[ Día 1]
||ABRAZO||
Kirishima se despertó sobresaltado al oír una explosión del otro lado de la pared de su cuarto. Dirigió su mirada al reloj sobre su escritorio que indicaba las cuatro y veinte de la mañana y soltó una maldición antes de levantarse de un salto de su cama, ni siquiera se molestó de colocarse algo en los pies o una camiseta y salió rápidamente de su habitación.
Estado fuera vio como los demás chicos que tenían sus habitaciones en ese pasillo estaban fuera de ellas, el teñido les indico que él se encargaría y todos volvieron a sus respectivas habitaciones.
Suspiro parándose frente a la puerta del alumno más explosivo de la U.A. y golpeando la misma. Por unos segundos no puedo escuchar ningún sonido dentro de aquella habitación, pero la puerta se abrió unos pocos centímetros, solo lo suficientemente para que pueda escuchar la voz del dueño de la habitación.
— Lárgate de aquí, pelos de mierda. — Se escuchó la voz ronca del rubio y Eijirou supo que estaba mal, quizá otra persona no lo notaría pero el sí, la voz de Bakugou sonaba apagada y aquel insulto carecía de fuerza. Con un movimiento firme abrió la puerta, haciendo que el cenizo retrocediera ante la sorpresa y frunció el ceño comenzado a insultar al pelirrojo.
Sin embargo, este no escuchaba sus gritos, estaba más concentrado en la apariencia del contrario. Katsuki se veía destrozado. Su cabello estaba más desordenado de lo normal, tenía marcas de rasguños en los brazos, había una fina capa de sudor cubriendo su cuerpo, sus ojos estaban rojos e hinchados.
Su corazón se estrujó y dio grandes pasos hasta estar frente al rubio y estrecharlo entre sus brazos, Katsuki abrió sus ojos con sorpresa e intentó zafarse del agarre del pelirrojo pero sus brazos no tenían fuerza. El teñido solo lo apretó más a su cuerpo antes de susurrar en su oído.
— Todo está bien, estoy aquí, estoy contigo, no tienes por qué fingir que no ocurre nada Katsuki, no conmigo. — Y esas palabras fueron un detonante dentro del rubio quien simplemente no pudo soportarlo más y se quebró frente al pelirrojo. Sus piernas temblaron no pudiendo soportar su propio peso y trató de aferrarse con desesperación al cuerpo del contrario mientras las lágrimas caían sin restricción por su rostro.
Eijirou alejo uno de sus brazos del cuerpo del rubio para poder cerrar la puerta de la habitación luego apoyó su espalda la misma haciendo que Katsuki recargue todo su peso en él. Se sentó en el suelo e hizo que el cenizo se sentará en su regazo antes de atraerlo nuevamente a su cuerpo.
Sabía que era lo que le ocurría al rubio, desde que la liga de villanos secuestro a Bakugou este había tenido barios ataques de pánico y ansiedad producto del trauma. Nadie sabía de esto, ni siquiera los padres del rubio, Eijirou era el único que estaba totalmente al tanto de la situación desde el inicio.
El maldito de Katsuki era jodidamente bueno para ocultar lo que le ocurría, con todo el mundo actuaba como si nada, siendo el mismo muchacho con
TEI que todos conocían. Pero cuando estaba solo en su habitación el rubio se rompía, dejando salir todo aquello que lo angustiaba. Solía despertarse durante la noche completamente agitado y aterrado a causa de horribles pesadillas demasiado lúcidas en donde aún se encontraba con aquellos despreciables villanos.
Gracias a toda esta situación su Quick solía descontrolarse gracias a esto, creando explosiones totalmente involuntarias que, si bien no eran lo suficientemente grandes para causar problemas pero si para despertar a los que vivían en ese pasillo. Nadie además de Kirishima sabía exactamente que ocurría pero tampoco querían meterse, tenían miedo de empeorar la situación y el pelirrojo siempre lograba calmar al rubio así que de momento estaban bien con eso.
Eijirou sintió a Katsuki removerse en su regazo y lo estrecho con fuerza a su cuerpo sintiendo como las piernas del blodo se apretaban al rededor de su cintura y como sus dedos se aferraban a su espalda, queriendo mantenerlo cerca. Los hombros del explosivo subían y bajaban a causa de los sollozos que salían de sus labios, ya no lloraba, no como antes, había logrado calmarse un poco.
El teñido tomó con cuidado el rostro del cenizo con sus manos, acariciando sus mejillas rojas con suavidad quitando los restos de lágrimas de ellas. Beso sus párpados con cuidado, luego su frente, la punta de su nariz y sus mejillas, beso cada parte de su rostro hasta que finalmente dejó un dulce beso sobre los labios de su chico antes de atraerlo nuevamente a un abrazo donde el explosivo enterró su rostro en el pecho del de endurecimiento.
— Todo está bien, Suki, estoy aquí y jamás te voy a dejar solo. — Susurró besando su suave cabellera. Así permanecieron hasta que ambos cayeron dormidos aún sentados en suelo de la habitación del mayor, fundidos en un abrazo reconfortante.
825 palabras.
Next Day = [beso].
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