◆ ━━━━❪Capítulo 66:Pasado mecanizado)━━━ ◆

◆ ━━━━❪Capítulo 66:Pasado mecanizado)━━━ ◆

Yui sintió un escalofrío recorrer su espalda. La voz que susurró aquellas palabras era suave, pero cargada de un dolor indescriptible.

Yui: ¿M-mátarte...?

La silueta celestina se movió lentamente hacia la luz de la luna, revelando un rostro borroso, con ojos llenos de tristeza. El fantasma, flotaba apenas sobre el suelo, su forma temblando como si estuviera a punto de desvanecerse.

Yuuki: ¿Yui? — La voz de la pelimorada apenas la hizo girar apenas.

Pero en cuanto lo hizo, un aura densa y opresiva cubrió el lugar. Agil, que hasta ahora solo observaba en silencio, sintió cómo el aire se volvía más pesado. Sus años de experiencia le decían que algo más estaba sucediendo.

Agil: Esto no es solo un fantasma... algo más está actuando aquí.

Klein, que llevaba los 10 anillos ocultos bajo su chaqueta, los sintió vibrar ligeramente en su brazo. No los había activado, pero parecían reaccionar a la presencia de Yuna.

Klein: Maldita sea... no me digas que este espíritu está conectado a algo peor.

Yui, aún mirando al fantasma, tragó saliva y dio un paso adelante.

Yui: ¿Por qué dices que quieres morir?

Los ojos del fantasma brillaron con un tono más intenso.

Porque mientras siga existiendo... mi padre seguirá... — Su voz se distorsionó de repente, como si una interferencia intentara acallarla.

Yui sintió que su corazón latía con fuerza. Yuuki se acercó a ella, pero antes de que pudiera alcanzarla, la sombra de Yuna comenzó a temblar.

Él vendrá...

El viento se intensificó de golpe, y de entre los árboles, una presión invisible los envolvió a todos. Los anillos de Klein brillaron involuntariamente, y la mirada de Agil se endureció.

Agil: ¡Todos atentos... no estamos solos!

Yui cerró los ojos por un segundo, sintiendo la energía que los rodeaba. Algo más grande estaba detrás de todo esto.

╔═══━━━─── • ───━━━═══╗

Ordinal Industries

╚═══━━━─── • ───━━━═══╝

Ordinal Industries, un coloso de acero y vidrio que se alza sobre la ciudad como un testimonio de poder tecnológico. Desde el interior de los rascacielos, las ventanas reflejaban luces que parpadeaban con el ritmo de la actividad incesante que ocurría dentro, pero algo estaba cambiando esa noche.

En una de las oficinas más altas, con vista directa al oscuro bosque, el patriarca de la empresa,Tetsuhiro Shigemura, observaba con el ceño fruncido una pantalla holográfica que mostraba la ubicación de la aparición astral de su hija.

Tetsuhiro: Es imposible... ella está ahí... en Central Park, ¿por qué aparece ahora?

A su lado, Enji tenía sentimientos encontrados pero decidió guardarlas por el momento.

Enji: ¿Debemos ir ahora? — Su voz era grave, la decisión ya a punto de salir de su boca, pero su mirada estaba fija en la pantalla, analizando los datos en tiempo real.

Arcade, levantando una mano calmando la situación.

Arcade: No... si nos dirigimos al lugar ahora, podría ser demasiado tarde. El riesgo de una confrontación directa es demasiado alto. Lo mejor sería enviar a los androides.

Enji no pareció convencido. Frunció el ceño, mientras su espada brillaba sutilmente.

Enji: No confío en los androides para una tarea tan crucial. Necesito asegurarme de que no haya peligro de que se descontrole...

Arcade le hizo un gesto hacia la pantalla, donde dos figuras emergieron, iluminadas por una línea de código. Dos androides avanzaban por los pasillos del edificio. Strea y Premiere, con una apariencia humana casi perfecta, pero la duda comenzaba a corroer sus procesadores.

Arcade: Aquí es donde entran Strea y Premiere. Están diseñadas para resolver situaciones imprevistas como esta, con la capacidad de pensar en estrategias por sí mismas. Pero no solo eso... ellos han mostrado señales de evolución en sus emociones. Dudas, miedos... están comenzando a cuestionarse si realmente son solo máquinas. Es lo que necesitamos, con eso nuestro plan de traerla funcionara.

Strea, su rostro, normalmente impasible, estaba marcado por una ligera grieta en su mirada.

Strea: ¿Vivimos solo para seguir órdenes? —Murmuró mientras miraba su reflejo en una de las superficies de la sala. Su silueta se recortaba contra las luces frías que la rodeaban.

Premiere, que estaba cerca de ella, sintió esa misma inquietud. Su cuerpo de metal brillaba levemente, pero sus ojos, aún artificiales, mostraban algo más, un atisbo de conciencia.

Premiere: ¿Y si hay algo más para nosotras que solo cumplir misiones?

Arcade, al escuchar sus palabras, sintió un leve escalofrío, pero sabía que tenían una misión importante que cumplir. Miró a Enji.

Arcade: ¿Las enviarás?

Enji respiró profundo, dejando de lado su desconfianza, pero consciente de que el tiempo era esencial.

Enji: Sí... pero quiero que estén bien preparadas. Las decisiones que tomen pueden cambiarlo todo.

╔═══━━━─── • ───━━━═══╗

Central Park

╚═══━━━─── • ───━━━═══╝

El viento intensificó repentinamente, con un susurro ominoso que hizo que los héroes se pusieran alerta al instante. Sus ojos barrían el entorno, buscando cualquier signo de movimiento.

Yuuki: No siento ninguna presencia... pero sé que hay algo — Dijo mientras sus sentidos se agudizaban, tocando el mango de su espada con más determinación.

Klein: Tsk, supuestamente solo era investigar un fantasma... ¿qué podría salir mal? — Su tono estaba lleno de sarcasmo, pero había algo en su voz que delataba su creciente nerviosismo — O claro, ¡todo!

Sacando los diez anillos, los lanzó al aire, creando una barrera a su alrededor, anticipando que un ataque podría llegar en cualquier momento. La tensión creció como una espesa niebla que los rodeaba.

La calma que los envolvía era aún más inquietante. El viento cesó abruptamente, y la quietud que siguió hizo que los héroes intercambiaran miradas confundidas. Algo no encajaba.

Yuuki: ¿Por qué se calmó? — Su mirada se mantuvo fija al frente, desconcertada.

Un sonido suave, casi imperceptible, les hizo girar, y entonces la voz llegó, como un susurro a través del viento.

Por favor, les pediría no hablar de esto con Kirito y Asuna.

El grupo de héroes se tensó al escuchar esas palabras. De entre las sombras, surgieron Strea y Premiere, quienes, con sus armas en mano, observaban con frialdad al grupo.

Agil: Así que ellas son, Strea y Premiere. Parecen inofensivas — Su tono era serio, pero parecía mantener una postura calmada, evaluando a los androides.

Klein: Tsk, ojalá fuera cierto — Gruñó mientras rascaba su nuca, atrayendo los anillos de vuelta a su persona — Lo sentimos, señoritas, pero no podemos quedarnos callados ante esta situación poco común.

Strea: Ya veo... — Su voz era gélida, casi como si estuviera decepcionada por la falta de cooperación. En un abrir y cerrar de ojos, se impulsó hacia el grupo con una velocidad sobrehumana que dejó a todos sin respiración.

Klein: ¡Esperen!

Antes de que pudiera reaccionar, el mandoble de Strea se alzó en el aire con una velocidad mortal, descendiendo con la intención de cortar al grupo en dos. El aire vibró con la fuerza del ataque. Pero, antes de que pudiera llegar a su objetivo, un escudo mágico apareció de la nada, deteniendo el golpe con una fuerza tremenda.

Premiere: Hm... están aquí — Dijo, alzando la mirada hacia el cielo, donde unas figuras comenzaban a descender lentamente.

De entre las nubes, con una gracia imponente, Kirito, el Hechicero Supremo, y Asuna, conocida como Scarlet Witch, llegaron al campo de batalla. La atmósfera se volvió eléctrica, su presencia llenaba el aire con un poder palpable.

Yui: ¡Mamá, papá! —Su rostro se iluminó aliviada, y corrió hacia ellos, abrazándolos con fuerza.

Kirito: Hola, cariño. Perdón por hacerles esperar — Sonrió de manera tranquilizadora, aunque sus ojos analizaban rápidamente la situación.

Asuna: Nosotros nos encargaremos de esto ahora — Dijo con voz firme, su magia comenzando a formarse alrededor de sus manos mientras evaluaba a los androides y al misterioso entorno.

El aire estaba cargado de energía. Los héroes ahora estaban más preparados, pero las dudas sobre las verdaderas intenciones de Strea y Premiere seguían flotando en el aire. En ese mismo instante, un destello de luz se formó cerca de los árboles, como si algo, o alguien, estuviera observando desde la oscuridad.

De repente, una figura emergió de la penumbra: aquel fantasma estaba ahi, su silueta etérea flotaba a unos metros, los ojos llenos de una tristeza infinita, su presencia astral era palpable.

¿Por qué están aquí...? — Su voz era suave, pero cargada de una angustia profunda — ¿Por qué no me dejan descansar?

El silencio pesado envolvía el campo de batalla, mientras los héroes se mantenían en alerta, sabiendo que cualquier movimiento podría desencadenar una confrontación.

Strea: Eh... jeje. —Su risa era suave pero cargada de tensión, y su mirada se fijó en Kirito, que permanecía sereno — Hace apenas unas horas nos vimos, y siendo honesta, me quedé con ganas de luchar contra ti.

Con un movimiento fluido, Strea señaló con su mandoble hacia Kirito, desafiándolo en un gesto tan directo como desafiante.

Premiere: Hermana, recuerda que venimos por una misión — La voz de Premiere fue tranquila, pero sus ojos destilaban un ligero atisbo de duda mientras observaba a los héroes.

Las dos hermanas se miraron, la tensión creció al punto de casi volverse palpable. Parecía que la batalla estaba a punto de estallar, y los héroes se mantuvieron firmes, sabiendo que el próximo segundo podría cambiarlo todo.

De repente, un estruendo quebró el aire, y la tierra debajo de ellos se agrietó con fuerza, sacudiendo el suelo.

Strea: ¡Yiaaa! —Con un grito feroz, dio un salto que la lanzó a gran altura, descendiendo con la punta de su mandoble hacia el grupo de héroes.

Kirito no dijo ni una palabra. Con un gesto de su mano, formó un escudo mágico en el aire que detuvo el ataque con un destello brillante. Desde detrás de la barrera, Kirito extendió su otra mano, lanzando un rayo mágico a gran velocidad. Strea alcanzó a bloquearlo, pero el choque de energías la obligó a retroceder un poco.

Strea: Tsk... —Gruñó entre dientes, pero no dejó de observar a Kirito con ojos de desafío.

Premiere: Sabes que no puedes lanzarte al combate sin más, hermana — Su tono era casi maternal, pero había una firmeza que no dejaba espacio para la duda. Moviendo con sutilidad su estoque, hizo que varias estacas de luz se materializaran en el aire, apuntando hacia los héroes — Debemos encargarnos de eliminar las pruebas... — Murmullo, su mirada se volvió más baja — "Aunque eso esté mal..." — Pensó para sí misma.

Premiere lanzó las estacas con una precisión mortal, pero antes de que pudieran alcanzar su objetivo, Asuna apareció frente a ellas, protegiendo a sus compañeros con un aura rojiza que consumió las estacas en el aire.

Asuna: Aún nos falta comprender muchas cosas, pero no es momento de hablar de ello — Con su mirada fija en Premiere, Asuna levantó la mano — Váyanse, nosotros nos encargaremos de esto.

Con un simple gesto de los dedos, un portal se abrió detrás de los héroes, invitándolos a retirarse.

Premiere: ¡No dejaré que pase! —Con un grito de furia, se impulsó hacia adelante, corriendo hacia Asuna con su estoque al frente.

Cuando estuvo cerca de ella, la velocidad de Premiere se detuvo en seco, como si algo invisible hubiera bloqueado su avance. El miedo comenzó a surgir en ella, pero no lo comprendió aún.

Asuna: Aunque tengan en su poder artefactos mágicos... —Su voz era grave, como si emanara una presión invisible. Cada palabra parecía un golpe directo al corazón de Premiere, y la androide no pudo evitar sentirse vulnerable.

Premiere: ¿Qué es esta emoción...? —Susurró para sí misma, sorprendida por el sentimiento que se había despertado en su interior, algo que nunca había sentido antes.

Asuna: Ya entendí... — Los ojos de Asuna brillaron con un rojo carmesí, y el aire se tornó opresivo. En un parpadeo, todo a su alrededor se oscureció, y Premiere se encontró completamente aislada, rodeada por una oscuridad impenetrable.

Premiere: ¿Dónde estoy...? —Su voz resonó en el vacío, haciendo eco en todo el lugar. La confusión comenzó a tomar control de sus pensamientos. Instintivamente, se llevó la mano a la cintura, buscando su estoque, solo para darse cuenta de que había desaparecido.

Premiere: ¡Ah! —Su sorpresa se hizo evidente, viendo su arma ausente. — ¿Qué fue lo que sucedió...?

Antes de que pudiera procesar la situación, el sonido de máquinas trabajando captó su atención, cambiando completamente su perspectiva.

Premiere: Ese sonido... lo conozco... —Frunció el ceño al reconocer la familiaridad de la maquinaria. Giró sobre sus talones, y ante sus ojos apareció un laboratorio, rodeado de complejas máquinas y tubos brillando con una luz fría.

Premiere: ¿Qué... cómo...? —El desconcierto era palpable en su voz mientras intentaba comprender lo que estaba sucediendo.

Mientras tanto, en el campo de batalla, Strea se movía con rapidez, tratando de acertar sus golpes a Kirito, pero él los esquivaba con una agilidad impresionante. A pesar de no lograr golpearlo, su actitud seguía siendo algo juguetona, como si disfrutara de la pelea.

Strea: ¡Venga, Kirito! ¿Eso es todo? ¡Es como si estuvieras bailando! — Se rió con una chispa en su mirada, claramente frustrada por no poder darle un golpe.

Kirito: ¿Hum? —Su tono sarcástico y tranquilo contrasta con la energía de Strea — ¿Acaso no sabes que es una batalla? Se defiende y se ataca, es un ciclo... no todo es un juego.

Strea: ¡Es que esto es tan divertido! —Rió mientras retrocedía, preparándose para un nuevo ataque. — ¡Te prometo que este va a ser el definitivo!

De repente, se puso de cuclillas, y una gran cantidad de energía mágica comenzó a emanar de su cuerpo. La presión en el aire aumentó, pero su sonrisa seguía intacta.

Kirito: Con que teníamos razón... — Susurró, observando la energía que se formaba a su alrededor. Su tono se volvió más analítico — Ustedes no son humanas... — Hizo una pausa, casi saboreando la revelación — Menos... androides mecanizados.

Strea se levantó rápidamente, alzando su mandoble al cielo. La energía que la rodeaba intensificó el resplandor dorado de su espada, creando una gran espada de energía. Era una maniobra fuerte, pero su actitud seguía siendo alegre, como si lo estuviera disfrutando.

Strea: ¡Este sí que será épico, Kirito! ¡Espero que estés listo! — Exclamó, sin perder el ánimo. No parecía molesta, solo deseaba que la batalla fuera más emocionante. Su energía estaba lista para ser liberada.

Kirito: Lo que no sabes, es que yo no estoy aquí solo para defenderme —Kirito sonrió de manera relajada, levantando una mano mientras comenzaba a tejer un anillo mágico bajo sus pies. Un destello azul lo rodeó — Tienes razón... esto es un juego, pero no el tipo de juego que piensas.

Strea, al ver la barrera mágica formarse, su sonrisa se ensanchó, completamente confiada en su próxima jugada.

Strea: ¡Eso se ve genial, pero no creo que me detengas tan fácilmente! — Con un rápido giro de muñeca, dejó caer su mandoble, y el filo dorado se lanzó hacia Kirito a velocidades asombrosas.

Kirito: Demasiado lento — Con un suave movimiento de su mano, conjuró un escudo mágico azul brillante. El impacto del filo dorado hizo explotar una tormenta de energía a su alrededor, pero el hechicero permaneció firme, sin moverse.

Strea: ¡Vaya, vaya! Eso fue un buen truco — Estaba completamente relajada, disfrutando de la pelea, pero no podía evitar sentirse un poco frustrada — ¿Cómo es posible que esquives todo? ¡Vamos, Kirito! ¡Te juro que te voy a atrapar!

Kirito: Esa es la actitud que me gusta... — Su tono permaneció ligero, como si estuviera jugando un juego — Solo recuerda, Strea... siempre es más fácil cuando entiendes cómo funcionan las reglas del juego.

El frío resplandor de las luces blancas iluminaba el laboratorio frente a Premiere. Sus ojos escanearon cada detalle de la maquinaria, sintiendo una extraña familiaridad que no podía explicar.

Su pecho se sintió pesado. Su mente le decía que había estado en este lugar antes... pero no podía recordarlo.

Una voz rompió el silencio.

Asuna: Así que aquí naciste.

Premiere giró de inmediato, colocando instintivamente su mano en la empuñadura de un arma que ya no estaba. Sus ojos dorados se encontraron con los de la bruja escarlata, cuya expresión era serena, sin rastro de hostilidad.

Asuna: No vengo a pelear — Su voz era calmada, pero firme — Quiero entenderlas.

Premiere no respondió de inmediato. Dio un leve paso hacia atrás, sin apartar la vista de Asuna. Su postura no era temerosa, sino precavida. No podía entender las intenciones de la castaña, y eso la incomodaba.

Asuna: Sé que no confías en mí... y, para ser honesta, después de todo lo que ha pasado, yo tampoco confiaría en mí en tu lugar.

Con un sutil movimiento de manos, Asuna creó una ilusión mágica detrás de ella. La escena de una batalla pasada se materializó en el aire.

Los héroes caídos.

El aire se volvió más pesado para Premiere. Su mente le decía que todo esto era correcto, que ella solo cumplía órdenes... pero su corazón no lo sentía así.

Premiere: ¡...! — Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver los cuerpos de los héroes derrotados — Esto...

Quiso fingir indiferencia, pero una extraña sensación oprimió su pecho.

Asuna: Nos tomó más tiempo del que pensábamos entender lo que realmente pasaba.

La bruja caminó con tranquilidad por la escena ilusoria.

Asuna: Cuando la Torre Atlas fue atacada, algo inesperado ocurrió... dos individuos ingresaron al lugar.

Dos figuras oscurecidas, vestidas de negro, con cascos metálicos que ocultaban sus rostros, aparecieron detrás de Asuna. Su presencia era aterradora, como si fueran sombras vivientes.

Pero Premiere sintió algo más.

Un escalofrío recorrió su espalda.

No era miedo.

Era reconocimiento.

Premiere: ...

Sus dedos se apretaron en un puño tembloroso, aunque su rostro permanecía impasible.

Asuna: Esas personas podían neutralizar artefactos mágicos... y alterar los patrones mágicos de Kirito.

Los ojos de Premiere se afilaron.

Asuna: Al principio, no entendíamos cómo era posible... pero tras una larga investigación, encontramos la respuesta.

Se detuvo, y su mirada se fijó directamente en Premiere.

Premiere: ¿Qué es lo que quieres? — Su tono fue cortante — No sé nada. Solo cumplimos nuestro trabajo.

Asuna: ¿Cuándo naciste?

La pregunta cayó como un mazazo sobre Premiere.

La androide parpadeó, sorprendida por la brusquedad de la interrogante.

Premiere: Y-yo...

Sus labios temblaron por una fracción de segundo. Llevó la mano a su cabeza, confundida.

Premiere: Fue... ese día... — Su voz se endureció, como si necesitara convencerse a sí misma — El día en que todos los villanos escaparon de las prisiones. ¡Sí! ¡Ese día!

Asuna: ¿Y antes de eso?

Silencio.

Los ojos de Premiere se nublaron por un instante.

No recordaba.

O... no quería recordar.

Asuna: Déjame explicarte el artefacto que encontramos. El responsable de todo esto.

Alzó una mano, y en su palma se materializó una imagen luminosa.

Un corazón partido en dos.

Asuna: Te presento el 'Corazón de las Almas'.

Premiere sintió un vértigo repentino.

Ese nombre...

Ese símbolo...

Le resultaban demasiado familiares.

Su mente se revolvió, como si algo en su interior intentara desenterrar recuerdos olvidados. Pero al mismo tiempo, un miedo profundo la hizo rechazar esas memorias.

Premiere: C-Corazón de... almas... — Su voz tembló por primera vez.

Asuna: Un androide no debería pensar, ni razonar, ni dudar... y, sin embargo, ustedes lo hacen.

Premiere: No.

Su voz fue seca y firme.

Levantó la mirada con furia contenida.

Premiere: Nosotras fuimos creadas para seguir órdenes. ¡Ese es nuestro propósito!

Asuna: Si es así... —Su mirada se tornó penetrante — ¿Por qué dudas de que haces lo correcto?

Las palabras perforaron a Premiere como una espada invisible.

No tuvo respuesta.

Mientras tanto, en el campo de batalla, Strea jadeaba ligeramente, sus movimientos ralentizados.

Kirito había conjurado cadenas mágicas, que ahora la mantenían atrapada en el aire.

Strea: ¡Ahg! — Se retorció un poco, sin perder su expresión animada— ¿Así tratas a todas las mujeres?

Kirito: No — Suspiró, acercándose a ella con calma — Pero quiero respuestas.

Strea dejó de forcejear de inmediato.

Por primera vez, bajó la mirada.

Kirito: Por lo que veo, no eres como tu hermana.

Strea alzó una ceja, con curiosidad.

Kirito: A diferencia de Premiere, que siempre oculta lo que siente, tú... eres más honesta. Te frustras, te emocionas, te ríes... eres más humana.

Los ojos de Strea se ensancharon.

Por un momento, su sonrisa desapareció.

Strea: ¿Crees que soy humana?

Su tono no era desafiante.

Era esperanzador.

Como si, en el fondo, quisiera que Kirito dijera que sí.

Kirito la miró fijamente, y sus labios se separaron para darle una respuesta.

Lejos del bullicio de la ciudad, en lo más profundo del alcantarillado de Brooklyn, tres heroínas caminaban con cautela.

El hedor a humedad impregnaba el ambiente, y el eco de sus pasos rebotaba en las paredes de piedra.

Lisbeth: A ver... sé que el resto está ocupado con el asunto de las atacantes misteriosas y todo eso... pero ¿nosotras qué pintamos en las alcantarillas de Brooklyn?

Leafa: Asuna no quiso dar detalles. Solo dijo que viniéramos a esta posición — Frunció el ceño — Supongo que debe ser algo importante.

Silica: Hmmm... — Cruzó los brazos, pensativa — No había visto a Asuna tan preocupada...

Sus palabras hicieron que sus amigas se detuvieran por un momento.

Lisbeth: Sí... era temor... pero no por la misión.

Un escalofrío recorrió a las tres chicas.

Leafa: ¿A quién le tiene miedo Asuna?

Ninguna pudo responder.

Entonces, Lisbeth señaló algo al frente.

Lisbeth: ¿Hmm? Creo que llegamos.

Las tres heroínas fijaron la vista en la pared de piedra que tenían delante.

Silica: Esto es... una pared. No veo ninguna entrada o algo parecido.

Leafa: Asuna dijo que tenía un encantamiento — Sacó un pergamino de su cinturón — Dijo que con esto podríamos romperlo.

Con total confianza, desenrolló el pergamino, lo sostuvo en alto y lo apuntó hacia la pared.

...

Nada pasó.

Silencio.

Lisbeth: Eh... segura de que era así?

Leafa: Asuna dijo que solo tenía que señalar la pared.

Silica: Tal vez te faltó decir un encantamiento.

Lisbeth: O hacer un conjuro.

Leafa: ¡En serio no me falta nada!

Silica: Mmm... tal vez hay que soplarle un poco.

Lisbeth: O sacudirlo como si fuera una varita mágica.

Silica: ¿Y si lo enrollas y lo vuelves a abrir?

Leafa: ¡No es un control remoto, funciona con magia!

En el instante en que dijo eso, un símbolo comenzó a brillar en la pared, y el pergamino en su mano se encendió con la misma energía.

Las tres heroínas dieron un salto hacia atrás por el susto.

Leafa: Je — Sonrió con satisfacción — Les dije que no me faltaba nada.

Lisbeth/Silica: Presumida.

Poco a poco, la pared se desmoronó como arena, revelando algo inesperado del otro lado.

No era un túnel, ni una escalera secreta.

Era un espacio abierto.

Las tres avanzaron lentamente.

Frente a ellas se extendía un campo cubierto de pasto y flores, como si el mismo mundo exterior se hubiera abierto dentro del alcantarillado.

Era extraño.

Como si hubieran cruzado el umbral hacia otro mundo sin salir del subterráneo.

Leafa: ¿Qué... es esto?

Silica: Es... una puerta...

Lisbeth se acercó y pasó la mano por la superficie de piedra negra. A los costados, inscripciones antiguas decoraban los bordes con un brillo tenue.

Lisbeth: Hay un grabado...

Sus ojos recorrieron las palabras y las pronunció en voz baja.

Lisbeth: 'Underworld' ...

El aire se volvió denso.

Un escalofrío recorrió sus cuerpos, y sin que ninguna lo dijera, sentían que algo había despertado.

Entonces, una voz resonó en la oscuridad.

Grave.

Inhumana.

Underworld...

El sonido de esa única palabra las paralizó.

No era solo el peso de la voz.

Era la intención detrás de ella.

Una presencia asfixiante comenzó a extenderse lentamente, como una garra invisible cerrándose alrededor de sus cuerpos.

El aire se enfriaba, como si la misma realidad estuviera rechazando la existencia de ese ser.

Leafa: ¡¿Quién anda ahí?! — Preguntó con con voz tensa.

Desenvainó su espada con rapidez.

Sus compañeras imitaron su acción, sintiendo que lo que sea que estuviera allí... no era humano.

Unos ojos amarillos brillaron en la oscuridad, mirándolas sin emoción.

Je...

Una leve risa se filtró entre las sombras.

No era burlona.

Era la risa de alguien que ni siquiera las consideraba una amenaza.

No me interesa su sabor...

Las palabras fueron pronunciadas con indiferencia, pero había un matiz carnívoro en ellas.

Silica sintió un escalofrío al procesar lo que había dicho.

¿"Sabor"?

Solo quiero llegar a Underworld.

La presión aumentó.

Las tres sintieron el impulso de retroceder, pero se forzaron a mantenerse firmes.

Lisbeth apretó los dientes.

Lisbeth: ¿Y si no te dejamos?

El ser en la oscuridad no respondió al instante.

En cambio...

La temperatura descendió de golpe.

El sonido de garras deslizándose sobre piedra rasgó el silencio.

No se metan.

Esta vez, la voz no era fría.

Era una orden absoluta.

Como si no estuviera advirtiéndolas...

Sino diciéndoles un hecho innegable.

Algo primordial en sus cuerpos les gritaba que corrieran.

Pero...

No podían.

No sin descubrir qué había tras esa puerta a Underworld.

================================================================================================================================================================================

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top