#21: Enmendando el error
†††
De repente, el fuerte sonido de un disparo provocó que Todoroki abriera los ojos desesperado.
—¿Bakugou…? —murmuró al ver cómo el cuerpo de Katsuki caía al suelo.
—Oh… parece que aquí termina todo.
Shigaraki Tomura se encontraba observándoles, a pocos metros, mientras sonreía y sujetaba una pistola negra cargada con balas de plata.
[...]
—Ah… ¿Qué debería hacer con este inútil…? —comentó para sí mientras se rascaba el cuello y observaba con desprecio a Dabi—. Al final tuve que hacerlo yo… —agregó con una asquerosa sonrisa.
—Bakugou… Bakugou… —rogaba Todoroki haciendo todo el esfuerzo que podía en arrastrarse hacia Katsuki.
Su pulso se había acelerado; la manera en la que el joven lobo miraba hacia un punto fijo y respiraba por la boca cada vez más agitado, estaba comenzando a preocupar a Shouto.
En esos momentos, las profundas heridas de Todoroki que le carcomían de dolor le daban absolutamente igual; lo único que le importaba era Bakugou.
Shigaraki le había disparado por detrás con una pistola cargada de balas de plata, atravesando el estómago de Katsuki y haciéndole caer al instante al suelo.
Si las balas hubieran sido de otro material, la herida no le afectaría. De hecho, hubiera sido como un pequeño corte.
Pero la debilidad de los hombres lobo era la plata.
Aquel metal, una vez dentro del organismo del lobo, sobrecargaba su sistema y alteraba el oxígeno que circulaba por las arterias.
—¡Bakugou…! —trató de gritar a pocos centímetros de alcanzar el cuerpo de Katsuki con su mano.
Pero un repentino dolor en dicha extremidad, le hizo morderse los labios.
—¿Qué crees que haces…? —inquirió Shigaraki, el cual le había interceptado y estaba pisándole con fuerza en la mano—. Esto termina aquí y ahora —finalizó mientras se comenzaba a reír y pisaba repetidamente la extremidad de Todoroki, destrozando con fuerza los dedos del inhabilitado vampiro.
Cuando el de cabello bicolor pensó que todo había terminado y que las posibilidades se habían reducido al 0%, vio cómo Tomura dejaba de dañarle y se arrodillaba con los ojos abiertos; Todoroki logró percibir la mirada aterrada y desesperada que tenía aquel hombre.
—¡Sí que son pesados! —se pudo escuchar una voz femenina quejándose—. Con esto, ahora Midoriya-kun me debe un favor —comentó para sí mientras se acercaba hacia Shouto—. Al final me quedé a lo lejos porque me daba un poco de curiosidad, pero, por lo que veo, esas heridas están bastante mal —agregó con cierta preocupación—. ¿No prefieres que os haga dormir a ambos? Digo, así no seguiréis sufriendo…
—Hagakure… ¿no? —inquirió el vampiro sin fuerza en la mano que tenía casi destrozada—. La bala… Bakugou… —siguió cada vez más desesperado.
Tooru, entendiendo la situación, levantó a Shouto con cierta facilidad y lo colocó al lado, y casi encima, de aquel hombre lobo.
—No hay tiempo… —murmuraba para sí cada vez más angustiado.
Katsuki seguía con la respiración agitada y los ojos mirando a un punto fijo.
Pensando solo en salvarle la vida o, al menos, hacer el intento de ello, Todoroki levantó la camiseta de Bakugou con la única mano que tenía bien; a continuación, y sin dudarlo ni un solo instante, introdujo dos dedos en la herida que se había abierto por el disparo y en la que se hallaba la bala de plata.
—¡Sujétalo! —exclamó al ver qué Katsuki no parecía querer colaborar y se había movido con brusquedad por el dolor.
—¡Sí! —aceptó Hagakure algo desconcertada, pero dispuesta a hacerle caso.
Inmovilizado por aquel espectro, Todoroki introdujo nuevamente los dedos en la profunda herida de Bakugou, haciéndole gritar inevitablemente y zarandearse con rabia por el insoportable daño.
“Solo un poco más…”
Shouto había localizado la pequeña bala, pero le era imposible sacarla a menos que expandiera la herida con su mano; de lo contrario, lo único que haría sería profundizarla aún más.
Aquella madrugada de luna llena, en el cementerio, se podía escuchar claramente los diversos gritos de aflicción y maldiciones por parte de Bakugou.
[...]
—¡Kirishima…! Kirishima… —seguía Kaminari cada vez más afligido por ver claramente cómo Toga mataba lentamente pelirrojo.
De repente, la joven vetala abrió los ojos y se detuvo.
—Dabi-kun… no responde —murmuró para sí, incorporándose y con seriedad—. No quiero ser asesinada —agregó mientras se dirigía hacia la salida—. Denki-kun, lamentablemente, tengo que irme, pero al humano no debe quedarle mucho tiempo —prosiguió girándose con una sonrisa—. ¡Espero que podamos volver a vernos tú y yo! Porque… él no vivirá —finalizó mirando por última vez a Eijirou y abandonando la habitación.
Sin poder moverse, sin poder siquiera acercarse hacia Kirishima, Kaminari no podía hacer nada más que llorar al ver el pálido cuerpo de Eijirou casi sin vida.
[...]
—¡Kacchan, Todoroki-kun! —gritó Izuku mientras se acercaba lo más rápido que podía hacia los jóvenes que estaban en el suelo.
Los ojos de aquel fantasma se abrieron con preocupación al ver el cuerpo de ambos chicos en el suelo; a pocos metros también estaba el de Dabi y el de Shigaraki.
Además, cerca de Shouto, se podía contemplar una pequeña bala de plata ensangrentada.
—¿Qué es lo que…? —inquirió agachándose para sostener a Bakugou entre sus brazos—. Kacchan… —murmuró con la esperanza de que su amigo de la infancia abriera los ojos.
—Puedo explicártelo después. El chico lobo, por lo que vi, se pondrá bien, pero… —comentó Hagakure al notar la presencia de cierta persona—. ¡Creo que primero ese vampiro debe tratar sus heridas! ¿No?
—Shouto… —murmuró un hombre fornido y de cabello rojo—. Esto te pasa por no seguir mis pasos —agregó agachándose para cargar al joven vampiro—. Y… haced lo que queráis con ese bastardo —finalizó mirando a Dabi con odio y dispuesto a marcharse.
—¿Todoroki-kun se pondrá bien, señor Endeavor? —inquirió Izuku mientras Katsuki iba abriendo los ojos lentamente.
—No permitiré que mi heredero muera —respondió siguiendo su camino.
—Espera…
La voz entrecortada y leve de Todoroki, hizo que Endeavor se detuviera.
—Bakugou… —comenzó el de cabello bicolor sin ser consciente de quién era el que le estaba cargando—. Kaminari y Kirishima… ellos… tenían un problema…
Shouto, al principio, no había podido responder ante ellos.
Había escuchado la voz de Denki gracias a la habilidad que utilizó, pero la situación en la que estuvo con Bakugou le impedía pensar en otra cosa que no fuera aquel hombre lobo.
En cambio, ahora que sabía que la vida de Katsuki no corría ningún peligro, recordó el detalle importante que, de cierto modo, también le estuvo preocupando; Kaminari le había pedido ayuda hacía bastante rato.
Bakugou terminó de abrir los ojos por completo al oír los nombres mencionados.
—¡Kacchan! —exclamó Midoriya con felicidad y lágrimas en sus ojos.
Pero la alegría del de cabello verde cambió a preocupación al sentir cómo Katsuki quería incorporarse rápidamente.
—¡Espera! ¡La herida, Kacchan! ¡Tienes que des…
—¡Suéltame, mierda! —interrumpió con rabia librándose de las manos de Izuku para ponerse de pie mientras que, con una mano, presionaba la herida que tenía en el estómago—. ¡Tengo que ir a por esos malditos idiotas! —siguió, decidido a regresar al departamento lo más rápido que pudiera.
Endeavor ya se había alejado lo suficiente con Shouto en brazos.
Por otro lado, Dabi y Shigaraki seguían dormidos en el suelo y Hagakure los vigilaba con cierto aburrimiento.
—¡Deku! —gritó girándose al notar que Izuku quería seguirle—. No vengas… solo vigila a esos asquerosos desgraciados.
[...]
Kaminari solamente podía llorar mientras se lamentaba y culpaba por todo.
Ni siquiera podía acercarse hacia Kirishima.
Ni siquiera podía sujetarle la mano por última vez.
—Kam…
Pero Eijirou no era capaz de llamarle por última vez.
La cantidad de sangre que había perdido había sido demasiado para su cuerpo.
—Yo también… —comenzó el rubio con la voz rota—. Te quiero… ¡Te amo, Kirishima! —exclamó cerrando los ojos y sin poder soportar la fuerte presión que sentía en el pecho.
El sonido de los pasos de alguien que se acercaba, hizo que Denki abriera los ojos con una mínima esperanza y dirigiera su mirada hacia la puerta.
Bakugou abrió los ojos con rabia y frustración al ver a Kaminari y Kirishima en aquella situación.
Los cuerpos de ambos jóvenes estaban inmovilizados y tenían la piel pálida; además, la aflicción y lágrimas en los ojos de Denki le dio a entender que, desgraciadamente, aquella vetala les había atacado.
—¡Bakugou! —gritó Kaminari desesperado y aferrándose a lo único que se podía hacer en ese momento—. ¡Hazlo! ¡Por favor!
Katsuki pudo comprender perfectamente a qué se refería cuando miró a Kirishima y vio el estado en el que se hallaba.
Se acercó velozmente hacia el pelirrojo, se posicionó a su lado, levantó uno de sus brazos y atravesó su piel con un rápido mordisco.
Aquel contacto y cómo el veneno había penetrado en la sangre de Eijirou, provocó que el joven humano abriera los ojos y soltase diversos gritos de dolor.
“Tiene que funcionar… ¡Mierda! Esta vez… ¡Esta vez tiene que funcionar!”
Bakugou no quería volver a fallar.
Bakugou no quería volver a cometer el mismo error.
[...]
1554 palabras
†††
Siempre quise escribir más sobre Hagakure y darle algo de protagonismo, y creo que este fic ha sido mi oportunidad para hacerlo aunque sea un poco xD la chica invisible merece más amor ♥
El próximo capítulo es el último. Después, habrán tres especiales más para llegar a los 25 capítulos (mi objetivo desde un principio xD). Y esos especiales tendrán sorpresita ;)
Nótese que si no fuera porque Midoriya pidió ayuda, todos estarían más muertos que muertín (?) Ahí tienen al fantasmita inútil (?) xD
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