Capitulo XIII Una noche normal por Denver

Lobezna levantó la mano y atrapó el control, lo miro detenidamente y presionó el dicho botón con fuerza. Para su asombro frente a ellos se hacía visible poco a poco la gran loba, Marck había implementado su tecnología a la camioneta de Lobezna.
Marck prosiguió con una breve explicación de su trabajo para calmar a Lobezna que aún se encontraba un tanto alterada, pero no sin antes pedirle a Kipo que la soltara.
– Kipo puedes soltar a Lobezna no creo que me ataque ahora que sabe dónde está su transporte, pero en fin he realizado algunas pequeñas modificaciones a sus vehículos espero que sean de su agrado.-
En eso que explicaba Marck su trabajo Kipo lo interrumpe inesperadamente.
– ¿Cómo que nuestros? Mi moto sigue ahí .-
Señalaba Kipo el lugar donde estaba su motocicleta, pero para su sorpresa al igual que La gran loba, su moto tampoco era visible, y en este caso a quien tuvieron que sujetar fue a Kipo, pero nuevamente Marck sacó otro control este con forma de felino y con los colores de la mutación de Kipo tirándoselo desde una distancia segura, mientras pensaba estas cosas parece que no le caen muy bien a estas 2 amigas.
– Como les contaba he realizado nuevas y mejores modificaciones a sus vehículos, ahora ambos pueden camuflarse como Cápsula, además le agregué un sistema automático de manejo el cual si nombran el código se activará y en unos momentos su transporte llegara a ustedes no importa donde estén ¿a qué es genial verdad? -Exclamó Marck con emoción.
Al igual que Lobezna, Kipo presionó el botón que se encontraba justo en el centro del control desactivando el camuflaje de la moto, al poderla ver nuevamente Kipo se abalanzó sobre ella para abrazarla y besarla, cierto afecto le tenía después de todo fue un regalo de sus amigos. Al terminar con ese asunto miró a Marck se acercó a él y le preguntó con entusiasmo cuál era el código que tenía que decir para que su moto la siguiera. Marck se relajó ya que pensó que lo golpearían por la reacción que tuvo Kipo al saber que su moto ya no estaba, dio 2 pasos hacia atrás para tomar distancia de Kipo ya que la moto irá junto a ella y prefería no entrometerse en el camino de la moto ya que le faltaban realizar ciertos ajustes a sus censores y esto al mismo tiempo le permitiría probar su punto.
– Bien Kipo quédate justo donde estás, al decir las palabras clave la moto se dirigirá hacia la persona que tiene el control, pero ten en cuenta que no terminado de ajustar los sensores que detectan los obstáculos así que prepárate para esquivarla en todo caso.-
– Espera, espera ¿Qué haga que cosa?-
Kipo ahora estaba confundida pero emocionada y un tanto intranquila.
– Bien el código es Ven michi-
Al escuchar el código Kipo miró a Marck un poco enfadada ya que le pareció una broma, pero de cierto modo le resultaba adorable. En eso que el control terminó de recibir el código, la motocicleta se encendió sola y comenzó a acelerar mientras la computadora que había instalado Marck abordo. Utilizaban los sensores colocados en el frente, la parte trasera y en los laterales para analizar el entorno en el que se encontraba y poder establecer una ruta donde no colisionara con nada, una vez termino lo cual le llevo solo unos segundos, realizo el cambio de neutro a primera mantuvo la rueda delantera con el freno para realizar un pequeño giro apuntando directo hacia Kipo, luego comenzó a avanzar enfilado directo hacia ella a gran velocidad. Marck al notar que la motocicleta no reducía su velocidad le gritó a Kipo.
– ¡Tendrás que esquivarlo Kipo no se detendrá a tiempo!-
Al escuchar las palabras de Marck, volteo a verlo rápidamente para luego enfocarse en la motocicleta en su rostro se había dibujado una mueca en su sonrisa, lo que estaba a punto de hacer sería algo asombroso, pensó Kipo mientras se preparaba, tomó una pose ligeramente en cuclillas muto sus piernas para adquirir agilidad, velocidad y fuerza en el salto junto con esto sumó su cola para el equilibrio y espero pacientemente el momento justo.
La motocicleta a una gran velocidad no se detenía y no tenía aspecto tratar de hacerlo, Marck pensaba que el problema se encontraría en la programación de la CPU que el había colocado y la única manera de comprobar eso era detenerla, pero la forma de hacer eso es que el control de este a 30 centímetros mínimos de la motocicleta, que Kipo la eludiera no arreglaría el problema, así que solo queda esperar para ver como se la apañaría. Cuando la motocicleta ya solo estaba a un metro de Kipo, ella dio una voltereta en el aire logrando ver como la motocicleta le pasaba justo por debajo y al final aterrizando sobre su asiento su suave y cómodo asiento, al conseguirlo de forma instantánea su motor si bien no se apagó se dejó de acelerar solucionando el problema.
Marck al igual que sus amigos la aplaudieron por el increíble movimiento, mientras Marck se aproximó a Kipo para pedirle que la apagara y le permitiera hacer los ajustes que solucionaría este inconveniente, pero para su sorpresa Kipo lo detuvo diciéndole.
– No Marck, yo esto no lo veo como un problema, es más me gusta de esta manera veré cómo sacarle sus frutos.-
Marck no pudo estar en desacuerdo con ella por lo que le permitió conservarla con la falla, luego miró a Lobezna y le preguntó .
– Lobezna, ¿tú la prefieres así también o quieres que la revise?-
Rápidamente Lobezna sacudió la cabeza negando totalmente su oferta de dejarla con la falla para luego decirle.
– ¡No! Yo no soy como Kipo prefiero que funcione como tiene que ser y no correr riesgos innecesarios.-
Al escuchar estas palabras Kipo continuó.
– Oh vamos Lobezna será divertido.-
– Tú estás loca Kipo es una camioneta que pesa toneladas si bien yo podría subir los demás ¿cómo lo harían? ¿Volando? Jajaja ¡no me hagas reír!-
– Bueno, Bueno está bien, pero tú te lo pierdes, ¡esto será divertido!-
Marck ahora abrió el capot de la gran loba para poder conectar la CPU a un pc portable que tenía en una mesa movediza e iniciar la reprogramación para arreglar el problema, mientras tanto él solucionaba el problema vigente y tardaría unas horas les dio permiso a nuestro grupo de amigos para que vayan a recorrer el centro de la ciudad, si bien era ya de noche hay muchas cosas interesantes que hacer. Pero antes de que salieran le pidió a Benson que se acercara para decirle una cosa.
– Benson ten.-
Marck, de su bata retiro una tarjeta de color dorada mientras terminaba de decirle.
– Esta es una tarjeta Dorada, con ella tendrás acceso a todos los lugares de Denver, pero solo funciona aquí así que al terminar tráela de vuelta, el sistema monetario que se diseñó es como el del viejo mundo con algunas diferencias ¡ja, ja, ja! Así que no te preocupes por los gastos tengo fondos más que suficientes siéntase libres de hacer lo que quieran-
– Gracias Marck, nos vemos al rato.-
Benson se alejó rápidamente de un trote de Marck para alcanzar a Kipo y compañía quienes ya habían subido las escaleras y muy probablemente lo estuvieran esperando afuera del edificio.
Una vez todos reunidos en las afueras del edificio, pusieron rumbo al centro de Denver tal como Marck les había recomendado, un poco de diversión junto a los ciudadanos no les haría daño pensaron mientras caminaban tranquilamente por las calles de Denver en esa noche tan calma y cálida que daba una sensación de reconforte la cual aliviaba en cuerpo y alma a nuestro grupo de amigos.
Al toparse con una calle ancha de 4 carriles, bien iluminada, llena de muts y humanos recorriéndola de punta a punta además de que a lo largo y ancho de la calle cada tienda tenía un cartel característico el cual denominaba el tipo de tienda que era, cada uno de estos carteles era muy creativo a su manera, algunos tenían dibujos grabados en ellos, otros solo palabras con luces de neón o combinación de ambas artes, todo lo que podían ver al alcance era maravilloso y en ese momento Kipo pensó que así es como debió de haberse visto las ciudades en todo el mundo hace ya casi 205 años atrás.
El solo caminar por esa gran avenida era todo un esplendor de juego de luces que llamaba su atención, pero una cosa la atrajo a Kipo más que nada, una tienda de instrumentos musicales, su letrero era enorme en él tenía una guitarra eléctrica echa con luces de neón que se desplazaba de arriba abajo como si alguien la estuviera tocando, y solo al verlo bajo su mirada hasta alcanzar la vidriera del local y ver maravillada una guitarra eléctrica de color negra, con las cuerdas de un color blanco maravilloso, sus pupilas se agrandaron casi de forma instantánea, corrió hacia la vidriera pasando atreves de todos para finalmente pegarse a la misma, y decir.
– ¡Tiene que ser mía! -
Benson se acercó lentamente a Kipo ya que la multitud era grande y él no era tan ágil como su querida amiga, por lo que le llevó su tiempo, pero al hacerlo con el dedo índice le tocó la espalda a Kipo ella volteo con esa carita de asombro que aún permanecía en su rostro, para preguntarle.
– ¿Quieres esa guitarra, verdad Kipo?-
– ¿Ah cómo lo sabes? -
– Créeme se ve en tu cara, y en tu chaqueta, tendrás que limpiarla está cubierta por saliva jajajaja.-
Rio Benson tras marcarle a Kipo toda su chaqueta babeada, parece que no se pudo controlar.
– Vamos entremos y compremos esa guitarra después de todo estamos aquí para divertirnos ¿no? -
– Pero como no tenemos el dinero para poder comprarla. -
– Oh parece que me olvide de contarles, Marck me dio esto- Benson retiro del bolsillo de su pantalón la tarjeta que Marck le dado antes de salir.
– Esta tarjeta dorada según Marck nos da acceso para que podamos comprar lo que sea dentro de Denver, así que Kipo que tal si compramos esa guitarra y seguimos nuestro recorrido.
– De acuerdo hagámoslo.
Aun entusiasmada Kipo entro junto a Benson a la tienda de instrumentos, dentro de la misma un gran número de guitarras de distintos tamaños y modeles se encontraban colgados a un lado de la pared que daba a la recepción, debajo de ellas distintos tipos de pianos eléctricos y teclados de diversos tamaños y colores, los acompañaban en un orden perfecto y armonioso, sin duda quien trabajaba allí sabía lo que hacía, tras ver ese increíble escenario, Kipo dirige su mirada ahora hacia el mostrador, el cual era de madera con un acabado de barniz, sobre este una caja registradora con modificaciones para lograr su funcionamiento en el estado actual el cual se encontraban, junto a esto un muchacho atendía en la caja. Un joven de estatura alta, cabello marrón lacio un tanto desprolijos, sus ojos eran de color esmeralda, se había dejado crecer la barba, pero no demasiado, vestía una cadena plateada con un adorno de un colmillo de algún depredador, una chaqueta de cuero negra sin ningún grabado en particular, una remera al talle marrón liza, pantalones jean azules marinos y botas de montaña negras.
Kipo se le acercó para comentarle sobre la guitarra que había visto en la vidriera.
– Hola, disculpa quería preguntarte por la guitarra negra que está en la vidriera de la tienda.
El joven con una voz gruesa le contesto.
– ¿La negra con cuerdas blancas?
– Esa misma.
– De acuerdo, solo dame un momento iré a buscarlas en el almacén esa es solo de muestra, si quieres puedes probarla en lo que yo regreso, solo déjala en su lugar cuando termines.
– De acuerdo.
Mientras el joven muchacho se retiraba de la habitación por la puerta trasera Kipo tomo su consejo y procedió a retirar la guitarra que quería de la vidriera para poder probarla, y que le resultara cómoda, que solo le gustara no le serviría de nada al fin de cuentas.
Kipo se colgó la guitarra al cuello, y comenzó a tocar un tema de su niñez el tema que su padre le había enseñado para cuando ella se sentía perdida o preocupada.  Mientras lo hacía pudo notar que esa guitarra le iba como anillo al dedo, perfecta en tamaño a su estatura.
Aquel que los había atendido regreso del almacén justo a tiempo para escucharla, si bien no era una canción rítmica habitual, se podía notar la serenidad de la misma con solo escucharla, lo cual generaba un aura de paz.
Al terminar de tocar Kipo escucho detrás de ella que alguien la aplaudía mientras le decía.
– Bien bien chica, parece que esa guitarra te ha elegido, si quieres te empaco esa y esta la coloco en la vidriera, nadie notara la diferencia.
 
Kipo volteo rápidamente para saber quién era pero ella ya lo sabía, ¿quién más sino?  Y esta acción de parte del joven la sonrojo ya que pensó que no la escucharía. Si bien Kipo no es la primera vez que tocaba con público o que hacia algo llamativo esta vez ciertamente le resulto inusual algo que ya antes había sentido se hacía presente nuevamente.
– De acuerdo, si no generara ninguna molestia aceptare tu propuesta y dime ¿cuál es tu nombre?, ¿creo que no nos hemos presentado?
– Mi nombre es Adán ¿y el tuyo joven curiosa?
– Yo soy Kipo y él es mi amigo Benson.
– Y dime Kipo ¿que los trae a Denver?
Al escuchar esta pregunta por parte de Adán a Kipo, Benson tuvo que entrometerse antes de que Kipo cuente más de lo necesario.
– Solo somos un grupo de viajeros y Denver nos quedaba de paso.
Adán sonrío al notar la apresurada respuesta de Benson y les dijo.
– Benson cierto, tienes que relajarte amigo mío o no podrás disfrutar de esta noche, Denver es una ciudad tranquila no tienen que preocuparse por trivialidades y en lo personal, no me molesta si se lo guardan para ustedes, solo preguntaba para conseguir algo más de conversación con esta agradable señorita.
Adán dirigió su mirada a Kipo para así guiñarle el ojo, esperando una reacción por parte de Kipo, pero ella solo dio media vuelta para ocultar su rostro ya que estaba tan roja como un tomate bien maduro y no quería pasar vergüenza por ello. Benson al verla trato de contener la risa, pero no lo logro y al escucharlo Adán le pregunto.
– ¿Qué ocurre? ¿Qué es tan gracioso?
Pero Benson no pudo responder sino hasta que logro tomar un aire para responder.
– Creo que has logrado darle al botón de la vergüenza Adán porque mi amiga esta roja como la lava jajajaja.
Kipo le sujeta la manga izquierda a Benson para pedirle que parara que la estaba avergonzando más de lo que ya lo estaba. Benson al escucharla quiso decirle que lo aria, pero eso no sería verdad ya que era algo muy gracioso, por lo que procedió a retirarse de la tienda, pero no sin antes dejarle a Kipo la tarjeta así podría pagar por la guitarra cuando terminaran de charlar. Pero sin duda esto no era lo que quería Kipo ya que en este momento se encontraban a solas, o al menos eso pensaba ella.
Tras pasar unos minutos logro tomar el coraje y se dio la vuelta, pero para su sorpresa Adán ese chico que la había puesto roja, ya no se encontraba en la habitación lo cual le pareció raro porque la puerta por la cual antes se había ido no emitió sonido alguno, ¿así que había pasado con Adán? Lo único que se le ocurrió es que se habría ido y no lo escucho por estar distraída, esa era su explicación y al pensar que regresaría pronto, se asomó al mostrador para esperar su regreso.
10 min antes
Adán apoyado sobre el mostrador contemplando a Kipo de espaldas esperando a que se diera vuelta para hablar un poco más con ella antes de que se valla para siempre, pero para su desgracia desde el deposito escucha que lo llaman con una voz muy suave, él hace caso al llamado y se dirige al depósito. Una vez dentro, un grupo de 5 sujetos vestidos con trajes negros como la noche misma, máscaras que cubren sus rostros y botas para terreno montañoso, lo rodea por completo para decirle.
– Capitán tenemos la localización del objetivo, es hora de movernos.
Adán suspiro, aparto los 2 que estaban frente a él camino unos pocos metros, se sacó la chaqueta y comenzó a preparase mientras decía en voz baja.
– Parece Kipo que esta será la despedida, lo siento.

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