#1: Un supuesto diablillo

Book trailer hecho por @SquadBNHA, específicamente por Kendou. ¡Muchas gracias!

†ADVERTENCIAS†

KiriKami como ship principal; TodoBaku y DekuKatsu como ships secundarias.

Inspirada en Jitsu wa Watashi wa y Rokujouma no Shinryakusha, solo que esto es una mezcla extraña y no es harem.

AU sin quirks. Aquí no existen las particularidades y eso.

Capítulos de más de 1500 palabras. (Un logro para mí (?))

†††

[...]

Kirishima Eijirou, después de haber sufrido todo lo necesario esforzándose al estudiar, había conseguido ingresar a una de las más famosas escuelas de su zona; U.A.

Nunca destacó por tener notas altas, de hecho, solían ser bastante malas, pero U.A. era el lugar al que había comenzado a aspirar. Simplemente se había propuesto una meta que alcanzar y que, con gran esfuerzo, consiguió cumplir.

—¡¿Has conseguido entrar en U.A.?! —el grito por teléfono de su amiga Ashido le hizo alejar el móvil de su oreja.

—¡Pues claro! ¡Ya te dije que si me lo proponía, lo conseguiría! —respondió el pelirrojo levantando un puño y cerrando los ojos.

—Es porque a partir de hoy vivirás solo, ¿no? —comentó la joven al saber perfectamente el por qué de todo.

Kirishima no pudo negarlo.

Básicamente, sus padres le habían dicho que si conseguía entrar a U.A., le alquilarían un propio departamento en el que podría vivir él solo, de manera independiente, y con gastos pagados.

—¡Es súper varonil! —se defendió.

Pero lo que Eijirou no sabía era que U.A. escondía un pequeño secreto; sobre todo, que el comienzo de ello se encontraría en su propio y nuevo hogar.

[...]

Había llegado el momento en el que se separaría de sus padres para vivir independientemente. Él mismo hizo todo el esfuerzo de llevar las cajas de la mudanza al nuevo, y algo pequeño, departamento.

Kirishima estaba bastante ilusionado; según él, vivir por su propia cuenta era bastante varonil y una manera de demostrar lo hombre que era.

—¡Bien! —exclamó con una sonrisa después de terminar de meter la última caja.

A pesar de que su nuevo hogar era bastante pequeño y contaba solamente con una cocina, una sala de estar, un baño y una habitación, era más que suficiente para una sola persona.

Así es. Para una sola persona.

—Veamos… —murmuró para sí decidido a empezar a desempacar y tener todo listo para cuando anocheciera.

Ya le habían entregado las llaves y, se suponía, que era el único que se encontraba en aquel lugar.

Sin preocupación alguna, se ocupó de sacar todas sus cosas con energía y optimismo.

Rasgó el celo de las cajas con una tijera y, primero, colocó todos los alimentos en conserva y otros utensilios en la cocina. Luego, se ocupó de las cajas que tenían los objetos que irían en el salón, incluido un pequeño televisor.

Una vez hecho aquello, optó seguir con su habitación, así que levantó una de las cajas en las que estaba su ropa y se dispuso a abrir la puerta que daba a su cuarto.

Lo que vio a continuación le hizo detenerse y no dar ni un solo paso más.

Era un chico rubio que estaba durmiendo en su cama con la boca abierta y que tenía unas rayas negras en su cabello.

Pero eso era lo de menos.

Lo que de verdad sorprendió a Kirishima fue el diminuto colmillo que se podía apreciar en aquel joven, los pequeños cuernos negros que sobresalían por su cabeza, las alas puntiagudas de tamaño medio que se veían y, sobre todo, la delgada cola oscura terminada en triángulo que salía de la parte inferior de su espalda.

Con una sonrisa nerviosa, se inclinó para dejar la caja en el suelo y acercarse aún más hacia aquel chico.

“¿Estará haciendo cosplay…?” Fue lo primero que pasó por su mente, así que optó por situarse más cerca del rubio y agarrar lo que, se suponía que, era la cola del “disfraz”.

Deslizó, con suavidad, su mano por aquello hasta subir hacia arriba y apretar levemente la punta triangular.

“Su textura… es demasiado real. ¡No sabía que vendían disfraces tan buenos!”

Siguió presionando la parte superior de la cola cada vez con más curiosidad, hasta una brusca reacción y un grito le hizo soltarla.

—¡¿Qué haces?! ¡¿Por qué has hecho eso?!

Aquel rubio había abierto los ojos con dudas al sentir una placentera presión en su cola, hasta que se percató de que en realidad había un humano haciendo eso.

—¡Ah, por fin despiertas! —reaccionó el pelirrojo—. ¡¿Dónde has comprado ese disfraz?! ¡Se ve muy real!

—¡Eh, no es un disfraz! —respondió indignado—. ¡Y encima has tocado mi cola! —agregó sosteniendo entre sus manos aquella parte de él—. Y, además, la punta…

Eijirou ladeó la cabeza ya que no entendía nada.

—¿Y cuál es el problema? —inquirió Kirishima—. ¡Es un disfraz! —siguió, señalándole.

—¡No es un disfraz, soy un diablillo! ¡Y deberías saber que la cola de un diablillo es su parte más sensible e importante! —respondió devolviéndole el señalamiento con el dedo.

—Entonces… ¿por qué estás aquí? —siguió preguntando Eijirou.

—¡Esa es mi pregunta! ¡¿Por qué hay un humano aquí?! —volvió a quejarse el rubio—. ¡Has perturbado mi lugar favorito para echar la siesta!

—¡Oye, que este es mi nuevo hogar! —replicó el pelirrojo; definitivamente, no entendía nada.

—¿Tu nuevo hogar…? —comenzó murmurando y comenzando a pensar en cierto detalle que había pasado por alto—. ¡Ah, maldición! ¡Cierto! —se sobresaltó retrocediendo hasta la pared y dándose cuenta de su gran error.

—¿Eh? ¿Y ahora qué ocurre? —inquirió Kirishima cada vez comprendiendo menos todo.

—¡Maldición, maldición, un humano! ¡Un humano me ha visto! —comenzó a balbucear sin saber qué hacer al respecto.

—¿En serio...? —volvió a dudar el pelirrojo analizando a aquel extraño rubio que acababa de conocer—. ¿En serio no eres humano?

El diablillo se quedó en silencio mientras miraba un poco mal a Kirishima.

—Me llamo Kaminari Denki —optó por confesar al tratar de tranquilizarse y pensar en cómo afrontar su pequeño problema—. Y se supone que no debemos exponernos ante los humanos.

—¿Debemos?

—Bueno… en el mundo, las criaturas como yo y similares conviven entre los humanos y pasan desapercibidos —confesó cruzándose de brazos y cerrando los ojos—. Además, hay una norma importante que tenemos prohibido romper —prosiguió con algo más de seriedad y abriendo los ojos—. ¡No podemos dejar que ningún humano sepa de nuestra existencia, o de lo contrario…!

—De lo contrario…

—¡Me expulsarán del infierno! —completó aterrorizado de tan solo imaginar la posibilidad.

—¡Ah, si es solo eso no hay problema! —exclamó Kirishima con alegría para restarle importancia—. No ocurrirá nada si no se enteran de que te he visto, ¿no? —finalizó sonriéndole y mostrando sus puntiagudos dientes con un leve rubor en sus mejillas.

Kaminari abrió los ojos sorprendido y se quedó en silencio al escuchar aquellas palabras mientras que contemplaba la resplandeciente sonrisa de aquel pelirrojo.

Desde pequeño le habían enseñado que los humanos eran malos. Que no debía de mostrar su verdadera identidad pasase lo que pasase. Que, si llegara a ocurrir, los humanos no dudarían ni un segundo en capturarle y exponerle a todo el mundo. Se convertiría en una rata de laboratorio a la que venderían y someterían a diversos experimentos; y todo ello, debido a la avaricia humana. Lo único que les interesaba era el dinero, así que un “monstruo” era sinónimo de fama y poder en beneficio de ellos.

—¿No vas a… delatarme? —inquirió aún sorprendido.

—¿Por qué debería? —siguió el pelirrojo con tranquilidad.

“Tiene que ser una trampa.” Pensaba Kaminari; no se dejaría engañar fácilmente por un humano.

Tampoco dejaría que aquella sonrisa le influenciara en lo más mínimo. Ni hablar.

Denki no pensaba sucumbir ante ese humano. El cómo se había sentido más extraño de lo normal al verle sonreír, no significaba nada. Que aquel pelirrojo le hubiese tocado la cola tampoco importaba...

—¡No me fío! —decidió sentenciar poniéndose de pie y alejándose para señalarle mientras comenzaba a zarandear su cola—. Así que, para asegurarme… —siguió evadiendo la mirada del contrario—. ¡Para asegurarme me quedaré a vivir contigo y te vigilaré! —aplicó con una sonrisa y con las manos en la cintura.

—Espera… No lo dirás en serio, ¿verdad? —respondió Kirishima al darse cuenta de que eso no era lo que había planeado.

Se suponía que a partir de hoy iba a comenzar a vivir solo.

Se suponía…

—Además, yo llevo en este departamento más tiempo que tú —agregó Denki con una sonrisa traviesa.

—En fin… —suspiró el pelirrojo al ver que no tenía otra alternativa que vivir junto a un supuesto diablillo—. Ah, y mi nombre es Kirishima Eijirou —agregó al recordar que aún no se había presentado—. Supongo que encantado de conocerte, Kaminari —terminó con otra sonrisa.

El que alquilaba el departamento no avisó que venía con diablillo incluido. O, al menos, sus padres no le informaron al respecto.

—Y si me lo permites… ¡aún tengo mucho que desempacar! —informó Kirishima inclinándose para coger la caja con ropa y colocarla en su, quizás no tan nueva, cama.

—¡Claro! —aceptó Kaminari dirigiéndose a la esquina del cuarto y sentándose para observar con tranquilidad cómo Eijirou colocaba sus cosas.

Aquel encuentro lo único que hizo fue marcar el inicio de la problemática convivencia que le esperaba a Kirishima.

Porque aquel pelirrojo no era consciente de que se le venían encima tres pequeños problemas más.

[...]

1500 palabras

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