___Capítulo 54: Justicia contra Injusticia___
___Capítulo 54: Justicia contra Injusticia___
La batalla había empezado, los habitantes de Ta Lo y los guerreros del Mandarín empezaron una lucha frenética. Los héroes rápidamente tomaron territorio empezando a noquear a varios guerreros.
Rain: ¡Lisbeth! — Grito aventando a unos soldados a la pelirrosa.
Lisbeth: ¡Tomen esto! — Dando un golpe al suelo creó una onda eléctrica que mandó a volar a varios soldados — Je, ha este paso acabaremos antes de lo planeado.
Antes de poder reaccionar, la chica empezó a flotar para después ser lanzada a varios metros de distancia. El provocante de esto fue Mordo el cual empezó a atacar a varios soldados.
Mordo: Que patéticos.
Apuntando con la palma a un grupo de soldados, estaba a punto de disparar una esfera de energía. A los segundos la esfera salió disparada.
—¡Cubranse!
En un intento en vano de bloquear el ataque con sus escudos, los guerreros de Ta Lo se pusieron a la defensiva. Pero antes de poder bloquear el ataque, un escudo de energía apareció.
Kirito: Esta batalla solo es entre tú y yo. Mordo — Espeto apareciendo sobrevolando encima de los habitantes de Ta Lo.
Mordo: Je... — Creando una plataforma se puso a la altura del pelinegro — Como en los viejos tiempos, Kirito. Tu y yo. Uno contra uno.
Kirito: ¿Qué estás planeando? te aliaste con el Mandarín. ¿Qué tramas?
Mordo: ¿No es obvio? — Mostró una sonrisa ladina, provocando enojo en el pelinegro — Quiero crear un mundo, donde se sigan las leyes naturales. Con el señor Wenwu, puedo cumplir este propósito.
Kirito: Tsk, a otro perro con ese hueso — Moviendo sutilmente sus dedos, empezó a crear pequeñas auroras boreales a su alrededor — Si no me dirás la verdad. Tendré que sacarla a la fuerza — Sonrió ante ello.
Mordo: Je, es bueno saber eso ¿listo para la última lección?
Kirito: Si, justicia.
Mordo: Contra injusticia.
En el campo de batalla, una estela veloz pasaba entre los soldados noqueando a la mayoría de ellos, rápidamente la estela tomó la silueta de Koichirou.
Koichirou: Acabo de romper como unas 10 leyes de vigilantismo. Mis padres nos mataran al saber esto — Dijo rascándose la nuca nerviosamente.
—¡Arrrg!
Koichirou volteo alarmado viendo detrás suya, viendo a un soldado apunto de atacarlo con su cachiporra. Pero antes de poder hacerlo, el sonido de un arma hizo que el soldado cayese.
Sinon: Para ser veloz, eres muy lento — Expresó arriba de una plataforma mágica acomodándose el cabello.
Koichirou: Wow.... — Soltó embelesado viendo la hermosa silueta de la peliazul — ¿Estás soltera...? — Preguntó inconscientemente aun viendo a la chica.
Sinon: Detrás de ti.
El castaño confundido a la respuesta inclinó la cabeza, antes de poder preguntarle, sintió una onda eléctrica que rodeo su cuerpo dejándole tirado en el suelo.
Koichirou: Yayayayayayaya... enenenenenentendiiii — Expreso trabandose entre las palabras.
Sinon: ¿Enserio este es el hermano de Asuna? — Sin mirar disparó con una pistola detrás suyo, haciendo que un soldado cayese herido a tierra firme.
Asuna: Te pediría de favor, que no embobes a mi hermano, querida Sinon — Informó levantando varias piedras para después lanzarlas a los carros de los soldados.
Rain: ¡Eso es nuevo! ¡Alguien está interesado en ti, Sinon! — Grito emocionada dando una tajada en el aire, creando detrás suya fuego que hiero a los soldados.
Silica: Oh, el hermano de Asuna y Sinon. Jamás pensé esa combinación de pareja — Comentó curiosa arriba de un enorme elefante el cual daba pisadas que hacía que los soldados cayesen.
Lisbeth: Oigan no sean tan malas, desde acaba veo como ella se está poniendo roja — Dijo con burla tomando su martillo que había regresado a su mano.
Sinon: ¡Quieren callarse! — Grito avergonzada por los comentarios de sus amigas — ¡No vuelvo a venir a una misión con ustedes!
Lisbeth: ¿Pero con el hermano de Asuna, si? — Continuó con su broma.
Ante ello, la peliazul no pudo controlar el sonrojo que aumentaba más y más ante los comentarios burlones de la chica.
Sinon: ¡Lisbeth una palabra más y mi siguiente bala será para ti! — Amenazó aun con sus mejillas rojas.
Lisbeth: ¿Pero por qué te sonrojas, si solo son leves burlas a menos que...?
Antes de que pudiesen seguir las burlas una enorme explosion en los cielos hizo que todas las chicas miraron expectantes, viendo como Mordo y Kirito estaban teniendo una frenética batalla en los cielos.
Mordo: ¡¿Por qué no lo logras comprender Kirigaya?! — Cuestiono lanzando fuego verde al pelinegro.
Kirito: ¿Comprender que? que tus propias creencias, pueden cambiar el flujo de la existencia. Si es eso claro que lo comprendo — El fuego se detuvo frente a Kirito para después este manipularlas a su antojo, creando una flecha de fuego.
Mordo: Los hechiceros debemos proteger la ley natural. No desestabilizarla. Tu más que nadie debe saberlo.
Kirito: Si, la ley natural sigue un flujo de acontecimientos ya planificados y ya concretados. Pero ¿enserio esto ya está predicho? — Cuestiono lanzando la flecha a Mordo, el cual se defiende creando un vórtice oscuro que absorbió el fuego.
Mordo: Seguir la ley natural, es defender lo correcto. Si no lo hacemos lo único que provocamos es más desdicha ¡Más muerte!
El moreno empezó a disparar un sinfín de peces esqueléticos. Kirito soltó un leve suspiro para después crear anillos alrededor suya que se extendieron bloqueando el ataque de los peces.
Kirito: Pero incluso la propia existencia de uno mismo, crea un sin fin de acontecimientos que no pueden estar prescritos.
Mordo: La vida y la muerte es algo natural. Algo a lo cual no debemos cambiar. Si una vida se alarga el universo propio quita vida a otras personas. Eso es injusticia. Eso no es natural.
Kirito: Je, ¿desde cuando has sido tan poético, Mordo? La última vez que nos vimos fuiste más... ¿cómo decirlo? ¡Ah sí, sadico! — Dijo con burla.
Una vena apareció en la frente de Mordo, el cual levantando ambas manos creó dos especies de grietas de las cuales una especie de líquido espeso las cuales tomó la forma de una especie de gusano con ojos y boca grotesca.
Mordo: Cállate... — Gruño haciendo que aquellos gusanos se acercasen a Kirito.
Kirito: ¿Qué? ¿Toqué una vena sensible? — Sonrió creando un escudo alrededor suya.
El ataque chocó creando una especie de lluvia de barro. En el suelo Rain y Lisbeth peleaban juntas combinando sus habilidades de fuego y relámpagos. Al cabo de unos segundos, varios soldados ya estaban noqueados.
Lisbeth: Nada mal, ¿ahora que sigu-
Una bala pasó al lado de la chica rozando levemente la piel, haciendo que esta palidecieron a los segundos el sonido de dolor hizo que mirara de reojo como un soldado caía adolorido.
Lisbeth: ¡¿Qué fue eso, Sinon?! — Pregunto quejándose viendo a lo lejos a Sinon Sonriente.
Sinon: Ups, perdón. Parece que no calcule bien la trayectoria — Dijo con una sonrisa que hizo enfurecer a la pelirrosa.
Lisbeth: ¡¿A que le apuntabas realmente?!
Sinon: Hum, pensaba darte en el hombro. Pero después dije 'No, por que si lo hago no podrá maniobrar' Así que decidí apuntar a tu mechón de cabello — Dijo con una sonrisa.
Lisbeth: ¡Te voy a-
Antes de que pudiesen continuar peleando el retumbar de piedra rompiéndose hizo que los héroes dejasen de pelear todos viendo a la lejanía aquella puerta la cual estaba siendo golpeada.
Asuna: ¡Klein! ¡¿Qué está pasando?!
—{Minutos atrás}—
Mientras la batalla se llevaba fuera, Klein siguió a su padre hasta donde estaba el altar de su madre y hermana.
Al llegar al lugar se encontró a su padre, poniendo un incienso frente a los cuadros de las dos mujeres que más amo. Wenwu no tardó en darse cuenta de la presencia de su hijo, viéndolo de reojo.
Klein se acercaba lentamente guardando distancia viendo como este juntaba sus manos en forma de oración para posteriormente voltear a verle listo para pelear.
Ambos padre e hijo se pudieron frente a frente viéndose con decisión.
Mandarín: ¿Estás pensando detenerme sin la ayuda de tus amigos héroes? — Preguntó con un tono leve de burla.
Klein: No me vas a asustar.
Mandarín: Se que lo estas.
De un rápido movimiento, Mandarín dio un puñetazo a Klein en el pecho que si no fuera por el traje de escamas de Dragón había salido volando del lugar, únicamente teniendo la reacción de dar un leve retroceso apoyándose con la ayuda de un Bo.
Mandarín: Has vivido asustado toda tu vida. Siempre corriendo, escondiendote.
Klein rápidamente dio un golpe con su arma el cual su padre pudo esquivar fácilmente, seguidamente el pelirrojo empezó a dar múltiples ataques sin cesar los cuales su padre pudo bloquear sin mucha complicación demostrando una vez más porque él fue un gran conquistador desde miles de años.
Rápidamente, Mandarín tomó las riendas de la situación, dando un salto hacia el aire para después tumbar a Klein al suelo.
Klein: Estuviste allí cuando fueron por ellas y no hiciste nada. ¡Te paraste frente a una ventana y las viste morir! ¡Tu hermana intentó salvarla y tú aún así no hiciste nada! ¡Y mira lo que provocaste, la muerte de ambas!
El Mandarín se dio la vuelta empezando a caminar hacia su destino la puerta que le daría la solución a su angustia. Rápidamente Klein se puso de pie y dio un salto listo para dar un golpe desde arriba.
Su padre bloqueó el ataque sin muchos problemas, sosteniendo el Bo para después dejarlo confuso frente de él. Seguidamente Wenwu corrió hacia él y con ayuda de los anillos creó una onda expansiva que empujó a Klein al patio.
El Mandarín empezó a lanzar sus anillos sin parar, Klein los comenzó a bloquear difícilmente pero logrando su cometido se acercó a su padre y empezó a intentarlo golpear pudiendo levemente hacerlo retroceder.
Klein: Ellas murieron tú debías cuidarnos. Pero esos anillos te importaron mucho más.
Su padre se quedó confuso ante las palabras, cosa que aprovechó Klein y le dio una patada que lo dejó en el suelo unos segundos.
Klein: Entrenaste a tu hijo para asesinar. Dime ¿esto querías?
Nuevamente empezó a dar golpes con su arma provocando lo mismo con su padre logrando bloquear la mayoría de los ataques sin muchos problemas. Pero en un acto sorprendente, Klein alejó a su padre, para después dar un salto al aire y asestar un golpe a la cabeza del mayor, dejándolo en el suelo.
El Mandarín lentamente se puso de pie, Klein al ver como su padre aún no se levantaba se acercó cuidadosamente a este.
Klein: Aunque pudieras revivirlas ¿Que te hace pensar que querían saber algo de ti?
Su padre levemente volteo a verle para después tomar su arma, Klein empezó a forcejear en vano para posteriormente lanzar sus anillos haciendo que el pelirrojo salga volando del lugar cayendo al agua.
El Mandarín se quedó quieto unos segundos pensando las palabras de su hijo, ¿tendrá razón lo que dice? Pero antes de poder siquiera pensar lo que era justo o injusto, las voces de madre e hija resonaron en la cabeza del hombre.
—Sálvanos. Sálvame, papá. Sálvame mi amor.
Ante aquellas palabras, el Mandarín dejó de pensar en las absorbentes palabras de su hijo y salió disparado del lugar yendo hacia la puerta en donde detrás de ella yacían las dos mujeres que más amo.
A los segundos aterrizó viendo frente a él, la imponente puerta acercándose lentamente hacia esta.
—Sálvanos... — Nuevamente la voz resonó.
Mandarín: Ya voy mis amores.
El villano empezó a darle golpes potenciados con los anillos aquella puerta, empezando a crear leves grietas, haciendo que unas criaturas empezasen a salir.
Mephisto: Si, ven a mi. ¡Vayan mis hordas! ¡Conquisten el mundo por mi!
Gritó con emoción y júbilo en su voz, teniendo frente a él un enorme ejército de enormes criaturas. Entre ellas una especie de demonio azul de cabeza de toro y cola de serpiente.
Nuevamente en la batalla de Kirito, este estaba lanzando relámpagos de energía que Mordo logró bloquear sin muchos problemas.
Kirito: ¡Déjate de juegos, Mordo! ¡¿Qué planeas en realidad con el Mandarín?!
Mordo: ¡Todo a su tiempo, Kirigaya! — Grito mientras creaba dos enormes cráneos que al abrir su boca expulsaron miasma.
Kirito: ¡Me canse de estos juegos! — Manipulando el aire, hizo que el miasma le rodease para después manipularlo — Veamos cómo tomas esto — Creando una enorme serpiente verde la lanzó hacia el villano.
Mordo: ¡Vaya que Ancestral no te enseñó bien! ¡No te enseño a tener paciencia! — Gritó con una enorme sonrisa para después lanzar una enorme rafaga de energía a Kirito.
Pero al llegar cerca de este, se detuvo debido a la habilidad 'Infinito' que Kirito había estado perfeccionando las últimas semanas.
Kirito: "Ha este paso me desgastaré, usar tanto Infinito usa demasiada energía vital. Eso aun no lo he podido perfeccionar... tsk qué remedio..."
El pelinegro se preparaba para contraatacar pero, el dolor de algo lo hizo detenerse volteando a ver de reojo viendo como Mordo estaba sosteniendo una espada mientras abría un portal.
Mordo: Te enseñe a no descuidar tu espalda ¿verdad? ¡Oh espera no lo hice!
Kirito miró su pecho viendo como una espada atravesaba su pecho, segundos después Kirito empezó a caer.
Kirito: "Al atacarme por delante, mientras yo estaba distraído defendiendome de ese ataque, Mordo abrió un portal y de él, hizo pasar una espada que perforó mi piel... pero ¿como? ¿cómo perforó el infinito?"
Se empezó a preguntar en sus pensamientos, luego de un par de segundos con ayuda de su capa la cual ahora era una gabardina, cayó sin muchos problemas. Lentamente, Kirito se puso de pie empezando a curarse.
Kirito: ¿Qué es esto...? — Preguntó débilmente viendo como su magia no estaba siendo efecto como debía ser — Mi magia no sirve... ¿que era esa espada...?
Mordo: ¿Ah que es hermosa?
Kirito alzó la mirada viendo como Mordo desciende sosteniendo una espada negra con mango rojizo.
Kirito: ¿Que... que es esa espada...? ¿Un artefacto?
Mordo: Bingo. Mientras Asuna y tú se hacían los héroes. Yo me embarqué en una búsqueda por otros artefactos. Este — Mostró su espada al pelinegro — Es la Espada del Verdugo. Capaz de inhabilitar la magia de los hechiceros. Una espada poderosa y la guarde especialmente para derrotarte — Sonrió victorioso.
Kirito: Me siento muy halagado que hayas apartado especialmente para derrotarme. Debería sentirme honrado... — Dijo con burla, poniéndose firme.
Mordo: Sigue con tus chistes, Kirigaya... ya es tarde...
El retumbo apareció, Kirito alzó la mirada viendo como unas criaturas voladoras empezaban a aparecer. Mordo observó a las criaturas sonrientes, extendió sus manos dándoles la bienvenida.
Mordo: ¡Observa Kirigaya! ¡Observa cómo un nuevo orden se acerca! ¡Y con eso la ley natural volverá a aparecer!
Grito mientras que en los cielos aquellas criaturas empezaban a rodear todo el lugar.
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