[Día 10]
||EN CUATRO||
Eran las tres de la mañana de un Miércoles, los estudiantes de la UA se encontraban en sus dormitorios descansando plácidamente, a excepción de un joven de cabellos rojizos con dientes de tiburón que se encontraba caliente y debatiéndose mentalmente si valía la pena arriesgar su vida por despertar a su explosivo novio para satisfacer sus necesidades.
—¿Por qué carajos te mueves tanto, pelos de mierda? —La ronca y malhumorada voz de su novio logró que el pelirrojo se sobresaltase debido a la sorpresa y que se pusiera nervioso. Bajo la vista hacia su pecho, donde se encontraba acostado el mayor, su penetrante mirada rojiza lo hacía poner aún más ansioso.
—No es nada Suki, vuelve a dormir. —Respondió con una sonrisa suave y con falsa tranquilidad, el rubio bufo molestó y se incorporó, quedando sentado en su regazo y fue entonces que se dio cuenta de lo que estaba pasando.
—Maldito simio calenturiento. —Insulto Bakugou con un leve sonrojo subiendo por sus mejillas, el teñido no pudo evitar que su rostro se pusiera tan rojo como su cabello ante la vergüenza.
—Solo ignoralo, ya va a bajar solo. — Murmuró avergonzado, desvío la mirada sin poder mantener el contacto visual con su novio pero se sobresalto al sentir unas cálidas manos sobre su pecho y unos suaves labios sobre los suyos.
Algo sorprendido correspondió aquel beso que rápidamente se volvió más apasionado y caliente. Las manos de ambos adolescentes empezaron a tocar el cuerpo ajeno buscando grabarlo en cada parte de sus memorias, la ropa desaparece sin darse cuenta y las posiciones se invierten dejando al rubio recostado en la cama y al teñido sobre el.
Se separaron del beso con un sonido húmedo y respiraciones agitadas, el pelirrojo rápidamente se estiró para abrir el cajón de la mesita de noche y sacar de allí un pote de lubricante y un condon que dejó sobre la cama antes de volver a fundirse en un ardiente beso con su novio.
Aun unidos por el beso Kirishima abrió el envase de lubricante, untando el líquido en sus dedos y un poco en la entrada de Katsuki antes de ingresar dos dedos hasta los nudillos de manera repentina, logrando que el mayor suelte un grito ahogado en aquel beso.
El de quirk explosivo se separó del beso soltando jadeos graves y gemidos ahogados al sentir los dedos de su novio moverse en su interior de manera algo brusca, buscando dilatarlo rápidamente. El menor enterró su rostro entre el hombro y cuello del contrario, comenzando a besar y morder la piel blanquesina de su Katsuki teniendo cuidado de no dejar marcas visibles.
—Suki, amor, ¿puedes voltearte, por favor? —Murmuró gravemente contra su oído antes de incorporarse y sacar sus dedos de aquel cálido interior, Bakugou soltó un pequeño gruñido a modo de queja pero obedeció, colocándose sobre brazos y rodillas.
Eijirou sonrió con hambre, devorando con la mirada el magnífico cuerpo de su hermoso novio. Tomó el condón que habida dejado sobre el colchon y lo abrió colocandoselo en su miembro, para posteriormente arrodillarse detrás de su novio y untar un poco más de lubricante sobre la entrada del mismo.
—Recuerda que no puedes hacer mucho ruido, no deben escucharnos. —Le recordó el de cabellos rojos mientras tomaba con una mano la cadera de su novio y con la otra su propio miembro, acercándolo al la entrada del rubio.
—Solo cállate y hazlo de una vez, imbecil. —Gruñó con el rostro rojo el de piel más blanquesina, el menor sonrió y comenzó a adentrarse en Katsuki, quien soltaba gemidos ahogados cada que el otro empujaba más profundo en su interior.
Una vez estuvo totalmente dentro del otro, Eijirou comenzó a dar rápidas y certeras embestidas sin siquiera esperar a que el rubio se acostumbrará, el mismo se mordió el labio para evitar soltar los gemidos que se estaban formado en su garganta.
—M-maldito bru-to~ ¡Umgh! —Gruñó el mayor dejando caer la parte superior de su cuerpo en la cama, enterrando su rostro en la almohada y mordiendo la misma para evitar soltar gemidos. Eijirou ignoró sus palabras demasiado hipnotizados por la placentera sensación del caliente interior de su novio y la erotica vista que tenia de él en aquella posición. La vista de aquel gordo culo rebotando contra su pelvis y de su estrecha cintura viéndose más delgada debido a que estaba inclinado.
El pelirrojo cerró los ojos extasiados, inclinando su cabeza hacia atrás debido al placer de sentirse su pene siendo exprimido por el apretado interior de su novio. Abrió nuevamente los ojos para deleitarse de la caliente vista que el rubios le ofrecía, el húmedo sonido de sus pieles chocando y los gemido desesperados que Katsuki ahogaba en la almohada sólo agregaba más morbo a la situación.
— Te sientes tan bien, Suki. — Gruñó Eijirou inclinándose hacia adelante y colocando ambas manos a los lados de la cabeza del mayor, haciendo que sus embestidas lleguen más profundo y rozen constantemente con su próstata. Bakugou no pudo evitarlo y separó su rostro de la almohada para soltar un fuerte gemido que resonó en la habitación al sentir el constate abuso en su punto de placer.
Kirishima rápidamente llevo una de sus manos hacia la boca del rubio, silenciado lo que poco a poco se convertirían en gritos de extasias. El explosivo se aferro desesperadamente a la mano que intentaba silenciarlo en un intento de encontrar algo que lo ancle a la realidad y ordenar su mente que se nublaba cada vez más a causa del placer.
Los minutos pasaron ahogando cada vez más a ambos adolescentes en un mar de lujuria, adentrándose en el inmenso placer que eles otorgaba el cuerpo del otro. El primero en llegar al clímax fue el teñido, quien con un gemido ahogado se derramó en el apretado interior de su novio; y dejando caer casi todo su peso sobre el cuerpo del rubio, quien cedió ante la poca fuerza que mantenía su estimulado cuerpo y quedó totalmente tendido sobre la cama, continuó dando poderosas embestidas hasta que sintió como las paredes internas del explosivo asfixiaban su miembro y como el cuerpo bajo suyo sufría fuertes espasmos indicando que su rubio había llegado al orgasmo.
Con cuidado salió de su interior y se dejó caer boca arriba a su lado, ambos se tomaron un momento para recuperar el aliento y luego Eijirou se levantó a tirar el condón usado al basurero junto al escritorio. Regreso a la cama y abrazo al sudoroso y tembloroso cuerpo de Katsuki que se aferro a su cuerpo y escondió su rostro en su cuello.
— ¿Quieres darte un baño ahora o en la mañana, bonito? — Cuestionó suavemente el pelirrojo mientras dejaba suaves caricias en la cabellera rubia, sintió como gruñia un suave "mañana" sobre su cuello y sonrió, tapándolos a ambos con las sábanas y cerrando los ojos para poder descansar.
A la mañana siguiente los alumnos de la 1A se sorprendieron un poco al ver a un Kirishima más alegre de lo normal y a un Bakugou ojeroso y mucho más irritable.
1182 palabras.
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