Capitulo LV
Capitulo LV
Los vehículos se detuvieron en la puerta del hospital permitiendo el descenso de los pasajeros. Al entrar al hospital, Marsha estaba esperando en la recepción a que llegara Amelia y por supuesto con ella los amigos de Kipo.
– Marsha ¿tienes información del estado del paciente?
– Si, hace una hora salió de cirugía y se encuentra estable, pero débil.
– ¿Escucharon eso? El hombre alto se encuentra bien.
Blex rápidamente se acercó a Marsha apartado de un lado a Amelia, quedando él parado frente a ella sujetándola de ambos hombros y le pregunto emocionado.
– ¿Eso significa que el grandulón está bien? dime, ¿dónde está?
Amelia quien enojada levanto su puño por encima de la cabeza de Blex dándole un buen golpe que le acomodo las ideas. Este ahora en el suelo levanta la vista, desconcertado, pues no entendía porque le había pegado.
– ¿Porque hizo eso señora? – Pregunto mientras se sacudía la cabeza.
Al escuchar la palabra señora se arremango las mangas preparándose para golpearlo nuevamente, siendo detenida por Adán y Lobezna.
– Cálmese por favor. - Repetía Lobezna en son de que se calmara.
Pero no lo conseguía, Amelia seguía tironeando con fuerza sacudiéndolos hacia los lados, en un tiro a Adán se le escapo un comentario de más.
– Para ser una señora de su edad tiene demasiada fuera e energía.
Amelia cambió de objetivo, fijando su ira sobre Adán, soltándose de Lobezna luego de un fuerte tirón que provoco que cayera al suelo, recargo su puño hacia atrás tomando envión para golpear a Adán en el rostro, pero viendo lo que estaba por hacer él detuvo el golpe con la palma de su mano, para acto seguido apretar el puño de Amelia mientras lo bajaba y se disculpaba pues noto que la había ofendido. Si bien no sabía cómo prefería mil veces disculparse a cargar con el resentimiento de una mujer como ella.
Resuelta la situación, Adán dirigió su mirada a Marsha se puso en cuclillas para poder verla a los ojos y le pregunto si sabía dónde estaba Kipo a lo que ella le respondió.
– Kipo se encuentra en la habitación que fue elegida para Ifrith. Le está haciendo compañía, aunque aún no haya despertado.
– Si así es ella. - Dijo Adán por lo bajo mientras se ponía nuevamente de pie.
– Nos podrías llevar a todos con por favor, si no es mucha molestia.
– Claro, no será un problema, solo no hagan mucho ruido no somos los únicos en el hospital y no queremos molestar al resto de los pacientes.
– No hay problema, podemos seguir esa regla.
Con esto entendido Marsha los llevo por todo el hospital hasta llegar a la habitación donde residía Ifrith. Muchos de ellos nunca habían visto un hospital en sus vidas por el que encontrarse ahora en uno y ver de lo que se trataba llamaba su atención, el edificio por fuera era blanco al igual que su interior, no había variación del mismo, solo blanco.
Los pasillos eran largos y amplios, lo suficiente para que varáis personas pudieran caminar al lado de la otra a la vez, si mirabas a los lados, se veían las habitaciones con la parte superior de la pared cristalina para que pudieras ver al paciente sin tener la necesidad de entrar. Siguiendo el pasillo subieron unas escaleras hasta llegar al tercer piso, allí se detuvieron para seguir por otro pasillo unos pocos metros más, dando al final con la habitación 325 donde estaba internado Ifrith y Kipo quien le hacía compañía.
Antes de que pudieran entrar Marsha los detuvo diciéndoles.
– La habitación no es lo suficientemente grande como para que todos entren, tendrán que hacerlo por turnos.
– Déjenme pasar primero. – Solicito Blex.
– ¿Alguna objeción? – Pregunto Amelia.
– No, ninguna. Ve amigo. - Contesto Adán sin consultarlo con los demás, pero él sabía que eso no sería necesario, pues todos entendía la preocupación de un amigo.
Blex les agradeció procediendo a entrar a la habitación.
Luego de un rato salió con una mirada seria y sombría, cuando Adán trato de detenerlo para preguntarle qué había pasado, este solo se liberó y prosiguió su camino sin decir una sola palabra. Ante la incertidumbre de no saber qué pasaba, Adán entro a la habitación, encontrándose con Kipo arrodillada en el suelo con los ojos entre cerrados, la cabeza gacha mientras miraba el suelo, este echo llamo mucho su atención y preocupación, acercándose a ella para preguntarle qué había sucedido.
– Kipo, ¿qué sucedió? ¿Por qué Blex se encuentra tan enojado?
Kipo alza la mirada y le responde con los ojos brillosos.
– Porque sabe la verdad.
– ¿La verdad? ¿La verdad de que Kipo?
– Del como Ifrith termino así.
– ¿Quieres contarme?
Adán le extiende una mano ayudo a levantarla para que pudieran ambos sentarse en unas sillas junto a la camilla donde Ifrith descansaba. Después de eso, suspiro comenzando a contarle lo mismo que le había contado a Blex, mientras lo hacía sonaba triste, desolada echándose la culpa de lo sucedido. Al terminar los hilos se conectaban, pero el sentimiento que ella tenía era normal, Adán quien lo había sentido cada vez que algo le pasa un miembro del escuadrón bajo su mando sabía cómo lidiar con él.
– Escucha, ese sentimiento de culpa que estas sintiendo ahora es algo normal, cuando algo malo le pasa a alguien cercano y piensas que si hubieras echo algo, quizás lo hubieras evitado, pero eso no es así
Kipo lo interrumpe repentinamente.
– Pero, yo lo distraje al llamarlo, si no hubiera sido por eso ahora no estaría tendido en esta cama.
– No había forma de que tú supieras eso, al fervor de la batalla estas cosas pasan, lo importante no es lo que pudiste hacer sino lo que hiciste, al traerlo aquí le salvaste la vida, eso es lo que cuenta.
– Pero
– No. Céntrate en esto, lo que importa es que él está bien y a salvo, ¿sabes cuánto tardara en despertar?
– Los médicos dijeron que tardaría unos días en despertar, pero Blex.
– Mira Blex es un tipo fuerte, aunque se comporta como un idiota a veces solo dale tiempo para que pueda calmarse y veras como todo se arregla solo, por otro lado, el que Ifrith deba reposar es bueno, les dará tiempo a las personas para que puedan relajarse un tiempo antes de llegar a su hogar y a nosotros de ir a buscar a estos cazadores que Blex menciono antes. Oh y antes de que me olvide, ¿tienes pensado que hacer con Sunder Gar?
– No, no he pensado en eso aún.
– Tu qué opinas.
– mmm algo huele raro. Su actitud, lo que hizo, no tiene sentido, hay algo de trasfondo y no se bien que es, pero no creo que sea algo malo sino lo contrario.
– ¿Piensa que hizo eso por nuestro bien?
– Yo no dije eso, pero esa sería buena manera de verlo, estoy tan confundido como los demás. Aun así, no creo que ese hecho sea pasado por alto por los demás líderes, siendo sincero, no creo que tenga muchas posibilidades de salirse de esta.
Kipo se encorva levemente mientras lleva su cabeza hacia sus manos.
– No sé qué hacer, tengo miedo.
Adán apoya su mano sobre la pierna su contestándole.
– Tranquila, tienes a muchos amigos que te quieren y te apoyan, también me tienes a mí a tu lado siempre para lo que necesites, relájate ya se nos ocurrirá que hacer, pero ahora debemos salir permitiendo su turno a los demás.
– De acurdo salgamos y una cosa más, gracias nuevamente.
– No hay de que, ven, vamos.
Los dos salieron de la habitación, siendo ella recibida por Lobezna, Benson y Davo con un abrazo.
– Todo saldrá bien amiga, puedes estar segura de eso. - Le dijo Lobezna mientras la abraza sin intenciones de soltarla.
– Gracias amigos.
Mientras ellos se abrazaban Lexus se acercó a Kipo y le dijo.
– Creo que hay algo que tienes que me pertenece.
– ¡Como puedes decirle eso en un momento como este! Exclamo Lobezna ante Lexus.
Pero él tenía razón, ella tenía algo que era suyo y él había cumplido con su parte del trato así que lo quería de vuelta, también le dijo a Lobezna mientras se hace paso.
– Tranquila amiga, él tiene razón. Ten.
Dijo mientras se descolgaba la escopeta del ante brazo haciéndole entrega a su legítimo dueño. Lexus la tomo de la correa, se la colgó bajo el saco diciendo.
– Finalmente devuelta a mí, ahora que tal si vamos al calabozo y matamos al viejo.
– ¡¿Qué?! No, acaso estás loco. - Le grito Kipo.
– Ja, Ja, Ja, tranquila solo era una broma, pero, parece que se te fue la cara larga, no te queda bien, mejor estar enojada a triste, ¿no crees?
Ella no sabía que decirle, si agradecerle o golpearlo por jugar con esas cosas, pero si tenía razón, esas palabras la distrajeron unos momentos y también le recordó que tenían que tratar el tema de Sunder Gar.
Cuando todos tuvieron su turno para presentar sus respetos y agradecimiento a Ifrith por lo que había hecho por ellos a pesar de sus heridas se retiraron del lugar para dejarlo en paz y pudiera recuperarse, no obstante, Kipo los reunió a todos para que pudieran discutir qué hacer con Sunder Gar quien era un tema pendiente e importante a tratar. El primero en tomar la palabra fue Kaisser como representante de las Vegas sintió dicha responsabilidad.
– Compañeros debo recordarles que ese hombre es un tipo peligroso, no tendría que estar suelto a sus anchas, podría volver a incidir en lo mismo pero esta vez puede que no puedan solucionar el error cometido.
– Estoy de acuerdo contigo Kaisser, alguien que incendia un bosque solo para dar caza a unos pocos no puede encontrarse en su sano juicio. - reafirma Amelia ante la proclamación de Kaisser.
– Mm, no lo sé, no les parece extraño, Miller nos contó lo sucedido y no parece algo lógico, puede que allá algo detrás.
– Tienes un punto, pero aun así sea cual sea lo que esta ocultado, el hacer esto, no definitivamente tiene que estar encerrado, ese lugar le sentara bien.
Ante este fuero los que tenían palabra de valides y peso eran Kaisser, Amelia y Quimera, ya que ellos lideraban los tres grupos de poder de sus respectivas facciones correspondientes a las Vegas, los demás si bien no tenían palabra se les podía escuchar y quien más valor y peso tenia entre ellos era Kipo, si bien a los demás los consideraban compañeros el caso de ella era distinto.
El tiempo pasó y la discusión parecía no llegar a nada, el problema era que el tiempo para poder jugar a Sunder Gar se hacía cada vez más evidente. Kipo toma la palabra ante esta discusión que no llegaba a ninguna parte.
– Amigos escúchenme, puede que no sea la mejor persona del mundo, pero solo cometió un error, no creo que merezca estar encerrado para siempre. Además es un ancianito, que mal puede causar.
Adán apoyando sus palabras arremate diciendo.
– También tengan en cuenta que lo que hizo puede que no haya sido lo que en verdad quería conseguir, sino una distracción que se salió de control, no puedo probarlo solo dar mis palabras.
– Aguarden un segundo, nunca pensaron en preguntarle a Sunder Gar porque lo hizo. - Exclamo Benson.
– ¿Cómo sabríamos si lo que dice es la verdad? - Pregunta Amelia.
– Podrían pedirle ayuda a Lexus con eso, después de todo sabe detectar muy bien las mentiras ¿Verdad?
Termina de decir Benson mientras lo señalaba con una sonrisa.
– Mm, déjenos pensarlo y dentro de unas horas les diremos que hemos decidido.
Sentadas estas palabras Kaisser, Quimera, Amelia y Marsha se retiraron a la superficie donde en la pirámide terminarían de discutir el asunto, pero esta vez con las palabras de Kipo y Adán en mente más la propuesta de Benson.
Por parte de nuestros amigos se les ofreció hospedaje en uno de los edificios residenciales de la madriguera, cada uno tendría una habitación donde podrían relajarse, además de un baño por habitación con ducha y bañera donde podrían bañarse, el cual les hacía falta después de tantos días de viaje sin poder hacerlo.
Agradecidos por el ofrecimiento uno de los soldados de Amelia que se había quedado con ellos los llevo a dicho lugar el cual quedaba a pocas cuadras del hospital, en caso de que quisieran ir a visitar a Ifrith por cualquier razón. Blex quien aún seguía enfadado, también los acompañó, pero durante el trayecto no le dirigió la palabra a nadie, solo camino en silencio.
Llegando al lugar, el soldado les indico cuales eran los números de sus habitaciones haciéndoles entrega a cada uno de sus llaves, para luego retirarse. Mientras los demás entraban al edificio Kipo se quedó esperando a fuera hasta que quedo a solas con Blex.
– Espera, sé que estas molesto, pero quería entregarte esto. – llevando su mano a su espalda saca su puñal. -Ten, esto es tuyo.
Extiendo su mano y sujetándolo de la empuñadura, para luego tomarlo de la funda y dejar a relucir la afilada hoja del puñal. Ella se puso nerviosa al ver lo que estaba haciendo, pero le hizo frente.
– Ves la escritura que tiene en la hoja.
Kipo se acerca un poco para poder verla y en ella se puede ver las palabra perdonare è meglio che odiare
– Si las veo. - Contesta Kipo.
– ¿Sabes lo que significa?
– No, no lo sé.
– Significa perdonar es mejor que odiar, es una frase que está escrita en todas las armas de los cazadores. Esta ahí para que no olvidemos una cosa, no cazamos por venganza o un motivo siniestro, lo hacemos como un medio de sustento en el cual la presa debe ser respetada, y a la vez esa presa se puede tornar cazador. Perder amigos en la cacería no es algo muy inusual, pero no por ello debemos cobrarnos venganza con la muerte del animal, sino respetarlo y al amigo caído darle un funeral digno. A lo que quiero llegar, es que no estoy molesto contigo, sino conmigo mismo por olvidar mis creencias y casi hacer algo estúpido, te pido disculpas por mi comportamiento inmaduro de antes y espero que no vuelva a ocurrir.
Blex ahora sonríe, pero su voz es un tanto desanimada.
– Si vuelve a ocurrir algo similar siente libre de golpearme. Tengo entendido que tienes mucha fuerza, quizás con uno de esos me hagas entrar en razón, Ja, Ja, Ja.
Blex coloca su mano en la espalda de Kipo terminando su conversación y le dice.
– Vamos entremos, se está poniendo fresco el ambiente.
Ella repentinamente lo abraza para decirle al oído.
– Lo siento, en verdad, lo siento mucho.
Adán quien se había quedado del otro lado de la puerta escuchando su conversación, se sintió aliviado como para poder retirarse a descansar en paz, a sabiendas de que el problema ya estaba solucionado. Con este tema saldado ambos entrar en el edificio residencial dirigiéndose cada uno a su habitación.
Al abrir la puerta de la habitación que se le había asignado Kipo no esperaba que fuera tan reconfortante, una gran habitación con en medio una cama de 2 plazas suave como una nueve para que pudiera relajarse, paredes color azul claro casi llegando a una tonalidad verde.
Al recorrerla contaba adicionalmente con un gran espejo colocado justo en la pared de enfrente a la cama, un armario donde podría guardar su ropa de haberla llevado y finalmente otra puerta, pero esta era corrediza y de color blanca, al desplazarla dejo a su deslumbre un baño hermoso, las paredes de color beige, las cortinas que cubrían la ducha y la bañera de color morado, justo su color favorito, al apartar las cortinas para poder ver mejor la ducha, vio una bañera enorme donde podrían caber fácilmente dos personas acostadas.
Levantado la vista la pared se encontraba recubierta por cerámicas blancas en forma de cuadrado, y teniendo en cuenta que ya traía la lucha una botella de shampoo y otra de acondicionador, no pudo el evitar tener que darse una ducha bien merecida, quitándose la ropa y dejándola sobre la cama quedando desnuda, giro las perillas del agua caliente y fría buscando la temperatura ideal para así comenzar con una larga y reconfortante ducha, seguida de un sumergimiento en las aguas de la bañera, en el cual permaneció durante unas cuantas horas.
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