Reconocimiento.
Después de su conversación con Zeke, Naruto aterrizó de cuclillas sobre un edificio bastante alejado, para de esa perspectiva observar la ciudad en caos, el fuego y la destrucción estaban por todos lados, y los gritos no hacían más que intensificar los sentimientos angustiosos del Uzumaki.
Debería estar acostumbrado a esto, sin duda, pero el sufrimiento de otras personas fue algo que siempre le afecto mucho, sobre todo en su vida pasada, aunque claramente en esta seguía siendo algo con lo que lidiar.
El rubio bajo rápidamente a un callejón y varios clones aparecieron a sus alrededores, estos usaron los sellos correspondientes y se transformaron en distintos aldeanos, imitando la vestimenta que había visto y usaban en este lugar.
Los Clones asintieron entre si y todos comenzaron a correr por las calles, ayudando a cada persona que veía en una desfavorable situación.
El Original corrió hasta un edificio derrumbado y logró escuchar gritos en alguna parte, por lo cual comenzó a quitar rocas de gran tamaño para despejar el derrumbe, sorprendiendo bastante a las personas que estaban por los alrededores. Finalmente logro entrar a una habitación que a duras penas resistió, para encontrar a tres niños con su madre, tras sacarlos y él posteriormente salir, correría en auxilio de más personas nuevamente, pero está vez bajo una nueva luz a los ojos de los Marelayanos.
La hora avanzo rápidamente y cuando era media noche, Naruto se sentó en el suelo entre dos edificios, aún bajo el henge de un hombre joven con ojos café y cabello rubio; tenía una fina capa de transpiración debido al esfuerzo, pues había recorrido toda la ciudad ayudando a cualquiera que lo necesitara.
Si bien, los que reconoció como miembros del Ejército también hicieron su trabajo ayudando, noto que en cierto sector, que también resultó dañado, apenas habían hecho nada, solo unos cuentos habían dado vueltas para ver cómo había ido la situación, para luego simplemente irse a informar, pero en otras partes de la ciudad incluso se habían quedado para ayudar a las personas, no tenían esa indiferencia con lo que les había sucedido como en el sector antes mencionado, cosa que porsupuesto llamo mucho la atención del rubio.
"¿Muchacho te encuentras bien?" preguntó una mujer de avanzada edad y baja estatura, llevaba puesto un vestido largo antiguo y tenía el pelo largo color blanco, sus ojos verdes miraban con preocupación al Uzumaki.
"Claro que sí, ¿me veo muy mal anciana?" pregunto el rubio con una pequeña sonrisa irónica.
"Tsk, pues no... pero ví el esfuerzo que hiciste allá para ayudar a los demás, te lo agradezco" murmuró la señora inclinándose ligeramente.
"No tienes de que agradecerme, de veras, nos afecta a todos.." contesto Naruto rascándose la parte posterior de la cabeza con ligero nerviosismo.
"Claro... ¿De dónde eres chiquillo?, no pareces de por aquí" pregunto la Mujer acercándose un poco más al rubio tirado.
"Soy... de Konoha" contesto Naruto esperando que la señora no insistiera con el tema.
"¿Konoha eh?... nunca había oído hablar de ese lugar" susurró la Anciana curiosa.
"No me sorprende Abuela, está muy lejos de aquí después de todo" respondió el Shinobi con un levantamiento de hombros.
"Agradecería que me llames por mi nombre, me llamo Gloria" dijo la Anciana con una sonrisa demasiado dulce, para luego seguir hablando "Si es así, debes extrañar mucho a tu familia, no es nada fácil viajar"
"Naruto... y Si" contesto el rubio mientras por su mente divagaba el rostro de Historia y sus amigos, sacándole una triste sonrisa "Solo... espero que estén bien"
La Mujer notando que había tocado un punto ligeramente débil, quiso cambiar de tema y el extraño ruido que salió desde el estómago de Naruto fue la excusa perfecta "Debes tener mucha hambre... sígueme Naruto"
El Shinobi se sonrojo ligeramente al ser descubierto y suspiro cuando la Mujer se dió vuelta, no sabía si era buena idea acompañarla pero realmente tenía mucha hambre, había olvidado el último pan que comió.
Sin pensarlo más, el rubio se paró de un salto y comenzó a caminar junto a la mujer en dirección a su Hogar.
"¿Qué significa ese brazal?" Pregunto Naruto, refiriéndose a la cinta que llevaba la mujer en la parte superior de su brazo.
"Oh esto, se usa para diferenciar a los Eldianos de..."
"¿De las demás personas no?" interrumpió Naruto para recibir en respuesta un breve asentimiento.
"Es curioso que no sepas eso, ¿has vivido bajo una roca?" Pregunto la mujer mirando a su compañía mientras caminaba.
"No precisamente... pero si muy alejado de la ciudad, no sé mucho sobre este mundo" contesto Naruto esperando que eso sonara creíble.
"Ya veo... yo también viví en el campo durante mi juventud, hasta que tuvimos que cambiarnos para acá por órdenes del Gobierno" comento la mujer, para que luego vieran unas grandes puertas a lo lejos, que separaban una parte de la ciudad.
"¿Viven un poco controlados, no?" contesto Naruto con una pregunta, mientras que miraba con el ceño fruncido a todas las autoridades que estaban en las puertas.
La mujer no respondió, en su lugar miro hacia su alrededor para ver si alguien se había percatado de su conversación "¿Tienes tu identificación aquí muchacho?"
"Uh no... aún no tengo una" suspiro Naruto, sabiendo que eso sería un problema.
"Vaya... pues tenemos un problema" susurró la mujer desviándose por una calle más solitaria "Yo uso un permiso especial por medicamentos para salir a la ciudad, no se nos permite ingresar a ella sin estos, pero tú por lo menos necesitas una identificación..."
Naruto intuyendo que la mujer vivía pasando las puertas entendió la situación, en ese lugar vivían solamente los Eldianos "¿Quieres decir que esos Guardias no me dejarán pasar?"
"Pues... en el mejor de los casos, si" susurró la mujer de forma ligeramente oscura "No se muy bien como funciona la Ley para las personas como tú, pero las cosas podrían salir mucho peor de lo que imaginas... lo siento Naruto, me tem-"
"No será un problema," interrumpió el rubio deteniéndose "Puedo entrar sin que ellos me vean y seguirte hasta el otro lado"
"¿Estás loco?, ¿Cómo podrías hacer algo así?" pregunto la mujer sorprendida mirando al joven "Y aunque lo lograrás, sería demasiado peligroso"
"Para mí no es un problema Anciana, ¡de veras!, puedo entrar y salir de ahí sin ser visto... soy muy bueno" contesto el rubio mostrando mucha confianza y entusiasmo.
Un suspiro pesado escapó por los labios de la mujer "No puedo culparlo, el Hambre muchas veces puede ignorar incluso la razón" pensó la Anciana con tristeza antes de meter la mano en uno de sus bolsillos, saco unas cuantas monedas y se las dió a Naruto, para luego cerrar su mano con delicadeza "No es una buena idea muchacho, si algo sale mal, tanto tu cómo yo podríamos salir muy perjudicados por esto, mi viejo cuerpo ya no soporta tanta adrenalina como para soportar más este día... lo siento Naruto, Adiós"
Esas fueron las últimas palabras de la mujer, antes de que se fuera con una mirada solemne hacia las puertas. El rubio por su parte, se quedó mirando la espalda de la Anciana antes de suspirar "El día en que deje de ser subestimado realmente todo será más fácil" murmuró Naruto con cansancio antes de entrar a un callejón, esperó para asegurarse de que nadie lo viera y comenzó a subir corriendo por uno de los edificios, cuando llegó al tejado, silenciosamente comenzó a avanzar siguiendo en todo momento a la mujer; la vio entregándole unos papeles a los guardias para luego entrar al recinto.
Ese sector era el que las autoridades apenas habían tocado aun, indiferentes a los daños que sufrió la zona durante el ataque, a pesar de que por las calles habían muchos Eldianos llorando, ya sea por la perdida de sus hogares o por algo peor.
Finalmente la mujer pareció llegar a su hogar y Naruto lo agradeció, realmente tenía mucha hambre. Gloria estaba por cerrar la puerta de su casa, pero se detuvo cuando vio que Naruto estaba en la entrada con una sonrisa nerviosa "Hola denuevo Anciana"
Una ceja de Gloria comenzó a temblar después del apodo, olvidando por completo la hazaña de aquel muchacho frente a ella. La mujer agarro a Naruto del brazo y lo tiró hacia adentro para luego cerrar la puerta rápidamente "¿No te dije que era una mala idea?"
"Claro que sí pero realmente tengo mucha hambre, ¿no le negaras la comida a un hambriento después de habérsela ofrecido o si?" pregunto el rubio con una pequeña sonrisa, ya sabiendo que la mujer tenía algo de corazón para hacer eso.
"No lo haré" suspiro la mujer, dándose media vuelta para continuar por el pasillo de la entrada. Era un hogar bastante humilde desde la perspectiva del rubio, pero aún así era más sorprendente que cualquier casa que había visto. "Pero debo decir" continúo la mujer entrando a una pequeña cocina "Que tengo el presentimiento de que no tienes idea de lo peligros-"
"¿E-esto es una fotografía?" cuestionó Naruto muy sorprendido, pues si bien tenía breves recuerdos de su vida anterior, y podía recordar la existencia de las fotografías, en este Mundo jamás las había visto, lo más parecido a ello eran los dibujos. La fotografía en si consistía en un bello paisaje, que tenia a tres personas en el frente, era Gloria junto a un Hombre y un niño pequeño.
"Claro que es una fotografía, ¿nunca habías visto una?" Pregunto la mujer, mientras veía a Naruto observar uno de sus muebles con interés.
"¿Y esto para qué sirve?" Volvió a preguntar enseñando una especie de cuadrado con muchos colores.
"Se llama cubo rubik, la idea es... reunir los colores iguales en cada una de sus caras, puedes entretenerte con eso mientra-"
"¡Abuela estás bien!" Exclamó un chico pelinegro, apareciendo de la nada y corriendo para abrazar a Gloria, esta no perdió el tiempo y rápidamente respondió el abrazo con cariño.
"Tranquilo querido, estoy bien. ¿No te paso nada a ti?" pregunto Gloria separándose y analizando al chico de pie a cabeza; él vestía un uniforme blanco como los soldados de Marley, y también llevaba su banda en el brazo de color marrón, parecía tener alrededor de 10 años.
"No abuela, aunque ví..." susurró el chico antes de quedar ligeramente paralizado "Muchas personas perdieron la vida..."
"Así es mi pequeño, pero tú estás bien y eso es lo importante" susurró la mujer volviendo a abrazar al chico.
"Yo... ¿Quién es el?" pregunto el niño de la nada, notando la presencia de Naruto.
"Kev, su nombre es Naruto... no es de por aquí y estuvo ayudando durante el ataque, solamente le ofrecí un poco de comida, tratalo bien" contesto la mujer antes de volver a la cocina.
"¡Gahh esto es muy frustrante, de veras!" se quejó Naruto dejando el cubo sobre el mueble, para luego centrar su vista en el recién llegado "Veo que eres un soldado"
La mirada del muchacho se volvió algo triste y lejana, para luego ser reemplazada por una solemne "Solo soy un aprendiz, llevo alrededor de un año entrenando, pero es realmente difícil destacar para ser algo más"
"Ya veo..." murmuró Naruto mirando fijamente al chico, sus ojos se veían cansados y ligeramente hinchados, además de que todo su uniforme estaba para tirarlo a la basura "¿Habías estado antes en una Guerra?"
"No... tomo por sorpresa a todos, nos habían enseñado sobre la tensión que había entre los Países, por la superioridad de Marley, pero creo que nadie esperaba un ataque justo ahora" contesto el chico sumido en sus pensamientos.
"¿Y quiénes fueron los atacantes?" volvió a preguntar Naruto.
"No lo sé... a los aprendices Eldianos no nos suelen informar cosas tan importantes, y no creo que eso cambie en algún momento cercano, no soy lo suficientemente bueno para ser considerado un Postulante a Guerrero" respondió Kev apretando ligeramente los puños.
"Quizás... no quieres ser lo suficientemente bueno" contesto Naruto con un rostro en blanco.
"Tsk, ¿Y tú qué sabes?" respondió el chico mirando a Naruto con enojo "Tu no sabes lo difícil que es destacar cuando no depende de ti, no sabes lo que es competir con otros que tienen un puesto asegurado por ser hermanos o hijos de, ¡no sabes lo que es ser rechazado incluso dentro de los rechazados!" termino con un grito el chico, llamando la atención de Gloria que se asomo por la cocina preocupada, pero un imperceptible gesto de tranquilidad que le hizo Naruto la hizo no entrometerse.
"¿Ya lo soltaste?... o quieres seguir llorando" pregunto Naruto con una ceja levantada "Si es así, puedes hacerlo, puedes llorar todo lo que quieras para lo que me importa, pero déjame decirte que eso no cambiará nada, puede que las cosas no estén a tu favor, o que no les gustes a los demás, pero llorar y quejarte no hará que las cosas cambien, debes esforzarte para cambiar las cosas, trabajar duro, entrenar sin descanso... culpar a otros no es más que una excusa para no superarte tu mismo"
Kev que tenía la mirada en el suelo, pareció cesar su llanto para levantar la vista, tenia una mirada ligeramente arrepentida en su rostro, pero aún así desafiante "¿Y tú quién eres para decirme todo eso?..."
Naruto abrió los ojos ante la pregunta, realmente esas palabras nacieron de el mismo en base a su experiencia, tanto en esta como en su vida anterior que poco a poco había recuperado con recuerdos; alguna vez fue un niño odiado por un pueblo entero, odiado curiosamente por haberlos salvado a todos, incluso fue el último de su clase en la Academia, llegando a reprobar una cantidad incontable de exámenes, pero aún así salió adelante e incluso consiguió el reconocimiento de todos, a base de una sola cosa.
"Pues, para ti no soy nadie" contesto el rubio Uzumaki rascándose la cabeza pensativo "Pero supongo que puedes elegir entre tomar mis palabras o no, puedo decir que a mí me ayudó bastante sufrir, no sería quien soy ahora sí las cosas hubieran sido fáciles, de veras"
Fin del Capítulo.
Se despide
NachoKotoamatsukami.
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