___Capítulo 52: Ta Lo___

___Capítulo 52: Ta Lo___

Klein: Este bosque sí que es raro — Frente suyo un bosque de bambú hacía acto de presencia.

Kirito: Detectó grandes cantidades mágicas — El pelirrojo volteo a ver al pelinegro el cual su ojo derecho mostró un color morado — Jum, no creo que pueda abrir un portal — Concluyó viendo su anillo — ¿Tal vez volando?

Yui: No lo creo papi. Hay una barrera que protege todo el lugar — Informó en los brazos de su madre.

Kirito: ¿Estás seguro que tu padre dijo que iría a Ta Lo? — Pregunto viendo al pelirrojo que parecía estar meditando sobre la situación.

Klein: Antes de que despertaran, me contó que en Ta Lo. Hallaría sus respuestas. También tengo una corazonada, madre siempre decía que nuestro ancestros protegían la puerta de un mal que no debería pisar este mundo.

Kirito: Viendo las cosas, en Ta Lo debe estar la susodicha puerta. Ya que no hay otra en alguna parte del mundo, no que yo conozca.

Asuna: ¿Qué hacemos, Kirito?

Kirito: Hum... ¿conjurar? — Alzó sus hombros sin saber qué responder.

Asuna: ¿No tienes otra idea? — El pelinegro negó — Klein, ¿no sabes alguna forma de ingresar?

Klein: Mamá contaba que los caminos se abrían si tu corazón era digno de ello — Empezó a caminar acercándose al bosque viendo como aquel bosque le estaba llamando silenciosamente— Siento que el bosque me llama de una u otra manera.

Asuna: Podría ser, tu linaje viene de aquí. Tal vez el bosque te permita su paso — Sospecho al saber que las raíces del pelirrojo venían de aquel lugar, tal vez el bosque le permitiría el paso solo a el y a sus invitados.

Kirito: Vale la pena intentarlo — Dijo 

El pelirrojo sin temor alguno tomando una bocada de aire, para después soltar el aire contenido en sus pulmones, dio un paso al frente observando el bosque con mas atención que antes, Asuna tenia razón era como si lo llamasen.

Klein asintió, poniendo su palma en el bosque, al inicio pareció no reaccionar, pero una brisa de aire hizo que los héroes sintieran la presencia de algo dentro del bosque, Klein miró a sus alrededores viendo algunos pétalos de cerezo salir de las entrañas del bosque.

Klein: Me llaman, es raro... es... es como mi hogar... — El bosque rápidamente empezó abrir un camino para nuestros protagonistas — Vamos, no creo que nos haga daño el bosque.

Los hechiceros asintieron, empezando a adentrarse en aquel bosque. Antes de adentrarse Asuna regresó a ver a su hermano el cual estaba alejado viendo a los héroes.

Asuna: Gracias, Koichirou. Ya puedes irte.

Koichirou: Lo siento hermanita pero no. Si se enfrentaran a un ser todopoderoso no puedo dejarte sola y menos a mi sobrina en manos de este brujo.

Kirito: Te recuerdo que estoy aquí.

Koichirou: Lo sé — Dijo sonriente.

Kirito: Serás...

Asuna: Entiendo hermano, pero no quiero que arriesgues tu vida.

Koichirou: No tienes de qué preocuparte, hermanita. Para eso están los hermanos mayores, para proteger a los menores.

Asuna: Si que eres terco.

Kirito: Los hermanos son igualitos...

¡¿Qué dijiste?! — Preguntaron con enojo los Yukki.

Kirito: Nada. Pero Asuna tiene razón, Koichirou no quiero que te arriesgues. Pero si quieres ayudar. Puedes ir a Nueva York e informar la situación a los Agentes de Atlas...

Koichirou: ¡Entendido! — Salió corriendo dejando al pelinegro con las palabras en la punta de la lengua.

Kirito: Siento que esto ya lo hace para molestar — Expresó rechinando los dientes.

Asuna: Yayaya. Vamos. No sabemos cuánto tiempo tenemos.

Sin más, nuestros héroes se adentraron en aquel bosque de bambú en busca de Ta Lo.

Los héroes caminaron por aquel bosque que era un total laberinto de bambú. Después de mucho caminar llegaron a un pequeño prado lleno de animales fantásticos.

Asuna: Silica estaría feliz de estar en este lugar — Comentó viendo aquellas criaturas, que solo Silica podría encariñarse.

Kirito: Detectó una fuente mágica detrás de aquella cascada.

Nuestros protagonistas empezaron a caminar, hasta atravesar aquel bosque al hacerlo sus ojos se abrieron de par en par al ver como detrás de aquel lugar había una aldea perdida.

Asuna: Fascinante — Vio a su alrededor viendo aquella aldea estilo japonesa.

Kirito: En ningún libro de Ancestral relataban este sitio.

Mientras nuestros protagonistas seguían viendo a sus alrededores. Los habitantes de aquella aldea se percataron de la presencia de los recién llegados, los cuales parecen incómodos e incluso furiosos por la llegada de nuestros héroes.

Los habitantes rápidamente tomaron sus arcos apuntando con ellas a nuestros héroes. Kirito reaccionó rápido formando un escudo alrededor de sus aliados.

Kirito: ¡Escuchen no queremos pelear! ¡Venimos a advertirles!

¡Mientes! ¡Fuego!

Los arqueros empezaron a disparar, Asuna dejó a Yui cuidadosamente en el suelo empezando a levitar, para después detener las flechas con su magia. Los arqueros quedaron sorprendidos, Asuna las dejó caer al suelo.

Asuna: No queremos pelear. De verdad venimos a advertirles.

¿Klein eres tú? — Preguntó una anciana al fondo de todos los arqueros.

Klein inclinó levemente su cabeza confundido al oír su nombre, los arqueros se hicieron a un lado dejando pasar a una mujer adulta, todos los hombres bajaron sus armas al verla pasar.

Klein: ¿Cómo sabes mi nombre?

Klein. Soy tu tía, Nan.

Klein se quedó sin palabras, ante él estaba otro familiar que él no conocía. Nan, se acercó al pelirrojo y le dio un cálido abrazo que al inicio no supo corresponder, pero luego de un par de segundos, le regresó el abrazo.

Nan: Espere mucho para poder conocerte — Dejó de abrazar al pelirrojo acariciando levemente su mejilla — Te pareces a tu madre.

Klein enternecido empezó a lagrimear para después ser abrazado de vuelta, Nan miró de reojo a los dos hechiceros que estaban detrás de Klein. Kirito bajo el escudo mientras que Asuna y Yui daban una leve reverencia.

Asuna: Mucho gusto, somos Asuna Yukki, Kazuto Kirigaya y Yui Kirigaya — Presentó formalmente a su familia.

Nan: Bienvenidos a Ta Lo, familiar Kirigaya.

Gracias.

Klein: No tenemos mucho tiempo. Padre ya viene.

Nan asintió levemente para después guiar a los héroes a la orilla del río en donde al fondo habitaba una puerta oscura con un símbolo de un hombre en forma de serpiente.

Nan: Nuestro pueblo ha vivido aquí más de 4,000 años... preparándose para algo que nunca pasa. Somos los Guardianes de las puertas del Infierno juramos proteger este reino y el suyo de Mephisto que está detrás de aquella puerta.

Kirito: Jamás en mi vida pensé ver las puertas del infierno. Siento escalofríos con solo verla.

Asuna: Detrás de aquella puerta está un mal que creí jamás presenciar.

Klein: Papá ya viene para abrir la puerta. Cree que encerraron a mamá y a mi hermana ahí dentro.

Nan: ¿Pero por qué crees eso?

Kirito: Tal vez sea por Mephisto, de una u otra manera pudo adentrarse al poder de los anillos, y con eso ha estado manipulando a Wenwu.

Asuna: Viendo la situación, debe ser lo más probable. Mephisto debió haberlo manipulado con sus voces.

Nan: Los anillos. ¿Podré suponer que no se los quito desde hace tiempo?

Klein: No se los ha quitado desde que madre murió ¿que tiene que ver con todo esto?

"Luego de que Nan, contará la historia de Ta Lo, la cual relataba cómo los antiguos ancestros de Ta Lo con ayuda de 'La Gran Protectora' lograron vencer a Mephisto a duras penas..."

Nan: Otorgandonos un regalo, un don para poder defendernos — Los héroes voltearon a ver a la mujer expectantes.

La mujer los guió a una herrería en donde, varios herreros forjaban armaduras y armas de cierto material especial, las cuales eran tan filosas que cortaban la madera como si nada.

Kirito: ¿Escamas de Dragón?

Nan: Si que tienes conocimientos, hechicero supremo. Son buenas como defensa y arma — Regreso a ver al pelirrojo el cual seguía sorprendido de aquellas armas — Tu padre no es el primero en abrir la puerta al infierno. Muchos lo han intentado y fallaron durante siglos y todos tenían una cosa en común. Los atrajo la voz de algo que apreciaban. Una voz que les prometió sus más grandes anhelos.

Klein: ¿Crees que ese tal Mephisto está diciendo esas cosas?

Asuna: Los anillos son artefactos místicos, tienen el poder para dejarlo libre. No me sorprendería que lo quisiera a él a toda costa.

Se formó un pequeño silencio, para después ser opacado por ligeros pasos que se dirigen al pelinegro.

Yui: ¡Papá!

Kirito regresó a ver a su pequeña la cual vestía un traje japonés hecho de escamas y un hermoso abanico hecho de las mismas.

Yui: La mujer de ella me lo diseño ¿me lo puedo quedar? — Preguntó con ojos de cachorrito.

Kirito: Ay Yui. Sabes que no puedo decirle que no a esa cara — Dijo rendido al ver la ternura de su pequeña.

Yui: ¡¿Es un sí?!

Asuna: Por ahora sí, después hablaremos acerca de cómo manipular a papá.

Nan: Klein, hay que ir con tu madre y hermana

Kirito: Nosotros nos comunicaremos con el resto del equipo debemos avisarles que pasa. Si viene una batalla debemos estar preparados. Ya Koichirou debe estar cerca...

La familia se separó yéndose a un lugar alejado, mientras que Klein y Nan fueron rumbo a donde estaba la madre y hermana del joven.

Llegando a lo que parecía ser un pequeño templo en donde en una esquina había un retrato de las dos mujeres fallecidas, Klein se acercó a ella viendo con nostalgia aquel retrato, recordando todos los momentos que pasó junto a su familia.

Nan: Ustedes eran su vida. Dijo que un día descubrirán cómo llegar y que yo debía preparar este obsequio para ustedes. Lo triste es que solo uno de ustedes llegó.

Dos hombres aparecieron poniendo encima de dos pilares dos paquetes envueltos en una sábana hermosa, Klein las abrió lentamente encontrándose en el interior un traje de escamas rojo con partes negras, volteo a ver el segundo paquete, abriéndolo. Dentro de este había una katana junto con su vaina.

Klein regresó a ver a su tía, la cual parecía estar tranquila por fuera pero por dentro su corazón se enterneció de ver a su sobrino obtener aquel regalo que su hermana le había dejado a sus hijos.

Los cuales lamentablemente sólo uno había llegado a Ta Lo.

Nan: Después de perder a alguien como ellas, cualquiera puede sentirse solo en el mundo. Pero no lo estas. Eres hijo de esta familia y se bienvenido a tu casa.

La mujer se retiró dejando solo a Klein viendo el retrato de su madre y hermana.

Mientras por otro lado el pelinegro estaba intentando ponerse en contacto con los Agentes de Atlas aún no teniendo éxito alguno, un poco alejados de los dos hechiceros, Yui observaba como sus padres se esforzaban.

Yui: Quisiera poder ser de ayuda para mamá y papá.

Nan: ¿Y por qué no puedes ayudarlos pequeña Yui? — La pequeña volteó a ver a la mujer la cual tomó asiento al lado de la niña.

Yui: Papá y mamá muchas veces están ocupados, pero siempre consiguen tiempo para mí. Ellos son los guardianes de este universo, son héroes y siento que abuso de ello. Incluso se han estado limitando en sus combates para que yo no salga herida...

Nan: Los hijos siempre serán la prioridad de los padres. Pero ellos no dictan tu futuro — Tomo el abanico de la menor y levemente lo agito creando una cornisa de aire de pétalos de cerezo.

Yui observó esto fascinada, Nan miro los ojos de fascinación de la menor, recordando a su sobrina que no pudo ver.

Yui: Quisiera poder hacer eso... — Regreso a ver a la mujer — ¿me enseña?

Nan abrió los ojos sorprendida, para después sonreír asintiendo, tomó la mano de la menor y se alejaron un poco de los padres para poder entrenar.

Asuna: ¿Estará bien que Yui vaya con Nan?

Kirito: Nuestra pequeña está creciendo. Quiere ser más independiente, creo que está pasando por la fase de rebeldía — Comento burlón.

Asuna: ¿A sí? bueno después llega la adolescencia — Eso pareció haberle enterrado una flecha al pelinegro directo en el ego y corazón — Después los amores — Otra flecha clavada — Y luego los novios.

El pelinegro cayó de espaldas al solo imaginarse a su pequeña tomada de la mano con un niño.

Kirito: Conjuro ah...

Asuna: Yayaya, padre sobreprotector.

i¡Kirito!

El mencionado se puso de pie, Asuna y este miraron como una especie de humo aparecia frente suya.

Kirito: Bien, es hora de reunir a la banda.

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