Capitulo XXI "Recuerdos Oscuros"
Los tres se encontraban en silencio en aquella sala de estar, con Adán a punto de contar sobre su pasado su historia, pero antes de que comenzara Lexus se levantó y salió de la cabaña, Kipo se preguntaba a donde había ido, pero su pregunta se respondió rápido al verlo entrar con una buena cantidad de leña, la cual fue acomodada hasta formar una pequeña hoguera, al ver como Lexus apilaba aquellos troncos Kipo tomó un poco de aquella bebida que se le había servido, no esperaba un sabor tan fuerte que terminó por tragar, pero la expresión de asco en su rostro no tenía precio.
– Parece que aún no estas lista para tomar brandy niña. - Dijo Lexus mientras le retiraba el vaso.
De una pequeña ranura que tenía la chimenea por dentro retiro una caja de fosforo, echó el brandy sobre los leños y luego encendió varios cerillos a la vez dejándolos caer sobre los mismos, provocando que encendiera de forma espontánea todos los leños que había apilado con tanto cuidado.
– Ahora sí, un poco de iluminación para mejorar el ambiente, puedes empezar.-
– Ahh será que empiece por el principio donde todo comenzó...
De pequeño en las madrigueras de Nueva York aquel que quería lograr algo tenía solo dos opciones, el ejército o la ciencia, y digamos que no soy fan de las ciencias como para decidir dedicar mi vida a ella así que opte por la primera opción el ejército, allí al cumplir los 12 años se nos enlista oficialmente como soldados rasos y a partir de ahí depende completamente de ti el ascender por los rangos, para lograr llegar al puesto en el cual estaba tuve que dedicarme al entrenamiento de nuevas técnicas de pelea, uso de armamento variado y conducción de todo tipo de vehículos, y sin contar reconocimiento de terreno no explorado, sumado a una gran variedad de elementos de supervivencia, para los 15 años ya era un arma, un efectivo valioso en las fuerzas de los humanos contra los muts pero no irremplazable, por lo que se me asignaban misiones en solitario, a veces de recuperación de objetivos valiosos para la madriguera y otras de eliminación de objetivos que el consejo consideraba vitales, tengo que admitir que no estoy orgulloso de lo que he hecho pero de tener que hacerlo de nuevo lo haría, las veces que sean necesarias todo para darle lo necesario a mi familia.-
- 5 años atrás un comunicado le llego a central sobre una nueva arma una que cambiaría la balanza a favor de la humanidad, nunca nos dijeron que era, pero sí que nos haría a los humanos imparables, durante un año se hicieron pruebas, nos pedían la sangre de megas de distintas especies y así se hizo, siempre con la promesa de que sería nuestra salvación y siempre ocultando la verdad, al finalizar ese mismo año los científicos tenían la primera dotación de vacunas, a todos los efectivos militares se nos hizo distintas evaluaciones físicas y psicológicas, aquellos que las pasaban eran los elegidos para portar esta nueva arma, este nuevo poder, yo quedé entre los cientos y se me colocó al mando de un escuadrón, el escuadrón jaguar, cada escuadrón tenía un nombre del animal que les pertenecía, al inyectarme con aquella cosa pude sentir como todo mi organismo se rompía, la mutación de humano a un mega era algo horrible, los más débiles se quebraban y nunca volvían a ser los mismos, para colmo eso no era lo peor, cuando uno pensaba que lo pero ya había pasado eso solo era una pequeña broma del destino cruel que nos depara a todos los que habíamos sido inyectados.-
-Al recibir aquel suero y superar el dolor de la mutación el mega que ahora se encontraba dentro de ti se encontraba ansioso por tomar el control, y aquellos que perdían aquella batalla eran curados de forma inmediata, para no perder a aquellos hombres y mujeres, al final luego de varios días que se tornaron semanas y luego meses, ya está listo el ejercito que la directiva quería para combatir contra los muts, de los 100 mil que entraron en las pruebas solo pasaron mil de ellos, y como si eso no bastara no todos podían transformarse en mega, y algunos nunca pudieron des transformar sus mutaciones.-
-Pero eso a ellos no les importaba, solo querían sus armas, sus fieles y obedientes armas, al cabo de un año nosotros junto a los soldados ya teníamos toda la ciudad despeja y libre de muts, matanzas sin fin se habían generado por aquellos días, matanzas las cuales aún no puedo remover de mi mente y me persiguen y lo harán hasta que muera. Al tener que pasar por esto muchos de nosotros ya no queríamos pelear entre estos nuestro líder, o mejor dicho mi antiguo líder Jaxon, un increíble estratega dotado de una brillante mente para la guerra, nos guió a todos a cada una de las victorias y también a lo que luego fue nuestra libertad al revelarnos contra aquellos que nos dirigían anteriormente, ya no seríamos más presas de sus decisiones y sus guerras, por lo que planeó junto a todos los líderes de los escuadrones un complot, el cual terminó con la expulsión de los humanos de la ciudad.-
- Luego lo que siguió no fue mejor, si bien las guerras ya no existían Jaxon aún nos mandaba a los grupos para la recuperación de objetivos de las demás ciudades bajo el pretexto que ellos no eran merecedores de tales artilugios, volviendo a arrastrarnos hacia los valles de los muertos de los que tanto nos costó salir, solo capara cumplir con sus deseos de adquirir más y más poder, tapados por la fachada de que si seguíamos así nunca más tendríamos que pelear. Y yo seguí sus órdenes sumergiéndome más y más en aquel valle perdiendo día a día el sentido de todo, hasta que hace un par de días se le otorgó una misión de recuperación a mi equipo en Denver, la cual planeamos cumplir como todas las anteriores a ella, y fue entonces cuando la conocí, mi luz, mi camino para salir de aquel valle sangriento en el que me estaba ahogando, y esa luz fuiste tú Kipo.-
Adán mira a los ojos de Kipo mientras decía esas últimas palabras.
– Y es por eso que te estoy tan agradecido, y por qué evite que mi escuadrón los matara en aquella situación, y por qué yo aria lo que fuera porque te mantuvieras a salvo, y por lo que me contaste Kipo, parece que no eres solo mi luz o mi esperanza eres la de todos a quienes conoces, tú y tus acciones tu forma de pensar y actuar, le da esperanza a la humanidad y a los muts y si piensas que podemos convivir yo apoyare tu deseo en este mundo despiadado, cruel y traicionero. Yo Kipo te otorgo ahora y por siempre mi vida ahora no solo cargas con la tuya, cargas con la de muchos más y con la mía.-
Al concluir con estas hermosas y últimas palabras de su relato, y confesión, Adán le sostuvo las manos a Kipo para luego secar sus lágrimas que se escurrían por sus mejillas, lágrimas no solo de tristeza por la historia sino también de amor.
– Que tierno mis tortolitos. - Interrumpió Lexus.
– Eso me revela muchas cosas y sus historias me sirvieron, parece que los únicos que pueden realmente transformarse en megas al completo son aquellos que nacieron con la mutación y no a aquellos a los que se las incorporan luego de nacidos mmmm... realmente interesante. Parece que han hablado con la verdad así que esto es lo que se ara, yo sé bien quienes son, pero ustedes no saben quién soy yo, y aunque me gustaría que esto quedara en el anonimato no puede haber un trato de confianza si hay lazos ocultos por ahí así que prepárense porque esto no será bonito y antes de empezar si quieren algo de beber o comer detrás en la cocina hay una heladera tomen lo que necesiten y vengan aquí los esperare mientras me tomo otro vaso de mi preciado brandy.-
Adán le dio las gracias, mientras que Kipo se levantaba por algo de beber, al encontrarse dentro de la cocina abrió la heladera y dentro había una gran variedad de jugos sin contar con un gran jarrón de agua fría, Kipo tomo 2 latas de un refresco familiar moras explosivas una para ella y otra para Adán, al volver antes de sentarse le entregó su lata a Adán para poder escuchar lo que Lexus tenía para contar.
– A diferencia de ustedes, yo he nacido y vivido toda mi vida desde que tengo memoria en la superficie, pertenecía a un poblado de humanos de Detroit hasta que cumplí la edad de 18 años y decidí alejarme de aquella aburrida vida por no decir que me expulsaron por matar a 5 personas, personas malas las cuales habían secuestrado y abusado de mi hermana pequeña, pero eso no les importaba a esos ingratos solo les importaba lo que yo les generaba y eso era miedo, miedo por no saber quién de ellos sería el siguiente.-
- Luego de irme recorrí durante años todo el país caminando solo y sin arrepentirme de lo que había hecho deshaciéndome de todo aquel se atreviera a entrometerse en mi camino sin importarme que tan grande sea o pequeño. En mi viaje por Texas en uno de los poblados desolados por el tiempo me encontré una armería con un extraño árbol que la atravesaba por el centro, lo que llamo mi atención, al entrar en una de las ramas de aquel árbol tenía un maletín de madera, al descolgarlo y abrirlo encontré al amor de mi vida, Anastasia. - Decía mientras acariciaba el mango del revólver y miraba los leños que se consumían lentamente.
– Pero en fin... semanas después de aquello mientras descansaba en una antigua casa escuché el sonido de una gran multitud que pasaban muy cerca de allí, mi curiosidad me decía que fuera a ver, pero mi instinto me marcaba lo contrario, al final cedi a la curiosidad y salí de la casa para ver qué era lo que sucedía, ese sin duda fue el peor error que cometí en toda mi maldita vida hasta ahora, ya que quienes se encontraban afuera no era más que Korg y su asqueroso grupo de asesinos, estafadores y mafiosos que lo seguían, cuando abrí esa maldita puerta Korg lo escucho y me vio, ordenándole a su grupo que me atraparan, y claro yo no iba a permitir que nadie me tomara por tonto, así que cerré violentamente la puerta para luego bloquearla con un escritorio, me pare en medio de la sala permitiéndome ver las ventanas del lugar, desenfunde mi arma y espere paciente a que trataran de entrar, no iban a atraparme sin perder algo.-
-Para mí desgracia y sorpresa quienes trataron de entrar ya no eran simples humanos, muchos de ellos eran reptiles al dispararles en esas formas su piel era tan dura que las balas apenas si lograban traspasar su gruesa piel, aun así, en ciertos puntos se les podía dañar logrando matar a varios de ellos antes de que la sala se llenara subí por las escaleras al primer piso tomando distancia y altura para poder seguir peleando, al escuchar el sonido de mis disparos y la adrenalina que se juntaba dentro de mí me emocionó, me emocione demasiado sacando de lo más profundo de mi interior una gran sonrisa seguido de una larga risa enfermiza mientras los destellos que emitía mi cañón iluminaba mis ojos y la sangre de aquellos humanos parte muts pintaban las paredes, dándome cuenta que eso me gustaba, meterme en situaciones difíciles arriesgándolo todo y lograr salir de ella era mi forma de vivir y sin duda si moriría en algún momento sería de aquella manera.
-Al cabo de un rato me quedé sin balas y sus números no cedían pero ya se andaban con cautela al ver que tantos de los suyos ahora estaban dispersados por el piso al igual que su sangre, sin munición solo me quedo una opción pelear con mis propios puños, así que tomé el arma por el cañón y me vende mi mano izquierda con unas viejas sábanas para poder usarla de escudo, el primero de ellos que paso por la puerta recibió un fuerte golpe directo al cráneo desmayándolo al instante, los siguientes que entraron ya se habían percatado que no me quedaba munición en el arma, lo que los volvió mucho más agresivos al balancearse sobre mi como vestías salvajes que van por su presa, pero con lo que no contaban era que mi sangre aun hervía por dentro lo que me permitió seguir peleando deteniendo sus mordidas y golpes con mi mano e incluso con mi brazo, devolviéndoles todo aquel dolor que me generaban en forma de fuertes golpes cargados de ira y furia dirigidos siempre a sus puntos débiles como lo eran brazos mandíbula y estómago, al cabo de un rato de pelear contra ellos me retiraba de la casa con el brazo con múltiples cortes al igual que mis piernas y la vista borrosa por la pérdida de sangre y cubierto de sangre tanto mía como de ellos.-
-Frente a la casa esperándome se encontraba Korg esperándome a que saliera, al verlo parado hay con los brazos cruzados con una mueca en su calvo rostro, solo me enfureció lo que me llevo a correr hacia él para poder golpearlo y así irme de allí, pero al haber perdido tanta sangre solo conseguir caer desplomado a sus pies.-
Lexus hace una pausa para poder tomar más de brandy y seguir con la historia.
– Ahh, Al despertar me encontraba en una cabaña completamente adolorido y vendado, al levantarme viendo que no llevaba mi ropa busque desesperadamente mi arma, la cual ahora ya no se encontraba a mi lado, cuando los guardias notaron que ya había despertado uno de ellos entró con mi preciada arma en sus sucias manos, solo para lanzármela y avisarme. -
– Korg quiere verte, vístete y ve a la casa al final de la calle.
-Luego cerró la puerta dejándome solo nuevamente. En ese momento me quedé mirando la puerta pensando en cómo escapar, pero el saber que era lo que querían de mí, llamó más mi atención que simplemente escapar, así que después pensarlo vi la ropa que se encontraba sobre la cama, una fedora sobre una gabardina y debajo de todo esto el traje de 2 piezas y al borde de la cama los zapatos con medias negras, cuando termine de cambiarme abrí la puerta y me dirigí al lugar de que me habían indicado, una vez allí Korg me estaba esperando sentado sobre la escalera y al pasar se levantó para proponerme algo que llamó demasiado mi atención.-
– Muchacho, tú sólo venciste a todos mis chicos y eso me agrada, así que te tengo una propuesta, únete a mí y te haré mi mano derecha.-
– Tu propuesta es tentadora, pero nada viene sin una perdida, dime que debo hacer.-
– Jajaja! me sorprendes y agradas muchacho, y si tienes razón para unirte tienes que inyectarte esto.- Korg saca de un bolso una jeringa con un líquido de color verde dentro.
– ¿Qué contiene? – Pregunto Lexus.
– Lo que te hará parte de nosotros.-
– De acuerdo Acepto. -
– Así que tomó aquella jeringa con tal extraño contenido y frente a Korg me la inyecte sin saber lo que sucedería luego. Al hacer tal idiotez comencé a sentir ardor, un ardor intenso que no paraba, seguido por dolor que solo iba en aumento, pero con todo esto tenía que mantenerme de pie, sabía que donde me desmayara sería hombre muerto, así que resistí de pie durante 1 hora entera mientras Korg me miraba sentado en aquella escalera sin sacarme un solo ojo de encima, hasta que finalmente el dolor y el ardor se fueron por completo y lo que tomo su lugar fue el mismo infierno, ya no me encontraba en aquella casa ahora estaba en un sitio desconocido, cubierto por una extraña y densa neblina de un color verde muy extraña, para que luego una mega serpiente me atacara, el cómo había llegado allí ya no me importaba solo una cosa pasaba por mi mente, esa gran serpiente, será mis nuevas botas por lo que lleve mi mano al mango de mi arma, la desenfunde y comencé a dispararle en distintos lugares al mismo tiempo, pero no tenían efecto alguno, ella se lanzaba hacia mí y yo solo podía eludirla, pero algo me resultaba extraño, el suelo estaba compuesto por un líquido que actuaba como un espejo y en él no veía mi forma reflejada sino la de una serpiente, lo que me llevó a concluir que la serpiente que tenía frente a mí era ahora mi forma física, con lo que concluí que tenía que calmarme y dejar de luchar contra esa cosa, que no tenía forma de ganarle en una pelea, así que me senté sobre aquel líquido enfunde mi arma y cerré los ojos, al no ver nada comencé a recordar lo que dejé atrás, mi pueblo, mi familia, mi hermana, mi pobre hermana, al pensar en ella deje de sentir el líquido y comencé a sentir un suelo duro, uno de madera y acompañado de esta sensación la voz de Korg.-
– Muchacho, ahora eres uno de los nuestros.-
– Abrí los ojos y Korg estaba frente a mí, pero la casa ya no estaba, lo único que quedaba de ella eran su suelo y cimientos, el resto había desaparecido. Korg me extendió su mano yo la tome y me levanté solo para que él me diera mi primera orden.-
– Muchacho iremos a Chicago, tenemos cosas que hacer, personas a las que matar y territorio que saquear, ¡JA, ¡JA, JA!-
– La idea en si no era mala, pero matar a personas inocentes nunca fue algo que me trajo algún placer, pero matarlo a él por lo que habría hecho y lo que seguiría haciendo era otro tema que me gustaba aún más, así que niños creo que ya saben en lo que desembocará esta historia, ¿Verdad?-
Kipo respondió a la pregunta de Lexus con otra pregunta.
– No, realmente no comprendo lo que nos quieres decir.-
Y antes de que Lexus respondiera Adán suspiro decepcionado por las palabras de Lexus.
– Quieres que te ayudemos a acabar con Korg.-
Lexus golpeó su pierna, señaló a Adán y río brevemente para así poder decirle.
– ¡JA! Me agradas chico, captas la idea rápido, y si Kipo, Adán lo que ustedes harán será ayudarme con el grandote, no tendrán que matar a nadie ese privilegio será mío y solo mío.-
– ¡No!, no podemos hacer eso, definitivamente no te ayudaremos a matar a nadie, ¿verdad Adán? - Contestó Kipo mientras se levantaba enojada del sillón.
Adán no respondió a la pregunta de Kipo sin embargo se quedó mirando fijamente a los ojos de Lexus, para así luego de unos segundos preguntar.
– ¿Qué es lo que nos ofreces a cambio de nuestra ayuda?-
– Qué estás diciendo Adán, no vamos a ayudarlo, no a matar a otra persona.-
– Kipo, escucha, yo no dije que lo ayudaría, pero tienes que aprender a ver todo el panorama, y en este caso solo tenemos 2 opciones a seguir, volvemos al puerto y vemos cómo escapar con la esperanza de que nadie resulte herido en la mejor oportunidad o muera en la peor, o podemos escuchar lo que tiene para nosotros Lexus comentárselo a tus amigos y luego tomar una decisión.-
Si bien Kipo comprendía que lo que le estaba diciendo Adán era lógico y en cierta forma estaba en lo correcto, no era algo que ella aprobaba en lo absoluto, por lo que camino hacia la puerta para así salir de esa situación, pero no sin antes decirle en voz baja.
– Siempre hay otra opción. - para finalmente salir a las afueras y esperarlos en la oscuridad de la noche alumbrada solo por la tenue luz que iluminaba la puerta de la cabaña.
– Ahh, parece que la niña no comprende, pero, en fin, esto es lo que les propongo, hoy en la cena quiero que llamen la atención de todos los guardias del salón durante uno minutos, que serán más que suficiente para que pueda matarlo a ese infeliz frente a todos sus estúpidos matones. Y ustedes a cambio podrán pasar por esta ruta con total seguridad.-
– Mm ¡NO!-
– ¡¿Qué? ¡¿Por qué?!- preguntó Lexus mientras golpeaba la mesa con su puño tirando de ella algunos de los vasos, lo que llamó la atención de Kipo que esperaba afuera.
– No comprometeré así la seguridad de Kipo, ni la de sus amigos, si quieres mi ayuda tendrás que dejarlos fuera del plan, o no obtendrás mi apoyo.-
En tanto Lexus oía el porqué de Adán para negarle lo que para él era su derecho a tomar, más apretaba el vaso que sostenía en su mano llegado el punto de rajar el cristal, y para cuando Adán terminó de hablar Lexus se calmó, apoyó su brazo sobre el costado del sillón y desilusionado por la elección que había tomado Adán le contestó.
– Pensé que eras listo chico, pero al parecer me equivoqué contigo, pero de acuerdo, veré que podemos hacer.-
Kipo quien al escuchar el ruido del cristal romperse contra el suelo se acercó para terminar de escuchar su conversación desde la ventana detrás de Lexus, escuchando todo lo que habían dicho y por qué se había roto. Kipo se apoyó sobre la pared de madera se llevó ambas manos al pecho y aliviada por la elección que había tomado Adán se deslizó hacia el suelo permaneciendo allí sentada unos minutos, diciéndose a sí misma en voz baja.
– Gracias, gracias por apoyarme, Adán.-
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