Capitulo XIX "Korg"

Lexus se bajó del barco para dirigirse directo a los guardias que custodiaban la puerta, dejando a Kipo y compañía dentro del barco sin darles ninguna indicación de que hacer, por supuesto Kipo podía ver todo desde allí, el cómo Lexus conversaba con uno de los guardias mientras les hacía gestos desagradables, nada bueno podría provenir de esa charla, pero no había nada que pudieran hacer si querían seguir vivos más que esperar.

El tiempo pasó hasta que finalmente al cabo de una 1 hora Lexus se acercó al barco con ambas manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

– Bueno, bajen todos de una vez, nuestro jefe quiere verlos a todos.-

– ¿Quién es tu jefe? - Pregunto Kipo.

– Ya lo sabrán.-

Lexus les ofreció una mano a Kipo y a Lobezna para que pudieran bajar del bote como gesto de amabilidad, pero no a Benson ni a Adán, luego los guió hasta la puerta donde le ordenó a uno de sus compañeros que le abriera la puerta, que tenía visitas y así se hizo dos sujetos vestidos al igual que aquellos que los interceptaron antes de Lexus movieron el portón dejando paso así para nuestros amigos y Lexus, al mismo tiempo dejaron ver cómo era por dentro aquella isla.

Un poblado hecho completamente de los restos de la ciudad, a los lados había construcciones echas de chapas y madera que asimilaron ellos que eran las casas de los habitantes, siguiendo por ese gran corredor formado por casas del lado derecho se encontraba armado de la misma manera una especie de almacén enorme, donde se almacenaba todos los alimentos incluso aunque no lo pareciera por fuera ese lugar tenía una bodega de frío, donde conservaban todo aquello que se fuera a echar a perder, en frente justo al terminar aquel corredor una gran estructura de color gris sin ningún diseño extravagante más que por su tamaño de dos pisos de altura y a su izquierda, otro gran almacén se hacía ver distinguido al otro solo por una característica, sus ventanas enrejadas y el cartel que decía armería en él y si bien les genero cierta curiosidad no por su contenido sino como podrían usarlo para salir de allí, al ver Lexus que Kipo no le sacaba el ojo a la armería le dijo.

– Niña deja de ver la armería, no hay nada dentro de su incumbencia y aún menos podrá entrar.-

– ¿Y que te hace pensar eso?-

– Oh niña curiosa para empezar, estoy yo aquí, cuento con 50 muchachos más bajo mis órdenes y segundo no les queda mucho tiempo.-

– ¿Qué quisiste decir? - preguntó Kipo intranquila.

– No creo que esa pregunta necesite respuesta ¡JA, JA!- Contestó Lexus mientras reía frenéticamente y de la esquina de su boca brotaba un pequeño caudal de saliva, pero al notarlo su actitud cambió repentinamente, se tornó serio y su risa cesó al momento de llevar su mano dentro de la gabardina.

Kipo pensó que sacaría su arma para hacerles daño por alguna razón, pero no fue así solo retiró un pañuelo el cual usó para secarse, Kipo suspiro de alivio al ver esto.

– Disculpen por eso no puedo evitarlo. - Dijo Lexus, para luego entrar en silencio y detenerse.

– Chicos, el jefe los espera dentro.-Terminó de decir mientras con ambos brazos empujaba hacia adentro de una puerta doble echa de madera con un diseño peculiarmente elegante, pertenecientes a aquel edificio que vieron al entrar abriéndola, haciéndose paso a su interior, para luego colocarse a un lado de la misma esperando a que todos los invitados pasaran, para así una vez el último de ellos entró cerrarla justo detrás de ellos y colocarse apoyado sobre la misma para que nadie pudiera entrar o salir.

Este gesto si bien los puso a todos nerviosos no sería nada con lo que vendría a continuación, por dentro todo el edificio se encontraba a oscuras, ya que no tenía ventanas o al menos las únicas que si habían estaban en el primer piso y el segundo, pero en planta baja no había ni una sola lo que generaba una completa oscuridad y si bien tanto Kipo como Adán si podían ver gracias a sus ojos siguieron su propio consejo y no mutaron, algo les decía que donde mutaran morirían por lo que se quedaron a oscuras y en completo silencio por unos momentos, hasta que escucharon una gran variedad de pasos que se movían por toda la sala pero unos en particular eran extremadamente fuertes he intensos hasta que finamente una luz muy bríllate se encendió desde el techo que dejo ver frente a ellos un sillón acompañado de dos sujetos vestidos en atuendo igual a Lexus pero de color negro lo que les generaba cierta aura misteriosa, uno con un respaldo de dos metros de alto, tapizado completamente con cuero negro y sentado en el un sujeto musculoso de dos metros de alto con ambos brazos apoyados en los brazos del sillón y sus grandes manos apretaban sus extremos con gran fuerza, vistiendo un atuendo muy similar al que llevaba Lexus, salvo por algunas diferencias, no llevaba una gabardina ni una fedora pero si tenía puestos lentes de sol oscuros de forma circulares, lo que les permita ver a todos su gran cabeza calva, esto le causo gracia a Kipo escapándosele una ligera carcajada.

Todos aquellos en la sala se sorprendieron y aquel sujeto que antes estaba sentado ahora yacía parado frente al gran sillón negro, y al ver esta reacción Kipo se tapó la boca con las manos, pero aun así cada vez que le miraba esa pelada brillante le causaba gracia hasta que no pudo aguantar más y finalmente se rio. El sujeto comenzó a caminar hacia Kipo, lento pero firme y mientras lo hacía focos de luces se iban encendiendo creando un camino de luz solo para él, cuando estuvo justo frente a Kipo pregunto siempre mirándola a ella.

– Niña, qué te parece tan gracioso?'

– ¡Jajaja! no pude evitarlo me disculpo, pero es que tú calva bajo la luz brilla, ¡jajaja! - pero aún después de haberse disculpado siguió riendo no podía evitarlo era algo contagioso.

– Mmm, parece que te hace gracia mi calva. - el sujeto suspiró y su expresión cambio, estaba enojado o al menos eso parecía, hasta que él también comenzó a reír junto con Kipo y luego sorpresivamente el resto se fue sumando a ellos.

– Ay niña, en todos estos años nunca me había topado con alguien como tú, si sabes que podrías haber muerto por hacer eso, pero aun así te reíste y te disculpas para luego seguir, vengan muchachos eso es lo que busco, sinceridad. - Dijo este gran sujeto con una voz aguda. Para luego cambiarla por una tonalidad más grave y seguir.

– Pero, aún así el momento de las risas ya pasó.- Terminó diciendo mientras se agachaba ligeramente para ver a Kipo a los ojos.

Kipo tragó su propia saliva y se mantuvo en completo silencio.

– Mucho mejor, ahora me presento mi nombre es Korg y soy el líder de esta gran familia.-

Acto seguido Korg se sentó nuevamente en su sillón negro, para de un costado del mismo tomar un maletín de color gris y proseguir.

– Supongo que tienen sus preguntas, como ¿Porqué están aquí? ¿Qué queremos de ustedes? Y etcétera, pero tiene que saber que mientras estén aquí harán lo que yo les diga y nada más, también respetaran las reglas de la casa, no hacerlo es la.-

– La muerte, no jefe?, la muerte, jejeje.- Interrumpió uno de los secuaces con una voz molesta y chillona que se encontraba parado a unos pocos metros detrás de Kipo.

Korg no dijo nada, solo abrió el maletín que tenían ahora sobre sus piernas y sacó de este un arma que tenía dos cañones de acero y una estructura de madera la apunto rápidamente hacia Kipo y jaló del gatillo, generando un fuerte estruendo y un gran destello.

Kipo abrió los ojos lentamente para darse cuenta que seguía aún con vida, se tocó por todo el cuerpo para ver si tenía algún daño, pero no fue así, solo para escuchar segundos después como el cuerpo de aquella persona se desplomaba sobre el suelo, Korg alzó la voz y muy tranquilo después de lo que había hecho preguntó al aire.

– ¿Regla número uno?-

Y como si de un coro se tratase, como si lo hubieran ensayado ya de antelación, todos y cada uno en la habitación incluso aquellos dos que estaban vestidos completamente de negro al lado de aquel sillón contestaron.

– Nunca interrumpir al jefe cuando está hablando.

Lexus se aparta de las sombras aplaudiendo nuevamente.

– Bien muchachos, parece que todos entienden las reglas ¿verdad? Y tu niña que me dices, ¿tú comprendes el castigo?-

Kipo enojada contesta.

– Por qué tiene que matar a otros con tanta facilidad.- Korg le responde de manera muy seca y corta

– Porque todos a los que vez, me pertenecen.- Y prosiguió mientras Kipo aún en una parada en una posición agresiva.

– Las siguientes reglas son, nunca entrar a la armería y nunca robar dentro de nuestro hogar, bueno y con las reglas ya dichas, dime niña ¿Qué preguntas tienes? Antes de que los mande a trabajar.-

Kipo se quedó unos momentos en silencio manteniendo la postura, hasta que Benson se le acercó al sujeto del brazo y tiró levemente de él en señal para que se volteara y pudiera hablarle a la cara, pero Kipo se resistía en no quitar sus ojos llenos de ira de Korg mientras este sonreía sentado en su sillón. Pero finalmente Kipo desistió y volteo.

– Kipo tienes que lograr calmar esa ira tuya o puede, o más bien nos mataran, ese tipo grande y calvo parece que habla en serio, ya mató a uno de los suyos porque lo interrumpió están locos Kipo locos.-

Kipo cambió su postura parándose derecha con los brazos a los lados y le respondió mientras trataba calmarse.

– Está bien Benson, pero te juro que quiero golpearlo en esa gran pelada suya. - exclamó Kipo en voz baja, pero con una gran rabia.

Y con esto dicho Kipo se volvió a voltear, tomó aire y comenzó a preguntar

– ¿Ustedes fueron los que mataron a los muts?-

– ¿Que? No a los muts no, a los humanos que mataron a esos muts sí.-

– ¿Qué, por qué?-

– Fácil, porque ellos mataban a los muts y si nos veían a nosotros como muts parte humano que nos habrían hecho, solo nos defendíamos ¿verdad muchachos?-

Y nuevamente todos respondieron.

– ¡Si jefe!-

– Aguarda un momento, ¿ustedes parte muts?-

Ahora Kipo voltea a ver a Adán enfadado, mientras apretaba el puño para contenerse de golpearlo nuevamente.

Korg le preguntó ahora a Kipo.

– ¿Quieres que te lo demuestre?-

Kipo simplemente asintió.

– Muy bien.-

Korg se levantó de su sillón dio varios pasos al frente y muto casi completamente revelando así que él era un mega cocodrilo, sus grandes fauces sus escamas verdes y sus ojos, sus grandes y brillantes ojos, realmente aterrador en el momento en el cual abrió su mandíbula dando a relucir sus sin fin de dientes, grandes como dagas y afilados como espadas.

Kipo quedó asombrada por su demostración, pero pronto se le pasó recordando lo que había hecho, Korg luego de que lo vieran volvió nuevamente a su forma humana y le hizo una pregunta peculiar a Kipo.

– Niña dime porque tu piel es violeta, eso sin duda no es normal, que nos ocultas.-

Adán se acercó a Kipo antes de que ella respondiera le sujetó del brazo al igual que había hecho Benson solo que el diera un pequeño pero intenso tirón que la volteo dejándola cara a cara con él solo que muy cerca al tenerla tan cerca suyo Adán se acercó aún más a Kipo para así de un susurro advertirle

– Kipo, tendrás que inventarte algo porque no tiene que saber lo que somos.-

La cara de Kipo al alejarse y verla era completamente roja al pensar que Adán le volvería a robar otro beso, ya no quería voltear a ver a Korg y que la vieran así por lo que dio su respuesta dándole la espalda.

– Yo nací en una madriguera muy lejos de aquí y creo que fue por vivir toda mi vida en la oscuridad que mi piel adquirió este color.-

Korg sabía que algo no estaba bien, pero si ellos lo ocultaban no podía significar algo bueno para él, pero tampoco quería que se dieran cuenta de que él sospechaba hasta tener confirmación de lo que pasaba entre este grupo de chicos.

– Mm conque de una madriguera, ¿y donde exactamente?-

Al escuchar esa pregunta Kipo se puso muy nerviosa al pensar que había metido la pata, y algo se le tenía que ocurrir algo que comprometiera a ninguno de los lugares a los cuales había visitado, pero cuál respuesta podía darle, cuál sería la más factible, y cuando ya no se le ocurría nada Adán contestó por ella.

– Somos de Nueva York, y Kipo la señorita con la que estás hablando es mi novia, nos conocemos desde la infancia y ahora estábamos huyendo ya que una banda de humanos muts que crearon los científicos para protegernos tomaron la ciudad expulsando a todos.

– Mm de acuerdo, ¿alguna otra pregunta Kipo?-

– Si, y esta será la última ¿Cómo ustedes pasaron a ser parte mut?-

– Si esa pregunta nunca le falta a nadie parece ser, bien te lo contaré, pero no aquí ni ahora, será esta noche en la cena, momentáneamente ninguno de ustedes me sirve no parecen fuertes, son débiles, les falta algo como para poder usarlos, así que les diré esto en la cena les tendré una respuesta, si dejarlos ir matarlos o simplemente ponerlos a trabajar en el muelle. Ahora vayan, son libres de caminar por el terreno, pero nada de salir de este suelo o correrá sangre.-

Y de esta manera terminó la intensa reunión, Lexus abrió la puerta para que nuestro grupo de amigos pudiera salir, para luego salir y cerrar la puerta, al hacerlo Korg tomo de la gabardina al sujeto de la izquierda y se lo acerco para darle una sola orden.

– Averigua todo lo que puedas sobre esa chica Kipo, hay algo que no me gusta y quiero saber que es.-

El hombre vestido de negro asintió y se retiró del edificio minutos después de que Lexus cerrara las puertas.

Kipo al salir de aquel lugar y caminar varios metros tomó a Adán del brazo y lo jalo para que se detuviera y así preguntarle.

– ¿Qué fue eso de antes Adán?-

– ¿Qué cosa?-

– Eso de que era tu novia.-

– Mentía y, por cierto de nada.-

Kipo levantó la mano hasta la altura de su pecho con el dedo índice apuntando al cielo para decir.

– Ahh me pones furiosa.-

Luego volteo dándole la espalda mientras Adán se alejaba lentamente de ella, suspiro y con la cabeza agachada mirando el suelo metros adelante le contestó en voz baja.

– Gracias.-

Lexus pasó caminando junto al lado de Kipo mientras le revelarle una verdad que la volvió a sonrojar, Lobezna le pregunto a Kipo intrigada.

– ¿Qué ocurre Kipo, qué te dijo Lexus?-

– Nada Lobezna, nada. - Le repetía a Lobezna mientras sonreía con los ojos cerrados.

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