#9: Discusión y expulsión

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Aunque nunca fuese capaz de admitirlo, el hecho de que Midoriya no estuviera, era algo que había comenzado a desesperar a Katsuki.

Sin dudarlo ni un solo segundo más, se dirigió a la puerta para salir y buscarlo, pero justo cuando estuvo a punto de abrir dicha puerta, se dio un golpe con algo, o, mejor dicho, con alguien.

—¿K-Kacchan…? —inquirió el fantasma que acababa de atravesar la entrada y con el que Katsuki había chocado.

—¡MIERDA, DEKU! —se exaltó jalando al de cabello verde por un brazo y llevándoselo a rastras a la habitación.

—¡¿O-Ocurre algo?! ¡¿K-Kacchan?!

Midoriya no supo que había hecho mal.

Simplemente, al ver que todos se habían ido a buscar a Kirishima y que, además, Bakugou y Todoroki le advirtieron que no les siguiera, Izuku decidió ir al cementerio a por sus ahorros secretos (monedas que se encontraba en el suelo y que aprovechaba a guardar) para dirigirse a una tienda y comprar una revista.

Como los humanos que no sabían de su existencia no podían verle, lo que hacía Midoriya era dejar el dinero encima del mostrador y llevarse, tratando de no levantar sospechas, la revista que deseaba.

—¡¿QUÉ MIERDA TE PASA?! —exclamó Katsuki bastante harto de todo y soltando a Izuku.

Bakugou estaba cansado de que vinieran los problemas uno tras otro y que la situación solo fuera a peor.

—Bakugou —trató Todoroki de tranquilizar mientras se acercaba hacia Katsuki.

—Oh no, ya empiezan de nuevo… —dijo Denki para sí con nerviosismo.

Kaminari tragó saliva y prefirió acomodarse y meterse en la cama junto a Kirishima.

Aquel diablillo sabía perfectamente que estaba a punto de comenzar otra problemática discusión entre Katsuki e Izuku.

—No lo entiendo, Kacchan —respondió el fantasma mientras dejaba a un lado la revista que había comprado y sujetaba con ambas manos su linterna—. No sé qué he hecho para que...

—¡Te dije que no salieras, mierda! —interrumpió nuevamente cada vez con más rabia.

—¿Y qué querías…? —murmuró algo cabizbajo—. ¡No me gusta quedarme solo, Kacchan! —exclamó levantando su rostro y mirándole con cierto dolor en sus ojos—. Tú… siempre…

Kirishima, al ser testigo de aquella discusión, no pudo evitar querer decir algo respecto.

—Esperad un momento —intervino haciendo que Katsuki e Izuku le mirasen con dudas—. ¿Estáis discutiendo porque Bakugou se preocupó por ti, Midoriya? —inquirió ladeando la cabeza y al ver que la razón era algo ridícula.

Aquellas palabras hicieron que Izuku y Katsuki se quedaran en silencio, para que segundos después, Bakugou chasqueara la lengua y se largase de aquel lugar con ambas manos en los bolsillos.

—Ah, lo dijiste —comentó Kaminari soltando una risa.

Midoriya se limitó a ir a por su revista y quedarse en un rincón; por un momento, a Kirishima le pareció verle sonreír levemente antes de que ocultara su rostro con dicha revista.

[...]

—¿Ya lo enviaste? —inquirió Shigaraki mientras trataba de hacer una torre de naipes.

—Sí —confirmó Dabi con una leve sonrisa de satisfacción—. Los de U.A. ya deberían de saberlo.

—¡Chicos! —la voz de Toga hizo que se giraran hacia ella—. ¡Lo hice! —agregó con una ilusionada sonrisa y señalando sus colmillos—. ¡Inhabilité al humano!

—Genial, genial… —murmuraba Tomura mientras comenzaba a rascarse el cuello y sonreír.

—Entonces… ¿empezamos? —agregó el vampiro de cabello oscuro.

—Hagámosles una pequeña visita —finalizó Shigaraki mientras terminaba su torre de naipes.

[...]

—Bueno… —comenzó Denki al sentir cómo le empezaba a rugir el estómago—. ¿No tenéis hambre?

—¡Ah! —exclamó Kirishima al recordar la compra que había hecho—. Tenía planeado… —siguió mientras trataba de hacer el intento de levantarse apoyándose con una sola mano.

—¡Alto ahí! —detuvo Kaminari rápidamente—. ¡No puedes moverte, Kirishima! —agregó frunciendo el ceño levemente—. Déjanoslo a nosotros —finalizó sonriéndole con un leve rubor en sus mejillas y mostrando el característico colmillo de diablillo.

Eijirou no pudo reaccionar diciendo nada más. Sentía su rostro arder mientras veía cómo Kaminari salía de la habitación y movía su colita.

Todoroki solo pudo observar claramente cómo Denki estaba feliz por ayudar al pelirrojo y cómo este se había quedado embelesado por Kaminari.

“—Creo que le gustas al humano” —comentó el vampiro utilizando su habilidad y haciendo que el diablillo se detuviera al escuchar tales palabras en su mente.

El alegre rubio no supo qué responder.

Tragó saliva y prosiguió su camino hacia la cocina mientras sonreía con nerviosismo.

“—Aunque me beneficia a mí” —siguió Shouto inexpresivamente—. “Así no me quita a Bakugou.”

[...]

“¿Será posible…?” Pensaba Kaminari con una leve sonrisa.

Pero negó aquel pensamiento rápidamente al creer que lo más probable era que no funcionara.

Kirishima era amable con todos. Era alegre, normalmente optimista y decidido.

Las posibilidades de que pudiera enamorarse de alguien que no era humano y que, encima, era un chico, eran mínimas.

—Oye, Bakugou —introdujo Denki al llegar a la cocina y ver a aquel hombre lobo desgarrar un pedazo de carne con rabia.

Katsuki se giró y le miró bastante mal; odiaba que le interrumpieran mientras comía.

—Tú sabes cocinar, ¿no? —agregó ilusionado.

[...]

—Midoriya, ¿puedo preguntarte algo? —inquirió Kirishima sin moverse de la cama mientras observaba cómo aquel fantasma estaba tan metido en su lectura—. ¿Los fantasmas coméis algo…?

El chico de cabello verde, al oír aquello, bajó la revista y respondió como si fuera lo más normal.

—No podemos digerir alimentos. O eso me han dicho… ¡A-Aunque tampoco siento hambre ni ganas de ir al baño!

—Oh, ya veo… —murmuró sintiéndose algo mal por Izuku; después de todo, aquel chico fantasma ya no podía disfrutar del placer que era la comida—. ¿Y tú, Todoroki? —agregó mirando al vampiro que se había vuelto a colgar del techo boca abajo—. ¿Solo comes verduras y frutas?

—Podría chuparte toda la sangre, pero sí —aplicó bajándose y mirándole con serenidad—. Solo tengo permitido comer eso a menos que sea desterrado —agregó haciendo que el pelirrojo sonriera con nerviosismo—. Aunque me gustan los tomates.

Eijirou no supo qué más decir.

Izuku había vuelto a continuar su lectura y Shouto volvió a colgarse del techo.

“Quiero levantarme…”

—¡Una pregunta, Kiri…

Pero Kaminari se detuvo al ver cómo el pelirrojo había estado tratando de levantarse mientras nadie le miraba.

Denki había aparecido por la puerta y había pillado a Eijirou tratando de pararse.

Frunció el ceño levemente y se dirigió hacia el pelirrojo para volver a dejarle dentro de la cama, envolviéndole con una manta para que no tratara nuevamente de levantarse.

—No me gusta estar así… —confesó el pelirrojo teniendo que asimilarlo.

—Dije que nosotros nos encargamos —aplicó el rubio de brazos cruzados—. Ah, sí, ¿cómo te gusta la carne? —inquirió al recordar por lo que había venido—. ¿Poco hecha, muy hecha o en su punto?

Aquella era una pregunta bastante difícil para Eijirou; le gustaba de todas las maneras.

Cerró los ojos mientras fruncía el ceño por tratar de decidir cómo la prefería.

—¡En su punto! —optó por exclamar—. Aunque… poco hecha también me gusta…

—¡Ya veo! —comentó dispuesto a regresar a la cocina, no sin antes girarse una última vez—. Y no te levantes, eh.

Kirishima no podía negarse ante esa mirada.

[...]

—¡Kirishima! —nuevamente, se pudo escuchar la voz de Kaminari seguida de la presencia de aquel chico, el cual venía alegremente con una bandeja de comida—. ¡Mira, lo he hecho yo! —agregó con ilusión mientras le ofrecía lo que parecía ser trozos de carne quemada.

—Esa mierda no es ni comestible —intervino Katsuki por la puerta, el cual también llevaba una bandeja en la que se podía apreciar diversos platos de carne y que, al parecer, estaban perfectamente hechos y desprendían un exquisito olor.

—¡No puede estar tan mala! —se quejó Kaminari dispuesto a probar su propia comida.

Y eso hizo.

Cogió un trozo de la carne que había preparado y se lo llevó a la boca mientras masticaba felizmente… pero su expresión, a lo largo de los segundos, fue cambiando drásticamente a una bastante mala.

Esta vez, algo cabizbajo, observó nuevamente la carne que había preparado.

—Creo… que es mejor que pruebes la de Bakugou —afirmó consciente de que no podía darle tal aberración a Kirishima—. ¡Iré a tirarla, ya vengo! —agregó rápidamente.

—¡Espera! —detuvo el pelirrojo velozmente, haciendo que el diablillo se girase con dudas—. ¡Quiero probarla! —agregó con una gran sonrisa.

—¿Seguro…? —dudó Denki no muy convencido—. Sabe bastante mal.

—Pero lo hiciste tú —defendió Kirishima volviéndole a sonreír, mostrando esta vez aquellos puntiagudos dientes.

Dicho y hecho, cuando Eijirou utilizó la única mano que podía para llevarse un trozo a la boca, se dio cuenta.

Esa carne estaba terriblemente quemada y seca. No tenía sal ni sabor y era difícil de masticar por lo dura que estaba.

Kirishima nunca pensó que algo de carne le decepcionaría, pero esa cosa sabía horriblemente mal.

Aún así, Kaminari fue el que lo hizo.

Lo hizo para él y se veía que había puesto todo su cariño en ello.

—¡No está tan mal! —exclamó el pelirrojo mientras volvía a llevarse otro pedazo a la boca y comenzaba a masticar.

Cada minuto que pasaba, Denki sentía que Eijirou era cada vez más importante. Sentía que era la persona con la que quería estar por siempre.

Mientras tanto, Bakugou se hallaba en el suelo gozando de su propia comida. Y es que aquel hombre lobo cocinaba demasiado bien; y Denki lo sabía.

—Bastardo —llamó Katsuki dirigiéndose a Todoroki—. Hay tomates en la cocina —agregó recordando que Kirishima había traído como dos kilos de ello.

Shouto, al oír esas palabras, bajó del techo y se dirigió hacia dicho lugar, pero, por el camino, sonó el timbre de la puerta.

Con curiosidad, se acercó y vio cómo alguien metía cuatro sobres por debajo de la puerta. Se agachó para recogerlos y regresó a la habitación para entregárselos al que, supuso, era el destinatario.

—Ha llegado esto —comentó Shouto mientras mostraba las cuatro cartas que tenía en mano.

—Oh, ¿puedes leerlas por mí? —inquirió Kirishima al estar ocupado comiendo con la única mano que podía usar.

Pero el contenido de aquellas cartas no era algo que iba dirigido específicamente a Kirishima; y Todoroki lo supo cuando comenzó a leerlas una por una.

“Kirishima Eijirou, has sido expulsado de U.A.

Creemos que no es necesario especificar el motivo ya que debes conocerlo perfectamente.”

“Bakugou Katsuki y Kaminari Denki, habéis sido desterrados por incumplir las normas establecidas. Por consecuente, también quedáis expulsados de U.A..”

“Todoroki Shouto, has sido desterrado por incumplir las normas establecidas.”

“Hemos recibido grabaciones e imágenes donde cada uno de vosotros salía incumpliendo una importante norma. No podemos hacer nada, esperamos que os vaya bien como desterrados.

—U.A.”

[...]

1775 palabras

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