#22: Capaz de protegerte
Aquel contacto y cómo el veneno había penetrado en la sangre de Eijirou, provocó que el joven humano abriera los ojos y soltase diversos gritos de dolor.
“Tiene que funcionar… ¡Mierda! Esta vez… ¡Esta vez tiene que funcionar!”
Bakugou no quería volver a fallar.
Bakugou no quería volver a cometer el mismo error.
[...]
Katsuki se separó de Kirishima una vez cesaron los gritos del contrario; Kaminari solo podía observar con dolor el cuerpo del pelirrojo.
Sentía que había sido un completo inútil por no poder ayudar a Eijirou.
—Funciona… ¡Mierda, tiene que funcionar! —gritó Bakugou al ver que el cuerpo de Kirishima no reaccionaba y el joven mantenía la mirada fija y sin vida hacia un determinado punto.
—Por favor… —rogó Kaminari sabiendo que las posibilidades eran inferiores al 50%.
Si Eijirou conseguía convertirse en un hombre lobo, todo el veneno de la vetala que se hallaba en su cuerpo sería inútil y recuperaría la energía al poco tiempo; si fallaba, las probabilidades de que Kirishima se convirtiera en un fantasma eran bastante bajas.
Había perdido mucha sangre y había estado en aquel estado durante mucho tiempo; básicamente, podía haber muerto en cualquier momento o, hasta que hiciera efecto el veneno de Katsuki, en ese mismo instante.
Pasaban los minutos y no había respuesta alguna; Kirishima seguía sin moverse.
Bakugou apretó los dientes con rabia al escuchar el profundo llanto de Kaminari.
—¡¿Por qué?! —maldijo en voz alta sintiéndose, nuevamente, culpable por las muertes que ocasionaba.
Katsuki lo odiaba; odiaba hacer daño a las personas que quería.
Y, lamentablemente, era algo que no podía evitar.
—Bakugou… —murmuró Kaminari con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos—. ¿Puedes acercarme hacia Kirishima…? —pidió sintiéndose totalmente inútil por no poder moverse debido al veneno de Himiko.
No hizo falta respuesta por parte de Bakugou.
Aquel joven cargó a Denki y lo situó al lado de Eijirou, pudiendo ver cómo Kaminari, al solo poder mover la cabeza, ocultaba su rostro en el hombro del pelirrojo.
Dolía mucho; dolía demasiado.
[...]
—Gracias, Hagakure-san… —comentó Midoriya al haber escuchado la explicación de aquel espectro—. No sé cómo agradecértelo —agregó con una sonrisa nerviosa.
—¡No hay de qué! —exclamó la joven—. Pero… ¿qué haréis con estos dos? —siguió mientras observaba a Dabi y a Shigaraki dormir plácidamente—. ¡¿Me los puedo llevar?!
Izuku permaneció analizando el rostro del sujeto de cabello negro y sintió y una leve presión en el pecho.
Definitivamente, era él.
El hermano de Todoroki era el vampiro que asesinó a su madre hacía años.
—No lo sé… —respondió con dolor en sus ojos cada vez que seguía manteniendo la mirada en aquel vampiro.
—Ah…
Una repentina voz hizo que Hagakure y Midoriya se girasen para ver de dónde procedía, pudiendo ver a una joven rubia bastante seria.
—Así que… Tomura-kun y Dabi-kun han perdido… —comentó sin ilusión y acercándose poco a poco.
Izuku se volvió intangible por instinto y Tooru retrocedió alerta a cualquier movimiento por parte del contrario.
—No sabía que teníais a un espectro a vuestro lado —prosiguió la vetala comenzando a sonreír—. Si mal no recuerdo, su terror es efectivo cuando atacan por sorpresa a alguien… ¿no? Y eso significa que ahora sería inútil intentarlo conmigo, ¿verdad? —continuó recuperando la alegría.
—¿Q-Qué quieres? —afrontó Izuku manteniendo la distancia.
—¡Hagamos un trato! —exclamó mostrando sus colmillos—. Yo me llevo a mis amigos… y no volveremos a molestaros durante un tiempo, ¿sí? ¡A mí me parece razonable!
—Midoriya-kun… ¿qué hacemos? —inquirió Hagakure siendo consciente de que aquella chica podía atacarles en cualquier momento.
Izuku se dio cuenta de que lo mejor era aceptar; le debía un favor a Tooru y no podía perjudicarla.
Al estar en el cementerio, si Midoriya intentaba huir, Toga no tardaría en alcanzarle ya que era más rápida; y aunque Izuku fuera intangible, su linterna no lo era y podía ser arrebatada, haciendo que todo el esfuerzo y dolor de Katsuki y Shouto fueran en vano.
Por otro lado, los espectros se especializaban en atacar por sorpresa a sus víctimas para poder causarles el dicho terror y hacerles dormir. Si, por el contrario, eran vistos desde un principio, al enemigo se le hacía fácil evadir el intento de habilidad de los espectros, haciéndoles inútiles y dejándoles en desventaja.
Himiko podía acabar con ellos cuando quisiera.
—¿Y bien? —inquirió Toga con cierto aburrimiento.
—De acuerdo… —aceptó Izuku finalmente.
—¡Genial! —exclamó la joven vetala acercándose rápidamente hacia sus aliados y sujetándoles por un brazo a cada uno para llevárselos a rastras—. ¡Entonces, nos vemos! Izuku-kun…
El fantasmita tragó saliva mientras veía como aquella vetala se alejaba felizmente.
Se arrepentía de haberlo hecho por las palabras que le dijo; se arrepentía porque, probablemente, todo no había terminado aún.
—Sí que tenéis un problema con todo esto… —comentó Tooru después de suspirar algo más tranquila—. ¡No entiendo cómo es que no reclamáis a U.A.! —siguió con cierto enfado.
—¿Reclamar a U.A…? —dudó el fantasmita sin saber a qué se refería.
—Me dijiste que desterraron a tus amigos porque un humano sabía sobre la existencia de nosotros, pero, ¿por qué no se quejan? ¡Esos desterrados fueron los que les delataron! Lo más fácil sería que intentaran convertir al humano en alguna especie de las suyas e ir a U.A. a pedir una segunda oportunidad.
—¿Eso… se puede hacer?
—¡No son malas personas, así que supongo que sí! Y si el humano ya no es humano, no veo el problema.
—Ya veo… —murmuró el pequeño fantasmita para sí—. ¡Gracias, Hagakure-san!
—¡Ahora me debes dos favores! —respondió con alegría—. Y, bueno, creo que es hora de irme.
—¡Gracias de nuevo! —se despidió Izuku dispuesto a regresar al departamento de Kirishima.
—¡Hasta luego!
“Espero que Kacchan no se enfade…” Pensó al ser consciente de que era culpable en dejar escapar a los sujetos que querían asesinarles.
[...]
Kaminari no quería separarse de Kirishima.
Por más que el cuerpo del contrario no se moviera, aquel rubio no tenía ni la más mínima intención de alejarse de él.
No le importaba cuánto tiempo tuviera que pasar; se iba a quedar a su lado.
Katsuki, nuevamente, sentía una fuerte presión en el pecho al escuchar el incesante llanto de Kaminari.
Porque, ver sufrir y ser responsable del dolor de una persona a la que quería mucho, era una aflicción casi insoportable para Bakugou.
—Kirishima… —murmuraba Denki con la voz entrecortada y aferrando su rostro en el hombro del pelirrojo—. Aún… aún es muy pronto para que te vayas… —lamentó entre lágrimas.
Katsuki se mantenía sentado en el suelo y cabizbajo mientras apretaba los dientes al oír los lamentos del diablillo.
Sin poder hacer nada más; solo compartiendo la aflicción.
—¿Kacchan…?
La voz de Izuku hizo que Bakugou levantase la mirada y localizase al fantasmita que se hallaba en la puerta y el cual estaba observando a todos con cierta preocupación.
—¿Qué ocurre…? —inquirió sin comprender por qué Kaminari lloraba tanto y por qué en los ojos de Katsuki se notaba un profundo dolor.
—¿Qué mierda haces aquí? —inquirió Bakugou chasqueando la lengua y evadiendo su mirada—. Deberías estar en el cementerio.
—Puedo… explicarlo después —respondió con cierto nerviosismo y algo sorprendido ya que Katsuki no le había gritado como esperaba—. Pero… ¿qué es lo que ha ocurrido…?
—¿Eres ciego, Deku? —sentenció con rabia y cabizbajo, negándose a responder aquello.
—Solo… solo veo que lograste convertir a Kirishima-kun en hombre lobo —aplicó con una leve sonrisa—, que Kaminari-kun llora en su hombro… y que Kacchan está triste.
Denki y Katsuki abrieron los ojos con sorpresa al escuchar las primeras palabras dichas por Izuku.
—Aunque no sé cómo es que todo terminó así —agregó Midoriya con una sonrisa nerviosa.
Kaminari levantó su rostro y pudo contemplar que Eijirou mantenía los ojos cerrados pareciendo estar dormido, mientras que un par de peludas orejas sobresalían por su cabeza.
Bakugou, al levantarse y acercarse, pudo notar que una larga cola salía de la parte inferior de la espalda del pelirrojo y que, además, no dejaba de moverse de un lado a otro; incluso, la piel de Eijirou había recuperado su color.
—¿Kirishima…? —dudó Denki al ver que aquel joven iba abriendo los ojos lentamente.
—Kaminari… —murmuró mientras veía cada vez más claro el rostro y las lágrimas del contrario—. ¿Por qué estás llorando? —inquirió con preocupación y con ciertos recuerdos algo borrosos, los cuales, conforme pasaban los segundos, volvían a él y le hacían comprenderlo todo.
Si Kaminari pudiera haberse movido, no habría dudado ni un solo instante en abalanzarse encima de Kirishima.
Pero, lamentablemente, el veneno de la vetala le impedía hacerlo y solamente podía contemplar cómo el pelirrojo se incorporaba y le miraba a los ojos, ambos estableciendo contacto visual con una leve sonrisa.
En ese momento, Izuku juraría que le pareció ver a Katsuki sonreír durante unas milésimas de segundo.
—C-Cierto, Kacchan… —comenzó Midoriya llamando la atención del contrario y bastante nervioso—. Hagakure-san y yo tuvimos un problema con los del cementerio y… la vetala se los llevó —confesó arruinando, más o menos, el ambiente feliz que se había formado—. Se… se escaparon.
—¡¿QUÉ?! —gritó Katsuki cambiando totalmente su rostro a uno de enfado y acercándose poco a poco hacia aquel fantasmita.
—L-Lo siento… —murmuró cerrando los ojos y preparado para las consecuencias.
Pero Bakugou decidió detenerse y suspirar, siendo consciente de que ya habían pasado por demasiado como para seguir de igual manera.
Saber aquello le enfadaba realmente; le daba mucha rabia. Pensar que la desgraciada vetala que hizo tanto daño, se había marchado tranquilamente con los otros dos causantes de problemas, le sacaba de quicio.
Aún así, Bakugou había podido comprender muchas cosas; sobre todo una que no quería volver a experimentar en su vida y la cual, hacía años, su madre llegó a mencionar.
“Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.”
Katsuki, ahora, era consciente de lo que tenía y no tenía pensado dejar que se lo volvieran a intentar arrebatar.
—¡P-Pero Hagakure-san me dijo una cosa! —siguió Izuku tratando de ver el lado positivo de las cosas—. Dijo que podíais reclamar en U.A… y como Kirishima-kun ya no es humano, quizás… vuelvan a readmitiros para que no estéis desterrados.
Denki y Eijirou que habían mirado a Izuku para escuchar lo que tenía que decir, volvieron a mirarse mutuamente con una sonrisa al oír aquello y ser conscientes de que, por el momento, ya no iban a sufrir más.
Además, si U.A. aprobaba la readmisión, todos sus problemas terminarían.
Bakugou suspiró y frunció el ceño mientras se dirigía hacia la puerta para salir del departamento; cabe decir que ya había amanecido y eran las seis de la mañana.
—¿Kacchan? ¿A dónde vas…? —dudó Midoriya al verle alejarse con las manos en los bolsillos—. ¿Tú herida está bien? ¿No te duele? ¿No prefieres descan…
—¡Calla mierda! ¡Solo quedaros aquí, no tardaré! —sentenció con rabia ante la insistencia de su amigo de la infancia—. ¡Y ni se te ocurra seguirme! —amenazó girándose y señalando al fantasmita.
—D-De acuerdo…
Kirishima y Kaminari no pudieron evitar reírse de la alegre situación y de la actitud de Katsuki.
—Parece que Bakugou está preocupado por Todoroki —comentó Denki sabiendo perfectamente a dónde se dirigía aquel rubio.
—Y… ¿tú estás bien? —cambió de tema Kirishima mirando al diablillo con preocupación—. Lo siento, Kaminari...
—Bueno… solo puedo mover la cabeza —respondió evadiendo la mirada del contrario con cierto nerviosismo—. ¡Y lo que importa es que todo ha terminado!
El hecho de que Eijirou no pudiera controlar su cola y sus orejas, las cuales estaban hacia abajo por la tristeza, le parecía demasiado adorable.
—¡Entonces es mi turno de ayudarte, Kaminari! —exclamó el nuevo lobo levantándose y cerrando un puño decidido—. ¡Te cuidaré hasta que puedas moverte! —siguió, acercándose por completo al diablillo y cargándolo para colocarlo en la cama—. ¡Déjamelo a mí! —finalizó mostrando sus puntiagudos dientes, levantando las orejas y comenzando a mover la cola de un lado a otro.
Pero antes de que Kaminari pudiera decir algo respecto, Izuku intervino de repente con un par de botellas de plástico en mano.
—¡C-Chicos! ¡Las encontré en la cocina! —informó—. ¡Así Kaminari-kun no tendrá que levantarse para ir al baño!
—¡¿Tendré que orinar ahí?! —se quejó el diablillo pareciendo negarse a ello.
—¡P-Pero Kirishima-kun te ayudará! —siguió Midoriya con inocencia.
—¿Eh? —dudó el pelirrojo con una sonrisa nerviosa—. Ah, ¡s-sí, claro! —reaccionó.
[...]
—¿Por qué estoy aquí? —inquirió Todoroki mientras miraba bastante mal a su padre—. Mejor dicho, ¿qué haces tú aquí? ¿Dónde está Bakugou? —agregó mientras se incorporaba.
—Shouto —suspiró Endeavor después de haber conseguido tratar con facilidad las heridas del joven vampiro—, estabas malherido. Me alegra ver que ya estás mejor. Estoy orgulloso de tu resistencia.
El vampiro de cabello bicolor, ignorando las palabras de su padre, miró a su alrededor y pudo notar que estaba en un ataúd dentro de una cueva que no era la suya. Además, tenía casi todo el cuerpo cubierto de vendas y habían ciertas zonas que le seguían doliendo bastante.
—¿Qué me has hecho? —volvió a interrogar mirando cada vez peor a su padre.
—Ya te lo he dicho, Shouto. He tratado tus heridas, pero debes descansar al menos cinco días. Aunque, con tu capacidad de regeneración, diría que tres días serán suficientes.
De repente, el sonido de una puerta al abrirse llamó la atención de ambos vampiros, haciendo que el mayor se acercase a ella para ver quién era y pudiendo notar la presencia de cierto hombre lobo.
—¿Cómo te atreves a venir a ver a Shouto? —inquirió mirando enfadado al joven que le observaba con el ceño fruncido—. He visto sus heridas. Después de lo que le has ocasionado, deberías alejarte de él. Tienes suerte de que no tome represalias.
Katsuki, al ver que aquel enorme vampiro cubría por completo la puerta y no tenía ni la más mínima intención de dejarle entrar, chasqueó la lengua con las manos en los bolsillos y dio media vuelta dispuesto a marcharse.
—Espera —llamó Todoroki haciendo que Bakugou se detuviera al oír aquella voz—. ¿Quién es el que está ahí? —inquirió sin poder ver el exterior de la puerta ya que su padre cubría toda la entrada—. ¿Bakugou? ¿Bakugou ha venido? —siguió, tratando de levantarse y salir del ataúd.
Endeavor cerró los ojos y suspiró al notar la desesperada voz de su hijo.
—No sé cómo has podido fijarte en alguien así, Shouto —pensó en voz alta—. Tienes cinco minutos —aplicó mirando a Katsuki para, segundos después, transformarse en murciélago y alejarse, dejándole pasar al interior de su hogar.
Bakugou, una vez dentro, no supo qué decir.
Se mantenía con las manos en los bolsillos y evadiendo la mirada del vampiro de cabello bicolor, el cual le observaba con cierta felicidad en sus ojos.
—Esta vez… —comenzó Todoroki acercándose lentamente—, ¿esta vez sí has venido a verme? —inquirió recordando que la primera vez fue solo para rescatar a Kirishima, al cual secuestró.
Katsuki se veía incapaz de responder; simplemente miraba hacia otro lado y fruncía el ceño; cabe decir que Shouto pudo contemplar cierto rubor en sus mejillas.
—Bakugou… ¿puedes llevarme a casa? —inquirió para, a continuación, transformarse en un pequeño murciélago que, por las heridas, no podía volar bien.
El joven rubio mantuvo en sus manos a aquel oscuro animal que le miraba con cierta ilusión y, sin poder evitarlo, sonrió con el ceño fruncido y se lo metió en el bolsillo.
Cuando Endeavor regresó, se llevó la pequeña sorpresa de que su hijo había desaparecido.
[...]
Poco a poco, los problemas se iban solucionando.
El departamento de Kirishima, en especial su cuarto, parecía haberse convertido en el hogar de aquellos cinco jóvenes.
Bakugou apareció con Todoroki y aquel vampiro compartió cama con Kaminari hasta recuperarse al tercer día. En cambio, Denki tardó dos días más, dando un total de cinco donde Eijirou se hizo responsable en ayudarle en todo lo que podía.
—¡No es necesario que mires, Kirishima! —exclamaba Kaminari con nerviosismo cuando tenía que orinar y tener a alguien que sujetara por él.
—¡¿Si no miro cómo voy a saber dónde apuntar?! —respondía el pelirrojo también algo avergonzado.
Por otro lado, Bakugou fue el se vio obligado a acudir con Izuku a U.A. para hacer el reclamo que mencionó el fantasmita; Kaminari no podía moverse, Kirishima todavía no controlaba sus rasgos de lobo y Todoroki no podía ir de día por el sol.
—¡Me lo han contado, joven! —exclamó el ser más poderoso de U.A.—. ¡Fuiste un fantasma muy valiente! —finalizó con una sonrisa y haciendo sentir muy feliz a Midoriya; era la primera vez que alguien tan fuerte le felicitaba por algo.
Mejor dicho, era la primera vez que era halagado.
—¡G-Gracias All Might!
—Entonces… ¿queréis ser readmitidos solo porque la norma que incumplisteis, ahora se ha solucionado ya que el humano es un hombre lobo? —interrogaba Aizawa mientras miraba a Katsuki, el cual se mantenía con el ceño fruncido—. Y Midoriya no tiene nada que ver en esto. ¿Por qué no han venido los desterrados?
—B-Bueno… —trató de decir Izuku.
—¡Ya te lo he dicho antes, mierda! —gritó Katsuki perdiendo la poca paciencia que tenía.
—Veamos, veamos… ¿qué deberíamos hacer? —inquirió el director mientras se tomaba un café.
—¡Yo digo que les demos una segunda oportunidad! —comentó Toshinori—. ¡Según este pequeño fantasma y el espectro que vino a informarnos hace unas horas, los jóvenes han pasado por mucho y sin tener la culpa de nada!
—¿Un espectro…? —murmuró Izuku para sí—. ¡Hagakure-san!
En ese momento, Midoriya pudo visualizar la imagen de la chica diciéndole que ahora Izuku le debía tres favores.
—¡¿ENTONCES SÍ O NO?! —gritó Katsuki.
—Haremos una pequeña excepción —suspiró Aizawa.
Ya no tenían que preocuparse más.
Saber que les habían readmitido, les proporcionaba la seguridad para que ningún desterrado les volviera a atacar.
Aunque solo aplicaba para Kirishima, Kaminari, Todoroki y Bakugou, los cuatro se encargarían de proteger a Izuku si hacía falta.
Además, estaban juntos.
Era como si se hubiesen mudado sin avisar a aquel piso y, ahora, estaban siempre unidos.
Eijirou se ahorró la explicación a sus padres sobre su antigua expulsión de U.A., pero hubo algo que aún seguía llamándole la atención.
—¿Es normal que mis padres me hayan contado que soñaron casi todo lo que nos ha sucedido poco tiempo antes de que ocurriera…? —preguntó mientras se rascaba el brazo con los dientes.
—Si no son adivinos, no —aplicó Todoroki, el cual estaba colgado del techo como tanto le gustaba.
—¿Adivinos…? —dudó el pelirrojo.
—¡Solo hacen eso! Pueden tener sueños o visiones de lo que sucederá en el futuro próximo, pero tienen algunas desventajas —comentó Kaminari levantando un dedo—. Dicen que no todo lo que predicen se vuelve realidad. Una o dos cosas nunca se cumplen o solo lo hacen parcialmente —explicó.
—¿Eso significa que mis padres no son humanos? —dudó siendo consciente de que, quizás, había vivido toda su vida rodeado de diferentes especies.
—¡Puedes llamarles y decirles que ahora eres un hombre lobo y preguntarles si son adivinos! —aconsejó Denki con una sonrisa.
Y eso hizo.
Kirishima, ese día, averiguó que sus padres no eran humanos normales y corrientes y que, probablemente, su madre le había tenido cuando ella era aún humana y, alomejor, durante los años, fue transformada en adivina como su marido o, quizás, el que fue transformado fue su padre y resultaba que su madre ya lo era.
Pero, fuera lo que fuera, Kirishima sentía que se había quitado un peso de encima.
Ya no tenía que ocultar nada a excepción de sus orejas y cola que salían de manera involuntaria.
Era un aprendiz de hombre lobo, así que su control era nulo, por lo que tenía que quedarse en casa hasta aprender a controlarse.
[...]
—No entiendo cómo es que Bakugou lo hace con tanta facilidad —suspiró el pelirrojo tratando de ocultar sus orejas, pero fracasando por décima vez.
Habían pasado seis días desde lo ocurrido en el cementerio y el daño sufrido en su propio departamento, pero parecía como si hubieran estado tranquilos durante un mes.
Katsuki estaba en U.A., Todoroki estaba encerrado en el baño y, quizás, invocando cosas, y Midoriya había ido a comprar una revista con sus ahorros.
Kaminari, en cambio, quiso quedarse a hacer compañía a Kirishima; obviamente no habían segundas intenciones con tener la gran oportunidad de faltar a clase.
Qué va.
—Oye, Kaminari… —comenzó el pelirrojo al notar que el diablillo estaba detrás de la cama, sentado en el suelo y concentrado en algo.
Denki solo necesitó cinco días para poder moverse por completo como siempre, deshaciéndose del maldito veneno de la vetala.
—¿Qué estás…? —dudó mientras se acercaba para ver lo que fuera que Kaminari leía con tanta concentración.
Leer.
Sí. Sorpresivamente, Denki estaba leyendo algo con suma curiosidad y con una leve sonrisa que comenzó a poner bastante nervioso a Eijirou.
Porque Kaminari había encontrado las revistas secretas que escondía debajo de la cama.
—“Cómo besar de manera masculina.” “Aprende a besar bien en 10 sencillos pasos.” “No hagas el ridículo la primera vez, sé un hombre ” “¿No quieres ser decepcionante? ¡Los 5 mejores trucos para besar siendo varonil!” —citaba Denki con alegría mientras el rostro de Eijirou adquiría un color similar al de su cabello—. Oye, Kirishima… —comenzó, girando su rostro para poder mirarle a los ojos con una sonrisa—. ¿Nunca has besado a alguien?
Ninguno había mencionado algún tema relacionado con el amor desde el acontecimiento con Toga.
Ninguno había hecho mención a aquellas palabras donde habían expresado sus sentimientos.
Pero ambos lo sabían perfectamente.
Kirishima y Kaminari, desde ese día, supieron que era mutuo.
Aún así, solo habían estado limitándose a disfrutar de la compañía del contrario y a reír como siempre hacían.
Pero… Kaminari estaba un poco impaciente.
Aquel diablillo quería algo más.
—¡Lo sé! —exclamó Eijirou totalmente rojo mientras se arrodillaba apoyando ambos puños en el suelo—. ¡No es nada varonil!
—Kirishima —llamó Denki, haciendo que el pelirrojo levantara su rostro.
Sin esperar ni un solo momento más, pudo ver cómo Kaminari estaba frente a él mientras le sonreía y cómo, a continuación, se acercaba lo suficiente y cerraba los ojos para juntar los labios con suyos, quedándose así durante unos pocos segundos para, luego, separarse y sonreírle nuevamente.
—Si te hace sentir mejor, también era mi primer beso —comentó el diablillo con un leve rubor en sus mejillas y dejando a Kirishima rojo y sin respuesta alguna.
Quizás fue por sus nuevos instintos.
Quizás fue porque no podía reprimirse más, pero, de repente, Eijirou se abalanzó encima de Kaminari y lo rodeó con sus brazos en un cariñoso abrazo.
—¡Te amo, Kaminari! —exclamó con los ojos cerrados y aferrándose al delgado cuerpo del rubio.
Pero antes de que Denki pudiera responder, ambos escucharon un chillido vampírico proveniente del baño, lo que les hizo separarse y mirarse con una leve sonrisa para después reír.
—Ese era Todoroki, ¿no? —comentó el joven lobo.
—¿Crees que ha vuelto a invocar algo raro? —agregó el diablillo.
—¿Le echamos una mano?
—¡Hecho!
…
Y qué si los responsables del dolor que sintieron se habían escapado.
Y qué si, en algún momento, podían regresar.
Kirishima era feliz y no necesitaba nada más.
Si Dabi, Shigaraki y Toga volvían, estarían en completa desventaja.
Eijirou ahora era inmune al veneno de la vetala y, lo mejor era que, ya no necesitaba ser protegido; todo lo contrario.
Ahora Kirishima podía proteger a las personas que quería; ahora Kirishima podía proteger a la persona que amaba.
Definitivamente, lo mejor que le había pasado era que un diablillo se quedara dormido en la habitación de su nuevo departamento y, por lo tanto, se acoplara a vivir junto a él, seguido de un hombre lobo, un vampiro y un fantasmita.
Ahora no tenían que temer.
Ahora podían vivir felices y disfrutar de la juventud que tanto les esperaba.
[...]
—¿Me devuelve mi habilidad…? —rogaba Kaminari poniendo ojitos, con una sonrisa nerviosa, en el despacho del director y mirando a Aizawa a los ojos.
—No.
…
¿Fin?
4047 palabras
†††
†††
Aclaraciones:
—Bakugou le cogió bastante aprecio a Kirishima ya que era alguien muy importante para Kaminari.
—Cada “monstruo” puede convertir a una sola persona en uno de su especie. Eso significa que si falla, como en el caso de Midoriya, tiene ilimitadas oportunidades hasta convertir a un humano en alguien de su especie. No sé si me explico.
—La madre de Kirishima:
"Tuvo una pesadilla donde el pelirrojo era secuestrado por un vampiro para horas después ser devuelto a su hogar donde convivía con un diablillo y un hombre lobo. También le dijo que después aparecía un fantasma con una extraña obsesión y que todo terminó con todos huyendo de un señor raro y con la muerte de una de esas criaturas."
•Ninguno terminó huyendo de un señor raro.
•No especificó qué criatura moría y podía haber asumido tranquilamente que fue Todoroki al haber sido agredido de tal forma por Bakugou.
—El padre de Kirishima:
"Tuvo una pesadilla donde el pelirrojo era expulsado de U.A. y que, además, trataba de refugiarse en el departamento con cuatro monstruos. Luego, terminaban en horribles problemas y una serie de asesinatos. Todo finalizaba en el cementerio."
•El padre asumió que, por el estado en el que estuvieron Bakugou, Todoroki y Kirishima, había esa serie de asesinatos.
•No finaliza en el cementerio. Todo finaliza en el departamento de Kirishima.
Aquí se puede ver que en ambos casos, tanto la madre como el padre, aciertan en todo menos en dos cosas cada uno. Una de las cosas termina siendo totalmente falsa (No terminan huyendo de un señor raro ni finaliza en el cementerio). Otra de las cosas termina siendo cierta a medias (la muerte de una de las criaturas y la serie de asesinatos que son solo apariencias).
Si os habéis quedado con alguna duda, decídmelo xD
Aunque creo que queda también claro con la explicación en este capítulo sobre los padres de Kirishima xD. Que sí, son adivinos (?)
Este es el capítulo final, pero quedan tres especiales que continúan la historia con el celo de Bakugou y Kirishima ;)
Imaginad las posibilidades en el KiriKami, TodoBaku y DekuKatsu (?)
Final abierto porque así se puede dar una segunda temporada (???) La verdad es que me gustaría escribir sobre diferentes especies y las diversas habilidades que tienen, pero de momento se queda así xD Es que imaginad las posibilidades con AFO de Anticristo (?)
Y, bueno, para los que no me creían con lo de que habría final feliz…
Con las aclaraciones suma un total de 4436 palabras. Es la primera vez que escribo un capítulo tan largo. He batido mi propio récord (?)
Espero que os haya gustado este fic ♥ (aunque aún no acaba xD) yo le he llegado a coger mucho cariño
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