—¿Ya está la cena?— fue lo primero que preguntó Kirishima, llegando al cuarto de su novio después de entrenar para pasar un rato como le había prometido.

Pero en lugar de una respuesta verbal, se encontró con la imagen de un Kaminari todo emputado escribiendo a gran velocidad en su celular.

—¿Qué ocurre?

—¡Nada, que ordené una pizza y los pendejos de la mugre pizzería me enviaron el puro pan sin salsa, ni queso, ni nada.

Kirishima se extrañó, pero no iba a discutir con su novio. Se acercó al escritorio que hacía de comedor para echarle un vistazo al objeto producto del enfado de su amado rubio.

—Pero ya les estoy enviando una queja.

—Amor.

—Espérame, Kirishima; esa mala reseña y media estrella no se enviarán solas.

—Pikachu...

—¡¿Qué, Kiri?!

—Nada, que abriste la caja al revés— comenta, llevándose una rebanada de pizza a la boca— ¡Hmmh, pepperoni!

—¡No me jodas, ya envié el mensaje!