— Que niño tan lindo — sonrió dulce— Aquí tengo las más hermosas para tu chica, le van a gustar demasido... Más aún cuando sepa el significado de ellas — se acercó a unas exóticas flores sacando un ramo de ellas.

Me quedé anonado mirando toda la belleza que estás irradiaba, y solo pude pensar en ella... Porque eran iguales de hermosas que Kleare... Mi Kleare.

— Gracias, señora... ¿Me podría decir el nombre de estás lindas flores?

— Son camelias rojas... A ella le van a fascinar, tenlo por seguro.

— Tengo un presentimiento que así será...

﹙٫﹚

Finalmente terminé allí en medio de todo el público, intentando pasar desapercibido por los fanáticos. Intenté llegar a la primera fila solo para ser visto por ella, sonreí emocionado el verla subir al escenario con su hermoso cabello rojizo que caía por sus hombros y esa linda chasquilla que recientemente se había hecho, le quedaba perfecta.

Se formó una sonrisa dulce mostrando sus hoyuelos que le hacían ver de una forma tan preciosa, me quedé helado cuando comenzó a sonar la melodía de esa canción. La canción que una vez le escuché tararear en nuestros momentos de incomodidad y silencio. Se veía tan triste cada vez que salían algunas palabras casi inaudibles para mi, pero lo sentía desde lejos que emitían algún tipo de dolor amoroso... Posiblemente por mi culpa. Suspiré nostálgico sin dejar de admirarla mientras tenía sus ojos cerrados y tocaba perfectamente su guitarra.

Hasta que por fin los abrió y nuestras miradas se conectaron, tan solo éramos ella y yo en medio de una multitud desconocida. Sus preciosos y bellos ojos color miel brillaban y esa nostálgica sonrisa se transformaba en una dulce llena de alegría. Mi corazón latía con brusquedad por ella...

Corrí hasta detrás del telón para recibirla, la acogí en un protector abrazo dándole de mi calor. Le entregué las bellas flores que tenían la similitud con ella y confesé mis sentimientos de la manera más suave.

— Concédeme mi deseo de ser tuyo, Kleare...

Sus rojizos labios comenzaron a temblar por si solos, sus pupilas estaban más dilatadas y sus manos estaban algo inquietas. Mordió su labio con nervios sin quitarme la mirada.

Hasta que finalmente se movió acariciando mi mejilla izquierda con una suave sonrisa quitando con rapidez todos los nervios que pude tener acumulados por el miedo e inseguridad.

Se alejó levemente dándome una mirada reconfortante.

— Solo espérame, voy y vuelvo.

Asentí con lentitud mirando cada una de sus acciones, corrió hasta los vestidores y volvió tan rápido como pudo con un hilo de cuerina. Me sonrió y sacó algo más, la púa de su guitarra con una pequeña navaja. La abrió y comenzó a rayar de la pequeña pieza triangular. Sin saber aún de qué se trataba intento ocultarlo de mi vista. Hizo un pequeño hoyo en la superficie de arriba quedando justo en el centro para pasar el hilo de cuerina y finalmente mostrarlo.

— Bill y Mindy... Eso significan las iniciales.

Mordí mis labios nervioso por mis emociones que eran difícil de descifrar, pero tenía muy en claro lo emocionado que me encontraba.

— Ahora serás mío y yo tuya, mi dulce Bill... — susurró leve con esa sonrisa encantadora.

Levanté mi cabello con una mano para dejar que ella atara el collar hecho con sus manos por mi cuello. Era más que hermoso y mucho más que perfecto, simplemente era único. Y eso me hacía sentir único para Kleare.

— Vámonos de aquí... — dije apenas ella terminó por amarrar el collar.

— Vámonos.

Tomé una de sus frías manos y salimos de ese lugar, sin dar aviso a nada ni nadie. Corrimos por las calles dejando ir nuestra adrenalina del momento, hasta sentirnos cansados al punto de sentir muestro pecho apretado por el aumento de nuestro ritmo cardíaco.

Me detuve en seco por el cansancio que inundaba todo mi cuerpo, la adrenalina se estaba desvaneciendo. Y eso le hizo tropezar a mis brazos quedando tan cerca uno de del otro, dando esa prometedora cercanía a nuestros labios tan rojos y helados por el frío que se asomaba por la noche de otoño.

Pero ese frío en nuestros cuerpos, en nuestros labios ya no duraría mucho. Agarré su cintura y tomé con suavidad su mejilla, la acerqué hasta hacer chocar con suavidad nuestros labios. Su frío llenó mis labios helados, sus brazos se enrollaron en mi cuello haciendo que estuviésemos más cerca para darnos ese calor que necesitabamos.

Un dulce y apasionado beso se estaba transformando cada vez más caliente para nuestros cuerpos. Apretaba cada vez un poco más su cintura y acariciaba su suave mejilla haciendo que entrara en calor. Mis labios se movían lento al igual que los suyos los cuales encajaban a la perfección.

Tan solo por culpa del aire nos alejamos.

— Bill, quiero que sepas que te quiero en mi vida, sólo quédate...

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- Sinceramente escribiendo este capítulo me emocioné mucho,
cada vez me pongo más delulu y quiero a Bill como novio. TT
Les quiero muucho, y espero
este cap lo disfruten tanto o
más que yo. XO

— zaam.