Capitulo XLVIII "Los Bandidos"
Estando todos sentados en el gran salón la reunión comenzó.
– Esta sala no estaba cuando vine por primera vez. - Exclamo Kipo
– Es cierto fue terminada hace unos días con el fin de tener un lugar donde poder discutir acuerdos con los demás representantes de Las Vegas. - Dijo Kaisser orgulloso.
– Bien, ahora que estamos todos. Dinos Kipo, ¿Qué es lo que tenías que advertirnos? - Dijo Kaisser mientras apoyaba los brazos sobre la mesa y juntaba las manos.
Kipo procedió a contarles los sucesos que la llevaron a conocer a Jaxon.
– Creo que, para resumir, hay un sujeto en Nueva York con una vista retorcida del mundo con la meta de acabar con todo y cuenta con un ejército de híbridos para lograrlo, pero, tiene un defecto, por lo que me dijo y pude ver, no todos pueden controlar su mutación, lo que es algo a nuestro favor. El cree que pueden volverse estables a través de mi persona.
Amelia tomo la palabra antes de que Kipo pudiera continuar.
– Si tú eres la solución para ese problema entonces ira tras de ti. Esto puede resultar muy ventajoso. El lugar donde se dispute este conflicto terminara sin duda devastado.
– Si, tienes razón, pero Jaxon no sabe dónde estoy, y no movilizara a todos sus soldados sin tener mi ubicación exacta, antes enviara grupos pequeños de reconocimiento para poder encontrarme, ahí es donde tenemos que actuar.
– ¿Tienes un plan, ¿verdad? - Pregunto Quimera
– Si, justamente a eso quería llegar, los soldados que están bajo la influencia de Jaxon ya están cansados de todo lo que les hace hacer, por lo que no sería necesario pelear una guerra para terminar con esto, solo tenemos que convencerlos de que hay algo mejor que seguir a un lunático ansioso de poder.
– Pero ¿cómo? No te parece que es un poco imposible lograr algo como eso. Si le temen, quitarles ese sentimiento de sus corazones y mentes será nada fácil. - Dijo Kaisser.
– Eso es verdadKipo hace una breve pausa en la que baja la mirada para verse las manos, pero al recordar algo que sucedió hace poco se paró de su asiento de golpe para poder verlos a todos desde arriba, apoyando ambas manos sobre la mesa.
– Para demostrar mi punto, ayer convencimos al primer grupo de Jaxon. A demás no estamos solos en esto chicos, Crey uno de los generales de Jaxon también se unió a nosotros. - Kipo lenta su mano izquierda para apretar su puño y míralo.
– Sé que es difícil de creerlo, pero, estoy segura de que es posible, solo tenemos que creer y podremos lograrlo al trabajar juntos. Al igual que como se juntaron ustedes, lo creían imposible, pero mírense ahora, esta los 3 sentados juntos en una misma mesa dialogando, si lo que creían imposible antes se pudo llevar a cabo ¿porque ahora sería distinto?
Lobezna, Benson y Davo, sentados a un lado de ella, la miraban y escuchaban con admiración de en quien se había convertido. A pesar de las cosas que vivió ella no cambio, sigue siempre buscando la mejor solución que beneficie a todos, sin abandonar sus convicciones ni a nadie.
Al terminar de hablar, Kipo los miro esperando una respuesta, pero lo que recibió fue un breve silencio destrozado por un constate, pero intenso aplauso, y a este se le fueron sumando el resto.
– De acuerdo Kipo, si piensas que se puede llevar a cabo yo digo que lo hagamos. - Exclamo Kaisser.
– Estamos contigo.
Kipo sonrió y les agradeció el que la apoyaran todos.
– Siento interrumpir esto, pero puede que consigamos a más personas que se sumen a la lucha. - Interrumpe Blex.
– ¿Quiénes, Blex? Pregunta Adán.
– Como ya muchos sabes, soy un cazador de magas, uno muy bueno cabe decir, pero no el único, hay otros. Hay un dúo específicamente al norte de nevada, ellos son de lo mejor que uno puede encontrar.
– Mmm, ¿son divertidos? - Pregunta Ifrith.
– Claro grandulón, en especial el vaquero.
– Entonces yo estoy de acuerdo.
– ¿Y los demás que dicen? - Pregunto esta vez Kipo.
– Yo no tengo problema. - Contesto Adán.
Lexus solo asintió.
– ¿Son de confianza? - Pregunta Lobezna siendo precavida.
– Claro.
– Supongo que está decidido.
– Aguarda un momento Kipo. - La detiene Benson.
– No podemos dejar a todas esas personas paradas en Las Vegas hasta que regresamos y menos llevarlas con nosotros estando tan cerca de Las Vistas.
– ¿Qué propones Benson?
– Dividirnos, Lobezna, Davo y yo nos iremos con el convoy mañana por la mañana, mientras tú, Ifrith, Lexus, Blex y Adán pueden ir a buscar a este dúo.
– Me gusta tu idea, aunque odiaría el tener que dejar a estas personas ahora estado tan cerca del destino que les prometimos. Dijo Kipo.
– No te preocupes por eso, nosotros cuidaremos bien de ellos. Puedes confiar en nosotros. - Exclama Lobezna golpeando la lanza contra el suelo.
– Pero antes de que te vayas al norte tenemos algo más que hablar. - Dijo Amelia
– Es cierto, ¡Rayos!, los bandidos casi los olvido, cuéntenme sobre ellos Kaisser.
– Son un grupo de matones los cuales hemos tratado de atraparlos durante días, pero se nos hace imposible porque son muy escurridizos.
Interrumpe Marsha a Kaisser
– Y no solo eso, también saben cómo eludir mi olfato, por lo que no son personas normales, algo en ellos no me gusta para nada.
– Por lo que no podre rastrearlos, eso complica las cosas- Kipo ahora mira a Blex.
– Tu que dices Blex crees que puedas rastrearlos.
– Claro, no será un problema solo indícame por donde se fueron la última vez o en donde se encontraron con ellos y me encargare.
Kipo da un fuerte aplauso para luego decir.
– Bien problema resuelto, ahora pongámonos a trabajar hay unos bandidos que capturar y personas que visitar.
Kipo junto a los miembros que la acompañarían y se dirigió a la puerta de la sala. Marck los seguía por detrás, pero fue frenado por una fuerte mano que tomaba su hombro y escuchaba por detrás de él.
– ¿Tu a donde crees que vas? hay cosas de las que quiero hablar contigo, mocoso.
– Vamos abuela, déjame ir.
– No.
La reunión acabo con estas últimas palabras. Adán, Lexus, Blex, Ifrith, Kipo y Marsha yendo al último lugar donde se toparon con estos presuntos bandidos que asolaban a Las Vegas mientras Lobezna, Benson, Davo y Sunder Gar se retiraban a descansar, mañana tendrían un largo viaje, pero ultimo de regreso a casa.
Caminando por la ciudad este grupo tan particular fueron guiados por Marsha. Primero pasaron por la parte que estaba en remodelación donde un gran número de edificios y casas en pleno trabajo de dejarlas listas para ser habitadas. Luego llegaron a las que ya estaban siendo ocupadas por humanos y muts, un ambiente mucho más familiar y pacifico que le anterior, el cual estaba saturado por la maquinaria combinada con el ruido de los martillos.
Al adentrarse en la parte en ruinas de la ciudad, aun con maleza por doquier, edificios destrozados sumados a un árido viento que golpeaba sus rostros y secaba sus labios agregado al fuerte calor que irradiaba el sol sobre sus cabezas. Sin lugar donde poder evitarlo era un infierno, Kipo solo podía preguntarse porque no fueron en sus vehículos.
– Se lo que estás pensando Kipo. - Le dijo Adán.
– ¿Qué cosa?
– No es posible traer los vehículos, no porque no tengamos o no puedan surcar estas zonas sino porque podrían arruinar el escaso rastro que un perdure.
– Pero.
– Si quieres te cargo hasta que lleguemos si estás muy cansada.
Kipo se sonroja mirándolo con los ojos brilloso y le responde un tanto emocionada.
– ¿Enserio?
– Claro, porque no.
– Genial.
Adán se adelantó agachándose frene a ella, para que pudiera rodearlo con los pies y pasar sus brazos alrededor de su cuello. Una vez en posición, la sujeto de las piernas y se paró siguiendo con la marcha.
– Oye grandulón, ¿me cargarías a mí? – Le pregunto Lexus a Ifrith.
– No.
– Que aburrido eres.
La camina continuo durante 1 hora más a partir de allí cada vez adentrándose más y más en la ciudad hasta que llegaron a su destino, un edificio desmoronado con signos de que alguien había acampado en ese lugar hace poco. Blex se adelantó al resto y les pidió que no entrar en el edificio, solo entraría el para evitar dañar cualquier cosa visible que los guíen a un camino el cual seguir. Dando una mirada rápida al lugar, se notaba que no hacía mucho un grupo de alrededor 4 personas habían estado en ese preciso espacio, al caminar con cuidado noto que una de las pisadas era distinta al resto, no solo en tamaño también la forma, pues no era humana, un mut los acompañaba, definitivamente eso ya era aún más que extraño.
Siguiendo con su investigación, vio una cantidad de huellas descomunal alrededor del edificio. Al estar tan marcadas unas sobre otras eran difíciles de rastrear, esto se suele hacer para que no te sigan. Algo a Blex no le gustaba ya de por si con lo que le habían dicho, era difícil creer que sean simples bandidos, no, aquí había gato encerrado y tenía que advertirle al resto, pero no sin antes tener alguna pista de por donde se habrían ido, si quiera mantener confianza sobre él debía cumplir con lo prometido.
Este tipo de personas siempre suelen comentar algún error y lo iba a hallar, mientras más precavido es uno más fácil es que cometa un terrible error. Así fue, luego de buscar por unos minutos más, un rastro un sendero de huellas removidas, alguien había tratado de ocultar su rastro, pero no lo hizo bien y esa era su pista, ahora sí tendría algo que mostrar.
Blex se acercó al grupo, específicamente a Kipo.
– ¿Hallaste algo Blex? - Pregunto Kipo.
– Si, encontré un rastro muy débil de huellas y junto a eso algo más. Esto no me gusta, no solo son bandidos normales, ellos vienen acompañados de un mut y saben muy bien como ocultarse de los rastreadores además de los megas. Esto es serio, realmente me da mala espina el cómo puede acabar las cosas si seguimos esa pista.
– Es un buen punto Blex, pero no podemos dejar que estos bandidos perturben la paz que tanto costo forjar. No, definitivamente nos haremos cargo, como último recurso podemos mutar en megas y cambiar el rumbo de la situación. Somos 5 híbridos, créeme, no creo que esto se pueda poner peor para nosotros.
– Me gusta tu confianza Kipo, pero ten en cuenta esto, no son sujetos normales. Llegado el momento en el que tengan que mutar, lo mejor será que escapemos y no los enfrentemos.
Esta petición de Blex llamo la atención de Kipo, Él era un luchador al que le gustaban los pleitos y lo ha demostrado muchas veces, pero ahora, parecía un gatito asustado y eso no era normal. Estas dudas, atrajeron la atención de Paix, quien había estado tan tranquilo hasta ahora.
– Kipo, creo que será mejor que le hagas caso, hasta aquí llega el olor al miedo de él. Hasta ahora no lo había demostrado, ni siquiera enfrentándose a soldados armados, por lo que será mejor que vallamos con mucho cuidado.
– Tienes razón, no lo hemos visto tan alterado desde que lo conocimos. - le contesto Kipo a Paix.
– De acuerdo Blex guíanos hacia esos bandidos.
De esta manera el grupo se puso en marcha siguiendo a Blex, quien los guio desde la parte en ruinas de la ciudad, pasando por el desierto y sumergiéndose ahora en los profundos y espesos bosques de la zona, esos enormes arboles tapaban con sus espesas copas la cima creando una refrescante zona por debajo de ellos llena de sombra y apenas con rayos de sol que atravesaban proporcionando luz. Tras caminar unos minutos más dentro del bosque, los rastros desaparecieron de la nada, lo que forzó a Blex a detenerse. Kipo, quien ya se encontraba caminando por si sola al adentrarse en esa zona, le pregunto preocupada a Blex.
– ¿Porque nos detuvimos?
– El rastro. Desaparece aquí.
– ¿Cómo que desaparece? - Pregunto Lexus.
– Eso mismo, aquí termina no hay nada más, lo sabía esto no me gusta.
Blex volteo para ver a Kipo, pero algo impacta su cuello, un pequeño dolor, pero punzante proviene de la zona de impacto y mientras decía unas últimas palabras se desploma frente a Kipo.
– Era una trampa, ¡¡huyan!!
Cuando cae pueden ver que lo que impacto en Blex fue un dardo, sin duda era una trampa plantada por aquellos a quienes ellos estaban cazando, por lo que el cazador se volvió la presa. Lexus desenfundo su escopeta y disparo 3 veces en múltiples direcciones, pero no logro darle a nada, solo risas provenían de los árboles y arbustos de a su alrededor. Kipo y Adán mutaron para poder tener una mejor vista de la situación, con sus ojos de jaguar el poder detectar a los atacantes tendría que ser sencillo, pero se movían muy rápido entre la vegetación y tratar de verlos les resultaba difícil.
Hasta que un fuerte ruido hizo temblar la tierra a sus pies, al ver hacia atrás Ifrith se encontraba noqueado con un dardo similar al de Blex. Las risas no paraban, solo se volvían más intensas, Kipo comenzó a sudar y su corazón a acelerar, tenía miedo, no solo por ella, sino el dónde los había llevado una decisión equivocada. Lexus por su parte no paraba de disparar su escopeta en todas direcciones hasta que recibió un dardo, quedando inconsciente al apoyarse contra el firme tronco de un árbol y deslizarse hasta el suelo, quedando profundamente dormido.
Ahora solo quedan 3 del grupo, Kipo aprovecha que aun piensa con razón antes de caer presa del miedo y muta sus brazos para tomar a Marsha de la camiseta y aventarla con todas sus fuerzas en dirección por donde había llegado mientras le decía.
– ¡Ve a buscar ayuda, nosotros estaremos bien!
Con Marsha fuera de la pelea ahora solo quedaban 2 Kipo y Adán juntos hasta el final, un dardo se aproxima hacia el cuello de Kipo, pero es atrapado en pleno vuelo por un movimiento rápido de la mano de Adán.
– Gracias.
– No hay de que, ahora mantente alerta, esto no acabara rápido.
Ambos tomaron posiciones defensivas al flexionar levemente las piernas y los brazos a los costados, listo para defenderse de cualquier ataque. Solo tenían que esperar a que los atacaran y eludir sus ataques, cuando se queden sin dardos tendrían que salir, siendo el momento perfecto para poder hacer las cosas de forma distinta y salvar a sus amigos inconscientes en el suelo. Esto no iba a acabar así, ni uno ni el otro lo permitirían, espalda con espalda, hombro con hombro, hasta la última gota de sudor, se quedarían juntos defendiéndose el uno al otro.
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