Capitulo XXVII "Compañero felino"
Ifrith en compañía de Kipo y Adán se adentra en las profundidades del bosque, hasta llegar a un río, el lugar perfecto para que pudieran centrarse y trabajar, con el espacio perfecto, Ifrith se paró para decir antes de comenzar:
– El entrenamiento por el que pasarán es de conexión con quién habita el interior de sus cuerpos y mentes, lo que tendrán que lograr no es rechazar ese impulso, sino aceptarlo, no solo ustedes tienen que, sino él o ella también deberá aceptar la conexión, a ti Adán puede que te resulte más fácil, pero tu Kipo, tendrás que trabajarlo aún más a fondo, al haber nacido con el genoma y no tratarlo desde tu infancia lo rechazaste por mucho tiempo, lo que luego se vio en un rechazo seguido por una disputa de control, así que dentro tendrás que lidiar con la bestia, ah y descuida por lo que pueda suceder fuera, yo los detendré en caso de que algo salga mal.-
Con esto dicho, Ifrith les indico donde sentarse a cada uno, él se alejó un poco y comenzó a darles indicaciones muy precisas de lo que tenían que hacer, para poder entablar una conexión directa con el mega dentro de ellos.
– Niña vas primero, ya que llevará más tiempo, primero cierra los ojos, inhala una gran cantidad de aire y luego exhalar lentamente, repítelo hasta que te encuentres muy relajada.-
Kipo se sentó cerró los ojos y repitió lo que le había dicho Ifrith, cuando llegó el punto indicado, Ifrith le preguntó.
– ¿Estas lista? De ser así solo asiente, no contestes.-
Kipo asintió.
– Perfecto, bien ahora, no debes de ver nada más que una completa oscuridad, en ese será el momento en el que debes llamar a la bestia, pero no mutes, debes controlarte, si te rodea la neblina es porque fallaste y tendrás que tratar otra vez.-
Kipo al igual que con las primeras instrucciones siguió los pasos, con los ojos cerrados, en la absoluta oscuridad, comenzó a llamar al jaguar dentro de ella. Pero por más que trataba nada ocurría, lo que la frustró cada vez más, llegado el punto que rompió su paz dando un grito.
– ¡Porque esto es tan difícil!-
– Tranquilízate niña, si te alteras no lograras nada.-
– ¡Eso trato, pero por más que lo llame no aparece!-
– Solo sigue tratando, y recuerda es un animal que ha sido recluido por mucho tiempo, llevará su tiempo el que se apegue a ti.-
Kipo aún frustrada, volvió a la misma posición de antes, para repetir el proceso, solo que esta vez, los primeros 10 minutos, mutó en mega, solo para tener que volver a su forma humana y tratar nuevamente. Ifrith se dijo a sí mismo que esto podría llevar tiempo así que le explico a Adán como conseguirlo y quizás si él lo lograba podía darle una perspectiva distinta a Kipo.
Adán siguió las instrucciones al pie de la letra, tal cual se las había dado Ifrith, al lograr la calma, logró encontrarse en un espacio oscuro por el cual podía recorrer, siempre sin ver nada de lo que tenía enfrente, lo único que podía ver era su propio ser.
Al cabo de un tiempo de recorrer todo ese espacio oscuro y sin encontrar nada comenzó a llamar al jaguar dentro de él, pero nada sucedía por más que llamara, lo que lo llevó a pensar que todo sería en vano, hasta que un pensamiento recorrió su mente, o eso pensaba, pero, no era un pensamiento, era un susurro, uno muy leve pero claro, Adán se centró en despejarse de todo lo demás dejando única y exclusivamente aquel susurro tan particular, al conseguirlo lo escucho con total claridad Heftig nuevamente esa palabra sonó en el interior de su mente como queriendo salir, así que Adán la pronunció en un leve susurro.
– Heftig.-
Al terminar de pronunciar su nombre, frente a él dentro de esa gran nada oscura y solitaria un jaguar azul como el cielo nocturno se presentó ante él, su forma mega, versión más pequeña, como si fuera del tamaño de un jaguar normal, al verlo Adán extendió su mano y el mismo jaguar levantó su cabeza para poder tocarla, en ese preciso momento Ifrith quien lo estaba viendo todo pudo observar como el jaguar dentro de Adán se dejaba ver en el exterior. Adán abrió sus ojos y pudo verlo, pero ahora era real el jaguar que había visto en su mente ahora estaba parado justo frente de él. Ifrith se acercó a Adán, le dio un fuerte abrazo y lo felicito.
– Bien hecho muchacho, lograste sacarlo a la bestia dentro de ti, eso, eso es digno de celebrar, pero antes quiero que hables con Kipo, fíjate si puedes darle algún consejo que la ayude. - Ifrith puso su gran mano en la espalda de Adán para así empujarlo al lado de Kipo.
Adán se sentó al lado de Kipo, mientras ella aún permanecía tratando de lograr contactar con su mega interno para decirle.
– Kipo, escúchame, tienes que despejar completamente tu mente, no fuerces a que el jaguar dentro de ti se presente, solo despéjate de todo, llegará el momento en el que una palabra que te sonará extraña, pero a la vez muy familiar aparecerá, lo hará como si fuera un susurro que no puedes olvidar ni rechazar, al oírlo céntrate solo en eso lo demás deberás dejarlo de lado.-
Kipo asintió para darle a entender a Adán que lo había escuchado, por lo que siguió su consejo, dejó de tratar de llamar al jaguar por la fuerza y solo espero en silencio, dentro de aquella oscuridad Kipo pudo comenzar a caminar, pero en vez de hacer eso allí se sentó y cerró los ojos para esperar, esperar que aquel susurro el cual le había dicho Adán se hiciera presente en sus pensamientos.
El tiempo pasó, y nada ocurría, pero ella no se rindió siguió manteniendo la calma y esperando pacientemente a que el momento llegará, sólo unos segundos después ese sonido, ese susurro apareció en su mente, así que se aferró a él olvidándose de todo lo demás, dejando solo aquel bajo y ligero susurro en su mente, hasta que finalmente pudo escucharlo con plena claridad Paix esto llamó su atención y la palabra se repitió Paix esa era, esa tenía que ser, Kipo no dudo ni un momento más y pronunció aquella palabra que rondaba por su mente en un susurro.
– Paix.-
Al momento de pronunciar aquella palabra un torbellino de color violeta se presentó frete a ella, algo que no esperaba realmente lo que la dejo sorprendida y asustada porque no sabía que era lo que estaba sucediendo. Cuando el torbellino desaparece lo que dejó fue un jaguar dentro de una jaula, y en la mano de Kipo una llave. Kipo vio directo a los ojos del jaguar encarcelado, sin que pudiera salir a ninguna parte, sus ojos no eran más que de ira y rabia, pero Kipo no tuvo miedo apretó la llave de su mano con fuerza y decidida dio un paso al frente más cerca de la jaula sin quitarle los ojos de encima al jaguar siempre con la mirada fija en sus ojos, sus ojos en llamas.
Al pararse justo en frente de la jaula Kipo se arrodillo con un pie por delante, colocó la llave en la cerradura de la jaula y le dio 2 vueltas abriéndose por completo, al hacerlo el jaguar que antes estaba aprisionado, ahora era libre por lo que con todas sus fuerzas golpeó la puerta con su cráneo al escuchar que la cerradura ya no le evitaba salir, golpeando y empujando a Kipo varios metros por delante. Kipo yacía tirada en el suelo boca arriba confundida por el golpe con los brazos extendidos hacia atrás y las piernas estiradas, el jaguar se aproximó a ella y con su pesada pata la apoyó sobre el pecho de Kipo para luego acercar su cara a la de ella.
Por más que esa poderosa dentadura se encontrara abierta y dispuesta a matarla en cualquier momento Kipo no demostró temor alguno, después de todo sabía que no le haría daño, ella era parte del jaguar al igual que el jaguar era parte de ella, ni una ni la otra existen por separado son ahora y por siempre un solo ente, al comprender esto el jaguar quien estaba dispuesta a matarla en ese mismo instante cerró su boca para solo lamerle la cara, dejándola toda raspada y llena de saliva. Kipo llevó sus manos a la cabeza del jaguar para acariciarlo y decir.
– A partir de ahora Paix somos un equipo.-
El jaguar retiró su pesada pata del pecho de Kipo permitiéndole pararse solo para una vez ella de pie el rugir con todas sus fuerzas despejando la oscuridad y dando a ver el paisaje de a su alrededor, Kipo había abierto los ojos sin darse cuenta y Paix su nuevo amigo y compañero estaba a su lado. Ifrith emocionado se acercó a Kipo corriendo dando fuertes y pesados pasos, asustado a Paix.
– Bien hecho Kipo, bien hecho, ahora que los 2 lo lograron podrán traer a su nuevo amigo cada vez que quieran, pero tengan en cuenta un par de cosas, primero no puede alejarse mucho de ustedes o desaparecerá, segundo no hablan pero si se comunican telepáticamente después de todo comparten un mismo cerebro, tercero no mueren, por más que yo ahora los apuñale la bestia no morirá pero ustedes sí sentirán el dolor así que tengan cuidado, cuarto pueden elegir el tamaño que tendrá, pero nunca podrán darle el tamaño de un mega ya que ese es su cuerpo junto al de él o ella, y por último y creo que la más importante, sexto traerlo al plano físico consume mucha energía por lo que se agotan muy rápido mientras más tiempo lo lleven fuera más se agotaran. Con todo esto dicho creo que es momento de regresar al campamento y comer algo, deben de estar hambrientos.-
Paix le comunicó a Kipo
– Kipo, este sujeto no me agrada.-
– A no, no, no, no empezaremos ahora, vuelve dentro de mi mente.-
– ¡¿Que?! Pero acabo de salir, no volveré allí ahora, está lleno de cosas extrañas.-
– Bueno entonces compórtate, Ifrith se molestó en enseñarme a cómo hacerte salir sin él tú estarías atrapado ahí dentro así que será mejor que le agradezcas.-
– Si, si de acuerdo, me comportare.-
Esta discusión de gestos entre Kipo y su jaguar le causó mucha gracia a Adán quien lo observaba mientras caminaba junto a Ifrith.
– ¡Vamos Kipo apúrate o te dejaremos atrás! - Gritó Adán.
Kipo comenzó a correr para poder alcanzarlos junto a Paix que la seguía a su lado, esto sin duda sería el comienzo de una conflictiva pero agradable amistad.
Regresando al campamento, Ifrith se adelantó para poder preparar la cena, ya que quedaban pocas horas para que cayera la noche y la cantidad a preparar sería mucho mayor a lo que estaba acostumbrado a consumir.
Al llegar al campamento lo primero que noto es que algo no andaba bien, todo se encontraba desordenado y lo más importante los amigos de Kipo que se habían quedado ya no estaba, cuando Kipo lo alcanzó y no sintió el olor de sus amigos se alteró casi de inmediato quedándose paralizada, viéndose reflejado en Paix cuando todos los pelos de sus colas y su lomo se erizaron alertado a Adán de que algo sin duda alguna no andaba bien, Kipo de la nada así como se detuvo comenzó a correr en dirección al campamento solo para confirmar lo que eran dudas ahora era una realidad, sus amigos habían desaparecido o lo que era peor habían sido secuestrados.
¿Quién podría haberlo hecho? Se preguntaba Kipo en su mente, pero Adán sabían quién pudo haberlo hecho, por lo que comenzó a buscar pistas junto a Heftig pistas particular que le dijeran que uno de los grupos de Jaxon había pasado por allí y él sabía precisamente que buscar, pero luego de buscar y buscar por horas nada encontró, lo que significaba que no habían sido ellos. Kipo por cada segundo, cada minuto, cada hora que pasaba sin saber nada de sus amigos se alteraba cada vez más y más, Ifrith trato de calmarla hasta que una nota fue hallada dentro del caldero que colgaba sobre la hoguera. Ifrith sacó la nota y la leyó en voz alta.
– Sus vehículos, como sus amigos ahora son nuestros juguetes, firmado, DOG HELL.-
– ¡Con un demonio! - Exclamó Ifrith.
– Estos idiotas otra vez, no hacen más que causar problemas.-
– ¿Los conoces? - Preguntó Adán.
– Más que solo conocerlos, desde que estoy aquí estos muts no hacen más que asecharme por las noches para robarse mi comida, pero tranquila Kipo se cuál es su escondite, daremos con ellos antes de que hagan algo estúpido y de paso podrás probar hasta dando eres capaz de manejarte con tu nuevo amiguito da (si, en ruso). - Terminó de decirle Ifrith a Kipo mientras la abrazaba.
Kipo lo miro, luego miro a Adán y su actitud cambió repentinamente, Kipo estaba furiosa y quienes habían secuestrado a sus amigos lo iban a pagar y lo harían muy caro, esta expresión que Kipo tenía en ese momento a Adán le encantaba ya que nunca la había visto así y descubrir cosas nuevas sobre ella era algo que lo tenía cautivado.
– Dime Ifrith ¿dónde están los Dog Hell?-
– Siguiendo la carretera de entrada, donde los encontré por primera vez, te encontrarás con lo que en su momento fue un bar de motociclistas, los Dog hell lo restauraron para usarlo de base de operaciones y punto de reposo, sin duda alguna se llevaron a tus amigos a alguna parte será allí.-
– Excelente, ¿ahora como haremos esto? - Pregunto Kipo teniendo a Adán y a Ifrith frente suyo.
– Tengo una idea Kipo. - Dijo Adán, mientras sonreía con una mirada traviesa.
– Puede que no te guste Kipo, pero estos tipos merecen una buena paliza y que mejor forma de dársela que al modo comando, sé que no tendrás idea, pero básicamente se trata de entrar sin que nos vean y en el momento justo revelar nuestra identidad atacando a su líder, la conmoción del momento los dejará paralizados el tiempo suficiente para que solo nosotros 3 podamos con todos ellos.
Adán cambia su mirada a Heftig, para luego asentir.
– Perdón quise decir nosotros 6.-
Kipo lo mira y le pregunta.
– ¿6? Oh claro, si, si me gusta como suena.-
– Perfecto solo nos faltan los detalles y podremos ir, eso te toca contárnoslo a ti Ifrith, dinos cuántos son, cómo es el edificio y si tiene alguna entrada.-
– Mmm, son solo 10 de ellos, el edificio si bien es viejo lo arreglaron muy bien, es de madera por lo que todas las paredes son lo suficientemente débiles como para poder romperlas con facilidad.-
– Perfecto eso nos será muy útil, así que esperamos, manos a las obras, hay que patearles el trasero a unos muts.-
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