—Kaminari, creo que ya bebiste demasiado— decía entre preocupado y risueño el alegre chico de cabellos rojos, observando con diversión las muecas que hacía su rubio amigo, quién a la mitad de la fiesta había confundido el ponche de frutas con una botella de licor dulce que Mineta había logrado colar a la fiesta con fines pervertidos hacia las chicas.

—Y yo creo que eres demasiado guapo, ¿Me besas?

Kirishima se sobresaltó levemente por la indecorosa propuesta, pero divertido por lo ebrio de su amigo, y el coqueteo tan descarado que vestía, decidió seguir la corriente.

—No porque luego me muerdes—, respondió, con la misma seriedad y picardía que el rubio, sin saber que la novia de este los escuchaba.

—¡¿Cómo?!— exclamó Jiro, a solo dos pasos de ellos, tirando sobre Denki el vaso de agua que apenas le había ido a buscar para que se le pasara la borrachera.

—¡Me ahogo!

—Oops....