Capitulo XXIX "Chaqueta"

Luego de unas horas, Kipo deslizó su mano a un costado buscando la mano de Adán, al verla Adán no pudo resistirse por lo que acercó su mano para que la encontrara, Kipo al sentirá la tomó con fuerza para no dejarlo ir.

– ¿Estás lista para irnos Kipo o quieres hablar de lo sucedido hace un rato? - Preguntó Adán con una tonalidad suave y delicada no quería parecer que la estuviera forzando a hacerlo.

– Si, vámonos. - le contestó Kipo para luego pararse en absoluto silencio sin decir nada más.

Adán pensó que aún no era el momento o que no estaba lista para hablar pero que lo haría sin dudar alguna, solo tendría que esperar, si bien sus pensamientos eran un tanto directos no le gustaba en lo absoluto verla así y si la manera de aliviarla era que hablara con alguien al respecto si no sería con él por lo menos que lo hiciera con sus amigos, pero que lo sacara de su sistema era lo correcto.

Adán se puso de pie después de Kipo, la tomó de la mano y se la llevó de aquel lugar junto con Ifrith quien los seguía a cierta distancia para darles su espacio, quizás eran un grandulón grande y fuerte, pero entendía perfectamente la situación que se presentaba en Kipo. Mientras caminaban juntos a un lado de la carretera Paix comenzó a dialogar con la conciencia divagante de Kipo.

– Kipo, si te hace sentir mejor en tu lugar yo me los hubiera comido a todos sin excepciones.

Pero Kipo no respondía, solo siguió caminando en silencio junto a Adán sin decir una sola palabra en todo el viaje, hasta que llegaron al campamento varios minutos después.

– Adán, iré al río lavare mi ropa está llena de lodo. - dijo Kipo con una voz desganada, desmotivada.

Kipo pasó por al lado de sus amigos, pero solo siguió de largo encaminada directo al río sin ver a nadie y a nada solo recto, sin siquiera bajar la mirada. Verla de esta manera preocupó mucho a Lobezna y Benson, quienes le preguntaron a Adán que era lo que había sucedido, aunque una idea ya tenía.

– Kipo casi mato a un mut de no haberla detenido a tiempo lo habría hecho, no parecía ella en ese momento, parecía realmente furiosa y daba miedo, no es algo que yo admita con facilidad, pero verla con esa expresión en su rostro, realmente no parecía ella.

Lobezna se vio pensativa para luego responder.

– No es la primera vez que esto pasa, hace ya años atrás sucedió 2 veces, una cuando se dio cuenta quien era su madre y lo que le habían hecho y la otra fue cuando des mutaron a varios de sus amigos muts. Que les hagan daño a sus amigos es lo peor que le pueden hacer a Kipo y por eso reacciona de esa manera, por suerte nosotros estamos y estaremos siempre a su lado para que no cometa nada de lo que se arrepienta, pero esta vez no logramos hacer nada, por nuestro miedo. - Termino de contarle Lobezna frustrada por su debilidad mientras miraba al suelo demostrando arrepentimiento.

Adán se acercó a ella y le dijo tratando de consolarla.

– Lobezna, no es culpa de nadie que Kipo se saliera de control, tú al igual que el resto estaban muy asustados y eso es algo completamente comprensible, fueron no solo secuestrados sino vaya a saber que más, o simplemente lo que escucharon ya sería suficiente para quebrar a cualquiera, incluso a mí. - completo Adán devolviéndole la confianza a Lobezna.

– Parece que estar junto a Kipo te está cambiando ¿no crees? - le dijo Lobezna.

Adán miró hacia arriba y contestó con una leve sonrisa que se dibujaba en su rostro.

– Si puede que tengas razón Lobezna.-

Kipo al llegar a las orillas de río se quitó las zapatillas para así desvestirse dejando toda la ropa a un lado con excepción de la ropa interior y se metió al agua para lavarse el cuerpo que aún estaba completamente cubierto por el lodo que se había secado en algunas partes como el cabello, al introducirse por completo en el agua se quedó allí quieta por un rato pensando en lo que pudo haber hecho si Adán no la hubiera detenido a tiempo, lo que le llevaba a pensar qué pasaría si este escenario se repetía pero esta vez sin nadie que la detuviera, hasta que sus pulmones no resistieron más y tuvo que sacar la cabeza de dentro del agua para respirar.

Al frotarse los ojos y abrirlos Adán se encontraba parado frente a ella con su chaqueta en sus manos.

– Sé que es un poco inoportuno, pero te habías olvidado de esto, y te la quería regresar, Ifrith la tenía y él me la dio para que te la diera.-

Kipo al verlo ahí parado justo frente a ella con su chaqueta en sus manos comenzó a caminar hacia él saliendo del agua dejándose ver de pies a cabeza solo para tomar la chaqueta con ambas manos abrazándola llevándosela a la cara, largandose a llorar. Adán inmediatamente Kipo desbordó la abrazó y se quedó en esa posición, abrazando el cuerpo mojado y semidesnudo de Kipo mientras ella se desahogaba sin importarle lo que sucediera luego, lo único que le importaba en ese momento era que ella no se quedará sola.

Cuando Kipo se calmó se separó ligeramente de Adán para poder verlo a los ojos con los suyos aun llorosos, solo para acto seguido ir cerrándose lentamente mientras se acercaba a él y así besarlo, el beso fue breve, pero sincero, Kipo luego del beso alejo sus labios de los de Adán lentamente mientras habría los ojos.

– Adán tienes que prometerme que nunca dejarás que haga eso otra vez.-

– Lo prometo Kipo, siempre que esté contigo me asegurare de que eso nunca ocurra.-

Kipo apoyó su frente con la de Adán para decirle con una tonalidad suave y silenciosa.

– Gracias.-

Y así permanecieron unos cuantos minutos, uno cerca del otro, hasta que fueron interrumpidos por Lobezna.

– ¡Kipo!, ¡Qué haces así, estás casi desnuda, ponte algo de ropa Adán te está viendo!-

Kipo ya había entrado en razón y se dio cuenta que efectivamente no tenía nada puesto más que su ropa interior, por lo que sus mejillas se tornaron rojas de la vergüenza, y con sus brazos trató de taparse, pero antes de que lo hiciera Adán ya se había quitado la remera y se la dio a Kipo, para cubrirla, la remera le queda grande, pero cumplió con su objetivo. Kipo volvió a agradecerle a Adán y se retiró a la orilla del río para terminar de lavar su ropa que aún seguía cubierta con lodo, Adán se sentó a su lado y la ayudó a lavar el resto de la ropa no solo para ganar tiempo sino también como un gesto de amabilidad.

Al terminar con todas las prendas las colgaron en las ramas de un árbol que se encontraba cerca de la orilla y la chaqueta la colgó en el extremo opuesto para que no se mojara, aún quedaba que Kipo terminara de lavarse ella misma, así que Adán al no tener nada que hacer allí se retiró, pero antes de hacerlo Kipo se quitó la remera y se la revoleo mientras se introducía en el agua para que no la viera, Adán la atrapó con una mano al llevar hacia atrás sin voltear, para darle intimidad a Kipo, aunque ya la hubiera visto no había necesidad que se avergonzara más, por lo que al tener la recuperar la remera se la volvió a poner y siguió caminando rumbo al campamento.

Kipo al encontrarse completamente sola sin nadie a la vista se terminó de desvestir al quitarse la ropa interior y dejándola cerca de aquel árbol, para poder terminar de quitarse por completo el lodo que ya se estaba tornando molesto, sumergiéndose dentro del agua llevó sus manos a su cabello para retirarse con facilidad el lodo.

Al haber terminado de limpiar salió del agua, tomó su ropa y aunque aún se encontraba un tanto húmeda se cambió igualmente, para así ir con sus amigos al regresar al campamento.

Antes de llegar al campamento un aroma delicioso recorrió su nariz y al llegar Ifrith, Lobezna, Benson, Davo y Adán la estaban esperando alrededor de la hoguera con una deliciosa sopa de pollo hecha con el esfuerzo de todos, para que se sintiera mejor, al ver esta escena unas pequeñas lágrimas de felicidad recorrieron su rostro, mientras camina hacia ellos, y se decía así misma.

– Tengo suerte de tener amigos tan maravillosos como ustedes.-

Kipo se sentó junto a Adán en la hoguera, y Ifrith fue repartiendo uno en uno en tazones hechos de madera aquella deliciosa sopa, al tener todos sus tazones en mano Ifrith dijo unas palabras.

– Queridos amigos míos si bien ha sido corta su estancia conmigo puedo decir que son unas maravillosas personas, y voy a extrañar tenerlos cerca, pero esto no es un adiós, no es una despedida, es un hasta pronto, por lo que quiero que recuerden esto si llegan a necesitar de mi ayuda ya saben que aquí en Toledo tiene un amigo, uno grande ¡Jajaja!- Rió Ifrith mientras se llevaba el tazón a la boca.

– Gracias Ifrith, espero que en nuestro regreso podamos volver a vernos. - dijo Kipo alegre y ciertamente conmovida por las palabras de Ifrith.

Ahora si con todo dicho, todos comieron de aquella sopa con increíble aroma y sabor hasta quedar satisfechos mientras compartían historias y anécdotas pasadas algunas graciosas otras tristes, pero siempre con una sonrisa en la cara, esa cena, aunque simple había sido la mejor cena que Kipo había tenido en mucho, mucho tiempo, rodeada de amigos y de la persona que amaba.

A la mañana siguiente, todos se encontraban dormidos alrededor del fuego, Kipo tenía la cabeza apoyada sobre el abdomen de Adán y Adán sobre el tronco que había usado para sentarse la noche anterior, Lobezna tenía los pies sobre la cara de Benson y Davo se encontraba en el techo de la camioneta, pero Ifrith no estaba con ellos, se había ido a buscar más recursos para pasar el resto de la semana, como solía hacer todos los días a esas horas.

Unas horas más tarde Kipo despertó de su largo sueño a causa de Paix que no paraba de hablarle para que lo hiciera, una vez se levantó se encontró con que el único despierto aparte de ella era Benson, así que se acercó para hablar un rato ahora que todos dormían antes de partir en su camino.

– Buen día Benson.-

– Buen día Kipo.-

– Hacía tiempo que no nos divertíamos tanto todos juntos. - Dijo Kipo.

– Si tienes razón, y dime amiga ¿Qué tal las cosas con el chico guapo he?-

Kipo se sonrojo un poco y le contestó

– Supongo que bien, él ha sido muy amable conmigo, pero siento que no he hecho nada como para merecer tanto de él.-

– Ay amiga, es así como funciona esto, tú lo das todo y no esperas recibir nada a cambio solo esperas que a aquella persona que se lo entregas todo se encuentre bien, si, puede parecer algo tonto, pero así es y él parece estar muy enamorado de ti Kipo. – ¿Y tú también lo estás de él verdad?-

– Si, lo sé, y me gusta mucho, solo espero que podamos seguir juntos luego de este largo viaje.-

– Si hay amor Kipo te puedo asegurar que no tendrás de qué preocuparte, y sin duda alguna está muy enamorado al igual que vos, ahora solo queda que ambos se cuiden en uno al otro, para que todo siga su camino, solo recuerda una cosa Kipo, así como evitar que cometieras eso, tú tendrás que evitar que él vuelva a ese camino del cual ha logrado salir por ti.-

– Pero ¿cómo hago eso?-

– Eso es facil amiga, solo se tú, y no cambies, ser quien eres es lo que lo mantiene con los pies en la tierra, siempre que estés él estará a tu lado y estará aquí. - terminó de decir Benson mientras apoyaba su dedo índice donde estaría su corazón.

– Gracias Benson, eres el mejor para dar consejos ¿lo sabías?-

– Claro que sí, ahora ve y despiértalo, que tenemos que irnos.-

– ¿No esperaremos a Ifrith?-

– No, dejó una nota en la tienda, diciendo que no lo esperábamos, porque había ido por provisiones y que esta era la mejor hora para cazar.-

– De acuerdo, despertaré al resto y nos iremos, ve preparando las cosas.-

Y así lo hicieron, Benson fue a empacar algunas provisiones que le había dejado Ifrith junto a la nota, mientras Kipo despertaba a Adán de un beso en la mejilla, a Lobezna y Davo sacudiéndolos de un lado a otro mientras los llamaba para despertarlos de una vez.

Al encontrarse todos despiertos y listos para seguir, Kipo subió sobre el techo de la gran loba y muto los brazos para bajar ambas motocicletas del mismo, una vez abajo se colocó la guitarra a la espalda, encendió la moto al igual que Lobezna y Adán poniendo finalmente así rumbo a su último destino Cleveland, pero no sin antes dejarle a Ifrith una nota al lado de la suya con la firma de todos ellos despidiéndose y esperando su reunión nuevamente, dejando así atrás de ellos una hermosa amistad que más pronto de lo que esperaban volverían a encontrar.

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