#4: El vampiro Shouto
†ADVERTENCIA†
• A partir de aquí aparece el Todoroki rarito con tendencias yandere.
†††
—¡¿De verdad sabes dónde está Kirishima?! —exclamó Denki acercándose hacia Katsuki.
—Solo hay un único bastardo que conocemos que sea capaz de infiltrarse por las noches a secuestrar humanos sin importarle las consecuencias —se limitó a responder mientras se crujía el cuello y se alistaba—. Retrasado, nos vamos al cementerio —agregó tomando el liderazgo y a pocos segundos de salir de la habitación.
—¡Espera! —dudó haciendo que Bakugou se detuviera y girase mirándole mal.
Kaminari tenía una gran duda existencial.
Por un lado, eran las cinco de la mañana, tenía mucho sueño y la tentadora cama le estaba observando.
Por otro lado, habían secuestrado a Kirishima, el pelirrojo al que había conocido hace poco tiempo, pero que tenía una agradable personalidad y que incluso había tocado su colita y le había preparado hamburguesas.
—Kaminari —llamó Bakugou haciendo que Denki abriera los ojos bastante aterrado.
El diablillo sabía perfectamente que cuando Katsuki le llamaba directamente por su apellido, iba en serio. Y que, incluso, aquello significaba peligro.
—Si no vamos antes de que salga el sol, ¿sabes qué es lo que quedará de Kirishima? —empezó el joven lobo con una sonrisa y frunciendo el ceño.
—Eh… no lo sé —respondió tragando saliva y bastante nervioso.
Katsuki se dirigió tranquilamente hacia la cocina y regresó al cuarto con un tomate en mano.
—Esto —sentenció levantando aquella hortaliza y estrujándola con una mano, haciendo que lo único que quedase de ella fuera una mezcla aplastada de la piel y la pulpa del tomate.
—¡¿Todoroki lo ha secuestrado?! —reaccionó aterrorizado al entender, por fin, la referencia.
—Mierda, sí que has tardado, retrasado. Y, ahora, vamos —finalizó tirando el tomate aplastado al suelo y dirigiéndose a la salida.
[...]
—¿Y bien…? Confiesa.
—¡Ya te he dicho que no me interesa en ese sentido! —exclamaba Kirishima mientras se sacudía tratando de escapar.
Cuando el pelirrojo despertó, todo estaba al revés. O, mejor dicho, él era el que se encontraba así.
Básicamente había sido secuestrado por un extraño vampiro que lo tenía atado en el techo de un extraño lugar y boca abajo.
—No lo diré otra vez —siguió aquel ser maligno—. ¿Cuáles son tus intenciones con Bakugou?
Kirishima supo que era imposible razonar con aquel sujeto. Ya lo había negado como diez veces, pero no le creía.
—Como veo que no colaboras, tendré que chupártela toda.
—¿Chúparmela…? —repitió el pelirrojo abriendo los ojos con cierto horror.
—La sangre.
[...]
—Vaya… —comentaba Denki después de bostezar—. Esto me trae recuerdos —agregó mientras miraba a su alrededor.
Bakugou y él ya se hallaban en el cementerio dirigiéndose hacia cierta zona que Katsuki conocía y en la que se hallaba el culpable de todo.
—Cállate —aplicó el chico lobo deteniéndose, comenzando a mover sus orejas y haciendo que Kaminari también parara con dudas—. Ese olor… —agregó girándose y mirando hacia cierto árbol donde se podía ver cómo sobresalía una linterna.
Chasqueó la lengua y prosiguió caminando, ignorando por completo al sujeto que se hallaba escondido observándoles.
“Solo es el puto Deku.”
[...]
—¿Voy a morir? —preguntaba Eijirou mientras observaba cómo Todoroki se comía un tomate.
—Probablemente —confirmó el vampiro terminando de comerse la hortaliza y, ahora, sacando un trozo de sandía que tenía en la nevera—. A menos que confieses la verdad.
Pero antes de que Kirishima pudiera responder, se pudo escuchar unas voces, cada vez más cercanas, por las escaleras.
—¡¿Crees que ya se la chupó?!
—¡YO QUE SÉ, MIERDA!
Todoroki, sin esperarse en absoluto que Bakugou viniera, no supo cómo reaccionar. Aquello no estaba en sus planes, así que optó por transformarse rápidamente en murciélago y quedarse quieto encima de la nevera.
—¿Todoroki vive aquí solo? —inquiría Denki una vez dentro de aquel lugar.
Al fondo del cementerio habían unos baños antiguos que tenían al lado un par de baldosas que, al ser levantadas, dejaban ver unas escaleras que llevaban al hogar subterráneo de Shouto, un vampiro independiente que, a pesar de no haber sido expulsado de la secta de vampiros, vivía solo.
—¡Kaminari, Bakugou! —exclamó el pelirrojo al visualizar a aquellos chicos y zarandeándose como oruga.
—¡Ah, Kirishima! ¡Sigues vivo! —aplicó Denki con una sonrisa—. ¡Ahora te bajo! —agregó cerrando los ojos y sacando sus alas de diablillo, las que comenzó a batir para elevarse y alcanzar al pelirrojo.
Mientras tanto, Bakugou se encontraba analizando la vivienda de Shouto.
Básicamente, todo estaba vacío a excepción de un ataúd, cuerdas, objetos raros y una gran nevera en la que había una cosa de color negro encima.
Se acercó y, en un movimiento rápido, cogió a dicha cosa negra que resultaba ser, obviamente, un pequeño murciélago.
—Más te vale explicarte, bastardo —sentenció Katsuki mirando al animal que apretaba entre sus manos.
En pocos segundos, Todoroki regresó a su forma original.
Un elegante traje negro con capa y cuello alto hacía relucir su pálido aspecto y sus colmillos de vampiro.
—Bakugou, has venido a verme —comentó con serenidad y cierta ilusión—. Y me has tocado por todo el cuerpo… —agregó desviando la mirada con un leve rubor al recordar la mano de Katsuki apretando su pequeño cuerpo de murciélago.
—Mierda, bastardo, sabes perfectamente para qué he venido —respondió el chico lobo con el ceño bastante fruncido.
—¿Vas a aceptar mi propuesta de matrimonio?
—¡QUE TE HE DICHO MIL VECES QUE NO SECUESTRES HUMANOS, JODER! —gritó perdiendo la poca paciencia que le quedaba—. ¡YA SABES LO QUE PASARÁ SI TE ECHAN!
—¡Se nota que se preocupa por ti, Todoroki! —intervino Kaminari después de haber liberado a Kirishima, el cual ahora se hallaba a su lado.
—¿Bakugou se estaba preocupando por mí…? —murmuró Shouto.
—¡CLARO QUE NO! —negó al instante bastante histérico.
—¿Ocurre algo malo si os expulsan de los grupos de vuestras especies? —inquirió Kirishima al escuchar cómo no dejaban de quejarse sobre lo de la “expulsión”.
Los tres seres se quedaron en silencio y comenzaron a mirar al pelirrojo, el cual seguía con dudas al respecto y parecía querer saber.
“—¿Cuánto sabe de nosotros este humano?” —preguntó Todoroki utilizando la habilidad que poseían los vampiros; básicamente, poder comunicarse con otros mentalmente.
“—El retrasado se lo cuenta casi todo” —respondió Bakugou señalando al diablillo.
“—¡Oye, que tú le dijiste lo de nuestras habilidades!” —se quejó el susodicho.
Kirishima solo podía ver cómo los tres jóvenes se miraban y hacían muecas raras sin pronunciar palabra alguna.
“—De todas formas, si se enteran de que el humano lo sabe, nos echarán a los tres” —siguió Shouto pensando en ello.
“—¡Pero Kirishima es una buena persona! Me hizo hamburguesas.”
“—¿Entonces se lo decimos?”
“—Me da igual, haced lo que queráis.”
—De acuerdo, humano —sentenció Todoroki dejando de usar su habilidad y dirigiéndose al pelirrojo—. Te lo contaré.
—Eh, y también le debes una disculpa —agregó Denki recordándole que había secuestrado al pelirrojo para luego colgarle del techo, interrogarle y planear chuparle la sangre.
—… —Shouto dudó durante unos segundos, pero ver cómo Kaminari se empezaba a preocupar por Eijirou, le hizo considerarlo una débil amenaza—. De acuerdo. Lo siento, humano.
—No pasa nada… supongo —respondió el pelirrojo con una sonrisa.
—Y sobre lo de nuestras especies… —comenzó a explicar el vampiro—. Tenemos unas normas en común.
—¡La primera es no matar humanos! —interrumpió Kaminari—. Aunque ya ves que Todoroki no suele dudar en hacerlo.
—La segunda es no dejar que ningún humano se entere de lo que somos —agregó Katsuki con el ceño fruncido y los ojos cerrados.
—Y la tercera es no matarnos entre nosotros y las diferentes especies —siguió Shouto con tranquilidad—. Si alguno incumple una de las normas, será desterrado de su respectivo grupo de especie. En mi caso, de la secta de vampiros.
—En el mío del infierno, y en el de Bakugou de la manada —agregó Denki.
—¿Entonces hay alguna organización rara superior a todas? —continuó preguntando el pelirrojo.
—¡La del profe Aizawa! —informó Kaminari—. Él es una momia que puede suprimir nuestras habilidades y, junto a otros dos jefes, son la máxima autoridad. ¡En realidad U.A. está llena de seres como nosotros! Solo un 20% son humanos como tú y solemos evitar hablarles.
—Ahora tiene sentido —suspiró Eijirou—. ¿Y al ser expulsados os ocurre algo?
—Problemas —sentenció Bakugou—. Putos y asquerosos problemas.
Kirishima no entendió a qué se refería con eso, así que volvió a preguntar, pidiendo esta vez un poco más de detalles.
—Los desterrados no tienen derecho a nada —aplicó Todoroki—. Pueden matar humanos, pueden matarse entre ellos y pueden ser atacados por cualquier grupo. Suelen juntarse de noche para cazar y, normalmente, son especies problemáticas.
—¿Problemáticas…?
—Ya sabes… —comenzó Denki levantando un dedo—. Lloronas, bloody Marys, poltergeists, jinetes sin cabeza, poseedores, anticristos, ghouls, vetalas, espectros, aracnes, vampiros… ¡Ah, y hombres lobo!
—¡¿ME ESTÁS LLAMANDO PROBLEMÁTICO?! —intervino Katsuki al oír el nombre de su especie.
—Por algo llevas ese collar, ¿no? —respondió el diablillo con una sonrisa traviesa—. Para no perder el control cuando es luna llena.
Kirishima, ignorando la persecución que había comenzado entre Bakugou y Kaminari, comenzó a tener un mal presentimiento. Todo le había parecido alegre y divertido, pero la verdadera historia no era agradable en absoluto.
De tan solo pensar que Kaminari, Bakugou y, ahora, el nuevo de Todoroki, eran expulsados, le hacía imaginarse la peor de las situaciones.
“Pero todo estará bien si nadie se entera de que solo yo lo sé.” Pensaba tratando de ser optimista y recuperando la sonrisa.
[...]
1605 palabras
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