─ 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮𝗰𝘁
ACT 02
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— Ya no es necesario ningún tipo de presentaciones, ¿Quieres saber algo en particular? — expresó mirándome de reojo entregando me mi capuchino caliente.
— Aún es mucho por procesar. Aunque... — quedé pensativa por unos instantes— ¿Por qué yo?
— Ni yo lo tengo claro aun porqué tú, pero se me a sido complicado sacar tu voz de mi mente — nos sentamos en una mesa para dos, tomó un sorbo de su café— ¿Algo más que quieras saber?
— Como llegaste a ese feo lugar, es repugnante — intente permanecer mi mirada fija en la suya.
— Historia larga... — miró a un punto fijo unos segundos— Muy largo para contar, solo llegue un día para emborracharme a más no poder y allí saliste tú a cantar esa canción que no he podido olvidar.
— Es demasiado para mi recibir cumplidos de un famoso, quiero mantenerme al margen — mis dedos jugaban con el vaso de capuchino— ¿Cuál fue la que llamó tu atención?
— Déjame cantarla un poco — quedó pensativo viendo por dónde comenzaría.
— “Fade into you
Strange you never knew
Fade into you
I think it's strange you never knew
A stranger's light comes on slowly
A stranger's heart without a home
You put your hands into your head
And then smiles cover your heart”
(Desvaneciéndose dentro de ti
Es extraño que nunca lo supieras
Desvanecerse en ti
Creo que es extraño que nunca lo supieras
La luz de un extraño se enciende lentamente
El corazón de un extraño sin hogar
Te pones las manos sobre tu cabeza
Y luego sonrisas cubren tu corazón)

Lo observé con dedicación escuchando su preciosa voz resonar en mis oídos... El cerraba sus ojos al compás del ritmo, mostraba su admiración a la canción, la sentía de una manera que pude llegar a pensar que se sentía identificado con ella o estaba hecha para él...
— Fade Into You... — susurré de manera audible, el me miró con una sonrisa algo perdida.
— Si, esa... — nuevamente quedó perdido en sus pensamientos— Quiero trabajar contigo, Kleare... No quiero perder una voz tan increíble. ¿Te gustaría trabajar conmigo?
— No puedo pensarlo mucho, es una gran oportunidad... — miré mi café unos segundos pensativa— Déjame hablarlo con mi manager.
— Entendido. Cuando tengas una respuesta, aquí está mi número — guiñó un ojo y dejo la tarjeta sobre la mesa— Por ahora tendré que dejarte, tengo unas cosas pendientes por hacer. Nos vemos pronto, señorita Kleare.
— Si, nos vemos... — le agradecí mientras veía como se iba alejando hasta salir del local.
¿Esto realmente había ocurrido? Uno de mis tantos sueños se estaba haciendo realidad y no quería desperdiciarlo. Algo cliché cosa que no puedo evitar no pensar en lo mucho que me estaba comenzando a gustar. Puede que mi vida se vuelva un tanto así.
Termine el último sorbo de mi capuchino, salí de aquel lugar impregnado por el delicioso olor a café puro para caminar por las lindas calles de Alemania en otoño. Admire absolutamente todo mi trayecto como siempre, hasta encontrarme ya en mi edificio. No sin antes llamar a mi queridísimo amigo Dan.
“— ¿BILL KAULITZ QUIERE TRABAJAR CONTIGO? — sus gritos exagerados sonaban al otro lado de la línea telefónica— ¿Cómo paso? Cuéntame todo”
“— Venía saliendo del bar, cómo todos los días y se me cayeron las llaves de mi apartamento, el las recogió, me las dió dulcemente... Después me invitó un café, me dijo que le gustaba mi música y pues después que quería trabajar conmigo... Y le dije que tenía que hablarlo contigo...”
“— ¡Pero, Mindy, debes decirle que si! ¡Dile ahora ya que si vas a trabajar con él! — nuevamente sus gritos invadieron mis oídos”
“— Seguramente lo llamaré mañana... No quiero que me vea como una apresurada luego de decirle que hablaría contigo, eso no se vería profesional...”
“ — No hables tonterías, apenas puedas lo llamas y le dices que quieres que trabajen juntos — su voz chillona se encontraba un poco menos gritona”.
“— Está bien, Dan. Luego lo llamaré...”
“— Pero lo haces, porque sino yo mismo iré hasta tu apartamento para que le llames — dijo en tono amenazante— Bueno, linda, nos vemos mañana”
“— Sisi, nos vemos mañana”
Finalice la llamada, guarde mi celular y entre al apartamento dejando mis cosas en una mesita. Fui en dirección a mi cama para acostarme en ella, miré detenidamente el techo del cuarto, mire las lindas estrellas que alumbraban la habitación. Sonreí.
Las estrellas eran la cosa más hermosa que podría observar, tal vez por eso estudié astronomía, amo el cielo, el espacio y todo lo que se encuentra allí arriba. Por ello escribo sobre ellas y también por ellas, la mayoría de las veces.
Miré mi celular viendo el contacto de Bill Kaulitz, comencé a debatir en mi cabeza en si llamarlo o no, ¿Lo haré? Creo que debería, si. Toqué el icono del teléfono y comenzó a marcar el número del chico de pelo lacio.
Uno... Dos... Tres pitidos, y contestó.
“— Hola, ¿Kleare, cierto? — preguntó en un tono curioso”
“— Si, soy yo... — respondí en un pequeño susurró audible— ¿Cómo estás? ¿Llegaste bien a lo que tenías que hacer?”
“— Me encuentro bien y he llegado bien, que dulce de tu parte preguntar. ¿Estás bien?... — expresó en un tono sereno, suave...”
“— Me alegra mucho eso... Si, estoy bien... Ehm, te he llamado porque ya tengo una respuesta...”
“— Dime que es sí...”
“— Si, trabajemos juntos... ¿Cuando nos juntamos para ver el contrato? — contesté con curiosidad.
“— ¡Mañana mismo! Estoy muy emocionado que trabajemos juntos... Nos vemos en el estudio Clinton a las 11 de la mañana ¿Bien?”
“— Si, está bien. Ahí nos vemos. Buenas noches, Kaulitz... — susurré soltando un suspiro”
“— Buenas noches, Mindy Kleare...”
[...]
Corríamos con Dan al estudio Clinton, íbamos tarde, tarde porque se quedó dormido mi queridísimo llamado manager. No lo culpo, supongo.
— ¡Mueve más rápido ese trasero, Dan! — grité un poco más alejada de él, corría mucho más lento que un perezoso.
— ¡Sufro de taquicardia! ¡Tú quieres que muera ahora mismo! — su voz era lejana, se mostraba cansada y sin poder más.
Pero aquí estábamos, frente al gran y hermoso estudio que siempre he querido trabajar componiendo mi música, y ahora podía llegar a ser posible.
Sonreí cansada, y mire a mi amigo y manager que estaba a unos pasos de mi. Con la lengua casi afuera quería decir algo, pero no tenía palabras ahora mismo cuando tal vez hasta se desmayaba.
Lo ayude a entrar, llegamos a recepción donde un joven y amable chico nos atendió. Nos regaló un vaso de agua para mí amigo moribundo y para mí.
Fuimos a esperar sentados, solo pensaba en la suerte que tuvimos en no perder aquella hora. Somos irresponsables, aunque al fin y al cabo de todas maneras igual llegamos.
Las puertas del ascensor sonaron captando nuestra atención, ese chico brillante con una sonrisa encantadora nos recibió con una dulce bienvenida.
— ¡Kleare! — gritó entusiasmado— Estoy tan feliz que hayan llegado, por un momento pensé que me dejarías plantado.
— ¡No!, Claro que no, eso nunca. Solo tuvimos un pequeño problema... — una risita nerviosa se salió de mis labios.
— Está bien, Kleare. No debes porque darme explicaciones, lo único que importa es que están aquí — ahora miró a mi amigo estirando su mano— Un gusto, soy Bill Kaulitz ¿Usted?
— Un gusto joven Bill — aceptó su mano estrechando ambas delicadamente— Soy Dan Benitt — sonrió dulcemente.
— Excelente joven, entonces subamos a concretar nuestro contrato, Señorita Kleare y Dan...
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- Hola lindas personitas, espero les guste este nuevo capítulo. Les quieroooo. Por favor voten y comenten que les a parecido el capítulo, eso me ayuda mucho a seguir.
— zaam.
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