[Día 3]

||DURMIENDO||

Era sábado por la tarde, faltaba poco para el anochecer, Kirishima y Bakugou se encontraban en la casa del rubio. Habían pasado un día divertido, entre video juegos, besos, mimos y gritos por parte del rubio.

Ahora ambos chicos se encontraban en la habitación del cenizo mirando una película de acción, aunque ninguno estaba prestando real atención a la película, puesto que estaban más ocupados en saborear sus bocas.

El rubio estaba sentado en el regazo del pelirrojo, con sus dedos enredados en los cabellos carmín de su novio. Por su parte, el teñido repartía caricias por debajo de la camiseta en la cintura del rubio. Sus labios eran como imanes, no querían despegarse bajo ningún motivo  pero al sentir como sus pulmones ardían por la falta de aire tuvieron que separarse.

Entre jadeos Katsuki apoyó su cabeza en el pecho de su novio cerrado los ojos y relajándose por completo, escuchando como un arrullo el tranquilo palpitar del corazón de Eijirou y el sonido de la tormenta. Kirishima sonrió al ver a su lindo novio tan relajado y tranquilo, llevo una de sus manos a la cabellera de su chico para poder dejar suaves caricias allí.

Luego de unos minutos Eijirou tomó su celular, que estaba sobre la mesita a un lado de la cama, para revisar la hora. Suspiro algo enojado al ver que ya debía volver a su hogar, así que con todo el pesar del mundo se dispuso a despertar a su chico, que se se había dormido en su pecho.

— Ey... Suki, despierta — Susurró con suavidad dejando suaves caricias sobre su rostro, para luego comenzar a dejar besos en el, logrando que el cenizo comenzará a despertar.

— ¿Qué crees que haces, pelos de mierda? — Murmuró con voz adormilada el rubio, haciendo un pequeño puchero y aferrándose al cuerpo de Kirishima, el mismo sonrió y beso su frente.

— Suki, lindo, ya tengo que volver a casa — Y apenas el pelirrojo termino de pronunciar esas palabras el rubio se aferro a el como si su vida dependiera de ello.

— ¡Tu no vas a ningún lado, tu estúpido trasero se queda aquí conmigo! — Gruñó Bakugou con un pequeño puchero en sus labios logrando que Kirishima casi se muriese de ternura.

— Yo tampoco quiero irme Suki, pero ya es tarde. — Explicó con calma el teñido, tratando de negociar con Katsuki, pero él rubio estaba negado a dejarlo ir. Antes de que el rubio pudiese decir algo más la puerta de la habitación se abrió dejando ver a la madre del cenizo.

— ¡No estrés así como si nada a mi habitación, vieja bruja!— Le grito Katsuki a su madre mientras se sentaba en el regazo del pelirrojo.

— ¡No llames "vieja bruja" a tu madre, mocoso del demonio! ¡yo entraré a tu habitación cuando yo quiera, por algo soy tu madre! — Bramó la rubia mayor, comenzando una pelea de gritos con su hijo. Kirishima decidió intervenir con aquella pelea o jamás podría irse a su hogar, aunque le idea de quedarse más tiempo con su chico le tentaba.

— Señora Bakugou, ¿venía de decirnos algo? — Preguntó, logrando detener la pelea madre e hijo. Mitsuki recordó porque había irrumpido en la habitación de su hijo.

— ¡Ah, si! Tu madre llamó ya que no contestabas sus mensajes, preguntó si podías quedarte aquí ya que la tormenta cada vez es peor y no quiere que vuelvas a tu casa bajo la lluvia. Así que pasaras la noche aquí. — Explicó rápidamente Mitsuki logrando que la pareja de adolescentes sonriera.

— De acuerdo, Mitsuki-san — Respondió Kirishima con una de sus características sonrisas radiantes. Mitsuki asintió antes de salir de la habitación, dejando a ambos chicos solos.

— Al final te saliste con la tuya — Soltó el pelirrojo, acariciando la cintura del cenizo, quien sonrió de forma ladina antes de inclinarse a besar los labios del contrario.

[...]

Eran alrededor de las diez treinta de la noche, ya habían cenado y se encontraban en la habitación del rubio. Katsuki se encontraba acostado en la cama, tenía el cabello mojado y sólo estaba utilizando unos bóxers y una camiseta que era tres tallas más grande que la suya. La calefacción estaba encendido, así que no sentía frío a pesar del clima.

Escucho la puerta del baño de su habitación ser abierta y dirigió su vista allí, logrando ver a su novio secándose el cabello con una toalla y usando sólo unos pantalones de pijama que le presto. Sonrió ante la vista y cuando el pelirrojo poso su mirada en el le devolvió la sonrisa. Eijirou lanzó la toalla al canasto para ropa sucia que había en el baño para luego tirarse sobre su novio.

— ¡Quítate de encima imbecil, me aplastas! — Gritó el rubio entre risas ya que Eijirou había comenzado a hacerle cosquillas. Kirishima colocó sus piernas y brazos a cada lado del cuerpo del rubio para dejar de aplastarlo. Ambos se miraron a los ojos y sonrieron, las manos del cenizo tomaron el rostro del pelirrojo y dejaron caricias en el mismo antes de acercalo y juntar sus labios en un suave y cariñoso beso.

Se separaron cuando el aire comenzó a escasear, se miraron a los ojos nuevamente y juntaron sus frentes mientras ambos sonreían. Los brazos del rubio rodearon el cuello del pelirrojo al mismo tiempo de que este los volteaba, quedado el cenizo acostado sobre el cuerpo del teñido.

— Creo que ya es hora de dormir, ya exediste tu hora de sueño, bebe — Se burlo el teñido recibiendo un manotazo en su rostro por parte de su explosivo novio.

—cierra la boca, imbecil — Gruñó el rubio acomodándose usando el pecho del de dientes afilados de almohada. —Y lo digo en serio, voy a dormir — Interrumpió Katsuki a Eijirou justo cuando este estaba por hablar.

— Buenas noches, Suki — Susurró el pelirrojo dejando un beso sobre su frente.

— Buenas noches, Eiji — Respondió el cenizo dándole un casto beso en los labios antes de cerrar los ojos para poder dormir, el pelirrojo abrazo al rubios con fuerza cerrando los ojos el también. Finalmente ambos calleron en los brazos de morfeo.

1010 palabras.

Next day = [Chupon]

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