#14: Tranquilidad momentánea

†††

Diversos ruidos procedentes de la cocina hicieron que Kirishima abriera los ojos lentamente, recordando poco a poco lo que ocurrió el día anterior; la gran cantidad de sucesos era algo un poco difícil de asimilar.

—Hey, Kirishima.

Una voz seguida de una alegre mirada provocaron que el pelirrojo sonriera al saber perfectamente quién era.

—Buenos días —aplicó Eijirou mostrando sus puntiagudos dientes.

Kaminari se hallaba a su lado, observándole con una leve sonrisa traviesa y tratando de, al parecer, despertarle (aunque en realidad no hizo falta).

—¡Bakugou ha hecho el desayuno! —agregó al ver que aquel pelirrojo ya estaba lo suficientemente despierto.

Aquella tan agradable noticia hizo que Kirishima se percatara de las inmensas ganas de comer que tenía, por lo que se incorporó como pudo y se dispuso a salir de la cama por cuenta propia.

“Aún no siento la mano ni la pierna…”

—¡Alto ahí! —detuvo el diablillo rápidamente con su mano—. ¡No te muevas, espera echado en la cama! —agregó para salir rápidamente de la habitación, dejando a Kirishima un poco confuso.

Lo siguiente que pudo escuchar el pelirrojo fueron ciertos gritos seguidos de la voz de Denki, lo que le hizo comprender fácilmente el motivo de todo.

—¡¿Hah?! ¡NI HABLAR! ¡ENCIMA LO HE HECHO YO!

—¡Vamos, por favor, Bakugou!

—¡¿Y por qué deberías llevárselo a la puta cama?!

—No sé, quizás… ¿porque no puede moverse? ¡¿Tú qué crees?!

—¡TE MATARÉ!

—¡Solo será esta vez, te lo juro!

—¡Si quiere comer, que venga!

—¡Pero solo puede mover una pierna!

—Una es más que suficiente.

—¡Vamos, por favor!

Kirishima no pudo evitar soltar una carcajada al imaginarse aquella discusión mientras las voces se oían por todo el departamento.

—Oye, Midoriya —comenzó al darse cuenta de que el fantasmita estaba en el rincón de siempre, solo que esta vez parecía pensativo—. ¿Te gustan los rincones o algo así…?

—Ah, s-sí —respondió con nerviosismo al haber estado pensando en otra cosa.

—¿Te preocupa algo? —agregó al ver que Izuku estaba más extraño de lo normal.

—Bueno… no es importante, es solo que… —comenzó con los dedos en la barbilla—, recordé que ya falta poco para que Kacchan entre en...

—¡¿QUÉ MIERDA ESTÁS DICIENDO, DEKU?! —interrumpió Bakugou velozmente y de un portazo.

—¡H-Hola, Kacchan!

—¡Ya estamos! —agregó Denki dirigiéndose velozmente hacia Eijirou con una bandeja en manos—. Es para ti, Kirishima —finalizó colocándosela encima de la cama y orgulloso de sí, a pesar de que el que hizo el desayuno fue Katsuki.

—¡Gracias! —respondió cerrando los ojos, mostrando una de sus mejores sonrisas y haciendo que Kaminari se quedara en silencio unos segundos al verle.

Aquello estaba comenzando a poder cada vez más con el corazón del rubio diablillo.

—Ahora que lo pienso… —siguió el pelirrojo mientras se metía a la boca un trozo de salchicha—. ¿Y Todoroki?

—En el puto baño —informó Bakugou mientras se sentaba en el suelo para ingerir sus buenos alimentos.

—No le gusta el sol —agregó Denki con una leve sonrisa.

Era cierto.

Ya habían subido las persianas y abierto la ventana, haciendo que la luz del sol entrara y alumbrara todo.

—¿Y se va a quedar ahí hasta que anochezca? —siguió Kirishima, esta vez tratando de meterse un trozo de huevo a la boca, pero cayéndosele nuevamente al plato.

—Supongo que sí —confirmó el diablillo acercándose lo suficiente al pelirrojo para poder darle de comer en la boca al notar que se le estaba complicando un poco—. Y déjamelo a mí —agregó sujetando el tenedor para alimentar a Kirishima.

Pero aquel bonito momento fue interrumpido por un chillido vampírico procedente del baño.

Bakugou solo frunció el ceño, se llevó una mano a la frente y se levantó para dirigirse hacia dicho sitio.

[...]

Cinco minutos antes…

Todoroki se hallaba encerrado en el baño, frente al espejo, con unas velas, tijeras y a oscuras.

Aquel vampiro aún guardaba cierto rencor al espíritu que invocó cuando era pequeño y que le echó agüita hirviendo, dejándole una quemadura en su lado izquierdo.

Por ello, y ahora que tenía la oportunidad, estaba dispuesto a volver a invocarla.

Después de todo, no tenía nada mejor que hacer.

—Bloody Mary, Bloody Mary, Bloo…

Pero antes de que pudiera terminar, se detuvo al percatarse de que en el espejo se podía apreciar el rostro de una mujer de cabello blanco que le sonreía con amabilidad.

—Te faltó la biblia —comentó la mujer del espejo, sacando su brazo de él y ofreciéndosela al joven vampiro.

—Oh —murmuró sin saber cómo reaccionar ante ello y dudando si recibir aquel objeto por parte de una señora que, al parecer, era algún otro tipo de espíritu—. Gra…

Sin poder terminar de agradecer, retrocedió y se cubrió con su capa vampírica mientras hacía el característico chillido de los de su especie.

Básicamente, el espíritu que iba a invocar se había adelantado y apareció de repente en el espejo, distorsionando el rostro de la mujer albina y mostrando la horrible cara de una joven que sonreía de manera sádica. Además, vestía de blanco y el aspecto de su cabello negro era bastante terrorífico.

Lentamente, aquella mujer estaba comenzando a salir del espejo.

Shouto abrió los ojos al escuchar un portazo seguido de la puerta del baño abierta, logrando ver a Katsuki con el ceño bastante fruncido. El hombre lobo ignoró el hecho de que una mujer de cabello negro se le quedase mirando mientras salía del espejo, y jaló a Todoroki rápidamente, sacándolo de aquel lugar, para, a continuación, cerrar la puerta y alejarse.

—¡QUE NO INVOQUES COSAS, MIERDA! —riñió Katsuki bastante enfadado.

—Perdón —respondió aún cubriéndose con su capa por lo iluminado que estaba todo—. Quería superar mi trauma.

—¿Qué ha pasado…? —preguntó el pelirrojo al verles llegar al cuarto.

—Hay una Bloody Mary en tu puto baño —se limitó Bakugou a responder.

—¿Eso es algo malo? —inquirió Kirishima intercambiando miradas con el diablillo.

—Ni idea —respondió Kaminari encogiéndose de hombros—. Nunca he intentado invocar una.

En pocos segundos, y debido a la terrible luz del sol, Shouto se escondió velozmente debajo de la cama de Eijirou mientras se cubría totalmente.

—Pero… ¿ya no podremos ir al baño? —siguió Denki un poco nervioso.

—No hasta que se vaya —sentenció Katsuki sin darle demasiada importancia.

De repente, el teléfono de Kirishima comenzó a sonar, sobresaltando al joven ya que imaginó que, quizás, eran sus padres.

Definitivamente, se darían cuenta si Eijirou trataba de mentirles, cosa demasiado rara en él.

—¿No vas a contestar? —inquirió el diablillo ladeando la cabeza.

—Ah, sí… —aceptó sacando, con su única mano, el móvil del bolsillo para responder.

—¡Kirishima!

El pelirrojo sonrió al darse cuenta de que no era su madre, sino su amiga Mina.

—¡Hola, Ashido! —saludó con alegría.

—Oye, ¿no estás en clase? Pensé que no lo ibas a coger.

El pelirrojo se quedó en silencio al percatarse de su pequeño error.

Era un día cualquiera entre semana y, exactamente, las 10:27, hora en la que se suponía que debía estar atendiendo a alguna de las asignaturas en U.A..

Mientras Kirishima trataba de pensar una mejor excusa, Kaminari frunció la cejas levemente al escuchar el nombre que había pronunciado el pelirrojo.

—¿Has dicho Ashido…? —dudó pensativo mientras trataba de recordar algo—. Cierto, ¡Ashido! —exclamó al acordarse de aquella chica—. Pásamela, Kirishima —agregó con una leve sonrisa y mostrando su colmillo.

Eijirou accedió pensando que sería una buena razón para evitar la explicación, y le dio el móvil a Denki.

—¡Hey, Ashido! ¡Soy Kaminari! —saludó con alegría.

—¿Kaminari…?

Pero lo siguiente que pudo escuchar Denki fue el silencio de aquella chica y cómo, a continuación, se oía un sonido que indicaba la finalización de la llamada.

—¡¿Me ha colgado…?! —se quejó al darse cuenta de lo que Mina había hecho—. ¡¿Por qué?!

—Espera… ¿os conocéis? —inquirió el pelirrojo.

—¡Íbamos juntos a primaria!

—¡¿Entonces Ashido no es humana?! —dedució Kirishima.

—Es una alienígena —respondió el rubio como si fuera lo más normal de todo—. ¿No te parecía extraño el color de sus ojos?

—Ahora que lo mencionas… —aceptó tratando de asimilarlo—. ¿Y qué se supone que hacen los alienígenas?

—Abducen humanos —intervino Todoroki con serenidad, el cual estaba cómodamente debajo de la cama.

—¿Entonces Ashido iba a abducirme…?

—¡Nah, no lo creo! —respondió Denki restándole importancia—. Además, si fuera así, ya lo habría hecho mucho antes. Aunque… aún no sé por qué me ha colgado.

—Debe saberlo —prosiguió Shouto.

—¿Saberlo? —dudó Kaminari.

—Que hemos sido desterrados, retrasado —completó Bakugou frunciendo el ceño y mirando mal al diablillo.

—T-Tengo una pregunta...

La voz de Izuku, que al parecer quería intervenir, hizo que todos dirigieran su mirada hacia él.

—¿Qué ocurre, Midoriya? —inquirió el pelirrojo.

—¿Puedo ver esto? —interrogó con algo de ilusión mientras sujetaba y mostraba lo que parecía ser un álbum de fotos; el fantasmita sentía curiosidad por aquel contenido que había encontrado en una caja, debajo del escritorio de Eijirou.

—¡Ah, eso es de cuando estaba en primaria y en la escuela media! —exclamó el pelirrojo con una sonrisa—. ¡Claro!

—¡Yo también quiero! —intervino Kaminari rápidamente, acercándose hacia Midoriya y posicionándose a su lado.

Por algún motivo, el hecho de que, ahora, Denki viera aquellas fotos, le empezó a resultar un poco vergonzoso a Eijirou.

Que las viera Izuku no le importaba, pero que las viera Kaminari…

—¡¿No eres pelirrojo natural?! —aplicó rápidamente al ver una foto en la que Kirishima tenía el cabello negro y hacia abajo—. No sabía que eras teñido —agregó con una sonrisa traviesa.

—¡El rojo es más varonil! —se defendió ante aquello.

[...]

—¿Por qué no vamos a por ellos? —inquiría Toga mientras ponía un puchero—. Esto es muy aburrido.

Himiko, Shigaraki y Dabi se encontraban reunidos, como casi siempre, en la cueva en la que el vampiro habitaba.

—Paciencia… —se limitó Tomura a decir—. Tenemos que esperar a Kurogiri.

—¿Y de qué nos sirve ese espectro? —siguió la joven rubia.

—Para esto —intervino Dabi mostrando la foto que había tomado aquella noche y que tenía ahora impresa.

En ella se podía volver a contemplar a cuatro jóvenes conversando, pero había un detalle que de verdad le interesaba al vampiro.

—He encontrado al fantasma que se me escapó hace varios años —finalizó con una leve sonrisa al dirigir su mirada hacia el chico de cabello verde—. Aunque es una lástima no haber podido matarlos en ese mismo instante… por culpa de Bakugou Katsuki —finalizó recordando la oportunidad que perdió la noche anterior.

Si no fuera porque Toga le avisó de que estaban siendo acorralados por un hombre lobo, aquel vampiro no hubiera dudado ni un solo instante en entrar al departamento y acabar con la vida de su hermano y, de ser posible, torturar a los demás para que cuando llegase Bakugou, se encontrara tal escenario.

[...]

1800 palabras

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